TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 31 de diciembre de 2019

MISTERIO INDESCIFRABLE: ¿Porque las señales de radio del espacio son cada vez más misteriosas?

Como sabéis, entre todos los fenómenos inexplicables de nuestro Universo, los estallidos rápidos de radio (FRB por sus siglas en inglés) son posiblemente los más misteriosos. De hecho, se trata de las señales más escurridizas y potentes jamás detectadas en el espacio, y aunque duran apenas unos pocos milisegundos pueden generar, en ese breve tiempo, la misma cantidad de energía que 500 millones de soles. Hasta ahora, nadie ha logrado averiguar qué clase de sucesos podrían ser capaces de producir señales de radio de tan extraordinaria intensidad. La primera vez que se supo de su existencia fue en el año 2007, y desde entonces astrónomos de todo el mundo han tratado de “cazar” esos brillantes e inesperados destellos en el firmamento. Se trata, por supuesto, de una cuestión de suerte, ya que los FRBs son imposibles de predecir y la única forma de detectarlos es que los instrumentos estén observando continuamente, con la esperanza de que uno de esos breves eventos se produzca dentro de su radio de acción. Pero el año pasado sucedió algo extraordinario: los investigadores encontraron que por lo menos 16 FRBs procedían del mismo punto del espacio, una única fuente más allá de nuestra Vía Láctea. Fue tal el desconcierto que varios físicos de Harvard llegaron incluso a proponer, en un artículo publicado en Arxiv.org, que las misteriosas señales podrían ser la prueba de una tecnología alienígena extraordinariamente avanzada. Hoy, se conocen, además de este, otros dos casos de FRBs “repetitivos”. ¿A qué podrían deberse estos gigantescos fogonazos? Los estudios más recientes sobre el tema apuntan a posibles estrellas de neutrones, pero otras hipótesis incluyen agujeros negros, púlsares con estrellas compañeras, implosiones de cadáveres estelares, supernovas, colisiones de agujeros negros o magnetares. Lo único cierto es que cuando se trata de FRBs, nada es seguro. Hasta el momento, la mayor parte de los FRBs detectados son únicos, esto es, brillan solo una vez. Pero, como hemos visto, tres de ellos se repiten en el tiempo, enviando no solo uno, sino múltiples estallidos de ondas de radio al espacio. Evidentemente, esos tres FRBs no pueden deberse a un evento catastrófico. Una estrella, por ejemplo, solo estalla una vez, y no hay forma de que genere más de un único FRB durante el proceso. Ahora, y para terminar de complicar las cosas, Vikram Ravi, astrofísico del Instituto de Tecnología de California, sostiene en un artículo publicado en Nature Astronomy que tampoco los FRBs “únicos” detectados hasta ahora proceden de catástrofes cósmicas. Y es que, según sus cálculos, no se producen en el Universo suficientes episodios violentos como para explicar la cantidad de estallidos rápidos de radio que llegan hasta nosotros. Para su trabajo, Ravi utilizó algunos de los FRBs más cercanos detectados hasta ahora para calcular un límite inferior de la frecuencia con la que ocurren, y comparó luego esa tasa con la de eventos cataclísmicos en el Universo cercano. En palabras del propio investigador, “la tasa de FRBs parece ser más alta que la de cualquier cosa que podamos pensar que los está causando”. Dicho de otra forma, hay muchos más FRBs “ahí fuera” que eventos catastróficos. Esta claro, indica el científico, que podría ser que todas las posibles fuentes propuestas hasta ahora fueran simultáneamente correctas, pero parece mucho más probable que, aunque no nos lo parezca, la mayoría, o incluso todos los FRBs, sean repetitivos. Es decir, que cada fuente sea capaz de producir múltiples ráfagas durante su vida útil, lo cual reduciría mucho el número de fuentes necesarias para explicarlos. Y luego, claro, están las “otras” posibilidades, como que no estemos ante un fenómeno de origen natural, sino artificial, esto es, producido por alguna tecnología muy avanzada. En todo caso, Ravi cree que no se puede descartar que haya múltiples clases de cosas en el cielo que provoquen estallidos rápidos de radio, incluyendo eventos desconocidos y nunca observados por los astrónomos. Lo único cierto, sin embargo, es que ninguno de los modelos actuales encaja bien con las observaciones. “Necesitamos saber con precisión -dice Ravi- de qué tipo de galaxias proceden los FRBs y dónde están esas galaxias”. Hasta ahora, en efecto, solo se han localizado tres, que son las supuestas responsables de los FRBs repetitivos. “Si estamos haciendo bien nuestro trabajo -concluye el científico- deberíamos poder resolver la cuestión en los próximos cinco años”.

martes, 24 de diciembre de 2019

LA PROFECIA DE HUAYNA CAPAC: Una predicción increíblemente cumplida

Ubicada en la costa occidental de América del Sur se encontraba el Imperio de los Incas, que se extendía desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Argentina. Su inmenso territorio se encontraba dividido en cuatro provincias denominadas Suyos, las cuales se correspondían con los cuatro puntos cardinales, tomando como punto de referencia al Cuzco, capital del Imperio y residencia permanente del Inca: jefe militar, civil y religioso. Estas provincias eran gobernadas por familiares del monarca: los Curacas y estas cuatro autoridades conformaban el Consejo de Estado. En tiempos en que gobernó Huayna Cápac (1493 - 1525) el Imperio Inca había llegado a su máxima extensión, pero no estaba destinado a perdurar, ya que coincidentemente al otro lado del continente, los españoles - que habían arribado en 1492 - conquistaron el Imperio Azteca en 1521 y enviaron grupos expedicionarios en otras direcciones con idéntico objetivo. Es de presumir que el Inca tuviera noticias de ello, gracias a los mercaderes que transportaban sus productos en balsas desde sus dominios hasta territorio centroamericano para intercambiarlos, donde de seguro tuvieron noticias de las llegadas de aquellos misteriosos “hombres barbados” a esas tierras procedentes de lejanos lugares, por lo que era cuestión de tiempo que arribasen al Imperio. Quien mejor que el Inca Garcilaso de la Vega (autor de Los Comentarios Reales de los Incas) que nos da cuenta de ello: “Ocurrió hacia el año 1512, cuando en la Plaza Mayor del Cuzco, Huayna Cápac oficiaba la ceremonia al Sol (Inti Raymi) como todos los años, de pronto se vio en el cielo un extraño espectáculo: apareció un águila real perseguida por cinco o seis halcones, los cuales la atacaron por turnos, impidiéndole volar y tratando de matarla a picotazos. El águila, al no poderse defenderse, cayó en medio de la Plaza, entre el Inca y los miembros de la realeza, quienes al cogerla vieron que estaba enferma, cubierta de caspa, con sarna y casi pelada. Diéronle de comer y le prodigaron muchos cuidados, pero de nada sirvió; a los pocos días el águila expiró. El suceso era a todas luces de muy mal agüero, y el Inca llamó entonces a todos sus adivinos para que lo descifraran, quienes confirmaron que era un presagio de que pronto habría derramamiento de la sangre real, una cruenta guerra y finalmente la destrucción del Imperio. Algo que por cierto comprimió el corazón del Inca, quien les ordeno guardar el secreto. Sin embargo, por esos años ocurrieron también cataclismos naturales que fueron como los heraldos precursores de la desgracia que sobrevendría al Imperio: muchos terremotos tan destructivos como nadie recordara o guardara memoria. Asimismo, quienes habitaban en la costa fueron testigos como el mar crecía de modo que nunca habían visto y en el cielo se vieron surcar muchos cometas espantosos. A ello debemos agregar que en una noche muy clara y serena se vio a la luna con tres círculos muy grandes. ‘El primero era de color sangre. El segundo, era de un color negro que tiraba a verde. El tercero parecía que era de humo’. Un adivino fue donde el Inca y le avisó que aquel extraño fenómeno era un aviso de su madre Killa (la diosa Luna) de la desgracia que pronto Pachacamac (el dios reverenciado que mueve el mundo) haría caer sobre el Imperio: el primer círculo de color de sangre significaba que no bien el Inca falleciera, estallaría una cruel guerra entre sus hijos y se derramaría mucha sangre de la realeza. El segundo cerco negro era un aviso que tras la guerra civil sobrevendría la ruina y el fin del Imperio, de su religión y de su gobierno, todo lo cual se convertiría en humo, que era lo que significaba el tercer círculo que se veía en la Luna. El Inca no quiso creer lo que escuchaba y despidió de mala manera al adivino, diciéndole que seguramente había soñado tal cosa pero el adivino le invitó a que saliera de sus aposentos reales y viera con sus propios ojos las señales que su madre Luna le mandaba: el Inca salió y comprobó que era cierto. Angustiado por lo que vio, el Inca supo disimular su estado de ánimo y a fin de no preocupar a los suyos, fingió no creer en dichos presagios, arguyendo que no veía ninguna razón para que su padre el Sol permitiese que cayeran tales desgracias sobre sus propios hijos. Se limitó a ofrecer sacrificios a sus dioses y en consultar los oráculos de Pachacamac y el Rímac, así como otros más, pero las respuestas de estos fueron muy ambiguas o confusas. Así pasaron como tres o cuatro años sin que hubiese novedad en el Imperio, lo cual calmó en algo las inquietudes. Tal vez los dioses habrían cambiado de parecer. Pero las profecías, inexorablemente habrían de cumplirse. Mientras que por aquellos días en que los adivinos se esforzaban en interpretar el suceso del águila de la Plaza Mayor del Cuzco, los expedicionarios españoles daban precisamente los primeros pasos para llegar al Imperio Inca: se hallaban por entonces enfrascados en encontrar un “estrecho” o “brazo de mar” que les permitiera pasar del Mar del Norte (hoy Atlántico) al presumible “Mar del Sur” (hoy Pacífico). Dirigidos por Vasco Núñez de Balboa, entre los que participaban en dicha “entrada” se hallaba un subalterno hasta entonces oscuro y desconocido, llamado Francisco Pizarro. Dicha expedición culminó con el descubrimiento del Mar del Sur, es decir el Océano Pacífico, el 25 de septiembre de 1513. El camino hacia el fabuloso Imperio de los Incas ya había sido abierto. Balboa fue nombrado Adelantado del Mar del Sur, y continuó las exploraciones más hacia el sur, por las costas pacíficas de la actual Colombia, en busca del territorio del Birú o Perú, como se lo empezó a conocer desde entonces. Precisamente su nave fue la que divisaron los hombres del inca Huayna Cápac, quienes de inmediato dieron el informe a su amo, el cual se hallaba en su palacio real de Tumibamba, cerca de Quito. Era el año de 1515. Aún con la preocupación del presagio del águila, Huayna Cápac comprendió entonces que aquello era la clave de todo el enigma que hasta ese momento le devanaba los sesos: recordó una antigua profecía que decía que pasado 12 gobernantes incas llegarían gentes extrañas y nunca vistas que se adueñarían del país, impondrían su gobierno, sus costumbres y su religión, destruyendo el Incario. Sacó cuentas y se enteró que él era el doceavo inca desde el fundador Manco Cápac: la profecía entonces se cumpliría tan pronto como muriera. Pero aún parecía lejano aquel día: el Inca estaba seguro que su padre Sol no lo llamaría aún” añade el cronista. Huayna Cápac era grave, valiente y justiciero. Sus súbditos le querían y le respetaban. En sus manos no corría peligro la unidad del Imperio. Pero él fue quien creó el germen fatal de la disolución, al construir en Quito una sede rival del Cuzco, creando así la causa de la futura división incaica, con lo que allanó el camino de los españoles. Si la tierra no hubiera estado dividida –reconoce uno de los primeros conquistadores – o si Huayna Cápac aun hubiera vivido, ‘no la pudiéramos entrar ni ganar’. Y en efecto, mientras vivió Huayna Cápac, aquellos extranjeros que vagaban por las costas del norte del Imperio en grandes barcas no significaban peligro mayor para un Imperio unido bajo la férrea mano del Inca. Pero aquellos invasores llevaban en sus alientos un aliado invisible que les fue de ayuda fundamental en sus planes de conquista, que sería el gran responsable de la hecatombe de la población indígena: los virus causantes de mortíferas epidemias. La primera epidemia que llegó a territorio del Imperio Inca fue la viruela, prolongación del mortal virus introducido en el Caribe en 1518 por los españoles. De allí pasó a Méjico en 1519, continuando hacia Guatemala y luego Nicaragua. En algún momento llegó a Cartagena, Darién y al istmo de Panamá, de donde se prolongaría más al sur, entre 1514 y 1527. El virus de la viruela llegó al Imperio incluso mucho antes de que la partida de expedicionarios comandada por Pizarro pisara territorio inca. Las primeras víctimas de renombre fueron el mismo Inca y gran parte de la nobleza. Según Betanzos, estando en Quito, Huayna Cápac enfermo de viruela. Cieza coincide con Betanzos, agregando que más de 200,000 almas murieron en los distritos circundantes. Fue una epidemia mortífera como nunca se había visto hasta entonces. Garcilaso asevera que el Inca supo entonces que los malos presagios que años antes le inquietaron tanto empezaban a cumplirse. Por si fuera poco, se vio en el cielo un pavoroso cometa de color verde, y un rayo cayó en las inmediaciones del palacio, señales indudables de que su muerte estaba cercana, según interpretaron los adivinos. Estando en tal trance, llamó el Inca a todos sus hijos y parientes, a sus capitanes y gobernadores, informándoles que ya su padre Sol le llamaba y que por lo tanto les quería expresar su última voluntad, que según Garcilaso fue textualmente ésta: “Hace muchos años que por revelaciones de nuestro Padre el Sol, creemos que pasados doce Incas vendrá gente muy blanca y sujetara nuestro Imperio a su Reino. Esta gente será valerosa y nos aventajara en todo. También sabemos que en mi, se cumple el numero doce de los Incas y, certifico que a pocos aňos de que yo me haya ido de entre vosotros, vendrá aquella gente y se cumplirá todo lo que nuestro Padre el Sol, me ha comunicado. Yo os mando que lo obedezcáis y sirváis como a hombres que en todo os harán ventaja: que su ley será mejor que la nuestra y sus armas poderosas e invencibles más de las vuestras. Quedaos en paz que yo me voy a descansar con mi padre el Sol que me llama”. Según se puede deducir, Huayna Cápac pensó que los extranjeros que vagaban por las costas del norte del Imperio eran los enviados del dios Viracocha, aconsejándoles no ofrecer resistencia alguna a su llegada. Tras su muerte, Huáscar asumió el trono, pero al poco tiempo se rebelo el bastardo Atahualpa, quien tras una cruenta guerra civil usurpo el poder y al dirigirse de Quito al Cuzco para ser coronado, fue capturado por Pizarro en Cajamarca, siendo ejecutado en 1533. Con su muerte, el Imperio llego a su fin, cumpliéndose al pie de la letra la citada profecía. Lo que siguió a ello, es por todos conocido.

martes, 17 de diciembre de 2019

TAITA NOEL: El terror de las navidades pasadas

En el Perú eran los inicios de la década del 70 y en pleno gobierno ‘revolucionario’ los asesores del general Juan Velasco Alvarado, habían puesto en la mira en uno de los personajes más tradicionales de la Navidad; Santa Claus, a quien se le acusaba de ser “alienante, promotor del consumismo capitalista y símbolo de una ideología extranjera” (?) por lo que decidieron reemplazarlo por uno que sea ‘autóctono’ y se asemejara a sus ideales ‘socialistas’. Es así como en 1972 a través de una disposición del ministerio de educación se dispuso la prohibición de la imagen del personaje en las festividades navideñas de aquel año. Pero el régimen velasquista, autodenominado “Gobierno Revolucionario de la Fuerzas Armadas” no la tendría fácil, y desde un inicio se vio que borrar de la mente de los limeños a tan tradicional personaje era virtualmente imposible, por lo que se inicio una campaña mediática - como lo llamaríamos ahora - contra Santa Claus, reforzando la “historia” de que los regalos no eran traídos por el regordete personaje, que a pesar de vestir de rojo y blanco no tenía nada de peruano, sino que los regalos “llegaban a los niños” a través del “niño Manuelito” el rebautizado niño Jesús del Cuzco. Asimismo, los publicistas de la época buscaron una salida para reemplazar a Santa Claus y se le peruanizo, creándose entonces un engendro de nombre 'Taita Noel' el cual ahora vestiría poncho, un chullo en la cabeza y ojotas. Además, su trineo ya no seria tirado por renos sino por llamas. De esta manera, los primeros ‘Taitas Noeles’ aparecieron en las desaparecidas cadenas de tiendas Tia y Monterrey (muy conocidas en aquellos tiempos) ubicadas en el céntrico jirón de la Unión, que era a su vez el principal lugar donde se realizaban las compras navideñas en los 70, y donde se les podía ver en las calles. En cuanto al árbol de Navidad simplemente “desapareció” por decreto. Hasta el pavo en la cena navideña era mal visto al no tener origen peruano y trataron de cambiarlo por el cuy (o conejillo de Indias). Pero a pesar de los esfuerzos del gobierno, el llamado ‘Taita Noel’ nunca calo entre los limeños ya que por el contrario, debido su aspecto andrajoso se convirtió en el cuco de los niños, quienes lloraban aterrorizados cuando uno de esos ‘pordioseros’ se les acercaba buscando que se tomen una foto con el y de esta manera, poco a poco casi sin que uno se diera cuenta, fueron desapareciendo, ya que la caída del gobierno ‘revolucionario’ en medio de una grave crisis económica en 1975, arrastro consigo a ese siniestro esperpento, volviendo todo a la normalidad y ya nadie se acordó de el. De no ser por antiguas publicaciones y diarios de la época ni sabríamos como fue ese espantajo, un ejemplo de la ridiculez al cual puede llegar el ser humano ¿no os parece?

martes, 10 de diciembre de 2019

UN SECRETO A VOCES: El misterio de la ciudad bajo el mar del Callao

¿Sabías que frente a las costas del Callao existe un pequeño islote que una vez formó parte del puerto y que ahora está sumergida bajo el agua? Ello ocurrió como consecuencia de un terremoto ocurrido en el año 1746, el cual fue seguido de un maremoto que arraso con el Callao, hundiéndose una parte de ella con gran parte de sus habitantes. Desde entonces, durante los días de marea baja y más aun en época de verano, se dice que es posible observar sus restos. Debido al peligro de encallar, las embarcaciones suelen evitar pasar por encima del islote que sobresale en el lugar. Este terremoto - ocurrido el 28 de octubre de ese año - fue altamente destructivo al ser de grado 10, que no solo dejo en ruinas el Callao, ya que el maremoto que siguió a continuación prácticamente la borro del mapa. Lo que contaron los sobrevivientes de la tragedia fue algo horrendo, con ribetes apocalípticos. Media hora después del terremoto se había entumecido el mar y elevado a enorme altura, y con horrible estruendo se había precipitado por dos veces a tierra, arrasando todo lo que encontró a su paso. Del antiguo puerto sólo quedaron unos cuantos restos de la muralla y las paredes de algunos edificios. El mar se retiró, pero no volvió a su límite antiguo. Esto significa que hubo una subsidencia cosismica, es decir, gran parte del Callao se hundió luego del terremoto. En este lugar vivían por aquella época alrededor de 10 mil habitantes y como consecuencia de ese gran movimiento telúrico, murieron cerca de seis mil y sólo doscientas lograron sobrevivir, ya que se encontraban en el fundo Oquendo, en donde hoy se levanta el aeropuerto Jorge Chávez. Su historia quedó congelada en el tiempo. Hay testimonios que afirman haber visto luces bajo el mar y fantasmas de antiguos pobladores, así como el sonido de campanas. Muchos pobladores afirman haberlas escuchado y dicen que provienen de las iglesias de la antigua ciudad ubicadas en el fondo marino que se tocan todos los días a las 6 de la tarde. Al encontrarse a solo 10 minutos del puerto de Callao, hay quienes se animan a acercarse al lugar, utilizando para ello las embarcaciones que hacen recorridos desde La Punta tanto hacia la isla San Lorenzo como a las islas Palomino, muy popular entre los surfistas. Es precisamente durante el recorrido que el mismo guía hará un alto para apreciar por un momento el islote, mientras narra su trágica historia.

martes, 3 de diciembre de 2019

CARBUNCLO: El perro del Diablo

Con este nombre era conocida en la época medieval una preciosa gema del cual se decía que ocupaba la cabeza de algunos dragones. Con el transcurso del tiempo, el nombre fue utilizado para designar a otra piedra preciosa oriunda del antiguo Perú de cuya existencia dieron cuanta los cronistas de la conquista. Ellos refirieron que entre las exquisitas pertenencias del Inca, había una joya de gran refulgencia llamada Intip Tocay (que significa “cosa esculpida por el Sol”) en referencia a su brillo singular. Llamado ocasionalmente Carbunco, este ser fabuloso se trata de una especie de perro negro jamás domesticado, más grande de lo normal, que ostenta un diamante luminoso en medio de la frente - que presumimos que seria el Intip Tocay - cuyo nombre original se ha perdido. Propio de la sierra del Perú, en las zonas centrales y del norte es conocido como el “Perro del diablo”, es de aspecto intimidante, cuyo lucero en la mitad de su frente y ojos de fuego paralizan a cualquiera que lo vea. Aparece especialmente en las noches oscuras y en la cercanía de ruinas antiguas donde hay oro u otros objetos valiosos, buscando tentar a sus victimas. Se nutre de la “antimonia”, es decir de las emanaciones que brotan de los entierros antiguos, letales para los profanadores de tumbas. Toparse con el, puede significar una oportunidad de encontrar cuantiosas riquezas. Cuenta la leyenda que quien se cruza en su camino, se verá favorecido ya que el Carbunclo vomita una bola de oro incrustada de piedras preciosas y se lo entrega a modo de regalo, pero quien recibe estas alhajas no se debe mostrarse codicioso e interesado en ningún momento, porque si el Carbunclo lo detecta, le quitará el tesoro y se lo traga, desapareciendo inmediatamente en la oscuridad, mientras que la persona puede quedar ciega o paralizada por su ambición. En tanto, en el sur de la sierra, se le describe más bien como un gato negro con un diamante en la frente que emite un gran destello. Quien se lo encuentre debe perseguirlo con un pañuelo o manta blanca para atraparlo y quitarle la piedra preciosa de su frente. Quien ha capturado al Carbunclo y le ha arrancado el diamante, puede ser engañado por éste, ya que con una voz llorosa suplica que devuelvan la gema, y en cambio les dará todo aquello que deseen. Cuando le es devuelta la piedra, el Carbunclo desaparece sin cumplir ninguna petición, junto con todas las esperanzas de hacer realidad los deseos de sus captores. A final de cuentas, se trata de un ser demoníaco que castiga a los ambiciosos y premia a las personas desinteresadas. Se dice que no solamente puede aparecerse como un perro o un gato, ya que ocasiones se presenta como un ave o cualquier otro animal que se le ocurra, pero lo que lo hace diferente es que puede ser reconocido al llevar siempre un diamante en la frente. Esta joya le da habilidades especiales tales como la capacidad de emitir rayos de luz y poder sentir la emoción y personalidad de las personas. Hay quienes sostienen que para poder distinguirlo en la noche y seguirlo en la búsqueda de algún tesoro precolombino, es necesario beber alguna pócima proporcionada por algún brujo evitando de esta manera caer bajo su dominio. Se sabe de muchos que lo han intentado, pero no se ha vuelto a saber de ellos, perdiéndose todo rastro de quienes pretendieron hacerlo.

martes, 26 de noviembre de 2019

INSÓLITO HALLAZGO: Nuevas líneas descubiertas en Nazca ¿incluyen a un humanoide extraterrestre?

Como sabéis, uno de los grandes misterios sin resolver es el origen de las llamadas Líneas de Nazca, situadas a 400 km al sur de la capital peruana, Lima. Se cree que los diseños fueron creados hechos por personas de la civilización Nazca que habitaron el lugar entre el 200 a.C. y 500 a.C. Los geoglifos de origen precolombino comprenden 800 líneas rectas gigantes, 300 diseños geométricos y 70 diseños de animales y plantas. Algunas de las formas son demasiado grandes y se extienden hasta 370 metros de largo. Sin embargo, son muchos los que aseguran que las líneas de Nazca fueron creadas para atraer a los extraterrestres. Según esta teoría, estos diseños se hicieron lo suficientemente grandes como para hacerlos visibles desde el espacio, para atraer la atención de los alienígenas y que visiten Perú, según infoma The Sun. Esto demostraría que los Nazca creían que existían formas de vida extraterrestre en algún lugar del Universo y crearon estos diseños para llamar la atención a seres de otros mundos. Aunque es cierto que estos diseños fueron hechos por el hombre, son únicamente visibles desde una altura considerable. Y, por si fuera poco, en el 2017 se descubrió una extraña momia de tres dedos en Nazca, que para los investigadores se trataba de un ser extraterrestre, la cual por cierto, ilustra nuestra nota. Pero ahora, un grupo de expertos japoneses ha encontrado, a través del uso de la inteligencia artificial, nuevos geoglifos del que no se tenía constancia de su existencia, incluido un humanoide de origen desconocido. En efecto, investigadores de la Universidad de Yamagata en Japón pasaron años buscando imágenes de alta resolución de las líneas tomadas desde el espacio y estudiándolas en Nazca. Esto los llevó al descubrimiento de figuras previamente desconocidas que representan una gama de criaturas vivas que incluyen pájaros, monos, peces, reptiles y humanoides como el famoso “astronauta”. El equipo de investigación japonés, dirigido por el antropólogo cultural Masato Sakai, esperaba poder descubrir más detalles de líneas apenas visibles, así como descubrir figuras nunca vistas antes. También se propusieron descubrir por qué se crearon las líneas y para que fueron utilizadas. A través de búsquedas minuciosas de imágenes en el sitio, encontraron lo que estaban buscando: más de 140 geoglifos nuevos. Los investigadores creen que la cultura Nazca hizo las líneas al quitar la capa superior del suelo negro y rocoso y revelar debajo arena de color claro. El profesor Sakai y su equipo encontraron dos tipos diferentes de geoglifos como parte de su estudio del suelo, uno mucho más antiguo que el otro. El primer tipo tiene al menos 48 metros de ancho y es posterior a la civilización Nazca, entre 100 d.C. y 300. d.C. El segundo tipo es más pequeño, data de entre 100 a.C. y 100 d.C. El equipo cree que el tipo más antiguo de geoglifos se descubrió en cuestas y caminos que sugieren que fueron diseñados como puntos de referencia para ayudar a guiar a las personas. El tipo más nuevo estaba “lleno de fragmentos de cerámica” y podría haber sido utilizado como sitios de ceremonias rituales. Algunos de los trabajos recién descubiertos tienen solo unos pocos metros de ancho, lo que hizo que descubrir las líneas débiles fuera realmente difícil. Es por este motivo que el profesor Sakai colaboró con IBM, utilizando el “Acelerador de Aprendizaje Automático Watson (Watson Machine Learning Accelerator) para examinar un gran volumen de imágenes de drones y satélites. Este sistema de inteligencia artificial descubrió un antiguo dibujo muy tenue de un ser humanoide sobre dos pies. Como el geoglifo se encontraba cerca de un camino, los investigadores creen que pudo haber sido un ‘marcador de ruta’. Los geoglifos abarcan grandes extensiones de tierra ubicadas entre las ciudades de Palpa y Nazca. Algunos de ellos representan animales, objetos o formas compactas; otros son solo líneas simplistas. A menudo, la composición de un geoglifo no puede realizarse completamente a nivel del suelo. Solo cuando uno está lo suficientemente alto en el aire pueden discernir las formas de algunos de los diseños. Por esta razón, las complejidades de los diseños no se realizaron completamente hasta que se inventaron los aviones. El equipo de investigación japonés quiere continuar trabajando para descubrir más sobre los secretos de las líneas de Nazca, incluido el trabajo con IBM para encontrar más geoglifos. Cabe destacar que los detalles de la investigación se han publicado en la página web de la Universidad de Yamagata. Como recordareis, fue en 1927 que los investigadores descubrieron por primera vez las líneas de Nazca. En 1994, recibieron el estatus de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y volvieron a llamar la atención en el 2017 por el descubrimiento de momias de tres dedos en la zona. Debido a la forma extraña de los cráneos de estas criaturas humanoides, fueron muchos los que argumentaron que los extraterrestres han visitado el lugar en el pasado guiados por las líneas de Nazca y que posteriormente fueron enterrados tras de su muerte pensando que eran criaturas celestiales del cielo. Sin embargo, los teóricos de la conspiración creen que el gobierno peruano está ocultando la verdad sobre las líneas de Nazca, por lo que instan a los investigadores a estudiar profundamente sobre estos cuerpos y dibujos extraños, ya que las estructuras anatómicas de estos misteriosos humanoides son diferentes del hombre moderno.

martes, 19 de noviembre de 2019

MENUDA INTERROGANTE: ¿Existen planetas que no orbitan alrededor de una estrella?

Sí los hay, y de hecho han inspirado historias de ciencia ficción y reciben nombres tan poéticos y sonoros como planetas errantes, nómadas, vagabundos, solitarios, huérfanos... Desde el punto de vista científico son objetos de masa planetaria que no están gravitacionalmente ligados a ninguna estrella, y que por tanto están flotando por el espacio interestelar, orbitando por su cuenta en torno al centro de la galaxia. Por eso se les llama también planetas interestelares, o en inglés free-floating planets, planetas que flotan libres. ¿Cómo han llegado estos cuerpos hasta ahí? Los llamados planetas errantes se pueden formar de dos maneras diferentes. En primer lugar, pueden ser cuerpos que se hayan formado como planetas normales, pero que luego hayan sido expulsados de sus sistemas planetarios. Cuando una estrella se forma, a su alrededor se puede crear también un disco de polvo y gas, llamado disco protoplanetario, en el que el material se va juntando en pequeños cuerpos que darán lugar a los planetas. Durante la primera fase de formación de la estrella y los planetas en ese disco hay mucho movimiento, con mucha interacción entre los cuerpos hasta que se alcanza un equilibrio y los nuevos planetas se asientan en sus órbitas definitivas. Puede ocurrir que, debido a todas esas interacciones, alguno de los planetas no quede ligado al sistema planetario sino que salga expulsado de él, y se convierta en un planeta errante. Este proceso puede tener lugar especialmente en esas primeras fases del sistema planetario, pero también durante las fases finales de la vida de la estrella central, cuando esta sale de su etapa adulta, que llamamos secuencia principal, y cambia su luminosidad o su tamaño. Estos cambios provocan que todo el sistema planetario se reordene, y en ese proceso puede haber de nuevo algún planeta expulsado. La segunda opción es que estos cuerpos errantes se formen tal como se forman las estrellas, es decir, mediante una nube de gas que se compacta. En el caso de una estrella, tiene suficiente masa como para que en su centro se alcancen temperaturas muy altas, y se disparen las reacciones nucleares. Para esto es necesario que el objeto estelar tenga al menos una masa de alrededor de 13 veces la masa de Júpiter. Si la masa es más pequeña entonces no se dan las reacciones nucleares, y tenemos un cuerpo con la masa típica de un planeta, pero que no se ha formado orbitando en torno a ninguna estrella, y no se vincula gravitatoriamente a ninguna. A este tipo de cuerpos se les llama subenanas marrones, pero coinciden en características con los planetas errantes, o vagabundos, de los que estábamos hablando. Sabemos que hay muchos de estos planetas errantes, pero es difícil saber exactamente cuántos porque son difíciles de estudiar. Como no emiten luz propia, ni están recibiendo la luz ni interaccionando con ninguna estrella cercana, no pueden observarse con telescopios convencionales. Para poder detectarlos y estudiar sus propiedades usamos las llamadas microlentes gravitacionales. Cuando un planeta errante pasa por delante de un objeto brillante, por ejemplo una estrella, que está mucho más lejos, su presencia distorsiona la luz que estamos recibiendo de esa estrella lejana. Nuestro planeta errante va a hacer de lente, debido al efecto de la interacción entre su masa y la luz de la estrella que está detrás. Si analizamos la distorsión que sufre la luz de la estrella podemos obtener información sobre la masa del cuerpo que está en medio, y de esta forma estudiar algunas de las características de ese planeta errante. Para hacer esto hay equipos de investigación que analizan millones de estrellas con la intención de encontrar unas pocas miles de ellas en las que se observan estas lentes gravitacionales y estudiar los cuerpos que las producen, que pueden ser planetas errantes. Es como encontrar una aguja en un pajar. Pero el Universo es un pajar enorme, lleno de agujas que merece la pena encontrar. Existe asimismo la posibilidad de que muchos de esos planetas terrestres o lunas de gigantes gaseosos errantes puedan albergar un océano bajo su superficie de hielo que se mantenga líquido gracias al calor interno del planeta, cuyo núcleo tardaría miles de millones de años en enfriarse, suficiente para que en algunos casos la vida evolucione, pero vaya uno a saber de que forma lo han hecho, adaptándose a esas difíciles condiciones.

martes, 12 de noviembre de 2019

EXPEDIENTES SECRETOS PERÚ: La conexión Tiahuanaco

¿Podría haber existido una relación entre los Anunnaki y los habitantes de Tiahuanaco? Como sabéis, en la historia del Perú existen extraños relatos y misteriosos restos arqueológicos, que no tienen explicación coherente si los vemos desde el punto de vista de la historia tradicional de la cultura. Quizás las líneas de Nazca sean el mejor ejemplo. Pero, existen otros casos menos conocidos y más sorprendentes, como el enigmático sitio arqueológico de Tiahuanaco. Según la historia tradicional, la cultura Tiahuanaco se desarrolló hace 1,500 años a.C., cerca de la actual ciudad de La Paz. Se expandió hasta el sur del Perú y el Norte de Chile y su apogeo tuvo lugar entre los siglos IV y X de nuestra era, extinguiéndose misteriosamente, alrededor del siglo XII. Tiahuanaco duró, desde sus albores, poco más de 2,500 años. Sin embargo, sabemos muy poco de su historia, de sus costumbres y de sus creencias religiosas. Sólo han llegado hasta nosotros algunos restos arqueológicos que nos hablan de una extraordinaria civilización con sorprendentes técnicas arquitectónicas y desarrollados conocimientos en astronomía e hidráulica. La historia tradicional no llega aún a explicar como pudieron cortarse tan perfectamente los bloques de piedra de Puma Punku (que presentan diseños geométricos nunca antes vistos en la región), no sabemos con exactitud donde estuvieron situadas las extrañas estatuas que hoy en día arqueólogos y aficionados han repartido, sin mayor criterio, por la zona. Tampoco sabemos, a ciencia cierta, la antigüedad y el significado de la llamada “Puerta del Sol” y nos seguimos preguntando cuál fue la función del enorme complejo arquitectónico de Kalasasaya. El enigma cobra mayor importancia si tenemos en cuenta que, según los historiadores, fueron los habitantes de Tiahuanaco quienes originaron la cultura Inca. La que se convertiría en el mayor imperio conocido en el hemisferio sur. Al respecto, el padre Cristóbal de Molina nos relata en su crónica:“Ellos dicen que el Creador estaba en Tia-huanacu y que allí estaba su morada principal. De ahí, los magníficos edificios, dignos de admiración, de aquel lugar” El arqueólogo Arthur Posnanky investigó Tiahuanaco por casi 30 años e hizo sorprendentes descubrimientos. En muchos bloques de piedra pulidos, encontró hileras de pequeños agujeros redondos que podrían haber servido para sujetar algo. En 1943, durante una conferencia, Posnanky presentó un bloque de piedra de Tiahuanaco con cinco clavos de oro incrustados en el mismo. Su investigación concluyó que los muros, las cornisas y los pórticos de Tiahuanaco, incluyendo la Puerta del Sol, estuvieron revestidos de oro. Estos datos son relevantes en cuanto que describen, en detalle, la fisonomía del lugar. Sin embargo, aún seguimos sin saber el objeto de su construcción y su función. Estas interrogantes encuentran respuesta en la teoría de los extraterrestres que visitaron la Tierra en el pasado. Zecharia Sitchin, el defensor de los Anunnaki, nos presenta una historia alternativa y audaz que hace encajar, sospechosamente, todas las piezas de este rompecabezas. Según sus investigaciones, la antigua Tiahuanaco habría sido erigida a semejanza de la Uruk sumeria, que tuvo muchas de sus construcciones revestidas en oro. Según Sitchin, estas dos ciudades son obra de los Anunnaki quienes habrían llegado a la Tierra, hace miles de años, en búsqueda de oro. Alrededor del 6,000 a.C., un grupo de estos extraterrestres se estableció en las orillas del lago Titicaca para explotar el oro de la región. Allí, los Anunnaki habrían desarrollado una increíble civilización basada en la extracción y el procesamiento no sólo de oro sino también de otros metales. Sitchin afirma que el ornato aurífero con el que se vistió a Tiahuanaco tenía un motivo muy simple: engalanar el lugar para la visita de Anu, el gran jefe Anunnaki que venía a inspeccionar los lugares de donde se extraía el oro necesario para salvar la atmósfera de su planeta Nibiru. Es más, Kalasasaya habría servido, entre otras cosas, de observatorio astronómico para determinar el regreso a la Tierra del líder de los Anunnaki. Sitchin especula: “Sugerimos que sólo una visita de estado de estas características podría explicar la elaborada arquitectura de Puma-Punku, sus regios muelles y su recinto chapado en oro. Eso es exactamente lo que los arqueólogos han encontrado en Puma-Punku: evidencias incontrovertibles de que no sólo se cubrió con placas de oro parte de los pórticos (como los paneles traseros de la Puerta del Sol en Tiahuanacu), sino igualmente la totalidad de las paredes, entradas y cornisas.” Si los Anunnaki estuvieron en la meseta de Tiahuanaco, deberían haber dejado alguna huella que nos permita, al menos, otorgarle el beneficio de la duda a este increíble relato. Pero la historia no termina aquí, los habitantes de Tiahuanaco volverían a tener un rol protagónico en la historia del Perú. Al cabo de unos siglos, una nueva intervención Anunnaki, puso otra vez a los Tiahuanaco en el camino del desarrollo, la prosperidad y el ….oro. Esta vez, nada menos que en tierras cuzqueñas, desde donde crearían el imperio más grande del hemisferio sur. Precisamente, el cronista Inca Garcilaso de la Vega (1539-1611 d.C.) nos cuenta la leyenda de creación del Imperio Inca. Manco Cápac y Mama Ocllo por orden de su padre el dios Sol, salieron de las entrañas del Lago Titicaca (provenientes de Tiahuanaco) para buscar una tierra propicia donde fundar un imperio. El dios Sol les dio una vara de oro y les dijo que donde esta vara se hundiera sería el lugar indicado para formar su imperio y llevar la civilización a los habitantes de esas tierras. Después de varios intentos a lo largo del camino, la vara se hundió en el cerro Huanacaure, en el Cuzco. Allí se asentó la pareja que daría origen a la civilización Inca. Algunos elementos de este relato, como la “vara de oro” que indica donde se debía fundar el imperio, han hecho que los historiadores no le otorguen mayor peso histórico al mito recogido por Garcilaso de la Vega. Sin embargo, es justamente esa “vara de oro” la que lleva a Sitchin a proponer otra de sus audaces teorías. “¿Qué forma tenía y para qué servía esta varita mágica? Analizando objetos, leyendas y representaciones pictóricas de los soberanos incas, se llegó a la conclusión de que era un hacha, un objeto llamado Yuari, que, cuando se le entregó a Manco Capac, se le dio el nombre de Tupa-Yuari, Hacha Real. Pero, ¿era un arma o una herramienta?…… Así se puso en marcha la civilización andina: dándole al hombre andino un hacha con la cual extraer el oro de los dioses”. Es decir, los Anunnaki se manifestaron de nuevo y ayudaron a sus antiguos aliados de Tiahuanaco, en la búsqueda de tierras y metales. Esta interesante aproximación de Sitchin nos abre la puerta a otra interrogante: ¿existió una relación entre los Anunnaki , que vivieron entre los sumerios, y la culturas del altiplano? Es curioso que la lengua de Tiahuanaco sea el Uro o Uru, y que la capital de los sumerios, donde se establecieron los Anunnaki, se llame Uruk. “Nuestra hipótesis de que el Anaku en el nombre del lugar proviene del término mesopotámico que identificaba al estaño como metal concedido por los Anunnaki evoca un vínculo directo entre Tiahuanacu y el lago Titicaca por un lado y el Oriente Próximo de la antigüedad por otro…la extensión de la presencia sumeria/uru en los Andes se puede percibir en otros detalles, como el hecho de que uru signifique “día” en todas las lenguas andinas, tanto en aymara como en quechua, como en Mesopotamia. Otros términos andinos, como uma/mayu, que es agua, khun, que es rojo, kap, que es mano, enu/ienu, que es ojo, makai, que es golpe, tienen un origen mesopotámico tan evidente que está claramente demostrado que las lenguas quechua y aymara de los indígenas de Perú tuvieron un origen sumerio-asirio” aseveró. La similitud entre las canoas de juncos del Lago Titicaca y las antiguas embarcaciones egipcias y sumerias seria otro indicio de la relación entre los sumerios y los habitantes del Tiahuanaco. Una teoría muy interesante que debe ser visto como alternativa a las tradicionales. En la siguiente entrega veremos cual fue la relación entre los Anunnaki y otras civilizaciones que se desarrollaron en el norte del Perú: Lambayeque, Mochica y Chimú.

martes, 5 de noviembre de 2019

CENTINELAS DE PARIAHUANCA: El secreto arqueológico de las estrellas

Situado en el Perú, es uno de los enclaves arqueológicos más desconocidos de América y a la vez de mayores dimensiones y que más misterios encierra. Pariahuanca era un centro de peregrinación construido hace 7 mil años, al cual acudían diversos pueblos precolombinos para realizar cultos, pero a su vez también constituía un sitio de observación astronómica. Por si fuera poco, el lugar es epicentro de numerosos avistamientos de OVNIS que incluso han llegado a aterrizar a escasos metros de los testigos, dejando sobre el terreno evidentes rastros de su presencia. Descubierto hace 45 años por un pastorcillo de ovejas llamado Pascual Cuba Ramos, de nueve años, quien no se imagino que se trataba de uno de los complejos arqueológicos más grandes del planeta, formado por cerca de 700 monumentos megalíticos, entre menhires, círculos de piedra y formas dolménicas. Pascual ya desde temprana edad se sentía fascinado por aquel lugar donde pastoreaba su rebaño y que era conocido desde hacía tiempo atrás con el nombre de Centinelas de Pariahuanca. Aún recordaba en sus correrías de pastor por el aislado lugar ubicado a casi cuatro mil metros de altitud, los objetos luminosos que de día y de noche llegaban al complejo, y que eran vistos también por los pocos moradores de la zona, recuerda todavía cuando tenía doce años y a plena luz del día sentado al lado de una de las altas piedras como torres, llegó un objeto de forma circular y características metálicas por su brillo, el cual se posó a unos cien metros de donde se encontraba, la visión duró apenas unos veinte segundos, cuando de pronto y a una velocidad solo comparable a la de la luz se perdió en el cielo, y así numerosas veces durante mucho tiempo. Con el paso del tiempo en el 2015 cuando tenía 53 años, vivió otra experiencia parecida, esta vez contrastada por la marca quemada sobre la hierba que dejó el objeto y que hoy en día se puede apreciar todavía. El gigantesco mapa astronómico y calendario neolítico, se encuentra en la comunidad de Pariahuanca del distrito Los Morochucos, provincia de Cangallo, departamento de Ayacucho de la nación peruana, situado entre los 3,650 y 4,000 metros de altitud extendida a unos 9 km². A 58 km de la población de Ayacucho, capital del departamento del mismo nombre. La palabra Pariahuanca, según la tradición quechua, significaría Piedras Sagradas o Altas Piedras sobre tierra roja. En el año 2000, el mismo Pascual realizo las investigaciones arqueo-astronómicas, según la experiencia adquirida en un curso a distancia que realizó con la Universidad Sergio Arboleda de Colombia. Según agrega, fue el último amerindio Yachaq - sabio de la Cosmovisión Andina - quien bautizó a los megalitos con el nombre de los Centinelas de Pariahuanca. Una visita al lugar nos muestra la plaza astronómica de Pariahuanca y sus promontorios Kullunayuq y Zapalluyuq, que alberga varios centenares de megalitos o menhires que cumplían una función ritual astronómica como observatorio solar, lunar y estrellas agrupadas en constelaciones, planetas y demás astros. Fue construida hace unos siete mil años, siendo considerada por ello como el calendario neolítico más antiguo de América, que cruza un alineamiento gigantesco de megalitos con dirección del noreste al sureste, siguiendo el recorrido que señala la Via Láctea. El sofisticado calendario cósmico cuenta con más de 600 estructuras megalíticas conformadas por uno, dos o tres menhires unidos o rodeados por enlosados de piedras que configurarían los calendarios Helio Lunares, el Reloj Solar de Piedra (Intihuatana), monolitos de culto al sol, la luna, las estrellas y monumentos conmemorativos. Según las mediciones realizadas, algunos de estos monumentos marcarían los equinoccios y solsticios en las diversas épocas del año. Que se diera a conocer al mundo fue fruto de la casualidad, ya que si bien fue un pastor de ovejas quien conocía su existencia, así como los nativos de la zona, decidieron mantenerlo en secreto y solo llego a ser conocida su existencia por el público en general cuando en una ocasión debido a su conocimiento de la zona, Pascual acompaño al ingeniero de una empresa de telecomunicaciones que quería instalar una antena de repetición en la cima de la montaña quien durante el recorrido por el lugar se sorprendió al ver unas enormes ‘columnas’ de piedras erguidas, algunas de ellas muy altas y dispersas por toda la pampa, unas solas y otras en grupos de dos y tres ‘columnas’, así como círculos de grandes piedras con un monolito erguido más alto en el centro. En recién en ese momento, cuando este enclave repleto de misterios se dio a conocer al mundo, siendo desde entonces visitada por algunos viajeros deseosos de conocerla y descifrar su significado, que aun ignoramos por completo.

martes, 29 de octubre de 2019

TSENSÉBITO: Aquel vampiro sediento de sangre

Así como en Europa es conocida la leyenda de Drácula - un conde vampiro originario de Transilvania - en el Perú también existe una demoníaca criatura, que aterroriza a los nativos que viven en la amazonia, quienes han contado innumerables historias de horror acerca de sus encuentros con aquel espantoso ser. Los matsiguengas (una tribu que habita en la selva ubicada entre el Cuzco y Madre de Dios, en las cuencas de los ríos Urubamba y Manu) lo conocen con el nombre de Tsensébito y lo describen como un humanoide cruel y sediento de sangre, de quien se dice que caza palomas y otras aves mediante trampas elaboradas, para luego cocinarlas y ofrecérsela a los niños que encontraba en su camino. Cabe destacar que el monstruo para pasar desapercibido, puede transformarse en un anciano y así evitar que sospechen de lo que es en realidad. De esta manera, una vez que los pequeños estaban satisfechos con la comida ofrecida, los recostaba sobre una piedra para que se duerman y se aseguraba que lo estuvieran, ya que continuamente les hacia una pregunta para saber si aun estaban despiertos, si el niño no respondía entonces significaba que estaba dormido; Al ver que había llegado el momento de alimentarse, el Tsensébito avivaba el fuego para el banquete, acto seguido, cogía una piedra de gran tamaño y la hacia caer con fuerza en la cabeza de sus desafortunadas victimas, quienes como es obvio, morían al instante, lo cual regocijaba al monstruo - que recuperaba su forma original - porque para el había llegado la hora de comer. Cuando acabo con los niños del pueblo, empezó a buscar de mayor edad, captando un día a un joven guerrero, quien al conocer el hogar del supuesto “anciano” mientras el salió a cazar, vio todos los huesos de sus victimas, incluido los de sus hermanos desaparecidos, porque reconoció sus prendas ensangrentadas en el lugar. Presa de la ira y con la rabia contenida, espero el regreso del Tsensébito quien le dio de comer para que se durmiera, quien deseoso de vengarse, fingió tener sueño y se acostó haciéndose el dormido. Con un ojo entreabierto pudo verlo coger una piedra con intenciones de partirle la cabeza, pero esquivo el golpe ante la sorpresa del “anciano”, abalanzándose raudamente sobre el asesino, arrojándolo al fuego y vio como se transformaba en el monstruo que era con sus grandes alas extendidas para intentar escapar de las llamas, pero el joven guerrero perdiendo el miedo a la criatura que daba grandes alaridos, agarró una piedra y se la arrojo sobre la cabeza, cayendo el Tsensébito al fuego, donde se abrasó; Tras escapar del lugar para contar a los adultos lo acontecido, estos fueron con sus lanzas y garrotes en mano a la guarida del monstruo dispuestos a destriparlo y darle una cruel y horrible muerte por todo lo que hizo, pero al entrar al lugar, no encontraron mas que un cajón del cual al levantarlo, salieron una gran cantidad de murciélagos que se perdieron en la espesura del bosque. Del Tsensébito no se tuvo mas noticias, pero es de imaginar que se traslado a otro lugar para continuar con sus maldades. Y es que debido a la inmensidad del Amazonas, ocultarse para el monstruo - con mayor razón cuando tiene la capacidad de transformarse para no ser reconocido - no debe ser ningún problema.

martes, 22 de octubre de 2019

VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE: ¿Creían los Incas en la reencarnación?

La muerte para los incas era sencillamente el pasaje de esta a la otra vida. Por eso nadie se atormentaba frente a ella, porque estaban seguros de que sus descendientes y su ayllu (clan familiar) cuidarían de su cadáver momificado, o simplemente disecado, llevándole comidas, bebidas y ropajes durante todos los años del futuro. En dicho aspecto lo único que le acongojaba era que pudieran ser quemados o pulverizados, porque eso significaba su desaparición total. Por lo demás, no tenían la menor idea del paraíso celestial, tampoco del infierno ni mucho menos del purgatorio o la existencia del diablo al estilo de las religiones del viejo mundo. Tampoco pensaban en la resurrección de los muertos. Sin embargo, creían en la reencarnación, ya que estaban convencidos que el alma de quien acababa de morir retornaba a este mundo con el que recién nacía. Al respecto, existen algunos manuscritos coloniales que documentan esta creencia. Así por ejemplo, en los capítulos 32 y 97 de La Crónica del Perú (1550), el cronista Pedro Cieza de León anotó lo siguiente: “No tienen conocimiento de la inmortalidad del ánima enteramente, mas creen que sus mayores tornan a vivir, y que las ánimas de los que mueren entran en los cuerpos de los que nacen”. “Y cuentan estos indios, que tuvieron en los tiempos pasados por cosa cierta que las ánimas que salían de los cuerpos iban a un gran lago, donde su vana creencia les hacía entender haber sido su principio, y que allí entraban en los cuerpos de los que nacían”. Semejantes afirmaciones aparecen en el manuscrito quechua anónimo de Huarochirí (Siglo XVI), donde se mencionan varias referencias directas e indirectas a la reencarnación, como: “En aquella época, los hombres resucitaban a sólo cinco días de haber muerto”. “Se dice que creían que iba a volver a su lugar de nacimiento Omapacha”. “En tiempos antiguos, cuando un hombre moría decían: nuestro muerto volverá después de cinco días ¡esperémoslo!”. “Sabemos por procesos de idolatrías, que los muertos solían regresar a sus pacarinas”. Sobre esto podemos agregar que en dicho manuscrito, los niños que nacían para reemplazar a sus padres, llevaban agregado el término Curi a su nombre, sea persona o animal (¿reencarnaban también en animales?). Y lo curioso de esto es que, uno de los protagonistas de este manuscrito, Huatiacuri, llevaba el apelativo Curi unido a su nombre (Huatia-Curi), lo cual indicaría que este personaje es un ser reencarnado, muy posiblemente de su padre, el (dios) Pariacaca. Cabe resaltar que a quien fallecía, en primer lugar se le bañaba para purificarlo; luego se le frotaba con maíz blanco molido, mullu y otros ingredientes. Acto seguido, se le vestía. Los parientes lloraban y luego lo llevaban a una cueva para colocarlo junto a otros difuntos del ayllu. Se creía que el alma no se retiraba del lado del cuerpo sino cinco días más tarde de fallecido; fecha en la que los parientes iban al río más próximo a lavar los atuendos y otras prendas dejadas por el muerto, y se los guardaba para seguir vistiendo a la momia. Estaban convencidos que ulteriormente de exhalar el último suspiro, esa fuerza vital de su propio ser seguía con vida, y creían igualmente que en el cadáver seguían latentes muchos atributos del ser vivo: sed, hambre, calor, frío, etc. De ahí porque para ellos era importante su conservación, lo que resultaba fácil en los Andes dada las condiciones ecológicas, que coadyuvaban a su disecación y momificación. Consecuentemente, para que no padecieran de hambre ni sed colocaban adyacentes al muerto vasijas de alimentos y bebidas, cosas que se le continuaba llevando cada cierto tiempo, en fechas conocidas. Tal hecho explica la necesidad de dejar hijos y descendientes para asegurar el abastecimiento permanente al fallecido. Era un desvelo el que sus cadáveres no desaparecieran, porque su conservación significaba seguir viviendo. Fue así que la idea de la supervivencia luego de la muerte lo que condujo a la preservación del cuerpo. Generalmente el muerto era envuelto en telas, dejándole el rostro libre; pero entre la nobleza llevaban sus joyas y coronas, además de una máscara de oro delgado, que de seguro reproduciría los rasgos fisonómicos del difunto. Así como los cadáveres recibían cuidados especiales, se los disponía de tal forma para que se secaran y pudieran conservarse centenares de años. En los Andes, eran arropados y colocados en posición fetal, (codos entre las rodillas y las manos sujetando el mentón). Estas momias eran llevadas a cuevas naturales ubicadas en cañones y laderas de las más altas montañas, rodeándolos con objetos familiares: vajillas, herramientas, comidas, bebidas. Quedaban prácticamente al aire libre, a la vista de todos. Hasta allí acudían sus parientes colaterales y directos, llevándoles mates de alimentos, derramando chicha y poniendo hojas de coca en las bocas de las momias. También le eran sacrificados cuyes (conejillos de Indias) y llamas. Aparte de ello, las momias debían ser cuidadas y conservarlas para ser visitadas por lo menos una vez al año y cambiarles de vestimenta con el objetivo de llevarlos en procesión cargados en  andas, rumbo a su comunidad, quienes danzaban con el cadáver. Pensaban que aquel rito contribuía a dar bienestar y eternidad al ayllu. El esmero y precaución que ponían en la preservación de los cadáveres es una prueba en que creían en la vida sobrenatural. Se imaginaban que los muertos seguían sintiendo casi todos los problemas y necesidades que los seres vivos. Además daban por hecho de que sus espíritus también que se agrupaban en ayllus, al igual que cuando estaban vivos. Si el culto de los ancestros determinó la conservación del cadáver, lógicamente que su preservación generó la técnica de la momificación. A veces extraían las vísceras y el cerebro. Lo restante les resultaba fácil merced a las condiciones ecológicas de los Andes por el gélido frío que posibilitaba su conservación. Si bien con la llegada de los españoles y la extirpación de idolatrías, se habría tratado de suprimir las expresiones colectivas vinculadas con el ritual y las creencias andinas, esto jamás habría pasado, ya que hasta la actualidad de una forma u otra se ha conservado muchas de las ceremonias y rituales funerarios, haciéndolas pasar como “cristianos” cuando en el fondo no tienen nada de ello.

martes, 15 de octubre de 2019

VIGILANTES DE LOS CIELOS: ¿Seres alienígenas o ángeles caídos?

Una curiosa noticia proveniente del Cuzco, indica lo que a primeras luces podría tratarse de un encuentro cercano con un ser al parecer de otro mundo, peculiar por la forma en como sucedió dicho suceso, según da cuenta un diario local. El caso involucra a una señora - cuyo nombre insistió en mantenerlo en reserva - quien relata que acostumbrada a vivir en libertad como lo hacia en Lima, de donde proviene, le gustaba subir a las montañas que rodean la Ciudad Imperial y pasear por ellos. Así, un día en la que se encontraba sentada al lado de un arbusto cansada de tanto caminar, vio aparecer de la nada a un hombre alto, vestido extrañamente con lo que parecía ser una especie de tela metálica color acero bien ceñido a su cuerpo, pero por lo podía ver no le incomodaba para desplazarse sin problemas. Además de ello, usaba una especie de gorra del mismo material que le cubría la cabeza. Intrigada por su apariencia, vio que se le acercaba mirándola fijamente y ella asustada noto con terror que no tenía nada a la mano para defenderse, ni siquiera una piedra, si es que el ‘intruso’ - como lo calificó en su mente - tenía malas intenciones. “No temáis mujer que no pienso hacerte ningún daño” le dijo el misterioso ser con una voz clara y fuerte, por lo que no cabe duda que le leyó el pensamiento.”Al llegar a mi lado, pude percatarme que se encontraba flotando a unos 40 centímetros sobre el suelo, el cual no piso en ningún momento” relato la testigo. “Presa del pánico, pensé en huir rápidamente del fugar, porque creí que era el mismísimo diablo que venia a llevarme, pero una extraña fuera me mantuvo clavada en el piso y no me pude mover” indico asustada la testigo en exclusiva para el citado medio. “Entonces trate de mirarlo sin turbarme, y pude notar tenia unos ojos azules intensos y su rostro estaba iluminado por una leve sonrisa, y es allí que me pregunto mi nombre” -prosiguió - “y al dárselo, me dio el suyo, dijo llamarse Xenon , agregando que provenía de un planeta ubicado mas allá de las estrellas y que era de uno de los muchos viajeros que se trasladaban por diversos mundos para conocer a las distintas especies que los habitaban, afirmando que ‘este planeta que ustedes llaman Tierra le parecía muy primitivo y peligroso ya que continuamente están en guerra y no saben vivir en paz’ pero no me dio tiempo de responderle”- aseveró la mujer - “ya que luego de algunos segundos, el extraño ser puso su dedo índice en uno de los muchos botones que tenia su traje en el pecho y se alejo elevándose del suelo para luego desaparecer en los cielos”. Repuesta del susto, la testigo pudo levantarse y corriendo todo lo que pudo, volvió presurosa a su casa y desde entonces no ha vuelto al lugar del encuentro. Si bien en un primer momento no quiso contar su experiencia a nadie, al final su marido al verla toda temblorosa pudo enterarse del hecho, quien le prohibió salir de casa terminantemente, creyendo que su mujer había inventado todo ello para ocultar una relación ilícita. Es así como decidió contar su encuentro al citado medio, para evitar terminar victima de un feminicidio a manos de un marido celoso. No cabe duda que el humanoide en cuestión, seria uno de aquellos seres llamados Sky Watchers, los cuales tienen la capacidad de volar por los cielos del mundo sin necesidad de utilizar naves de cualquier tipo, pudiendo realizarlo como las aves anulando la gravedad. Los encuentros con estos seres de origen desconocido son casos muy enigmáticos. A lo largo de la historia se han producido miles de avistamientos en diversos puntos del planeta. Lo que no se sabe es cuales son sus intenciones ni de donde realmente provienen, ya que bien pueden extraterrestres como alegan o quizás ángeles caídos, tal como aparecen descritos en la Biblia, quienes fueron expulsados junto con Lucifer de los cielos y que al igual que su demoníaco líder, son maestros del engaño, por lo que lo más prudente es mantenerse alejados de ellos.

martes, 8 de octubre de 2019

VIZCARRATA: El infame roedor de Odebrecht

En este país bananero llamado Perú existe una sucia alimaña de uñas muy largas, quien hizo toda clase de negociados con la constructora brasileña Odebrecht cuando estuvo al frente el gobierno regional de Moquegua, por lo cual no solo posee 46 procesos judiciales abiertos por execrables delitos penales, que van desde cohecho, extorsión, intento de homicidio y secuestro, sino que también su empresa constructora, fue proveedor mayoritario del consorcio Conirsa - integrada por Odebrecht Latinvest Perú S.A.C., y Graña y Montero para la construcción de la carretera Interoceánica Sur - y además era apoderada del Consorcio Ilo, una asociación de constructoras lideradas por Graña y Montero, enriqueciéndose ilegalmente a costa del Estado utilizando su cargo para hacerlo a pesar que la ley se lo prohibía expresamente. A ello se suma su implicación en el Caso Chinchero, cuando como ministro de Transportes y Comunicaciones del conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski (PPKutra) intento presionar al por entonces Contralor de la Republica para que aprobara a como de lugar una infame addenda - a todas luces perjudicial para los intereses nacionales - con el cual intentaba favorecer al consorcio chileno Kuntur Wasi (propiedad de Sebastián Piñera, amigo de Kuczynski) obligando al Estado peruano a financiar íntegramente la construcción del aeropuerto internacional de Chinchero (Cuzco), cuando en el contrato original se decía que los chilenos deberían hacerlo. Pero no contento con ello, se entregaba a dicho consorcio por 40 años la administración del citado aeropuerto a pesar de no haber invertido un céntimo, quedándose con todas las millonarias ganancias que ello acarrearía, lo cual iba a ser repartido entre Piñera, Kuczynski y Vizcarra. Pero al estallar el escándalo al quedar al descubierto dicha felonía, el contrato fue anulado y se abrió una investigación criminal para sancionar ejemplarmente a los responsables. Temeroso por las últimas investigaciones al respecto (ya como precario inquilino de Palacio tras la obligada renuncia de Kuczynski para evitar una ignominiosa destitución por el Congreso) que daba cuenta de sus delitos y que podría terminar en la cárcel, dio un golpe de Estado el pasado 30 de septiembre para evitar ser fiscalizado, acabando con la institucionalidad democrática que había sido restaurada en el año 2000 tras la caída de la criminal dictadura fujimorista. Muchos pensaron entonces que ello nunca más volvería a suceder, pero mira que se equivocaron, y por culpa de un roedor - bautizado acertadamente en las redes sociales como Vizcarrata - la larga sombra del autoritarismo ha vuelto a caer sobre el Perú. Consumado el golpe, las ratas y sus secuaces están celebrando por estos días, pero la dicha de los malvados no es eterna. Ya lo pagareis.

martes, 1 de octubre de 2019

SECRETOS OCULTOS EN LAS PROFUNDIDADES: El tesoro perdido de Llamellín

Si usted imagina que la búsqueda de tesoros perdidos es solo historia de piratas, se equivoca, al menos en el Perú, ya que desde la caída del Imperio Inca se cree que valiosos cargamentos de oro fueron escondidos en cuevas o arrojados a las incontables lagunas que existen a lo largo de la Cordillera de los Andes por quienes los llevaban a Cajamarca desde todas partes del Imperio como parte del rescate de Atahualpa, que se debía pagar a los españoles a cambio de su vida, pero al enterarse que no cumplieron su palabra y lo ejecutaron, decidieron deshacerse de esos tesoros. De otro lado, se sabe que muchos caciques locales se aliaron a los españoles para combatir a los Incas y luego en retribución por su traición, se les permitió conservar sus privilegios y riquezas. El protagonista de esta historia era descendiente de uno de ellos. Cuenta la historia que por el año 1800 vivía en el lugar denominado Huarimarca - ubicado a una hora y media de Llamellín - un acaudalado cacique de nombre Huayopaucar, quien se dedicaba a fundir oro, uno de los metales más preciados - aunque nunca dijo de donde provenía el metal - el cual decidió enviarle como un presente varias alhajas al virrey Fernando de Abascal en 1815, quien al recibir el obsequio, lo mandó llamar porque tuvo curiosidad de conocerlo y saber de donde provenía su riqueza. Fue así que ilusionado, el cacique decidió ir a la capital, pero antes escondió todo sus tesoros en una caverna y contrató a dos negros para que cuidaran sus propiedades, a quienes les ordenó que se queden en el lugar hasta su retorno. Sin embargo, Huayopaucar nunca regresó y los guardianes que contrató, un buen día desaparecieron, desde entonces se ha estado buscando intensamente los tesoros que escondió en algún lugar de Huarimarca, sin resultado alguno. En cuanto a lo que realmente sucedió con Huayopaucar, circularon diversas versiones acerca de su destino final, que fue asesinado durante su viaje o bien detenido al llegar a Lima por orden del virrey y sometido a tormento para que revelara el lugar de donde provenía el oro, pero nada lograron sacarle por lo que convertido en un despojo humano fue enviado a presidio y nunca mas se supo de el, con mayor razón que en esos tiempos turbulentos, las guerras por la independencia asolaban los antiguos dominios de España en el continente y el Perú no era ajeno a ello. Hasta llegaron a suponer que el cacique conocía la ubicación donde se ocultaron aquellos legendarios tesoros destinados a Cajamarca y que de allí provenía su riqueza. Cabe destacar que antes de su viaje a la capital del Virreynato, Huayopaucar fabricó cuatro campanas para la catedral de San Andrés de Llamellín, las cuales fueron fabricadas de cuatro arrobas de oro, cuatro de plata y cuatro de cobre. Según se afirma, una de las campanas fue sustraída por un codicioso cura, quien para lograr su propósito utilizó una sierra y la cortó en pedazos a fin de trasladarla en un camión a Lima. Al enterarse del sacrilegio, el religioso fue echado del pueblo por los lugareños, aunque una versión da cuenta que arrepentido, perdió la razón y se arrojo al cercano río Marañon. En la actualidad, las tres campanas que quedaron están guardadas dentro de la catedral, las cuales por el paso de los años se encuentran completamente deterioradas, incluso una de ellas presenta rajaduras. Se dice que en sus buenos tiempos, cuando tocaban las cuatro campanas, el sonido no solo se escuchaba en el lugar sino también en las otras provincias de la región Áncash. ¿Realidad o ficción? Vaya uno a saber, en todo caso, esta relato forma parte de la historia misma de Llamellín, que ha pasado de padres a hijos con el claro objetivo de que no olviden de que en algún lugar oculto de los Andes se encuentra un fabuloso tesoro sin dueño, esperando que alguien lo encuentre ¿Quién será el afortunado?

martes, 24 de septiembre de 2019

SU CRUELDAD NO CONOCE LÍMITES: El misterio de la sirena de Gocta

En el corazón del territorio de los Chachapoyas, la civilización que dominó el nordeste del Perú antes de la llegada de los Incas a esta zona, las aguas de una imponente cascada se pierden en la inmensidad de la selva. Con sus dos caídas y sus 771 metros de altura, la catarata Gocta se ha convertido en uno de los principales atractivos de la zona con mayor proyección turística del Perú. Protegida por la densa vegetación y por las supersticiones de la población local, la existencia de la catarata Gocta se había mantenido silenciada prácticamente hasta nuestros días. ¿Qué mitos y leyendas esconde esta cascada para que su existencia se haya mantenido en secreto durante tanto tiempo? Desde su infancia - nos recuerda el guía - era considerado un lugar donde no debía ir. “Nuestros padres nos advertían que una enorme serpiente frecuentaba el primer salto y que sus aguas eran peligrosas” aseveró. Pero, lo que más temían era la presencia de la sirena. Cuenta la leyenda que un hombre desapareció entre las aguas de la catarata Gocta luego de ser visto por última vez por su mujer en compañía de una sirena que custodiaba un tesoro. Para nuestra sorpresa, el guía nos explica que el desaparecido fue un vecino de Cochachimba. Un poblador con nombre y apellido, que además - asegura - resultó ser familiar suyo. Cuenta la leyenda que este solía pasear a solas por la catarata. Subía el curso del río hasta llegar al corazón de la cascada donde se le aparecía una sirena, a quien mas de una vez la visitaba, quien le recompensaba con oro y piedras preciosas, que guardaba celosamente evitando las sospechas de su mujer al volver a casa. Con el tiempo, su esposa empezó a sospechar sus tardanzas y un día encontró aquellos pequeños tesoros en los bolsillos de su pantalón a causa de un descuido. Su mujer no podía contener sus dudas y celos. Al siguiente día, el sentimiento de traición la hizo perseguir a su marido en silencio. Lo siguió por el cauce del río a una prudente distancia y al llegar a la cascada se escondió entre unas rocas. Apareció la sirena y pudo ver como se sentaban sobre unas rocas y se ponían a conversar. Los celos no pudieron contenerla por más tiempo y se dirigió hacia la pareja no sin causar un estrepitoso ruido al tropezar con las rocas. La sirena la vio y rápidamente agarró a su marido y desaparecieron juntos en las profundidades de la cascada. Nunca más se supo de el. En cuanto a la mujer, al acercarse a para ver donde habían caído, vio de repente surgir de las aguas una gran serpiente - que hace a su vez de guardaespaldas de la sirena y custodia una olla de oro que se encuentra en el fondo de las aguas – con la intención de atacar a la mujer, pero esta logró escapar con vida. Se dice desde entonces que la sirena ha vuelto a aparecer para que con engaños, se lleva a sus victimas para arrancarles el corazón, con el cual se alimenta, dejando el resto del cuerpo a la gran serpiente que custodia su tesoro. Al parecer, continua haciendo de las suyas, ya que el guía nos confeso que recientemente un primo de su mujer llegó alterado a casa asegurando haber visto en las cercanías de la catarata a “una persona con la parte de arriba con forma de mujer y la parte de abajo con forma de pez”. Pronto percibimos que para ellos, la historia de la sirena no se trata de una simple leyenda. Cabe recordar que en aquella zona de la selva amazónica moraron entre el año 1.000 y el 1.400 los Chapapoyas, un pueblo admirado por haber resistido con éxito a todos los intentos de conquista perpetrados por los Incas. Queda como vestigio de su presencia una monumental fortaleza prehispánica, Kuelap, el mayor atractivo de la región. La catarata Gocta, pese a que el mundo la conoce desde hace poco, ya cuenta con gran cantidad de turistas nacionales e internacionales, que llamados por el misterio que encierra acuden a visitarla. El acceso no es fácil, ya que para llegar a ella hay que un largo camino de tierra y piedras, lo que significa una ardua caminata de aproximadamente cinco horas. Pero vale la pena hacerlo para deleitarse de esta maravilla de la naturaleza.

martes, 17 de septiembre de 2019

EXOPLANETAS: Mundos extraños más allá de nuestro sistema solar

Como sabéis, estos años han sido muy productivos para la NASA en el descubrimiento de nuevos planetas ubicados más allá de nuestro sistema solar (exoplanetas) en los cuales hay grandes posibilidades de que se desarrolle la vida tal como la conocemos, lo cual abre una nueva posibilidad de encontrar un sustituto a la Tierra en el futuro. Su localización ha sido posible gracias a los telescopios espaciales, ya que sin ellos - debido a la considerable distancia donde se encuentran - hasta ahora no sabríamos de su existencia. Precisamente hace unos pocos días se detecto por primera vez grandes cantidades de agua en la atmósfera de una supertierra potencialmente habitable. Como sabéis, no fue hasta el año 1992 cuando se descubrieron los primeros planetas con una masa parecida a la terrestre orbitando alrededor de otra estrella. Ese año dio el pistoletazo de salida, porque hasta la fecha ya se han encontrado miles de sistemas planetarios con innumerable cantidad de exoplanetas. Además, su continuo descubrimiento da otras pistas para muy interesantes la NASA. Este hallazgo indica que los planetas terrestres templados parecen estar en grupos. Misiones como Kepler ya sospechaban que existía este comportamiento, pero luego del descubrimiento de los planetas esta teoría se ha asentado. ¿Y ello qué significa? Que sistemas estelares más próximos y conocidos como Próxima Centauri, en el que al menos hay un planeta, podrían estar poblados por más de un hermano gemelo de la Tierra, y por tanto potencial hogar de la especie humana. Todos se han lanzado a aventurar que el descubrimiento de exoplanetas supone un avance insólito y muy importante para la ciencia. Vale, lo sabemos, pero ¿qué es lo que se nos viene encima? ¿Para qué servirá este avance? El descubrimiento de exoplanetas ha abierto una pequeña brecha por la que podemos empezar a vislumbrar un futuro digno de cualquier película de ciencia ficción. Muchos expertos ya lo advertían en numerosas ocasiones en los últimos años, la Tierra tiene fecha de caducidad, y si queremos sobrevivir a la hiper explotación a la que tenemos sometido a nuestro planeta, el destino de nuestra especie pasa por encontrar otros planetas habitables. Al respecto, un equipo de astrónomos esta convencido que muchos de ellos son mundos rocosos con una masa muy similar a la de la Tierra y que además están dentro de lo que los expertos consideran ‘la zona de habitabilidad’. Con todos los datos que nos han puesto sobre la mesa a todos se nos viene la misma pregunta a la cabeza: ¿Cuándo vamos a poder viajar a esos planetas? Ante todo, debemos saber que estos se encuentran a una considerable distancia de la Tierra, como por ejemplo, los 7 planetas que orbitan la estrella Trappist-1, una enana roja ultra-fría del tamaño de Júpiter, está ubicada aproximadamente a 39 años luz de la Tierra. Esta no es una distancia tan corta como los 4,25 años luz que nos separan de Próxima Centauri, pero nos da una nueva e interesante posibilidad, porque en términos astronómicos el resto de posibles planetas habitables podrían estar situados mucho más lejos todavía. Para hacernos una idea de cuánto tardaríamos en llegar hasta estos planetas con los medios que manejamos ahora nos puede servir un ejemplo. La nave espacial más veloz que se ha lanzado desde nuestro planeta fue la misión New Horizons de la NASA, una misión dirigida hacia Plutón y que se lanzó en enero del 2006 a una velocidad de 58.000 kilómetros por hora. Si su destino hubiera sido Marte (situado a 225 millones de kilómetros de media) la nave tardaría entre 39 días como mínimo y 289 como máximo. Los exoplanetas descubiertos están a varios años luz de la Tierra y un año luz equivale aproximadamente a 9.460.730.472.580'8 kilómetros. Por lo tanto, con las cuentas en la mano, todavía tenemos que mejorar nuestros sistemas para poder plantearnos llegar hasta allí sanos y salvos. Por otra parte, los viajes espaciales prolongados y las estancias en lugares o entornos de baja gravedad durante largo tiempo suponen un gran desafío físico y emocional para los humanos. Los astronautas que se embarcan en una de estas aventuras deben seguir durante una larga temporada un riguroso y estricto programa de ejercicios y alimentación. Y es que una larga estancia en el espacio puede tener efectos perjudiciales para el organismo. A ello debemos agregar que según un estudio de la Administración Federal de la Aviación de EE.UU., la exposición a los rayos cósmicos causa en los viajeros, aún incluso cuando estos están protegidos tras escudos antirradiación, un notable incremento en los riesgos de contraer cataratas, la pérdida de fertilidad e incluso aumenta las posibilidades de heredar a su futura descendencia algunas patologías genéticas. Los trajes espaciales que actualmente existen son un soporte vital de calidad para los astronautas pero no son la solución definitiva. Cuando un astronauta realiza un periplo espacial de tan solo seis meses, su cuerpo acaba padeciendo algunas de las consecuencias de su decisión. Los huesos, por ejemplo, sufren un proceso de descalcificación que reduce la masa ósea entre un 1 y un 2 % al mes; mientras que la exposición a algunas de las radiaciones que hay en el espacio pueden causar serios daños en nuestro ADN. La cabeza también resulta afectada, ya que cuando desaparece la atracción terrestre, hay una redistribución de los líquidos corporales que hace que esta se hinche provocando a los viajeros espaciales fuertes cefaleas. Y son solo seis meses. Imaginémonos lo que ocurriría si decidiéramos iniciar un viaje interestelar. Aun resolviendo este problema, queda por ver como serán los mundos ‘habitables’ que encontremos y peor aun, si ya están habitados. La NASA ha asegurado que todavía no tiene establecido el protocolo, pero lo más seguro es que la confirmación de este hallazgo le obligaría a replantear sus objetivos. Queda por ver si saldríamos vivos de ese encuentro ya que nos verían como ‘invasores’ y acabarían con nosotros sin duda alguna ¿Tan largo viaje para acabar así?. Venga ya, quizás una travesía así no pase de nuestra imaginación, ya que si en pleno siglo XXI no hemos sido capaces de llegar a Marte o siquiera regresar a la Luna (si es que en realidad estuvimos alguna vez allí) vamos a tener la tecnología como para viajar a años luz…. Quizás deban pasar siglos antes que ello sea posible, a menos claro, que sea virtualmente o que los alienigenas nos ‘visiten’ primero, los cuales por cierto, conociendo lo primitivos y violentos que somos los humanos, no vendrían en paz .