martes, 8 de agosto de 2017

TERROR HECHO EN EL PERÚ: Secreto Matusita

Estrenada en el 2014, fue una película de terror dirigida por Dorian Fernández-Moris y protagonizada por Bruno Espejo, Eduardo Ramos, Lupita Mora y Willy Gutiérrez, la cual está basada en las oscuras historias que se cuentan de la famosa Casa Matusita, una casa embrujada ubicada en el centro de Lima, cuya ‘leyenda’ en realidad fue alimentada por la embajada estadounidense que por esos tiempos se encontraba ubicada al frente del lugar. Según el argumento de la película, un grupo de adolescentes (Fabián, Luís y Jimena) que son los conductores de un programa de televisión llamado ‘Mundo Paranormal’ contratan a un vidente (Óscar) para investigar sobre la mítica Casa Matusita. Empieza a anochecer cuando los cuatro ingresan al segundo piso de la casa, dispuestos a quedarse hasta la mañana siguiente para grabar los fenómenos paranormales que ahí supuestamente suceden. Previamente, hacen un pago al vigilante para que les abra la puerta, prometiéndole que se retirarían antes de que llegara el vigilante del siguiente turno. Recorren todos los ambientes del lugar abandonado colocando cámaras de vigilancia, censores de movimiento y otros artilugios, y habilitan una habitación como sala de grabaciones; así pueden monitorear toda la casa a través de una pantalla de computadora. Transcurrido un tiempo, empiezan a ser testigos de fenómenos paranormales. Fabián entra a una habitación cuya puerta había visto azotarse intermitentemente; dentro encuentra unas aves que le asustan. Óscar le explica que se tratan de gallinazos, aves carroñeras que suelen dormitar en las casas abandonadas. Luego ambos entran a otra habitación donde encuentran una foto antigua, donde está retratada una familia de japoneses, presumiblemente la misma que habitó la casa hacía 70 años (un almanaque antiguo registra precisamente el último año en que estuvo habitada la casa: 1947). Recuerdan entonces la historia de aquel residente japonés, que enloqueció y mató a su familia para suicidarse luego abriéndose el vientre con una Katana (arma que Jimena encuentra escondida bajo el piso). Óscar siente una energía poderosa en la habitación y le pide a Fabián que sostenga con él la foto para poder conectarse con el otro mundo. De pronto la foto se incendia y justo en ese momento estalla el foco que alumbra el cuarto de grabaciones, donde se halla Jimena. Este es el momento cumbre cuando estalla el pánico entre todos, que se reúnen en uno de los pasadizos, aterrados y preguntando que fue todo eso. En una de las habitaciones, Jimena ve a una mujer de aspecto siniestro, pero cuando ingresan todos a buscarla no la encuentran. Óscar decide preparar la mesa para hacer un ritual. En plena ceremonia, Óscar entra en trance y dice que quien embrujó la casa fue la primera propietaria, una señora europea que vivió a principios del siglo XIX ‘y que fuera quemada viva tras ser procesada por brujería por la Santa Inquisición’ (?). Luego se escuchan los gritos de Jimena; todos corren en su búsqueda pero no la encuentran. Van entonces a la sala de grabaciones y revisan el video de la habitación del ritual, donde ven que Jimena abandona la ceremonia, aunque extrañamente no aparece en la grabación del otro video que debía registrar su salida. Al poco tiempo, se escuchan los llantos de un bebé que provienen de una de las habitaciones, pero cuando se acercan a un coche-cuna donde aparentemente está la criatura, este se destroza espontáneamente, por lo que huyen despavoridos. Cogen sus celulares para pedir ayuda pero ven que todos tienen las baterías agotadas, lo que acentúa más el terror. Intentan salir para pedir ayuda pero ven que la puerta principal está tapiada con tablas, lo mismo que las ventanas; en ese momento se pelean, acusándose mutuamente por haber entrado en la casa, cuando de pronto ven en las escaleras a un señor y una señora de aspecto fantasmal. Óscar asegura que estas apariciones están pidiendo ayuda pues están aprisionadas por la fuerza maligna de la primera propietaria, que es la que domina la casa; cree que son entes que podrían ayudarlos a recuperar a Jimena y a salir. Óscar entra en posesión, mientras que Luís se vuelve loco tratando de escapar; luego se escucha más gritos de Jimena. Luís es levantado y arrastrado por una fuerza invisible hasta una habitación cuyas puertas se cierran. Mientras tanto, Fabián y Óscar recorren los pasillos y encuentran la cámara, el comunicador y celular de Jimena; luego entran a una habitación donde está un niño en cuclillas que les señala un hueco en la pared; hurgando allí, encuentran los restos de un bebé en una canasta. Creen que se trata del hijo de la primera propietaria de la casa, que lo escondió con la esperanza de que lo encontrara su pareja, lo que no ocurrió, por lo que la criatura quedó emparedada hallando horrenda muerte; consideran que esa es la causa de que el alma de esa mujer esté muy inquieta y creen poder apaciguarla sepultando el cadáver del niño, con lo que también podrían traer de vuelta a Jimena y a Luís. Pero cuando Óscar empieza a orar, unos brazos salen del hueco de la pared y lo jalan hacia adentro, donde hay una habitación escondida, ante lo cual Fabián se aterra y empieza a llorar. Cuando se repone, Fabián ingresa a la habitación donde encuentra a Jimena atada y rodeada de velas. Jimena le dice que fue el alma de la bruja la que poseyó al japonés, obligando a este a asesinar a su esposa e hijos. Fabián la libera y la saca del cuarto, pero de pronto es atacado, tumbado al suelo y arrastrado; en otra toma aparece maniatado en una silla, por lo que se deduce que es Jimena quien le ataca, aparentemente poseída por el alma de la bruja. Se desarrolla un diálogo violento entre ambos; pero no es Jimena la que habla sino la bruja a través de ella. Fabián le dice que puede ayudarla, enterrando a su hijo, pero ella le responde violentamente que él no puede ayudarla. Fabián nota que Jimena parece luchar contra la posesión; le anima entonces a pelear para salvar su vida; ella empieza a levitar, hasta caer violentamente al suelo, botando espuma por la boca. Luego Jimena parece ya libre de la posesión y Fabián le pide que la desate. Ambos se disponen a salir de la casa, pero quieren llevarse consigo las pruebas recopiladas; Fabián ordena a Jimena que apague todas las cámaras de vigilancia que pusieron en el lugar. Jimena realiza esa labor y se disponía a apagar la cámara portátil, cuando aparece por detrás Fabián, quien le clava la catana en la espalda, aparentemente poseído por la bruja. Después Fabián se suicida con la misma arma, al igual que el japonés de la historia; enseguida aparece en la grabación un espectro (supuestamente el alma de la bruja). Luego de un tiempo no determinado, aparece el guardia de seguridad, quien se pone a recoger los equipos; cuando baja por la escalera con la cámara todavía encendida, esta graba el espectro de la bruja en la entrada del segundo piso. En una escena en los post créditos se dice que luego de recolectar los artefactos, el efectivo de seguridad empezó a tener comportamientos extraños; luego, a los pocos días asesinó a su hijo y a su esposa, siendo recluido en un hospital psiquiátrico. La historia, que pretende ser real, cuenta que luego de 6 meses, se hallaron las grabaciones de los jóvenes. Estos nunca fueron encontrados.