Un extraño incidente ocurrido en dicha ciudad del oriente peruano en 1999 y que involucro a fulgurantes luces que aparecieron en el cielo, fueron el tema de conversación de los lugareños durante mucho tiempo, tal como lo da cuenta el diario Expreso de aquellos años, que pudo entrevistar a algunos de los protagonistas de aquel inusual suceso: “Entre las 6:38 de la noche del martes último, cientos de miradas se clavaron en el cielo nublado de Pucallpa, ya que podían observarse dos fulgurantes luces que estaban casi inmóviles. Eran brillantes y resaltaban a pesar de la nubosidad. En algunos sectores de la ciudad dijeron que eran de color blanco; en otros, que eran tonos cambiantes entre amarillo, rojo y azul, con intensidades jamás antes vistas”, aseguraron. Lo que más llamo la atención a todos los que los vieron, es que ambos objetos de procedencia desconocida no se movían a pesar de las corrientes de aire que son habituales en la zona. Incluso se dice que un camarógrafo de una televisora local pudo registrar imágenes del extraño suceso y lo emitieron posteriormente en su telediario. Lamentablemente no se han encontrado en los archivos del canal las cintas en la que fueron grabados por lo que solo nos queda recurrir a la memoria de los testigos, que como suele ocurrir en estos casos, sus testimonios varían y hasta llegan a contradecirse entre si: “Se trataban de objetos que tenían formas distintas, ya que mientras uno se asemejaba a un trompo, con figuras circundantes y tonos marrones claros; el otro en cambio, parecía un cono con la punta hacia arriba” declararon a los medios aun temerosos. Pero el inusual hecho no solo concito la atracción de curiosos, ya que un helicóptero de la Policía Aérea, así como un avión estadounidense utilizado para luchar contra el narcotráfico, que volaban circunstancialmente por la zona, intentaron acercarse a los OVNIS, que de improviso se alejaron rápidamente del lugar y al no poder darles alcance, los pilotos terminaron comunicándole a sus respectivas bases en tierra que era imposible acercarse ya que la alta frecuencia que se generaba a su alrededor podría descontrolar sus naves. Personal de Corpac - que pidió no ser identificado - explico a su vez que esos objetos flotantes en el cielo pucallpino no pudieron ser ni helicópteros ni globos aerostáticos, ya que hubiera sido imposible que permanecieran inmóviles durante tanto tiempo. Mucho se ha hablado desde entonces para desentrañar el misterio pero este no ha podido ser resuelto hasta el día de hoy. “Si bien los escépticos - que nunca faltan - afirman que esos objetos fueron la conjunción de Júpiter y Venus que por coincidencia estaban muy pegados ese día, y además Mercurio también pudo ser visto a esa hora, quienes si los vieron lo contradicen porque el tamaño de los objetos los diferenciaba de las estrellas, y según la perspectiva del firmamento, una estrella no puede estar al ras del piso como si estuvo uno de los objetos en determinado momento” puntualiza la nota. Solo podemos agregar que se trata de otro caso sin resolver.
martes, 29 de mayo de 2018
martes, 22 de mayo de 2018
LA LEYENDA DE LA MAZORCA DE ORO: Secretos en la oscuridad
Se dice que a inicios del siglo XX, dos osados estudiantes españoles, tras conocer la historia acerca de la existencia de las llamadas "Chinkanas" en el Cuzco - una serie de misteriosos túneles que fueron construidos por los incas y que conectarían la fortaleza de Sacsayhuamán (una monumental construcción pétrea que domina la ciudad) con la Catedral del Cuzco (donde se encontraba originalmente el Palacio de Pachacutec) así como con el Templo de Santo Domingo (otrora el mítico Koricancha) - decidieron explorarlos a pesar de los peligros que podrían encontrar en su camino. Se afirma incluso que estos inexplorados corredores subterráneos llegan a sitios tan lejanos como el lago Titicaca (lugar de origen de los incas) donde tras la caída del Imperio, se ocultaron fabulosos tesoros procedentes de sus templos y palacios, para evitar que cayeran en manos de los españoles. Es así, que animados por el deseo de descifrar el misterio, se arriesgaron finalmente a ingresar a ella por la llamada "Chinkana grande", situada en las inmediaciones de Sacsayhuamán, cerca al lugar denominado como el "Rodadero". Equipados con cuerdas, ganchos y velas se prepararon por la posibilidad de encontrar trampas camufladas en la oscuridad colocadas por los incas para proteger sus secretos. Pasaron muchos meses sin que se supiera nada de ellos y se pensó inclusive que habían muerto, cuando en plena celebración de una misa en la iglesia de Santo Domingo, se escucho el golpe claro de un objeto macizo en las paredes de la iglesia. Al haber interrumpido la misa, los asistentes identificaron su procedencia, que al parecer venía de atrás de una pared recientemente levantada hace poco, cuando lograron romper el muro vieron una caverna que se perdía en la oscuridad y a un anciano con una barba desgreñada, quien murió a los pocos mineros de haber sido encontrado, pero cuál sería la sorpresa al identificarlo y ver que ese anciano era nada menos que uno de los jóvenes aventureros que meses antes habían osado desvelar los misterios del mundo subterráneo, y la sorpresa se volvió asombro cuando en una mano sujetaba firmemente un choclo (mazorca) de oro macizo, el cual termino fundido por los dominicos, quienes elaboraron dos coronas con incrustaciones para la Virgen y el Niño, “pero que luego fueron escondidas para no despertar la ambición de los buscadores de tesoros” confesó el Prior de la Orden. A pesar de esta trágica experiencia, ellos no fueron los primeros, ya que se sabe que desde el comienzo mismo de la conquista hubo quienes se animaron a ingresar por distintas cuevas y pasajes secretos esperanzados en encontrar tesoros fabulosos, pero nunca mas se supo de ellos, ya que los nativos decían que “todo aquel que profane el mundo secreto de los incas, no volverá vivo o cuerdo”. Al respecto, varios cronistas nos dejaron saber sus testimonios acerca de la existencia de esos inexplorados corredores subterráneos: Agnelio Oliva (1542-1572): Padre jesuita nos relata: “Huayna Cápac construyo nuevos, y grandes edificios y a él es atribuida la construcción del laberinto subterráneo que llaman Chinkana, un laberinto del cual había muchas salidas a los caminos de fronteras, puentes, fortalezas y otros edificios”. Fray Martín de Morua (1590): Padre mercedario relata: “el capitán Ausi Topa, hijo del famoso Topa Inca Yupanqui, por mandato de su padre, hizo un camino debajo de la tierra en la fortaleza de esta ciudad del Cuzco hasta el Qoricancha que era donde ellos tenían el templo y oratorio del sol y de la luna y de todas las demás deidades que ellos adoraban. Porque entrando se pierden y no pueden dar con el camino. El Inca mando cerrar para que nadie entrase, no vaya a ser que entren y perezcan” Garcilaso de la Vega (Comentarios Reales de los Incas, 1609) explica: “Es una red de pasajes subterráneos, tan largo como las propias torres y estaban todos conectados. El sistema era compuesto de calles y alamedas partiendo en todas las direcciones, todas con puertas idénticas. Era tan complicado que ni siquiera los más valerosos se aventuraban a entrar en el laberinto sin una guía de orientación que consistía en un rollo de cuerda o soga gruesa atado a la puerta de entrada para ser desenrollado a medida que se fuese avanzando por los túneles. Cuando niño acostumbraba a ir hasta el fuerte con los chicos de mi edad, pero no nos atrevíamos a ir muy lejos, permaneciendo siempre en lugares donde hubiese la luz del sol, pues teníamos mucho miedo de perdernos, después de oír todas las historias que los indios nos contaban sobre el lugar…” “Algunos de los túneles llegaban al Cuzco, a tres kilómetros de distancia, comunicando Sacsayhuaman con el Qoricancha y otros edificios. Otros túneles se adentraban hacia el mismo corazón de los Andes, sin saber a dónde conducían exactamente.” Antonio de la Calancha (1635): “Los Incas construyeron un camino por debajo de tierra de más de diez cuadras, todo labrado que comunicaba dicha fortaleza con el Templo del Sol. A éste subterráneo lo llamaban ‘la Chinkana’ que es lo mismo que decir, donde se pierden o se esconden o laberinto”. En los últimos tiempos, para prevenir que ocurrieran similares percances, se procedió a tapiar con pesadas rocas la entrada del túnel de la llamada "Chinkana grande"; pero dado el hecho de que muchas de estas entradas se hallan en donde hoy se levantan los templos católicos, es de suponer que habrá quienes intenten averiguar adonde conducen, ya que no se sabe en realidad donde terminan y que esconden en su interior. No es de extrañar por ello que de tiempo en tiempo, circulen en el Cuzco relatos acerca de turistas desaparecidos para siempre, tras ingresar y luego no salir jamás de esos enigmáticos túneles, atraídos por el deseo de alguna aventura, o simplemente para hacerse ricos.
martes, 15 de mayo de 2018
UN ENCUENTRO INESPERADO: OVNIS y Mirages en la Costa Verde
Como sabéis, los Objetos Voladores no Identificados (OVNIS) son fenómenos inexplicables que no se pueden relacionar con ninguna anomalía o cosa conocida. Al no ser de origen humano, no hay duda que sea extraterrestre. Existen múltiples testimonios en todo el mundo acerca de encuentros con estas naves provenientes del espacio exterior, que en muchas ocasiones resultan inquietantes. El Perú no es ajeno a ello y desde tiempos inmemoriales se han presentado este tipo de avistamientos con resultados sorprendentes. Uno de ellos ocurrió en 1978 cerca de la playa Pescadores de Chorrillos en la tradicional Costa Verde, cuando decenas de personas observaron como dos aviones Mirage persiguieron a dos OVNIS durante 15 minutos. Demás esta decir que el gobierno militar de aquel entonces cubrió con un manto de silencio el hecho ya que al no existir prensa independiente, no tuvo mayor difusión en los medios de comunicación, salvo una que otra nota ‘oficial’ tratando de desvirtuar lo que vieron decenas de testigos en esa oportunidad. A pesar del férreo control que ejercían sobre la prensa, uno pensaría que transcurrido algunos días, no tratarían de tocar el tema de alguna manera, pero si lo hubo y quien lo hizo fue despedido por ello del diario donde laboraba. Se trataba de un reporte interno donde los pilotos dieron cuenta del hecho a sus superiores, Vaya uno a saber como lo consiguió quien publicó la nota en La Crónica, pero lo importante es que también se les pasó a los censores y fue publicado. Luego de encontrarlo en los archivos, paso a detallarlo a continuación ¿vale? Según pública el citado diario, dos pilotos de la FAP estaban realizando tareas de entrenamiento sobre el Océano Pacífico, frente a las costas de Lima, cuando avistaron lo que parecía ser dos aparatos voladores. En ese momento recibieron un mensaje por radio y se les preguntaba si podían observar a dos naves de origen desconocido volando a muy baja altura y a gran velocidad no tan lejos de su posición, casi a ras del agua. Al responder afirmativamente, recibieron la orden de perseguirlos a cierta distancia la cual se realizo por espacio aproximadamente de 15 minutos. Uno de los objetos ovalados volaba a apenas unos metros de altura, levantando una estela. Ambas naves eran muy similares y dedujeron que medían unos 12 metros y parecían saltar arriba y abajo de forma errática, sin volar en una dirección concreta. Tenían un aspecto blanquecino que recordaba a la espuma o al agua hirviendo, según recuerda el oficial. Cautelosos, los pilotos de los Mirage iniciaron un suave descenso hacia las naves. Pero, de repente, estas comenzaron a ascender hacia ellos, por lo que tuvieron que virar para evitar un choque directo. Pero en ese instante, los objetos abandonaron su trayectoria. “Aceleró como nada que haya visto”, dijo uno de los pilotos en su reporte. Todo ello bajo la mirada de decenas de testigos que observaban desde la orilla, creyendo que e trataba de ejercicios aéreos. Entretanto a los pilotos, luego de perder el contacto, se les ordeno retornar a la base. Según este oficial, sus superiores no abrieron ninguna investigación para estudiar lo ocurrido, pero sus compañeros no tardaron en reírse de ellos al enterarse del extraño suceso. Según publica el medio, no era la primera vez que ocurría el hecho ya que la FAP llevaba dos semanas siguiendo un extraño contacto, compuesto por lo que parecían ser varias aeronaves que, de repente, aparecían a gran altitud, a unos 24.000 metros, y que luego se lanzaban hacia el mar, deteniéndose y cerniéndose a unos seis kilómetros de altura. Luego de eso, los contactos desaparecían del radar o se escabullían. ¿De donde provenían esas naves? ¿Qué hacían allí? ¿Continúan operando hasta el día de hoy? Se trata de otro misterio sin resolver.
martes, 8 de mayo de 2018
LA ENFERMERA SIN CABEZA DEL HOSPITAL LOAYZA: Una historia que terminó en tragedia
Ubicado en una de las arterias más importantes de Lima, se encuentra el hospital Arzobispo Loayza. Levantado en el Siglo XIX, ha sido protagonista de una serie de historias de fantasmas y aparecidos que aparecen deambulando por sus pasillos a altas horas de la madrugada. Quienes trabajan de turno conocen de su existencia pero prefieren guardar silencio para no alarmar a los pacientes. Una de las apariciones mas famosas - que duda cabe - es la de una enfermera que trabajaba en el lugar y que se quito la vida, perdiendo la cabeza al hacerlo. Tanto el personal de guardia como numerosos pacientes aseguran verla deambular silenciosamente por los pabellones más antiguos su fantasma vestida de blanco y envuelta en una capa azul a la usanza del uniforme de la década de 1950. Cuenta la leyenda que aproximadamente por aquellos años una enfermera y un joven médico que trabajaban en el lugar estaban a punto de contraer nupcias. La fecha de la boda estaba cerca y el futuro esposo viajó a su ciudad natal para invitar a sus familiares al acontecimiento. En el trayecto durante el viaje, ocurrió un fatal accidente de tránsito y el médico perdió la vida instantáneamente. A las pocas horas, la trágica noticia llegó a oídos de la novia quien al escuchar todo lo sucedido, entró en estado de shock. La depresión la invadió y sin saber que hacer, una tarde, la enfermera paseaba por los pasillos del hospital con su ánimo débil y sin ningún cambio positivo luego de enterarse de la pérdida de su novio, por lo que decidió atentar contra su vida. Fue así que sin pensarlo dos veces, se arrojó del piso donde se encontraba. Lo peor es que en ese momento se estaban realizando obras de construcción y la suicida cayó donde habían unos fierros punzocortantes por lo que su cabeza se incrustó en uno de los objetos dejándola decapitada. El cuerpo de desdichada enfermera terminó así en un charco de su propia sangre y muchos fueron testigos del acto, aunque no pudieron evitar que ello suceda. Muchos pacientes comentan desde entonces que su cuerpo sin cabeza sale a caminar por los pisos del hospital a altas horas de la noche y comentan quienes la vieron que viste un anacrónico uniforme con capa azul, como el que vestía el año de su muerte. Se dice por ello que las enfermeras del Arzobispo Loayza por respeto a este terrible suceso del pasado, procuran no utilizar uniformes similares al de la suicida. En la actualidad, muchos pacientes cuentan que su cuerpo sigue saliendo a caminar por los pasillos del hospital vistiendo un uniforme antiguo. La ven de lejos porque nunca se acerca a ellos, pero en una ocasión un interno quiso ‘conocerla’ de cerca pero se desvaneció y termino echando espuma por la boca a intentar acercársele. De allí en adelante nadie lo hace, solo la ven pasar como una sombra y vaya uno a saber hasta cuando lo hará.
martes, 1 de mayo de 2018
UNA INQUIETANTE POSIBILIDAD: ¿Pueden los planetas errantes sin estrella albergar vida en su interior?
Se les conoce con una gran variedad de nombres: planetas errantes, vagabundos, solitarios, interestelares… son cuerpos planetarios que no giran alrededor de ninguna estrella y que fueron expulsados del sistema solar donde se originaron. Los astrofísicos han elaborado teorías sobre estos planetas errantes desde hace décadas, pero hasta hace pocos años no teníamos los medios tecnológicos suficientes para confirmar con seguridad su existencia. Durante la formación de un sistema solar como el nuestro, los planetas surgen de la acumulación de gas, polvo y roca alrededor de una estrella. Sin embargo, durante ese proceso cabe la posibilidad de que cuerpos planetarios resulten expulsados por la influencia gravitatoria de alguno de sus planetas vecinos mayores. Estos cuerpos, empujados hacia el exterior, terminarían convirtiéndose en planetas errantes, libres de la gravedad de la estrella donde se formaron y “vagando” en el espacio interestelar. Como os podéis imaginar, el detectar estos planetas interestelares representa todo un desafío puesto que, a diferencia del resto de exoplanetas descubiertos, estos cuerpos errantes no orbitan alrededor de ninguna estrella y no podemos analizar la luz que procede de ella. En otras ocasiones hemos explicado en varias ocasiones algunas de las técnicas con los que conseguimos detectar nuevos planetas fuera de nuestro Sistema Solar: analizando la luz procedente de su estrella durante los momentos en que pasan frente a ella (método del tránsito) o estudiando la influencia gravitatoria que el planeta ejerce sobre la estrella (método de la velocidad radial). Sin embargo, ninguno de esos métodos basados en la luz procedente de la estrella nos sirve para detectar planetas errantes puesto que no orbitan alrededor de ninguna estrella, no obstante, los astrofísicos se las han arreglado para utilizar un fenómeno natural denominado “efecto lente gravitacional” para detectar algunos posibles candidatos. La dificultad para detectarlos se incrementa aún más ya que en la práctica resulta difícil diferenciarlos de otros cuerpos similares como son las estrellas marrones. A pesar de estas complicaciones, en estos últimos años han aparecido diversos artículos anunciando el descubrimiento de diversos candidatos firmes a planetas errantes, como PSO J318.5-22, encontrado en 2013 gracias a los datos del telescopio Pan-STARRS. Asimismo, al contrario de lo que se pensaba inicialmente, hoy se sabe que los plantas errantes son abundantes, muy abundantes. Según un estudio dado a conocer en Space, un equipo de astrofísicos del Observatorio de Varsovia, tras analizar más de 2500 observaciones de estos efectos de lente gravitacional, apuntan a la existencia de un planeta errante del tamaño de Júpiter por cada estrella. Es decir, el estudio afirma que la expulsión de cuerpos fuera de su sistema solar sería algo habitual y que habría literalmente cientos de miles de millones de planetas errantes gigantes solo en nuestra galaxia. Todo esto, sin contar otros cuerpos interestelares más pequeños, como por ejemplo del tamaño de la Tierra, que serían más difíciles de detectar pero que, evidentemente, serían más abundantes puesto que empujarlos fuera sería más fácil. Ante esta exuberancia planetaria parece lógico plantearse la cuestión del título: ¿Podría alguno de estos planetas tener condiciones favorables a la vida?, o de otra manera, ¿qué elementos necesitaría un cuerpo así, desposeído del calor natural que ofrece la cercanía de una estrella, para poder ser considerado habitable? Podría darse el caso de que la vida se desarrollaría al interior del planeta, bajo las gruesas capas de hielo que la envolverían, una posibilidad que se cree que ocurre en Europa, un satélite de Júpiter del cual se tiene constancia de la existencia de un océano de agua líquida bajo su superficie congelada donde puede haber vida y ello bien podría darse en aquellos planetas que vagan por el espacio. Vaya uno a saber que clase de aterradoras criaturas habitan en su interior.