Viven en los lugares más inaccesibles de la Amazonia, y se refieren a ella con diversos nombres, destacando por su gran tamaño - llegando incluso a alcanzar los 50 metros o aun más - y no solo cazan animales como tapires y venados, sino también seres humanos: Son las grandes serpientes del Amazonas. Los nativos hablan llenos de temor y con asombro acerca de estos verdaderos monstruos, increíbles leviatanes tan enormes que la legendaria anaconda es pequeña en comparación. Estas gigantescas criaturas que los nativos cometan, en voz baja alrededor de las fogatas del pueblo y en la seguridad de sus hogares, miden entre 40 y 50 metros de largo, mientras que sus cabezas alcanzan los 2 metros de ancho. Pueden derribar presas al escupir potentes chorros de agua, derribar árboles en su camino y cambiar el curso de los afluentes de pequeños ríos cuando los cruzan. En pleno siglo XXI, la Amazonia aún guarda muchos secretos. Desde hace siglos atrás, quienes lo habitan a menudo hablaban de la Yacumama, la gran serpiente del agua. Sin embargo cientificos europeos y americanos hicieron caso omiso de esas leyendas tomándolos como mitos o referencias a la gran boa acuática, la anaconda. Según los nativos, otras serpientes gigantes también habitan el sombrío reino del Amazonas: la Sachamama y el Minhocão, que con su gran peso pueden alterar la tierra cuando pasan a través de él. Peo no solamente ellos han podido observarlos. En 1906, el explorador Percy H. Fawcett afirmó haberse encontrado con una anaconda gigante mientras viajaba por el río Amazonas. Disparó a la criatura y observo como agonizó. Él recordaba: "Caminamos en tierra y nos acercamos al reptil con precaución. Estaba inmóvil, pero lo que mas llamó mi atención fue su gran tamaño. En cuanto fue posible lo pudimos medir y tenia una longitud de 14 metros de la parte que yacia fuera del agua y 5 metros en ella, haciendo una longitud total de 19 metros... tan grandes ejemplares como este no pueden ser algo común, pero los senderos en los pantanos alcanzan un ancho de 2 metros y apoyan las declaraciones de los nativos y los recolectores de caucho que la anaconda a veces alcanza un tamaño increíble. Hace poco me entere en el Brasil que uno muerto en el río Paraguay y tenia una longitud superior a 24 metros de largo" aseveró. A pesar de ello, los investigadores no creyeron esas versiones ya que les parecían descabelladas. Por lo que la controversia siguió por otro siglo hasta que dos hermanos, Mike y Greg Warner, montaron una expedición en las selvas del Amazonas buscando evidencia de estas monstruosas serpientes. La expedición no fue concluyente, aunque registraron senderos gigantes hechos por estos monstruos y tomaron testimonios de nativos que afirmaban haberlos visto. Mike Warner habló con cientos de indígenas y trabajadores que tuvieron encuentros con esas espantosas criaturas. Él investigó miles más. Aunque la primera expedición no pudo encontrarlos, ya que se mantienen ocultas durante el día en el fondo de los caudalosos ríos, los hermanos no se inmutaron. Luego de recaudar nuevos fondos, montaron otra expedición al Amazonas. En ella, Warner pudo encontrar áreas donde viven las grandes serpientes y fotografiar algunos grandes ejemplares, no los míticos monstruos, pero igual de imponentes. Estas fotografías son las que excitaron a los investigadores de la National Geographic Society. Lo que encontraron se sumó a los informes proporcionados por testigos anteriores. Con los años, muchos avistamientos de han incluido descripciones de una gran serpiente con cuernos brotando de su cabeza. Esta característica peculiar, mencionada por otros observadores independientes a lo largo de la Amazonia, ha llevado a Warner a la hipótesis de que podría ser una versión prehistórica de las cecilias de hoy en día. La mayoría de las 50 especies o menos de cecilias que han sido catalogados tienen un surco a lo largo de ambos lados de la cabeza que contiene tentáculos retractiles. Para los observadores inexpertos, pueden aparecer como cuernos. Según Mike Warner, "La especie exacta de esta criatura es desconocida pero creemos que las características físicas y el comportamiento son la de una serpiente con comportamiento similar a un cecilias" una criatura anfibio similar a una serpiente. La mayoría de los testigos que han avistado estas criaturas no han pasado mucho tiempo estudiándolas y que al encontrarse con ellas, se daban media vuelta y corrían por su vida, por temor a convertirse en su cena. La investigación de Warner lo llevó a descubrir que el monstruo busca a su presa cerca de las regiones donde dos ríos se funden en uno, llamado "confluencia". Determinó que estas áreas proporcionan a estos colosales depredadores un suministro constante de alimentos. Los nativos de la Amazonía peruana testifican acerca de un fuerte ruido que se puede escuchar cuando la gigantesca criatura esta de caza durante la temporada de lluvias. Todas estas descripciones son similares. Warner considera además que las serpientes que los nativos llaman la Sachamama - madre de la tierra - son las mismas serpientes como la Yacumama. Han crecido tan grandes que se han vuelto prácticamente inmóviles y por lo tanto ya no se alimentan de presas capturadas en el agua y prefieren estar ocultas bajo la espesa vegetación, aparentando ser troncos de árboles caídos. Él extrapola esta hipótesis: "En este punto se pueden liberar feromonas para atraer serpientes de la misma especie y así se alimentan de ellos. Este proceso puede incluso restringir a la población de esta especie en un área determinada" puntualizó. No cabe duda que ante la gran cantidad de avistamientos reportados a lo largo de los años, las grandes serpientes del Amazonas son reales, incluso puede tratarse de una especie previamente desconocida, sobrevivientes de la época de los dinosaurios. Pero a su vez, es uno de los depredadores más peligrosos y aterradores en el reino animal.