Como sabéis, cada vez que se inicia un nuevo año, salen a la luz noticias sobre futuros acontecimientos predichos por autodenominados astrólogos y visionarios que nos pintan un oscuro porvenir. Lo gracioso de todo es que al final, la mayoría de sus predicciones no se cumplen y a modo de excusa afirman que fueron “malinterpretados” asegurando que ocurrirán con toda seguridad y solo es cuestión de tiempo para verlas cumplidas. O sea, pretenden seguir viviendo del cuento a costa de aquellos crédulos que nunca faltan y son sus más fervientes seguidores. En el Perú sucede lo mismo, pero no nos referiremos en esta oportunidad a brujas y charlatanes que aparecen continuamente en sus vomitivos programas de televisión, sino a un excéntrico personaje que por los años 90 era habitual verlo en el centro de Lima con una mitra papal sobre su cabeza, según afirman quienes tuvieron un encuentro con él, quien gustaba autoproclamarse como “El Nostradamus Peruano”. Precisamente revisando mis archivos, encontré una extensa nota publicada en un suplemento del diario El Peruano el 20 de enero de 1995, donde el susodicho, ‘profetiza’ eventos que debían ocurrir en los años por venir. Por curiosidad, he decidido reproducirlo - entrecomillado claro esta - tal como aparece impreso ¿vale?: “Caminaba por la Plaza San Martín y me impresiono ver a un grupo de ‘pirañitas’- niños marginales - inhalando Terokal a vista y paciencia de todos. Permisivo y distraído me dirigí por la calle Belén hacia el Paseo de la Republica, cuando de improviso fui abordado por unas gitanas que con unos naipes en las manos, me exigieron unas monedas ‘para ver mi suerte y mi futuro’, por lo que asustado tuve que correr y me encontré cara a cara con un anciano que vestía una sotana blanca, quien además llevaba una mitra de papel sobre la cabeza, donde aparecía escrito ‘Nostradamus Peruano’. Al lado tenia una mesita portátil había pequeños carteles en donde se leía por ejemplo: ‘Famoso místico. Se leen las manos. Especializado en quiromancia’. Al lado, un afiche con la silueta de una bruja volando en su escoba (¿Martha Chávez?) con esta leyenda: ‘Ciencia, misterio, sacrificio, luz y esperanza’. Mientras observaba, escuche una voz que me dijo ‘¿desea preguntar algo?’ ‘pregunta con confianza todo lo que quieras saber’. Acto seguido empezamos a dialogar y allí me entere de sus ‘profecías’. En primer lugar, dijo llamarse Carlos Humala Galloso, nacido en Huaraz, quien vino a Lima en los años 50 en busca de un mejor porvenir. Ya en la capital trato de sobresalir probando suerte en un sinnúmero de oficios, frecuentando los parques y plazas de Lima. En el Parque Universitario observo el trabajo de unos caricaturistas y decidió imitarlos, convirtiéndose en un experto en la materia, ofreciendo sus dibujos en bares y restaurantes. Pero para no hacerles la competencia a quienes le ayudaron, descubre un interesante mercado en Lurin adonde acude los domingos a ofrecer sus trabajos. En una ocasión, ofreció hacerle un dibujo a un caballero que acepto gustoso, pero que a cambio de su trabajo en vez de dinero se ofreció en leerle las manos, ya que decía que era astrólogo, el cual luego de ver la palma de su mano, le aconseja que se dedique a la quiromancia. Al retirarse sin pagar, el caballero le dijo que se trataba de Pedro Paradiso, mejor conocido como Zandrox. Sorprendido, regresa al día siguiente a Lima y conoció a Víctor Góngora, quien trabajaba en la cuadra cinco de Nicolás de Piérola leyendo los mismos misterios zodiacales, permaneciendo durante semanas a su lado, aprendiendo todos los secretos de la quiromancia. Por esos días, llegaba a Lima el Papa Juan Pablo II y al verlo, se le ocurrió imitarlo, vistiendo un ropaje semejante al pontífice romano para atraer la atención del público. Carlos Humala, ahora con el sobrenombre de ‘El Nostradamus Peruano’ empezó con pie derecho su tarea zodiacal en la calle Belén, asegurando que en la palma de la mano de toda persona se encuentran líneas astrológicas que revelan la vida y el futuro. Ahora bien ¿porque lo de Nostradamus? Afirma que lo hizo en homenaje a su sabiduría y así como el famoso astrólogo francés, dice que sabe el futuro de cada persona, aunque desconoce la fecha de su propia muerte, ya que ello lo tiene sin cuidado: 'En realidad poco me importa, porque yo creo en la reencarnación. El ser humano no muere nunca, pero no porque tenga un espíritu inmortal, sino porque la vida esta en la sangre que se va transmitiendo de generación en generación' indicó. Finalmente y para no hacerlo muy larga, veamos las ‘profecías’ de este visionario y comprobemos si se cumplieron a no: 'El Fin del mundo esta cerca… habrá terremotos en todo el planeta… el dólar se vendrá abajo…las mujeres se volverán hombres porque la naturaleza esta cambiando rápidamente, mientras los hombres se convertirán en homosexuales… EE.UU. caerá en la corrupción y en síntesis, viviremos el Apocalipsis. ¿Y sabe quien tiene la culpa de todo ello? Mohammed Ali Agca, quien asesino a Juan Pablo II. Si, lo asesino y fue reemplazado por un impostor para evitar el fin del mundo, porque es el ultimo de la historia. Yo lo he descubierto al estudiar los rasgos de Karol Wojtila y el impostor' puntualizo el ‘vidente’ con total seriedad y llevando una mitra lo suficientemente grande como para hacer honor a tanta sabiduría, que a falta de mejor opción, mezcla agua con aceite, un poco de lógica, muchísimo ingenio y una mínima porción de conocimiento en haras de una simplísima y estrecha supervivencia" puntualiza la nota. Han pasado 23 años de esa entrevista y vaya uno a saber si ‘El Nostradamus Peruano’ aun vive o no, para darse cuenta de sus fallidas ‘predicciones’. Por cierto, no es necesario ser adivino para prever lo que le ocurrirá a la humanidad con desequilibrados que desde la Casa Blanca están empeñados en iniciar una conflagración mundial que destruirá a la humanidad y ningún astrólogo o vidente puede atribuirse el hecho por mas que se empeñe en ello ¿no os parece?
martes, 25 de diciembre de 2018
martes, 18 de diciembre de 2018
EL OVNI DE NAVIDAD: Enigmáticas luces en los cielos de Cajamarca
Nadie sabe a ciencia cierta de donde proceden ni la forma exacta que tienen, pues las descripciones de los testigos acerca de los Objetos Voladores No Identificados (OVNIS) varían sustancialmente, pero es innegable el hecho de que han sido avistados por millares de personas en todo el mundo en el curso de las décadas pasadas. Y el Perú no es la excepción a ello obviamente. Se sabe que solo son objetos desconocidos que aparecen tan rápidamente como surgen sin dejar rastro alguno y que no son aeronaves construidas por el hombre debido a sus peculiaridades mostradas y cuya tecnología es imposible de imitar por los humanos. Se sabe que estas extrañas apariciones se dan especialmente - en el caso peruano - en lugares alejados y remotos de su extensa y variada geografía como es la Cordillera de los Andes, cuyos lugares inaccesibles en las cercanías de los nevados y las numerosas lagunas que se forman alrededor, pueden ser utilizados por los alienígenas como bases secretas para sus naves. Son continuas por ello las versiones de sus apariciones, emergiendo de las aguas de aquellos manantiales de manera silenciosa a altas horas de las madrugada, asustando a los campesinos que pasan por el lugar pastando a su ganado y según se afirma, lo hacen con tanta frecuencia que ni les prestan atención e incluso hay quienes les rinden reverencia, en la creencia de que son los espíritus de los Apus (dioses protectores de las montañas) a quienes temen y les hacen ofrendas como el llamado ‘pago a la tierra’ para que sus cosechas sean abundantes. A pesar de ello, de vez en cuando hacen noticia porque su avistamiento se produce en las grandes poblaciones de la sierra, como queriendo decir “aquí estamos” emanando luces de colores de manera intermitente para asombro de los testigos del hecho como los niños, que curiosos como siempre gustan de verlos. Precisamente revisando mis archivos, encontré en caso sucedido en Cajamarca (ubicado al norte del Perú) en 1966, según publico en ese entonces el diario La Prensa. En efecto, era la noche del 24 de diciembre de ese año - agrega la nota - cuando de improviso apareció un OVNI azulado que sobrevoló la plaza mayor de la ciudad, asombrando a varios niños que se encontraban en el lugar. “Era de gran tamaño y que brillaba mucho en la oscuridad”, así definían seis niños de ocho a once años quienes fueron testigos del hecho. Se trataba de un objeto volador no identificado, del color del cristal, con una luz blanca en la parte inferior y otras blancas y azuladas parpadeantes, según describieron. “No era un avión ni nada que se le pareciera. No era nada conocido” contaba José Manuel, uno de los mayores. En aquellos tiempos en los que no había redes sociales ni videojuegos, estos crios, menos estimulados visualmente que los niños de hoy en día, no perdieron de vista lo que estaba ocurriendo ante sus ojos y lo reprodujeron con todo lujo de detalles. “En la parte superior había como pequeñas ventanas que giraban sin parar” añadieron. Los pequeños narraban que el extraño objeto apareció de improviso sobre la plaza y nadie supo de donde venían. Aseguraron que se paró durante unos minutos a su altura y pudieron comprobar cómo emitía un ruido intermitente “muy raro” mientras giraba sobre sí mismo. Intentaron correr al ver que se alejaba, pero desistieron cuando vieron la velocidad tan alta que llegó a alcanzar. No obstante, los niños quedaron atemorizados y al regresar a sus casas, se los contaron a sus padres quienes no dieron crédito a sus palabras creyendo que eran juegos de niños y que se los habían imaginado. Es mas, uno de las niños pidió al redactor que por favor no ponga su nombre, “a ver si se van a enterar los extraterrestres y van a volver por el y por sus amigos”. Aunque todos estaban de acuerdo en que juntos sí podrían entrar en la nave, si los extraterrestres fuesen buenos y hospitalarios, la fantasía infantil se dispara y la imaginación no tiene límites cuando se trata de temas misteriosos. Sin embargo, no solo fueron estos infantes quienes contemplaron supuestamente el misterioso aparato. También lo hizo un matrimonio que pasaba por las cercanías de la plaza. “Vimos una luz que se desplazaba fugazmente de oeste a este. El objeto pasó muy bajo y no pudimos apreciar más que era de un color azul intenso, de forma esférica y que dejaba atrás unos destellos o ráfaga luminosa”, explicaron. Añadieron un dato más que pasó desapercibido para los pequeños: “dejó un olor muy raro, como si se tratase de gas o algo quemado”. Como podéis notar, se trato de un extraño incidente que no tiene explicación alguna y como este, existen muchos casos similares que suceden hasta nuestros días, demostrando que ellos ya están aquí.
martes, 11 de diciembre de 2018
OLLANTAY: Una leyenda de los Andes
Trata sobre el amor prohibido entre sus dos protagonistas - Ollantay y Cusi Coyllur - del cual nace una niña llamada Ima Sumac, quien tendrá un papel decisivo en el desenlace del drama. Este se inicia en el vestíbulo del Templo del Coricancha - en el Cuzco - donde Ollantay ignora el paradero de Cusi Coyllur. No se sabe como, cuando y por que se enamoran Ollantay (general de los ejércitos imperiales durante el gobierno de Pachacutec) y la princesa Cusi Coyllur, pero una vez casados en secreto y sin que lo supiera nadie mas que la madre de ella (Anahuarqui) y el Sumo Sacerdote Willaq Umu, existe el temor que su padre Pachacutec se entere de todo y decida castigarlos. Mientras Cusi Coyllur se hallaba recluida en el Acllahuasi (casa de las vírgenes del Sol) como era costumbre de todas las princesas de sangre real, Ollantay al creer oficialmente ser digno de ella, se dirigió resuelto al Palacio Imperial y pidió la mano de la princesa a su padre, recordándole sus valiosos servicios prestados como general, pero un iracundo Pachacutec le recordó su origen plebeyo y la imposibilidad del matrimonio por no pertenecer al linaje real, ordenándole retirarse de su presencia. Es mas, enfurecido por tal atrevimiento, pidió que sea arrestado de inmediato, pero Ollantay logro huir del Cuzco, dirigiéndose al Antisuyo (una estratégica región ubicada al oriente del Imperio que gobernaba por mandato del Inca), donde desde su fortaleza de Ollantaytambo se alzó en armas contra Pachacutec. Entretanto, Cusi Coyllur, tras descubrirse su embarazo, es recluida para siempre en el Acllahuasi por orden de su padre, siendo sometida esta vez a duras condiciones como castigo, bajo la atenta vigilancia de Mama Ranra, su siniestra carcelera. Es allí donde nacerá Ima Sumac quien será cuidada por la nodriza Pitu Salla. Mientras que Ollantay - quien no sabía el trágico destino que había tenido la princesa - era incitado por sus generales para que se proclame Inca. Es así como el anciano sacerdote Anco Allin - Auqui le ciño la mascaipacha roja en la frente proclamándolo Hijo del Sol. La rebelión había comenzado. Paso el tiempo y la guerra se ensaña en el Imperio. Entretanto, el anciano Pachacutec muere y deja como heredero del trono a su hijo Tupac Yupanqui, quien es coronado en una suntuosa ceremonia en el Cuzco, luego de lo cual, el general Rumiñahui - quien ya había sido derrotado por Ollantay en una primera ocasión - le pide una nueva oportunidad para acabar con el rebelde, accediendo el Inca a ello. Es así como estando próximo el Inti Raymi y valiéndose de una hábil estratagema, haciéndose pasar como traidor, Rumiñahui logro ingresar en Ollantaytambo y aprovechando los tres días de fiesta que se produjo en su homenaje por abandonar al Inca, dio aviso al grueso de las tropas imperiales que se encontraban a buen recaudo cerca de la fortaleza, los cuales ingresaron violentamente en el reducto, aprovechando que el enemigo estaba desprevenido y sus tropas embriagadas, siendo incapaces por ello de poder resistir el combate, siendo apresados todos los conjurados como el propio Ollantay, el sacerdote Anco Allin - Auqui, el general Orco Huaranca y diez mil guerreros más que acompañaban a sus jefes, quienes fueron conducidos inmediatamente al Cuzco para ser ejecutados. Mientras tanto Ima Sumac, que había reconocido en Cusi Coyllur a su madre - que por su lastimosa condición, era más espectro que un ser viviente - decidió rescatarla y con el apoyo de Pitu Salla, logran burlar la vigilancia de Mama Ranra. Entretanto en el Palacio Imperial, Ollantay y el resto de rebeldes eran presentados ante el Emperador por Rumi Ñahui, quien le aconsejaba que los castigue con una muerte ignominiosa por su Alta Traición y cuando iba a dar la orden para que se cumpla, apareció súbitamente Ima Sumac, quien suplico por la vida de su madre ante Tupac Yupanqui - el cual desconocía el paradero de su hermana - quien conmovido al verla, ordeno que Cusi Coyllur fuera liberada y que Mama Ranra sea castigada ejemplarmente por el trato inhumano que le había dado. Al aparecer en escena la desgraciada princesa, ya que la había traído Ima Sumac consigo, Ollantay la reconoció como su mujer y a Ima Sumac como su hija. Ante esa inesperada situación, el magnánimo Tupac Yupanqui concede el perdón a Ollantay y al resto de rebeldes, nombrándolo como su representante personal en el Cuzco, quien puede así por fin formalizar su unión con Cusi Coyllur ante Willaq Umu, el Sumo Sacerdote que también se encontraba presente en la reunión. Es en ese instante que se inicia una gran fiesta en el Palacio y en toda la ciudad para celebrar el acontecimiento terminando así, con un final feliz, el drama inca. Escrito originalmente en quechua colonial y considerado de origen incaico, es la más antigua y rotunda expresión de la literatura quechua. El más antiguo manuscrito de esta obra perteneció al sacerdote Antonio Valdés (siglo XVIII), a quien por algún tiempo se consideró su autor original; pero existen otros manuscritos divergentes que han hecho pensar en la existencia de una fuente común, de más remoto origen. La posición más aceptada actualmente es que fue conservada durante mucho tiempo como tradición oral, hasta que en la época colonial fue adaptada para su escenificación teatral según el molde occidental, aunque continúa en el anonimato el autor o autores de tal adaptación.
martes, 4 de diciembre de 2018
EL ESCARABAJO EGIPCIO: La suerte siempre estará de tu lado
Se trata de uno de los amuletos más conocidos de la historia desde que en el Antiguo Egipto se popularizara su divinidad. En efecto, paredes, joyas y numerosos objetos de valor tenían su representación dibujada para ofrecer protección contra todo tipo de enfermedades, e incluso la muerte. Si en vida proporcionaba protección contra el mal, visible o invisible, dando diariamente fuerza y poder. Al morir, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y poder alcanzar la vida eterna. Pero, ¿cómo una criatura tan pequeña puede llevar tanta historia dentro de su cuerpo? Los egipcios relacionaron su poder con el dios Khepri. Dios del Sol y símbolo de la vida eterna, era representado como un hombre con cabeza de escarabajo. La mitología cuenta que Khepri se creaba a sí mismo cada mañana, renacía como el Sol y de ahí su unión a la vida eterna. De ahí que el pueblo hablara del insecto como "el Gran Dios", el Ra, el creador de todo el universo. Uno de los dioses que dieron lugar a la mitología, de nuevo símbolo de la luz del sol, de la vida y de la muerte. Se convirtió, a su vez, en el Dios oficial de los faraones, aunque su cabeza no era de escarabajo sino de halcón. Incluso en el proceso de momificación, el escarabajo encarnó un papel principal. En toda esa parafernalia egipcia que llevaba al fallecido a una nueva vida este insecto tenía mucho que decir, ya que generalmente se le colocaba en el pecho, reemplazando al corazón porque creían que podría proteger al difunto ante el Juicio de Osiris para que el muerto alcanzara la vida eterna. No es de extrañar por ello que en la parte de granito del sarcófago que representaba el corazón, se tallaban varios de ellos como símbolo de la resurrección. Cabe estacar que en el antiguo Egipto se fabricaron miles de amuletos con forma de escarabajos de diferentes colores, porque se creía que cada uno tenía su propio poder, pero generalmente se los veía más del color verde y de turquesa, el color del nacimiento. Cuando se lo representaba en color blanco el escarabajo estaba relacionado a la muerte, por algún fallecido o soldado caído, mientras que si era de color negro representaba a la tierra fértil, el que da la vida. Con el paso del tiempo su función se ha ido desdibujando hasta acabar siendo un amuleto y objeto de colección. Pero no es de extrañar que la cultura popular, a día de hoy, lo vea como un símbolo de buena suerte. Lo demostraron sus reyes, fue adoptado por todas las clases sociales de la época y se le consideró un Dios. ¿Qué más quieres? Si tienes una de estas piezas en tu poder y no sabías qué hacer con ella, guárdala y llévala siempre contigo. Ya sabes en qué te puede ayudar.