Como sabéis, hace un tiempo nos referimos al tristemente celebre caso de Sarah Ellen, una supuesta vampiresa enterrada en el cementerio de Pisco (ubicado al sur de Lima) donde en 1993 se monto un grotesco espectáculo bajo el argumento de que “resucitaría” la noche del 9 de junio de ese año, fecha en la cual cientos de ilusos esperaron armados de crucifijos y estacas para rematarla, pero en el colmo del ridículo, se llego a instalar cámaras de televisión al lado de su tumba para tener la “exclusiva” que como era de esperar, nunca ocurrió. Fue el caso más sonado de los infames operativos psicosociales montados en el Perú durante la sangrienta dictadura fujimorista, instaurada en 1992 y que duraría hasta su estrepitosa caída en el año 2000. En efecto, bajo la dirección del siniestro ‘asesor’ Vladimiro Montesinos (considerado el ‘padre’ de los psicosociales en el Perú) y con el guión de Segisfredo Luza, un ladrón y estafador que se presentaba como “especialista de la mente humana”, aprovechándose de la inocencia y candidez de los peruanos - muy supersticiosos por cierto - se creo un aparato de propaganda para sus viles fines, contando con la complicidad de la prensa escrita, televisiva y radial vendida al régimen, los cuales presentaban continuos reportajes sobre supuestos 'milagros' o 'apariciones' cada uno más disparatado que el otro, que aparentemente ocurrían por esos días en el Perú y el de Sarah Ellen fue uno de ellos, simples ‘cortinas de humo’ creadas para desviar la atención de la opinión pública acerca de los escandalosos casos de corrupción ocurridos a vista y paciencia de todos, los asesinatos masivos de miles de personas cometidos por las llamadas ‘fuerzas del orden’ y los comandos paramilitares so pretexto de luchar “contra el terrorismo”, así como el saqueo generalizado de las Arcas Publicas por parte de Fujimori y sus secuaces. Para tratar de ‘silenciar’ esos hechos, aparte de una salvaje represión, Montesinos encargo a un grupo de especialistas y publicistas realizar diversos operativos psicosociales utilizando temas paranormales, como apariciones de “Cristos” pintados en las paredes y vírgenes que lloraban sangre, muertos que regresaban del mas allá, ‘avistamientos’ de OVNIS y escándalos montados en la farándula por ejemplo, para mantener embrutecidos a muchos sectores de la sociedad peruana, además de alejarlos de temas de actualidad que realmente sí importaban, en los cuales los integrantes del régimen dictatorial estaban involucrados hasta el cuello y por los cuales pasados los años, iban a terminar en la cárcel. En esa época oscura, la prensa manipulada por el gobierno y en especial por el Servicio de Inteligencia Nacional, era usada para dar a conocer diversas artimañas para distraer a la población y un ejemplo vomitivo de ello fue la “Virgen que llora” del Callao, lanzada en el momento que una epidemia del cólera estaba matando a miles de personas de las zonas mas deprimidas del país, demostrando la total incapacidad de ese régimen criminal en solucionar los problema mas básicos de la población ya que solo le preocupaba robar las Arcas del Estado para su beneficio, como es el caso del propio Fujimori, quien se cargo seis mil millones de dólares, producto de la privatización de empresas publicas, los cuales transformados en barras de oro y utilizando ‘la valija diplomática’ fueron depositados en cuentas cifradas en paraísos fiscales, desconociéndose hasta el día de hoy su paradero. Así como este miserable ladrón y homicida, quienes fueron sus cómplices robaron a más no poder creyendo que nadie iba a pedirles cuentas mas adelante, pero se equivocaron completamente. Como en aquellos tiempos ya eran cada vez menos quienes creían en sus mentiras, Montesinos ideo estos psicosociales para intentar acallarlos. De esta manera, engañados por la vomitiva propaganda de los medios, miles de incautos realizaban largas colas con el objeto de ver dicha imagen ‘milagrosa’, mientras que vendedores informales ofrecían polos, gorras, velas e incluso la imagen de la virgen ‘que lloraba’ fue impresa en papel y comercializada masivamente. Muchos asistían para ver a la ‘sagrada’ efigie con el objetivo de alcanzar alguna indulgencia o pedir algún milagro. Para ese momento la ‘prensa basura’ ya habían sido compradas por la mafia fujimontesinista y quien dirigía las portadas y el contenido de dichos medios era precisamente Vladimiro Montesinos. Sin embargo, como detallamos líneas arriba, este engaño no fue eterno y tras la difusión de un ‘Vladivideo’ en el año 2000 que desnudo en toda su crudeza la podredumbre de ese régimen criminal, todo se vino abajo y no hubo no vírgenes ni “Cristos” ni vampiresas ni nada que pudieran ayudarlos de lo que les esperaba. Fujimori huyo cobardemente del país y de una forma cobarde ‘renuncio’ al cargo vía fax desde el Japón, pero a los pocos años este maldito genocida fue capturado en Chile y extraditado al Perú, donde en un proceso ejemplar fue condenado en el 2007 a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad; Montesinos tampoco pudo escapar al largo brazo de la Ley y recibió la misma condena que su jefe en el 2010. En cuanto a Segisfredo Luza - quien tras la caída del régimen siempre negó haber tenido alguna participación en esos infames operativos - apareció sospechosamente muerto en su casa de Cieneguilla en el 2012. El destino se encargo de colocar a cada uno en su lugar.