martes, 17 de mayo de 2022
VADE RETRO SATANÁS: Aníbal Torres, el profeta del odio
“Miles de indios bajaran de los cerros de miseria que rodean Lima y harán correr ríos de sangre, matando, violando, saqueando, incendiando y destruyendo todo lo que encuentren a su paso, si la derecha golpista que se dice demócrata enquistada en el Congreso logra vacar al gobierno. Si es preciso, estas mayorías nacionales se descolgaran de los cerros para defender la democracia”. Estas apocalípticas palabras fueron proferidas a gritos destemplados por un anciano decrépito - quien evidentemente se encuentra mal de la cabeza - y que inexplicablemente en ese país tercermundista llamado Perú, funge de Primer Ministro del régimen filosenderista de Pedro Castillo. ¿Su nombre? Aníbal Torres. Venga ya, es inexplicable que ese impresentable sujeto con graves alteraciones mentales tenga algún cargo de poder en el país andino, pero viendo el gabinete de prontuariados criminales que lo rodean como “ministros” - violadores, asesinos, narcotraficantes, terroristas, mafiosos, charlatanes y golpeadores de mujeres, entre otros - ello lo explica todo. Vaya ‘joyitas’ sacados de algún desagüe como el propio Castillo, un oscuro individuo de limitado vocabulario y nula inteligencia, un analfabeto en todo el sentido de la palabra y al que los peruanos bautizaron acertadamente como un burro por las bestialidades que comete a diario, mientras el país se desbarranca sin freno alguno por el abismo. Como recordareis, con motivo de una serie de truenos y relámpagos que cayeron inusitadamente sobre Lima (ubicada por cierto, en medio del desierto y donde las lluvias son inexistentes) publicamos una nota el 25 de mayo del 2021, donde se dijo que esa advertencia del cielo era el anuncio de la llegada del demonio al Perú encarnado en el propio Castillo a los pocos días de realizarse el balotagge el 6 de junio, que al final le dio el “triunfo” mediante el fraude sobre su contendiente Keiko Fujimori. Desde entonces los meses de terror que viven desde los peruanos con el (des)gobierno de ese sujeto que busca instaurar una dictadura comunista que le permita eternizarse en el cargo, demuestra que dicha opinión no era desacertada en ningún sentido ya que los hechos lo confirman. En cuanto a Aníbal Torres, cuyo conflictivo carácter empeora con el paso de los años, vocifera a diario amenazas de todo calibre contra todos aquellos que se atreven a cuestionar a ese delincuente marxista-leninista-maoista-mariateguista-Pensamiento Gonzalo que okupa ilegalmente Palacio. Como podéis imaginar, aparte del Congreso (que ha rechazado su disparatado proyecto de ley que busca instalar una aberrante asamblea constituyente conformada íntegramente por elementos senderistas para redactar una nueva constitución), es la prensa independiente la que está en la mira de ese desquiciado elemento y no ha ocultado su deseo de deshacerse de ellos - siguiendo el ejemplo de Cuba, Venezuela y Nicaragua - por el “delito” de denunciar la corrupción del régimen y cuyos escándalos protagonizados a diario por aquella banda delincuencial que no cesa : “Algo tenemos que hacer con aquellos medios que solo se dedican a difamar, engañar y desinformar. Y eso es dañino para la formación de nuestra niñez, juventud y para la formación de nuestros propios ciudadanos, porque ya se están pasando” precisó en tono amenazante. Desde que este demente apareció como ministro de Justicia de Castillo, ha dejado claro, con una insistencia que ya roza el delirio, que la prensa es la culpable de todos los males del país, sobre todo, de los que afligen al Ejecutivo. Obsesionado con los medios de comunicación, su animosidad hacia la prensa es particularmente inquietante. Al ser confrontado por el desastre en la que se encuentra el Perú por culpa del régimen que representa, aseguró que eso no era cierto y que esa percepción era culpa de “una ficción, una realidad creada por la prensa”. Uno se pregunta ¿qué es eso que tienen que “hacer” para lidiar con esa prensa que tanto desprecia? No hay nada que pueda hacer sin transgredir la Constitución y es harto irresponsable que acuda a esta perorata un individuo que no está en sus cabales y que considera la violencia como una herramienta política viable. Pero lo más problemático es que este desquiciado profeta del odio es apenas un síntoma de un régimen que desde el primer día le ha declarado la guerra a los medios que son un obstáculo para sus intereses, mientras no hace absolutamente nada para resolver la grave crisis social y económica que atraviesa el Perú causada por ellos mismos debido a su improvisación, incompetencia e incapacidad manifiesta. No cabe duda que el diablo anda suelto haciendo de las suyas, por lo que es preciso acabar cuanto antes con esta lacra comunista porque la situación en ese país ya de por si es insostenible…. A por ellos.