martes, 17 de enero de 2023
¿EL COMUNISMO ESTA IMPULSADO POR FUERZAS DEMONÍACAS?: La historia nos da buenas razones para pensar así
Con 150 millones de muertos en sus espaldas, el comunismo es sin lugar a dudas producto de una entidad demoniaca, y el hecho está bien documentado, según da cuenta esta semana The Daily Mirror al reseñar el libro escrito por Richard Wurmbrand titulado Marx & Satan. En efecto, la historia cuenta que ese judío se había conjurado con un demonio para desatar esta pesadilla en el mundo. Wurmbrand escribió acertadamente que Stalin y sus hordas criminales - quienes previamente habían esclavizado a Rusia desde 1917 liderados por Lenin - emularon en Europa Oriental a Atila y sus hunos. Así, tras la II Guerra Mundial, lo arrasaron y robaron todo. Particularmente ocurrieron cosas terribles en Alemania con la que se ensañaron de una forma cruel e inhumana con la complicidad de Occidente que silenciaron sus horribles crímenes cometidos contra la indefensa población civil. Todo por obra y gracia de un monstruo salido del Averno rojo que tanto dolor y sufrimiento ha causado a la humanidad a través de la historia. Vamos, ni el mismo Satanás lo hubiese hecho mejor. Otro caso parecido sucedió en la China de Mao. Había demasiados chinos anticomunistas para matar tras su triunfo en la larga guerra civil, por lo que los asesinatos en masa de sus adversarios ocurrieron sin parar desde 1949 hasta asegurarse que no se volvieran a representar un peligro para ellos. Solo unos pocos pudieron escapar de ese genocidio impulsado ferozmente por el régimen comunista de Pekín, refugiándose en Formosa, que desde entonces tomo el nombre de Taiwán. Si bien los tiempos han cambiado y el maoísmo en China termino hace mucho en el basurero de la historia, los taiwaneses recuerdan aun con horror lo sucedido con sus antepasados. Lamentablemente Mao tuvo imitadores en Corea del Norte - que aún persiste - Camboya, Rumania y Albania. Ni que decir de las dictaduras africanas y latinoamericanas donde en mayor o menor grado, sus sátrapas comunistas tienen en común tener las manos manchadas de sangre mientras pretenden eternizarse en el poder por los siglos de los siglos. De esta manera, Wurmbrand presenta al comunismo como parásitos depredadores que buscan apropiarse de lo que no les pertenece, “en nombre del pueblo” cuando lo cierto es que todo lo robado está destinado exclusivamente para la ‘elite roja’ mientras el resto siguen muriéndose de hambre. Así sucede por ejemplo en Corea del Norte, Si por ventura alguno de ellos osa protestar contra el régimen, es calificado automáticamente de “reaccionario” y “enemigo del pueblo” siendo llevado a campos de “reeducación” con toda su familia y nunca más se sabe de ellos. Obviamente nadie se atrevería a preguntar por su paradero, porque terminarían de la misma manera en aquel “paraíso socialista” (?). Sin embargo, tras el colapso de la Unión Soviética y el derrocamiento de la dictadura comunista en Rusia, muchos analistas occidentales ilusamente pensaron que había llegado “el fin de la historia”. Pero mira que equivocados estaban. El monstruo logro metamorfosearse y hoy se presenta de un modo sutil como una “izquierda democrática”. Marx, Lenin, Stalin y Mao se pudren en sus tumbas, pero su legado maldito continúa. Hoy ya no se ven en las calles multitudinarias marchas enarbolando banderas rojas con la hoz y el martillo - aparte de pequeños y marginales grupúsculos radicales - aunque su ideología persista de una forma edulcorada. No es de extrañar que el comunismo al viejo estilo impulsando ‘la guerra popular’ probablemente sea anticuado. Hoy en día, las personas pueden ser esclavizadas de formas más indirectas y sutiles, a través del uso intensivo de las redes sociales para difundir sus virulentos discursos cargados de odio y resentimiento. La visión enfermiza de una humanidad vil pregonada por los medios de comunicación ‘alternativos’ es verdaderamente satánica. Una inversión/perversión deliberada de todos los valores: ¡Horribile Dictu! “En los Evangelios Jesús confronta a los endemoniados y los cura, expulsando sus malos espíritus. Por esos tiempos quien iba a imaginar que en siglos posteriores el monstruo del comunismo se iba a levantar para dejar su impronta de muerte y terror. El Mesías, como San Agustín y Dante más tarde, debieron haber profetizado cómo incluso tiranos despiadados con los poderes de las tinieblas pueden reprimir a sus ciudadanos de una forma sangrienta y brutal buscando eternizarse en el poder, porque sabe muy bien que su caída seria su ruina” agrega Wurmbrand. En el sur de Londres, fui testigo de cómo un pastor anglicano invitó a los feligreses presenciar un exorcismo. Básicamente, leyó largos pasajes de las Sagradas Escrituras y finalmente se dirigió al Diablo: “¡Lárgate Satanás! Regresa al infierno!” gritó muchas veces. Al menos temporalmente, parecía funcionar. Desearía que regímenes asesinos como el de Corea del Norte y los que abundan en América Latina que idolatran a la hoz y al martillo fueran igualmente fáciles de exterminar (Por cierto, ante la asonada terrorista que sufre por estos días el Perú, es bueno recordarles el peligro al que se enfrentan, por lo cual deben combatir implacablemente a la bestia comunista hasta su derrota final)