martes, 21 de febrero de 2023
LA PALMERA DE LAS 7 CABEZAS DE ICA: ¿Un fenómeno de la naturaleza o producto de una maldición?
Extraña, enigmática y hasta terrorífica, así es percibida la palmera de las 7 cabezas, principal atracción de Cachiche, una aldea sucia y polvorienta que tiene fama de estar “embrujada” y que se localiza a menos de 3 kilómetros de la ciudad de Ica. Se trata de una planta única en todo el mundo, ya que a diferencia de las demás palmeras y vista desde la altura, parece un pulpo con sus tentáculos, y no tiene una, sino muchas cabezas. Esto debido a que, a diferencia de otras plantas de su especie, los troncos que tiene, se extienden por todo el suelo. A primera vista pareciera tener raíces independientes, pero no es así. Las historias acerca de este fenómeno natural que se han creado en torno a él son aún más atemorizantes, con el claro propósito de atraer a los turistas a este rincón alejado del mundo. Se dice que la palmera está maldita, y para los creyentes fue la causante de la inundación que sufrió Ica en 1998. Desde entonces y al considerar la séptima cabeza como la responsable de las lluvias que les trajeron tantas desgracias, los pobladores no dejan que crezca nuevamente. Al respecto, existen varias leyendas que tratan de explicar su origen. Ante todo, cabe precisar que Cachiche es un caserío del desierto peruano como cualquier otro: triste, reseco y mustio, apenas adornado por unos cuantos huarangos, ese árbol tenaz y retorcido que crece sólo porque tiene profundas raíces para obtener el agua. Nada de particular ni extraño ocurría en esta tierra de clima infernal, hasta que un día - sin año y sin fecha - arribó una misteriosa mujer ‘de origen europeo’ que huía de las crepitantes hogueras de la Santa Inquisición. A partir de ese momento, esa desconocida aldea se convirtió sinónimo de magias y sortilegios. Un pueblo de brujas. No es la primera ni será la última bruja de Cachiche (como se le dio en llamarla). Quizás sólo sea la más famosa, la que todos recuerdan, a la que están agradecidos porque los saco del anonimato, porque de otra manera no le habrían erigido esa estatua que está en la entrada del caserío, bajo la sombra protectora de un nogal. Todo el que llega tiene que mirarla aunque sea un momento. Se dice que atrae a los supersticiosos y a los descreídos, quienes no tienen más remedio que oír la historia de esa mujer perennizada en un trozo de metal, en una postura que podría ser la de un ave a punto de volar o, quizás, la actitud de quien espera al destino sin temor y con los brazos abiertos. Y en este pedazo del desierto donde no crece casi nada, lo único que parece florecer y mantenerse alejado del polvo del desierto, es la leyenda de la bruja que murió a los 106 años, luego de una azarosa vida de sortilegios y hechizos, quien antes de morir lanzo una apocalíptica y certera profecía acerca de la palmera de las siete cabezas. Una demostración evidente -afirman - del poder sobrenatural de aquella maldita bruja: “Ica se hundirá cuando reverdezca la séptima cabeza de la palmera que se encuentra en la laguna seca”. Pasaron muchos años de su deceso y nada sucedía, pero al final ‘la bruja acertó’: Ica quedó bajo las aguas en 1998. El río se desbordó sorpresivamente en tiempo de lluvias - ya que el resto del año su cauce está prácticamente seco - y miles de personas resultaron damnificadas. Y la gente aseguro entonces: ese año no se cortó la séptima cabeza de la palmera. Y prometieron desde entonces que nunca más dejarían de hacerlo. Otra de las disparatadas historias que se han formado en torno a esta palmera - nacida con una malformación congénita - también involucra a una bruja. Se dice que unos españoles que quisieron ocultar un tesoro, pero este terminó “en los tentáculos de un gran pulpo” (¿Un octópodo en medio del desierto?). La bruja, que sabía de la existencia del cofre, intentó arrebatárselo al molusco; sin embargo, no tuvo éxito. “Luego de cortarle seis de sus siete tentáculos” (los pulpos tienen ocho), el animal le quitó la vida “con el último que le quedaba”. Antes de morir, la mujer mencionó la misma maldición que la otra bruja con el propósito de condenar a Ica. Me pregunto ¿Y qué pinta esa ciudad en que no haya podido robar el tesoro? A pesar de estas historias mal elaboradas, la extraña planta, que tiene la apariencia de una serpiente petrificada, sigue siendo uno de los principales imanes turísticos de este remoto caserío de “brujas”.