martes, 27 de junio de 2023
ICHIK-OLLJO: Repulsiva criatura de los manantiales
Hace muchos años en el Callejón de Huaylas (ubicado en Ancash, en el norte del Perú) las familias se reunían al finalizar la tarde para compartir el alimento, aprovechando los últimos rayos del sol que se escapaba por el oeste. Eran tiempos donde aun no existía la televisión, solo la radio que, dependiendo de los factores climatologicos, a veces podían captar señales débiles, por lo que era más conveniente apagarla para ahorrar las pilas. En esas reuniones, marcadas por el café de cebada, los panes de trigo acompañados por una porción de queso, los abuelos o padres, tal como lo hicieron sus antepasados con ellos, contaban a los más pequeños de la familia: leyendas, mitos y otros relatos cargados de misticismo. Dentro de todos esos relatos, había un personaje clásico: El Ichik-Olljo, un duende que tenía una extraña debilidad por mujeres y niños a los cuales atraía de un modo muy particular. En base a este personaje se han tejido muchas “historias” con distintas variantes. Incluso muchas personas han afirmado haberlo visto, muchos otros creen que aun andan por ahí al acecho esperando el mínimo descuido. Si bien hay quienes no creen en su existencia, tienen mucho cuidado al andar solo cerca de un manantial, porque bien puede aparecer de improviso. En relación al Ichik-Olljo, se dice que este extraño ser vive aun en las mentes de los pobladores del Callejón de Huaylas. Pertenece al pasado y al presente, y es seguro que en el futuro ha de vivir muchos años, ya que se asegura que es inmortal. A primera vista se ve como un hombrecillo de hermosa y suave cabellera rubia, o de tono dorado, casi blanquecino, encrespada, abundante, aunque bastante corta. Sus ojos son grandes, vivos y hermosos, el rostro es casi infantil y lleno de atractivo. Todo su cuerpo es transparente, tenue y lleno de vivacidad. Camina ágilmente y con mucha gracia. Pero todo ello es un engaño, ya que es un demonio de horrible faz, ojos pequeños, orejas puntiagudas, largos dedos y grandes colmillos, que se presenta tal como es cuando tiene a su víctima consigo. El Ichik-Olljo vive en los manantiales o en las caídas de agua, donde en algunas oportunidades, puede observarse un pequeño túnel: es la entrada a su escondite que, según se dice, está lleno de piedras preciosas y joyas de incalculable valor. Cuando sale de él, lleva un pequeño tambor, el que toca suavemente para atraer a las criaturas y mujeres solas. Cuando las indias caen en poder del Ichik-Olljo, llegan a tener hijos semejantes a su progenitor: unos engendros deformes y espantosos que una vez crecidos van a tener el poder de metamorfosearse para engañar a quienes caen bajo su “encanto”. Aterradas las mujeres generalmente hacen todo lo posible para deshacerse del monstruo recién nacido y lo arrojan a los ríos, donde el duende los rescata encargando su cuidado a los niños que logro atraer bajo el sonido del tambor y que ahora convertidos en duendes, están a su servicio. Por esta razón, las mujeres solas y los niños temen acercarse a los manantiales, arroyos o caídas de agua. Como sabéis, los duendes son demoniacas criaturas que están presentes en mitos y leyendas de diversos pueblos a través de la historia. Los duendes están relacionados en algunos casos en Europa con las hadas que no forman parte de la tradición cristiana, aunque algunos demonólogos de los siglos XVI y XVII, y al menos desde la segunda mitad del siglo XV, los consideraban un tipo de engendro proveniente del Averno. Los duendes corresponderían a los gnomos y silfos y habitan mundos propios no muy alejados del nuestro, aunque invisibles para nosotros porque nuestros sentidos son poco sutiles y poco desarrollados y por tanto no aptos para observarlos. Sin embargo todas esas criaturas tienen en común ser seres interdimensionales y atemporales, viven en comunidades jerarquizadas, son invisibles para los hombres, pero no para algunos animales y niños, son juguetones y tramposos y enormemente interesados en algunos aspectos sexuales de los humanos, a quienes raptan cuando son niños; En el caso de las mujeres - como hemos indicado líneas arriba- lo hacen para tener descendencia. Viven muchos más años que los humanos, pero sin llegar a ser inmortales: 500 años o más, éticamente neutros, les aterroriza tanto los perros, como el hierro y el acero. Existen muchas variantes de duendes en varios países y culturas del mundo, aunque universalmente los más populares son los de los países célticos. Uno de los tipos más reconocidos en la actualidad es la del leprechaun, proveniente de Irlanda y popular durante las festividades de San Patricio. En el caso del Perú, existen diversas clases de duendes como los mineros o los que raptan niños y mujeres, que por cierto no llegaron “importados” de Europa en el siglo XVI, sino que ya eran conocidos desde tiempos inmemoriales. Detestables como todos los de su especie, siempre están al acecho en busca de su oportunidad.