Como recordareis, hace una semana atrás se dio a conocer una noticia proveniente de Loreto, el cual indicaba que un poblado indígena cercano a Iquitos, era atacado por seres alienígenas, pidiendo por ello ayuda a las autoridades, quienes no hallaron nada. Eso nos trae a la memoria otro incidente con OVNIS ocurrido igualmente en la selva amazónica, aunque esta vez un poco más al sur, específicamente en Pucallpa, donde un infante de Marina de los EE.UU. dio cuenta de un extraño suceso sucedido en 1997, que relataremos a continuación ¿vale? . En efecto, un gran revuelo causo en esa época el testimonio del exinfante de Marina de los Estados Unidos, Jonathan Weygandt, quien señaló que mientras servía en una base ubicada en la selva peruana, fue testigo en febrero de 1997 del abatimiento de un Objeto Volador No Identificado (OVNI), además de haber visto a sus ocupantes. Tras relatar que se especializó en ser artillero para lanzar misiles desde tierra aire, fue invitado por un superior en el año de 1996, para trabajar en una base de radar en territorio peruano. “(Nos encargábamos de) proporcionar seguridad perimetral a una instalación de radar que estaba rastreando aviones cargados de drogas, que salían del espacio aéreo del Perú y Bolivia. Allí teníamos muchas armas y municiones” manifestó en una amplia entrevista publicada por Popular Mechanics . “Un día mientras estaba de servicio como guardia de seguridad del perímetro, el sargento Atkins y también el sargento Montealegre nos dijeron ‘tenemos un problema, al parecer hemos derribado un avión posiblemente amigable’. Ellos necesitaban que vayamos y aseguremos el lugar del accidente, aceptamos y nos mostraron el camino. Era tarde en la noche, 11 o 12 de la noche”, agrega Weygandt. “Aproximadamente entre 8 y 10 marines abandonamos la base de Pucallpa alrededor de las 3 am en cinco Humvees con el sargento Allen, el sargento Adkins y yo al frente. “Estaba empezando a amanecer, que en el Perú ocurre aprox. a las 6 am. Fue realmente fácil encontrarlo porque había un enorme cráter en el terreno donde algo se había estrellado. Entonces, avisamos por radio a los marines que estaban detrás de ellos para que se detuvieran porque habían encontrado el avión. Sólo Adkins, Allen y yo vimos el objeto. Los otros 5 a 7 marines solo vieron el área del accidente. Cuando lo vi por primera vez, tenía miedo, me asusté muchísimo, no sabía qué hacer y fue realmente confuso. (Pude) ver la parte de atrás, tenía conductos de ventilación grandes como una branquia de pescado. Del otro lado había otra escotilla, no vi ninguna luz ni nada pero sentí una presencia realmente extraña, era como si estas entidades me estuviesen llamando, creo que estaban tratando de comunicarse conmigo”, explico Weygandt, señalando en un dibujo la forma en la que tenía la nave extraterrestre, la cual, explica, era muy aerodinámica, con forma de un huevo alargado en una parte. “Como una lágrima”, explicó. “En ese momento me di cuenta de que la sustancia parecida a un gel me había manchado el uniforme y lo había decolorado, quemándome el pelo de los brazos. Allen y Adkins me gritaron que me alejara del objeto y volvimos a subir a la cima del barranco”. Luego reveló que en ese momento unos agentes especiales con trajes extraños los estaban esperando y, tras arrestarlos, los llevaron a un lugar donde lo interrogaron por separado y a él lo torturaron sicológicamente prohibiéndole que diera cuenta del hecho a alguien. A continuación, Weygandt relato que el teniente coronel que lo interrogo, le obligó a firmar algunos documentos y posteriormente fue segregado con otro personal de la USAF durante 3 semanas antes de ser enviado de regreso a los EE. UU. “Ni siquiera recuerdo haber leído los documentos ni lo que decían, simplemente los firme por miedo” asevero. Mientras estuvo detenido escuchó dentro que un misil disparado por los peruanos fue el que derribó al OVNI “Los peruanos lo derribaron, los otros (agentes) sabían que el objeto estaba volando, sabían que estas naves sobrevolaban el área, porque estuvo en el centro de comando de radares y escuché a dos mujeres de la fuerza aérea hablando de naves que entran y salen de la atmósfera a altas velocidades”. En cuanto a la nave estrellada y todo su contenido, dijo desconocer su paradero. Además, describió lo que sería una base secreta en territorio peruano, pero que él no conocía su ubicación. Es probable que se tratase de la estación de seguimiento por radar de la USAF en Iquitos, bajo el mando en ese entonces de la teniente coronel de la USAF Gayla Briles. Cabe precisar que cuando Popular Mechanics se quiso contactar con los otros protagonistas que Weygandt había relatado, si bien luego de confirmar que efectivamente se encontraban sirviendo en Pucallpa en 1997, tan pronto como se les mencionó el asunto del OVNI, todo fue un "No" o "No recuerdo nada de eso" cortando la conversación inmediatamente. De seguro a ellos también los coaccionaron para que no dijeran nada, y como muchos de esos similares encuentros, el suceso ha quedado envuelto en el misterio.
Además de parecernos criaturas simpáticas, tiernas e imponentes, los elefantes también son vistos como amuletos de la buena suerte y la sabiduría. Aristóteles, el antiguo filósofo griego, afirmaba con justa razón que el elefante superaba a todos los demás animales en sabiduría. A través de los siglos se le ve como una figura que forma parte de rituales de abundancia y protección en diversas filosofías y religiones. ¿Pero por qué los elefantes atraen la buena suerte? Sucede que el elefante puede tener una doble connotación: su enorme peso y estatura sin duda le dan una considerable fuerza capaz de vencer diversos obstáculos. Pero al mismo tiempo se trata de una criatura noble y pacífica que también representa bondad y armonía del ser. Sin embargo, es necesario acudir a la mitología hindú para saber exactamente por qué los elefantes atraen la buena suerte. El uso de la figura del elefante como símbolo o amuleto de la buena suerte proviene del dios hindú Ganesha, al cual se le representa con una cabeza de elefante. El mito surge cuando el padre de Ganesha, Shiva, quiso entrar al baño del palacio donde se encontraba su esposa, Parvati. Sin embargo, Ganesha se lo impidió. Enfurecido, Shiva sacó su espada y con ella cortó la cabeza de su hijo. Al enterarse de lo ocurrido, Parvati mandó a un sirviente a que trajera la primera cabeza que encontrara en su exploración. Así fue como dio con un elefante, al cual llevó hasta el palacio. De esa manera, a Ganesha le pusieron la cabeza del animal y pasó de ser un niño de aspecto normal a tener la cabeza del elefante y un cuerpo rechoncho. A partir de ese momento, Ganesha fue visto como un símbolo de protección y guardián de las familias. Actualmente muchas colocan una figura de Ganesha en las puertas y entradas de las casas. Las personas que creen en el mito de Ganesha y en las capacidades protectoras de este ser prefieren las figuras donde el dios tiene la trompa enrollada sobre su cabeza hacia atrás. Esto significa que la suerte y la fortuna nunca se irán del hogar. Algunos también creen que si la figura va acompañada de una moneda o un billete, el dinero nunca faltará. Por cierto, en otras culturas asiática como la china, el elefante en también considerado un animal sagrado. En el Feng-Shui, una filosofía china basada en la armonización de los espacios para promover la positividad de las personas que lo habitan, el elefante se considera un símbolo muy importante para promover la sabiduría, la fuerza y la fertilidad, al que se le pueden pedir deseos y proteger el hogar. Pero para obtener los máximos beneficios, es importante saber cómo situarlo. En primer lugar, la posición del propia animal. Colocar una estatua con la trompa hacia arriba o hacia abajo tiene diferentes significados. El elefante de la suerte con la trompa hacia arriba significa buena suerte y la benevolencia fluye hacia afuera. La estatua del elefante con la trompa hacia abajo promueve la buena fortuna y la sabiduría. Según el Feng Shui, cuando un elefante de la suerte se coloca en una posición específica en el hogar, puede activar determinadas cuestiones. 1- En la entrada principal: Colocar una estatua de un elefante cerca de la puerta de entrada trae buena suerte, protección y fortaleza a un hogar. La regla principal es tenerlo siempre al elefante mirando hacia el interior de espaldas a la puerta, porque si se coloca hacia fuera, entonces la energía positiva del elefante volverá a salir por la puerta; 2- En el dormitorio: Colocar un elefante en el dormitorio promueve el amor y la fidelidad entre dos personas. También es un símbolo de fertilidad. Las estatuas de elefantes feng shui con la trompa hacia abajo significan fertilidad y longevidad, por lo que son una excelente opción para activar esta energía; 3- En el dormitorio infantil: En las habitaciones de los niños, el dormitorio promueve cultivar el conocimiento y el éxito académico, por eso es bueno ponerlo en la mesa de estudio. Una estatua de una madre elefante y su bebé es un símbolo del amor y el vínculo entre una madre y sus hijos, por lo que promueve el vínculo; 4- Para equilibrar los elementos del hogar: Las estatuas de elefante se pueden utilizar para lograr el equilibrio adecuado de los elementos y puede significar la diferencia para atraer o repeler la energía chi positiva. Y, para finalizar, es importante decir que colocar más de un elefante potencia sus cualidades, por lo que se puede llenar el hogar de estos animales por varias estancias e incluso todos juntos en un mismo sitio y así lograr más beneficios. Como habéis podido comprobar, el lugar donde sitúe la figura o figuras de elefante será relevante para el objetivo que busque conseguir. ¡Qué la suerte inunde su hogar con el elefante de la suerte!
En el sur del Perú - especialmente en Arequipa - es común ver a la vera de caminos y senderos de las montañas, pequeños montículos de piedras, colocadas ex profeso una encima de otra hasta formas pequeñas torres, levantadas bien para expiar los pecados de quien lo construye y también como una ofrenda a la Pachamama y a los Apus (como los indios llaman a la Tierra y a los espíritus de las montañas respectivamente) para pedirles permiso para pasar por sus dominios, rogándoles además protección y bienestar durante su travesía, para que puedan volver sin novedad a sus casas. Son las denominadas apachetas. A diferencia de un túmulo, no se erigen como cámaras funerarias ni para cubrir sepulturas o como lápidas. La gran mayoría de ellas aparecen en solitario y aisladas, y se cree que quitar las piedras de la apacheta es profanación, equivalente al sacrilegio, por cuanto son sagradas para tal rito. Su forma es cónica, van desde monumentos de pocos centímetros de altura, hasta enormes volúmenes rocosos cuya base puede llegar a tener un diámetro aproximado de 10 metros y una altura de tres. Poseen una base amplia debido a los permanentes derrumbes. Se encuentran ubicadas a los costados de las sendas y caminos de la cordillera, generalmente en los pasos, partes altas de una cuesta y escasamente en lugares llanos. Por cierto, la frase apacheta (quechua), es la castellanización de "apacheq" que significa "Te ayudo a llevar la carga" o "Aligerar la carga". Muchas personas, la construyen y hacen el pedido a su divinidad que les ayude en terminar lo emprendido, otros apoyan a construir una apacheta y es también decirle, “sé que estas en momentos difíciles y aunque no comparto tu meta, no quiero que desfallezcas y por ello te ayudo a construir tu apacheta, que todo te salga bien”. Si en el caminar, el indio peruano se encuentra con una apacheta deposita una o más piedras junto con una ofrenda, que puede ser hojas de coca, tabaco, patatas u otro alimento, dejar algo en una apacheta en señal de respeto al espíritu que allí habita. El caminante pide entonces permiso para ingresar a un lugar nuevo, y protección y salud para continuar su viaje. Cabe precisar que esta práctica ha sobrevivido durante siglos y se ha extendido en el mundo. Su origen ha sido tema de amplio debate. Así, en el libro Entre Huacas y Apachetas, se menciona que mientras unos las relacionan con ofrendas espirituales, también se cree que las piedras cumplían diversas funciones. Una de ellas era marcar el límite de las comunidades y, en la red vial prehispánica, para señalar una ruta. Las apachetas se han popularizado como ofrenda en las rutas de senderismo y turismo ecológico. Estos apilamientos de forma icónica cada vez son más frecuentes en bosques, rutas áridas y áreas protegidas. Algunas, convertidas en grandes montículos de piedras, y otras pequeñas con diseños que desafían la gravedad,,, Lo que hay que ver.
Una curiosa noticia proveniente del oriente peruano y del que dio cuenta hace unos días la prensa local, indico que los pobladores de la tribu indígena Ikitu, del distrito Alto Nanay, provincia de Maynas (Loreto), han denunciado que se encuentran atemorizados debido a que desde el pasado 11 de julio una especie de seres alienígenas - con apariencia de reptilianos - los atacan en horas de la noche. Inclusive, el líder del clan, Jairo Reátegui Ávila, ha solicitado que haya presencia militar en la zona. "Son extraterrestres estos señores. Parecen blindados tipo el duende verde de 'El Hombre Araña'. Yo los he baleado dos veces y no caen, sino que se elevan y desaparecen. Estamos atemorizados por lo que está pasando en la comunidad", narró Reátegui a RPP Noticias. También, denunció que hubo una adolescente que fue atacada con cortes en el cuello por uno de estos seres "plateados de dos metros" y que posteriormente fue atendida en su comunidad. "Su color es plateado, sus zapatos son de forma redonda y con eso se elevan. Andan flotando a un metro de altura y tienen una luz roja en la parte del talón. Su cabeza es larga, su máscara es larga y sus ojos son medio amarillentos. Con eso te ven bien y se largan. Son expertos para escapar", añadió el líder de la citada comunidad ubicada a 10 horas en barco, desde Iquitos. Debido a ello, agentes de la Policía Nacional y de la Marina de Guerra llegaron a bordo de un deslizador hasta el lugar con el objetivo de investigar que es lo que realmente estaba sucediendo y sostuvieron una breve reunión con el pueblo, que les dieron más detalles del extraño suceso. Además, recorrieron el perímetro de la comunidad, especialmente, la zona donde una adolescente de 15 años fue presuntamente atacada por esas extrañas criaturas. Otros pobladores de la zona explicaron que podrían ser los llamados 'pelacaras', seres mitológicos que se dedican a cazar a los comuneros con el objetivo de apoderarse de sus órganos. Sin embargo, otros señalan que en realidad se tratarían de drones que se encuentran sobrevolando la zona y asustan a los indígenas con oscuros propósitos. Estos estarían relacionados a narcotraficantes o a bandas peligrosas de traficantes de terrenos que utilizan ese ardid para expulsarlos y apoderarse de sus tierras. Pero eso no es todo, ya que un nuevo hecho presuntamente paranormal volvió a sacudir Loreto. En esta ocasión vecina del A.H San Pablo de la Luz, en San Juan Bautista, Iquitos, sufrió una serie de desmayos y convulsiones, luego de que, según dijo, extraños seres bajaron del cielo para llevársela. Esto habría sido presenciado por varios pobladores del sector. Según narraron varios testigos, estos seres tenían grandes escamas y eran de color verde. Asimismo, otras personas señalaron que también habrían presenciado minutos antes de este hecho, un objeto volador desconocido, del cual bajaron no solo uno, sino varios seres alienígenas, y que habrían tenido la misión de capturar a los pobladores del sector. Hasta ahora no hay una versión oficial de este suceso que viene llamando la atención del país. De otro lado, el general de la PNP Héctor Bernal Alva dijo en relación al primer caso, que si bien lo están investigando, no puede señalar a los responsables del ataque a seres provenientes de otros mundos. “Lo que tenemos objetivamente es la denuncia de una menor (15) que aparentemente la han querido secuestrar, pero no lo lograron, sus familiares la encontraron. No se puede hablar de los ‘pelacaras’ porque la niña ha tenido rasguños en el cuello. Si esa niña hubiera tenido herida de arma blanca, se podría pensar sobre lo que refieren, pero no podemos afirmar nada porque nosotros no tenemos ninguna denuncia de esa índole. No tengo denuncias, se harán más investigaciones, pero nosotros le manifestamos lo que conocemos objetivamente”, refirió Bernal. Respecto al mismo caso, se refirió la prefecta de Loreto, Lic. Sandra Chumpitaz, quien dijo que ya ha “derivado a la oficina del general de la policía y del Ministerio Público para que realicen las investigaciones. Se han constituido en el lugar, no han encontrado nada. Pero hay versiones de moradores” aseveró. Mientras tanto, se dice que las incursiones de esos seres continúan, por lo que los nativos se han organizado en rondas nocturnas para intentar darles caza a quienes atormentan la tranquilidad de la población,,, A ver si logran capturarlos.
A propósito, a raíz de la reciente presentación del libro Dioses y Demonios del Perú en la Feria Internacional del Libro (FIL) escrita por Javier Zapata, el mismo autor del exitoso libro Seres Mágicos del Perú - donde nos transporta a un mundo mágico en la cual un antiguo dios nos revela sus conocimientos sobre las divinidades peruanas, que pasaron al olvido y la estigmatización con la llegada de la Iglesia Católica junto con los españoles en el Siglo XVI, los cuales mediante la extirpación de idolatrías, calificándolos de ser “obra del demonio” arrasaron con toda manifestación indígena, destruyendo ídolos y templos a lo largo de todo el Perú intentando borrar su memoria y existencia - es una buena ocasión para ocuparnos de este asunto ¿vale? Ante todo, vale aclarar que si bien son conocidos los dioses incas, descritos meticulosamente por los cronistas, se sabe muy poco o casi nada de las divinidades de las antiguas culturas que los antecedieron, y solo mediante la arqueología desde el pasado siglo, fueron descubiertos grabados e imágenes de sus dioses, pero al carecer esas sociedades de escritura, en algunos casos solo conocemos su nombre y uno que otro mito que habla sobre ellos, pero nada más. Borrados de la “historia oficial” por los incas, es sumamente difícil encontrar detalles que nos hablen de su religión y la forma como veían al mundo. Cabe precisar que los habitantes del Perú antiguo, al igual que los demás pueblos primitivos, forjaron, en su evolución mítica, la concepción del demonio. Pero el demonio no fue un ángel rebelde como en las tradiciones cristianas, ni tuvo el poder de los dioses. Tampoco dividieron nuestros aborígenes, como lo hicieron los persas, las divinidades en buenas y malas. La mitología peruana desconoció la implacable lucha entre el bien y el mal, Ormuz y Arimán, en la religión de Zoroastro. No había dioses malos en el Perú antiguo, pero todo se trastocó con la llegada de la Iglesia Católica, que en su fanatismo religioso - forjado en la aun reciente conquista del reino musulmán de Granada - los catalogo a todos como demonios y los persiguió implacablemente. Solo quedaron los mitos. Como sabéis, las crónicas clásicas de los siglos XVI y XVII incluyen una abundante mitología en sus páginas. Los españoles de ese tiempo preguntaron por historias y recibieron explicaciones míticas; por lo que no es uniforme la calidad de las versiones, tampoco su localización territorial o étnica, menos aún la universalidad andina que se les atribuyó a veces, si bien las versiones míticas responden a un universo conceptual generalizado en los Andes. En realidad, los cronistas recogieron versiones orales en muchos lugares de los Andes, aunque no siempre anotaron su procedencia, y, en cambio, primó muchas veces -voluntaria o involuntariamente - una identificación con el Cuzco, el centro del poder incaico que los españoles del siglo XVI bautizaron como un "imperio" comparable al romano que añoraban o al que el Emperador Carlos V ejercía desde España. Historizados los mitos en las crónicas, se inauguró una historia de los incas, donde las gestas de los soberanos del Cuzco no envidiaban a las de los héroes de la mitología mediterránea o a las acciones gloriosas de los príncipes cristianos. Los dioses andinos fueron muchas veces rebautizados y clasificados como demonios que inducían a la gente a vivir fuera de la ley natural. Continuando una tradición renacentista, los mitos que se relacionaban con los orígenes del mundo y del hombre fueron transformados en alegorías, a la vez que sus informaciones sobre arquetipos o personajes ejemplares se convirtieron en datos biográficos y muchas situaciones rituales fueron convertidas asimismo en acontecimientos. Sin embargo, esta transformación no impidió que algunos mitos - los de origen sobre todo - fueran mantenidos bajo la categoría de fábulas o leyendas. Otros textos o recopilaciones, que no ingresaron a la clásica categoría de las crónicas, reunieron versiones quizás más correctas desde un punto de vista etnográfico. Es el caso probablemente único en los Andes de las versiones de Huarochirí, que fueron narradas o recopiladas por un informante andino cuyo nombre no es seguro, y reunidas por escrito y en quechua por el clérigo Francisco de Avila, célebre extirpador de las "idolatrías" de la región de Huarochirí, vecina a Lima. Al mantenerse en su lengua originaria, las mismas se han conservado como el conjunto orgánico más importante sobre la mitología andina prehispánica. En las crónicas de los siglos XVI y XVII se encuentran muchas versiones que hablan del origen del mundo. En ellas se presenta a las divinidades ordenando el mismo, y éstas han sido generalmente catalogadas bajo la denominación de dioses creadores. Hace muchos años, diversos autores diseñaron distintas formas de "creación" del mundo, por ejemplo, G. van der Leeuw (/19337 1964); la distinción más importante para el caso andino es la que dicho autor precisa entre creación ex-nihilo y creación por ordenación. En la primera, la divinidad pre-existe a lo creado, lo cual es fruto exclusivo de su actividad, el caso más conocido y claro es el del primer libro del Génesis bíblico; en la segunda, los hombres y las cosas pre-existen a las divinidades las cuales realizan su "creación" a partir de una realidad caótica que puede suponer la destrucción previa del mundo y sus habitantes. Los dioses de este tipo son ordenadores del mundo en desorden, diseñan un orden, es decir, un sistema de relaciones que justifica la realidad social. De este último tipo son los dioses andinos. Es general llamar "dioses" a los seres que ordenan el mundo y presiden un conjunto de seres sagrados como ellos; al llamarlos "creadores" se hace clara referencia al origen del mundo y/o de las relaciones sociales a los que se refieren. Ciertamente, los cronistas del siglo XVI iniciaron la búsqueda de una explicación de las divinidades andinas, y trataron de organizarías en un sistema compatible con la explicación católica del mundo sagrado; por ello relacionaron inicialmente a los dioses andinos con el bíblico, intentando demostrar la tesis monogenista del origen del mundo y del hombre, y explicando el origen de los pobladores americanos en el tránsito de Noé por el océano tras del diluvio, o incluso recordando las tribus perdidas de Israel. Abundando en esta línea, algunos cronistas propusieron que los hombres americanos, cuyo origen bíblico estaba así diseñado, habían sido evangelizados en los tiempos inmediatos a la vida de Cristo; colaboraron a esta versión tanto los cronistas españoles como los andinos. Un caso palpable es San Bartolomé, de quienes los cronistas decían que se parecía a la estatua de oro de Wiraqocha que se encontraba en el templo a ese dios, en Raqchi (Cuzco). Pero a diferencia de los cronistas, la Iglesia Católica no tardo en calificar a las divinidades andinas como "idolátricas" como consecuencia evidente de la actividad del "demonio" y, por lo tanto, se dedicaron a eliminarlos a priori hasta no dejar ninguno. Los mitos relatan una historia, aunque la misma no sea equivalente a la que hoy conocemos bajo las categorías que rigen la noción occidental y moderna de la misma. Se trata de una racionalización, como toda explicación de la experiencia cotidiana, transmisible en torno al ritual, aunque no dependa únicamente del mismo. Incluyen los mitos una diacronía interna, aunque no necesariamente están articulados en una concepción diacrónica del universo y de la historia. Sus personajes, dioses o héroes, se registran como tales en las épocas de los orígenes, ya que los mitos se refieren a tiempos primordiales que se encuentran fuera del tiempo normal o profano. Al confirmar y justificar la realidad, los derechos y las instituciones, van más allá del hecho de ser portadores de una historia narrada. Por cierto, de los mitos de los dioses y demonios, ya no hemos ocupado de varios de ellos en su momento - como los de Wiraqocha, Pachacamac, Curinaya, Vichama, Inkarri, el Amaru y el Origen de los Incas, por ejemplo - pero hay otros que aun no hemos tratado y ello será más adelante ¿Vale?
