martes, 28 de septiembre de 2021
ACOSADOS POR UN OVNI: Encuentros cercanos en Chosica
Sucedió el 27 de noviembre de 1977, de madrugada. Nuestro protagonista conducía su taxi al final de su jornada laboral. Con la cabeza más en el regreso a su casa que en tomar otro cliente, recibió la solicitud de un servicio, por la avenida Javier Prado. Se trataba de una pareja que quería ir a Chosica, distante a unos 44 kilómetros de la capital. El chófer del taxi, Antonio González Morales, aceptó el servicio y decidió ir por la Carretera Central. Cabe destacar que por aquella época el tráfico no era tan infernal como ahora, no habían tantas invasiones de terrenos y que además no existían las combis asesinas, coasters ni demás chatarra importada de Corea del Sur que llegaron masivamente durante la dictadura fujimorista. Llevaban ya unos diez kilómetros de trayecto cuando, sobre la una de la madrugada, una extraña luz comenzó a verse en el horizonte. Aquella luz cruzaba por delante del coche y quedaba suspendida en el aire. Morales, un veterano del taxi, contó a Expreso en aquella ocasión: “Vimos una luz extraordinaria, un objeto inmóvil en el aire, ¿qué hicimos? Reducir la velocidad y mirar con asombro aquello que había quedado quieto y no hacía ruido alguno”. “Será un helicóptero” dijo uno de los viajeros. “No; un helicóptero no puede ser. Un avión no se queda inmóvil en el aire y además no es silencioso. Esto no puede ser más que un OVNI”. “¿Está seguro de ello?” preguntó asustada la mujer que ocupaba el asiento trasero. “No hay duda alguna” le respondió y acelero el auto. “Al dirigir la vista hacia las montañas que lindaban con la carretera descubrimos que el extraño objeto estaba también iluminado. Tenía la forma de dos platos invertidos, con un diámetro quizás superior a cinco metros, distinguiéndose una luz amarilla en la parte superior y otra similar en la inferior que alumbraban intermitentemente. En la parte de unión de los platos había una franja iluminada de color blanco. Su altura sería de metro y medio o dos metros como mucho. González seguía conduciendo el taxi, al mismo tiempo que él y los pasajeros no le quitaban la vista al objeto luminoso que los seguía en silencio. A diez kilómetros de Chosica la luz seguía con su presencia inalterable a la distancia. El taxista bajó la ventanilla y aminoró la velocidad, por lo que sus pasajeros asustados le pidieron que siguiera adelante, pero su automóvil parecía que no tenía potencia, algo se la estaba restando o lo estaba frenando y por más que pisaba el acelerador, el taxi reducía su potencia, Afortunadamente pudimos llegar no sé como a Chosica y las primeras luces de las casas alejo al OVNI que poco a poco desapareció y no lo volvimos a ver más”. En la misma publicación que recogía el testimonio de Antonio González, éste afirmaba al final: “Jamás había creído en platillos volantes y cosas por el estilo. Sí había oído hablar de ellos y hasta pensaba que podrían ser exageraciones de la gente. Sin embargo, al pasar por aquella misma zona en el regreso a Lima, tras haber dejado a los ocupantes del taxi en su destino, ya no quedaba ninguna señal de aquel objeto. El vehículo había recobrado toda su potencia. Se detuvo en una gasolinera y preguntó también al empleado de la misma si había visto al objeto volador, pero recibió una negativa por respuesta. Una vez que llego a su casa, decidió comentarle el incidente a su esposa, pero esta no le creyó, ya que pensó que era una historia inventada para justificar las horas en que había regresado, recibiendo por ello una paliza de su enfurecida mujer que lo dejo postrado en cama. Sin embargo, a pesar de haber quedado todo adolorido, Antonio González estaba firmemente convencido de que había sido testigo de un OVNI. No contento con ello, a los pocos días se comunico con el diario para contarle el extraño suceso. Lamentablemente no logró contactar con los ocupantes del taxi que también habían sido testigos del hecho para que avalaran su versión, aunque agregó que las anomalías detectadas en el motor del vehículo y los fallos en la radio del mismo eran prueba suficiente para el de que todo ello efectivamente sucedió, algo que como sabéis y podemos agregar para finalizar la nota, se repite en otros avistamientos de OVNIS acaecidos en todo el mundo, a pesar de los intentos de quienes buscan desacreditar dichos encuentros, a la vez que prefieren ocultar las evidencias que llegan a caer en sus manos, como ocurre especialmente en los EE.UU. Es sabido además, que tanto en la Carretera Central como en las cercana Cordillera de los Andes, los avistamientos de OVNIS y otros hechos extraños son frecuentes - varios de cuyos casos hemos tratado anteriormente en El Lado Oscuro - por lo que se puede deducir que ese encuentro efectivamente si sucedio ¿No os parece?