martes, 5 de octubre de 2021
HUACACHINA: Los enigmas de la Laguna
Uno de los lugares más impresionantes en el mundo, ocupando el segundo lugar dentro de los 21 destinos exóticos para The Telegraph, es el Oasis de la Huacachina. Ubicada entre dunas, a cinco kilómetros al oeste de la caótica ciudad de Ica en el Perú. A la laguna se la conoce también con el sobrenombre de ‘Oasis de las Américas’, y es que está considerado uno de los pocos oasis naturales que se pueden encontrar en territorio americano, pero no el único. Sus aguas son debido a la unión de cinco ramales que se derivan de un río subterráneo que pasa cerca pero en los últimos años ha perdido capacidad, y ahora sus aguas son artificiales. En el pasado se les atribuían propiedades curativas, ya que eran ricas en sustancias sulfurosas y salinas, y en 1960 se construyó uno de los más exclusivos balnearios del país (aunque hoy en día no se recomienda bañarse en sus aguas). A su alrededor se levantaron restaurantes, hoteles y un hermoso malecón en el que descansar rodeados de un paisaje fascinante. Las aguas color verde esmeralda están rodeadas de palmeras, eucaliptos y huarangos, un tipo de algarrobo que sirve de refugio para aves migratorias. Además de comer, tomar algo y pasar la noche en el palmeral, las altas dunas proporcionan un sinfín de opciones para practicar deportes de aventura, en especial el sanboard y los buggies, por lo que, un lugar que debería ser paradisíaco, ahora se ha convertido en un destino muy turístico. Aun así, sigue conservando su belleza y atractivo, y el atardecer en Huacachina es simplemente increíble. Como podéis suponer, también guarda una leyenda muy popular en Ica. Según se cuenta, esta laguna que se encuentra en medio de las dunas del desierto, que tiene el nombre de Huacachina, desde años atrás presentaba dentro sus atractivos: las propiedades medicinales, el misterioso drenaje subterráneo y la leyenda acerca de su origen. Se cuenta que en la época de los Incas, existía una hermosa mujer que era conocida como Huacca-China, la cual encantaba por su increíble belleza, su rubia cabellera y su extraordinaria voz y se dice que un día, ella estaba a punto de casarse con su amado, pero la desgracia vino en dicho momento, ya que él nunca llegó a la boda por lo que se trataba de un guerrero. Sucede que el conquistador español Francisco Pizarro al frente de un grupo de audaces expedicionarios, había capturado y ejecutado al bastardo Atahualpa en Cajamarca, tras lo cual se dirigió al Cuzco donde proclamo al príncipe Manco Inca como soberano - aunque en realidad era un gobernante títere - quien mediante engaños pudo escapar de sus captores e inició la rebelión. Es a ese grupo de rebeldes donde se unió el novio de Huacca-China, quien al final termino siendo capturado y ahogado por los españoles, por lo que desde ese momento el corazón de ella quedo destrozado y llena de ira, que la hizo convertirse en una mujer con rencor. Este hecho dio inicio a una rutina nocturna que le hacía salir de su hogar y hacía un agujero en el suelo donde gritaba con todas sus fuerzas el nombre de su amado, repitiéndolo todas las noches, excavando cada vez más profundamente en el mismo sitio, hasta que en una oportunidad, vio agua que emanaba del lugar, por lo que introdujo sus labios en dicho liquido y continuo con su labor de agrandar el hoyo, sin dejar de gritar el nombre de su amado. Cada día que pasaba el pozo se hacía más y más grande, hasta que logró meter todo su cuerpo en el agua tibia, sumergiendo su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en una sabana pero al verse en el espejo, descubrió un espía, quien al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella. La doncella huyó precipitadamente del lugar, rasgándose la sabana en su huida que formaría los arenales y las dunas, pero ella seguía corriendo desnuda hasta que volvió a tropezar y su espejo se cayó rompiéndose en mil pedazos dando forma a la laguna. Huacca-China entonces se convirtió en una sirena y se introdujo rápidamente en el, poniéndose a salvo de su perseguidor. Sin embargo, desde esa ocasión sale en las noches de luna llena a cantar su mala fortuna. Se dice que en represalia, busca sorprender a los extranjeros que frecuentan el oasis, tratando de encandilarlos y ahogarlos en el fondo de la laguna. Es más, se dice que cada año siempre se ahoga un hombre que no es del lugar, cobrando así fuerza la leyenda de la sirena.