martes, 22 de febrero de 2022
LAS SIRENAS DE ANCÓN: Criaturas malignas en busca de sangre
Con motivo del reciente derrame de petróleo en la costa norte de Lima por parte de REPSOL y que los medios de comunicación parecen haber “olvidado” convenientemente, uno de los lugares afectados por aquel incidente fue el balneario de Ancón, donde una conocida leyenda da cuenta de la presencia de sirenas en sus costas. En efecto, esta historia comienza en las orillas del mar, bajo una luna intensa, con una marea peligrosa y fuertes vientos que obligaban a los pescadores a desembarcar de las profundas aguas hacia una orilla para refugiarse del peligro, sin imaginar que en realidad se dirigían hacia un camino sin regreso. Si bien al resto de los mortales, la sensación de oscuridad hace que sus cuerpos se ericen y que la mente juegue con ellos pero para los pescadores la noche es su fiel compañía que los ayuda a obtener la mejor pesca, por eso un grupo de ellos – llamados Víctor, Alex y Rodrigo - zarpaban al mar a esas horas ya que según ellos la oscuridad les proporcionaba suerte, por lo que solían adentrarse en lo más profundo del mar, tirar las redes y esperar unos cuantos minutos y estas se llenaban con muchos peces. Hacían esto por casi 3 horas y regresaban a la orilla con su cargamento, contentos por la labor cumplida, y al despedirse, cada quien tomaba rumbo para su casa. Cierta noche como de costumbre, se encaminaron con el barco hacia lo más profundo del mar, arrojaron las redes y esperaron que se llenaran pero no fue así, pasaron las horas pero nada, los tres pensaron que tal vez era porque la luna que los acompañaba siempre decidió esta vez abandonarlos, y como no querían llegar a casa con las manos vacías, decidieron esperar un rato más, lo cual fue una mala decisión ya que de un momento a otro el mar se agito violentamente, no pudiendo estabilizar el barco debido a las olas causadas. En esos momentos de gran tensión, escucharon una melodiosa voz que provenía de un sitio muy lejano y aunque comenzaron a sentir un miedo intenso la voz tranquilizaba sus almas al punto de dejarlos sin fuerzas, sus ojos se alzaron hacia el cielo y al no ver la luna, reaccionaron ante el peligro. Víctor fue el primero quien se dio cuenta de que tenían que salir de ahí ya que estaban siendo arrastrados a lo más profundo del océano. Entonces, tras despertar a Rodrigo y Alex comenzaron a remar hacia la orilla, de pronto se percataron de un grupo de figuras esbeltas sentadas en las orillas del mar con un exuberantes cabellos negros, ojos extrañamente luminosos y voces perfecta, quienes los invitaron a sentarse con un rato mientras seguían cantando. Entonces ellas se levantaron y comenzaron a caminar hacia lo profundo del mar mientras los tres jóvenes pescadores comenzaron a seguirlas en trance hipnótico. Todo hubiera salido perfecto si no fuera porque Víctor empezó a sentir una extraña sensación de frio que provenía del agua recorriendo su cuerpo y al levantar la vista vio a la luna sobre ellos, logrando ver la verdadera forma de una de la criaturas, la cual se trataba de una horripilante bestia que entre sus dientes tenia carne fresca y sangre, miro de reojo y vio a sus amigos siendo devorados por los otros monstruos. Entonces, Víctor decidió luchar ferozmente para por salvar su vida y pretendió abandonar el barco para llegar nadando a la orilla pero la fiera no lo dejaba, por lo que la agarro a patadas, logrando librarse de ella y escapar de sus garras. Una vez llegado hasta la orilla se desmayó, y en la mañana fue encontrado con arañones, mordidas, moretones y marcas de ese ser monstruoso, pero cuando logro recobrar la conciencia se acordó de sus amigos Rodrigo y Alex que quedaron atrás y cuyos cuerpos nunca fueron encontrados. Víctor entonces recordó los espantosos momentos que habían pasado y comenzó a contárselos a todos pero nadie le creyó, asegurando que fueron tragados por una tormenta. Entregado a la botella, Víctor comenzó a hablar con los otros pescadores y se dio cuenta que él y sus amigos no habían sido las únicas víctimas ya que también les había sucedido lo mismo a otros, pero calificados de borrachos, nadie les dio crédito a sus palabras. Por eso comenzaron a contar la historia de generación en generación para que los futuros pescadores estén prevenidos de todas las criaturas que habitan en las profundidades del mar. En cuanto a Víctor, nunca pudo olvidar a sus amigos y de tanto tomar, perdió la razón y una mañana fue encontrado muerto en la playa al que solía acudir, esperando el regreso de quienes nunca volverían. A pesar de los años transcurridos de aquel incidente, se sabe que las bestias siguen estando al acecho de sus víctimas, donde espera un eclipse o que la luna decida no salir para poder atraparlas y comérselas.