TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 27 de mayo de 2025
UNA PRESENCIA INQUIETANTE: ¿OVNIS en el terremoto de Yungay?
Hace 55 años, un sismo provocó que parte del nevado Huascarán (el más alto del Perú) se desprendiera y sepultara por completo a la pequeña ciudad andina de Yungay en una tragedia que cobró dimensiones míticas. A pesar de ello y del tiempo transcurrido, prácticamente nada se ha hecho por parte de las autoridades y las cicatrices están aún abiertas en los lugares donde sucedió aquella catástrofe. En efecto, aquella tarde del 31 de mayo de 1970, los peruanos estaban atentos al partido inaugural de Copa Mundial de la FIFA. El evento tenía un atractivo particular ya que era la segunda vez que su mediocre selección de fútbol intervenía en un torneo de esa naturaleza desde 1930, a la que asistieron únicamente por invitación. Sin embargo, antes de que pudieran interesarse por el resultado de dicho encuentro, el país andino sufría uno de los terremotos más mortales de su historia. La tragedia comenzó exactamente a las 15:23 hora local con un terremoto de 8,0 grados en la escala Richter, comentó el geólogo Patricio Valderrama, a 55 años de lo que aún es la mayor tragedia provocada por un desastre natural en Perú. El epicentro del sismo estuvo dentro del Océano Pacífico a 200 kilómetros de la costa de la ciudad de Chimbote, en la región de Áncash, en el norte del Perú. Valderrama apuntó que la magnitud del terremoto generó un primer tsunami que afectó a varias ciudades del norte del país. Sin embargo, eso no fue lo peor. A pesar de haberse generado lejos de la costa, el temblor se produjo cerca de - aseguro - "lo que hasta ahora es la región que contiene el 70% de la masa glaciar tropical del mundo". En efecto, en esa zona se ubica el Huascarán, que tiene en su pico sur - con 6.757 metros sobre el nivel del mar - el punto más alto de todo el Perú. Los glaciares montañosos están ubicados sobre roca de granito que, según explicó Valderrama, "tiene la característica de ser muy dura, por lo que tiende a partirse fácilmente en bloques grandes". Un dato que sería fatídico a segundos de producido el movimiento telúrico. "Al momento de ocurrir el terremoto, las ondas sísmicas viajaron y se encontraron con ese gran muro de granito gigantesco. Eso hizo que las ondas se amplifiquen y lo que hubo fue un gran derrumbe de la montaña más grande del Perú. Hubo un desprendimiento de una masa enorme de hielo y rocas que se vino ladera abajo con una velocidad y magnitud tremenda", detalló el experto. Debajo de la montaña, los habitantes del pequeño poblado de Ranrahirca y de la ciudad de Yungay, pequeña pero pujante capital del distrito y la provincia homónima, apenas pudieron reaccionar a lo que estaba sucediendo. Valderrama remarcó que uno de los aspectos más extraordinarios de lo sucedido el 31 de mayo de 1970 fue el tiempo. De hecho, desde la roca se desprendió producto del sismo y que los pueblos - ubicados a 5 kilómetros de la montaña - quedaron sepultados pasó poco más de un minuto y medio. Relevamientos hechos por el geólogos a partir del relato de los pocos sobrevivientes sirvieron para reconstruir los últimos instantes de Yungay luego de sentir el terremoto durante entre cinco y seis minutos. "La gente estaba asustada y en la calle porque seguramente muchas casas ya se habían derrumbado. Como las casas andinas son de adobe, al colapsar generan mucho polvo y suciedad, por lo que la gente estaba especialmente aturdida", reconstruyó el especialista. Es así como fueron impactados por un aluvión de tierra y hielo que arrasó con la ciudad a una velocidad estimada en 325 kilómetros por hora. "Eso no dio ninguna oportunidad a que la población se pudiera salvar, Fue instantáneo y muy violento" aseveró. Todas las viviendas de la ciudad quedaron sepultadas bajo una montaña que alcanzó unos 220 metros. Los relatos cuentan que solo sobrevivió un puñado de habitantes que, al momento del aluvión, se encontraban más cerca de una colina que funciona, paradójicamente, como un cementerio, en cuya cima se encuentra una gran imagen de Cristo con los brazos extendidos, del cual algunos pobladores pudieron aferrarse para no morir. El caos de la tragedia se trasladó al recuento de víctimas. Por muchos años los peruanos aseguraron que el aluvión había causado la muerte de 70.000 personas, pero para Valderrama se trata de un error surgido de la confusión entre la cantidad de habitantes que había en la ciudad de Yungay con su provincia homónima. Según estudios más recientes, el alud causó la muerte de entre 4.500 y 5.000 personas y destruyó por completo la ciudad, reducida desde entonces a un "camposanto" convertido en un memorial de la tragedia. Pero no fueron los únicos afectados. El terremoto y posterior tsunami también causó muertes y destrozos en otras ciudades y pueblos cercanos, que perdieron porcentajes considerables de su población en cuestión de segundos. Según el geólogo, el número total de muertes de ese día supero las 15.000 personas. Cabe destacar que por su ubicación geográfica, los terremotos y tsunamis no están fuera del menú de desastres naturales para los peruanos. Sin embargo, hasta 1970 el país no había sufrido una catástrofe de tal magnitud y los mecanismos de contención eran prácticamente inexistentes. Valderrama apuntó que fue a partir de ese incidente que el Gobierno peruano recién decidió conformar el Instituto Nacional de Defensa Civil, un organismo nacido en 1972 encargado de la atención de las víctimas de desastres. También comenzaron a realizarse estudios y mapeos en busca de lograr predecir eventos de esa magnitud, así como campañas educativas y mayores fiscalizaciones sobre planes de evacuación en edificios e instituciones. Tal es el impacto de aquel hito que la fecha del 31 de mayo fue escogida habitualmente para la realización de simulacros nacionales de sismos y tsunamis implementados por el Instituto Nacional de Defensa Civil, que hoy pasan completamente desapercibidos porque la población no le da ninguna importancia y quienes son obligados a participar, son escolares y empleados públicos. Al resto de los peruanos, ni le va, ni le viene. Valderrama se lamenta por ello y agrego que el país no aprendió las lecciones necesarias. El nuevo pueblo de Yungay, recordó, se emplazó apenas a unos kilómetros del original y el de Ranrahirca permanece en el mismo lugar, como un lugar abandonado y sombrío "Seguimos viviendo en viviendas inseguras y en zonas riesgosas no solo por aluviones sino también por terremotos e inundaciones", alertó. "Nos falta mucho por aprender. Cada desastre que nos toca parece que fuera el primero porque el discurso es que 'no estábamos preparados'. Sin embargo, si revisamos la historia geológica peruana vemos que el mismo fenómeno ocurrió en el mismo sitio cinco, quince, treinta y cincuenta años antes. Este evento fue el más grande que hemos tenido en el pasado pero no el más terrible que vamos a tener en el futuro", advirtió. Por cierto, un hecho que paso desapercibido en medio de la tragedia fue la presencia en el cielo mientras ocurría la catástrofe de un objeto circular que fue advertido por uno de los sobrevivientes que se aferro a la imagen de Cristo en la colina, según refirió a La Crónica. “Mientras todos miraban aterrados el alud de piedras y lodo que bajaba de de la montaña y se ponían a gritar y rezar en voz alta, no se cómo levante la vista y allí en lo alto observe un objeto brillante que se mantenía inmóvil en el cielo, pero cuando le pase la voz a quien estaba a mi lado, este fue cubierto por una nube de polvo y no volvió a aparecer mas” relato. “Cuando se los conté al resto nadie me creyó, pero ahora estoy convencido que se trato de un platillo volador” añadió. Sin embargo, hay quien si creyó sus palabras y fue el conocido investigador de OVNIS Vlado Kapetanovic, quien sostuvo que se trato de los apunianos: “En un encuentro que tuve con los apunianos en 1960 se me reveló en una “pantalla del tiempo” el desastre natural que viviría Yungay diez años más tarde. Los apunianos le habían mostrado un alud que sepultaba a toda esa población luego de un intenso terremoto. Vlado informó a las autoridades con mucho tiempo de anticipación -incluyendo a un Juez de Paz-, pero nadie le creyó. Las autoridades locales estaban al tanto de los relatos sobre extraterrestres de las comunidades andinas, pero se negaban a aceptar la realidad:. “Esos cholos están hablando tonterías” -solían decir, despectivamente-.“¿Los extraterrestres no podían haberlo evitado? Ellos solo hicieron un cálculo de probabilidad, sin poder precisar el día y el mes exacto de la tragedia. Tal vez por ello la advertencia de lo que podía ocurrir. Con el tiempo, comprendí que estos seres tienen muchas limitaciones de acción en nuestros asuntos. Al menos los que vienen con intenciones éticas y amistosas -y respetan nuestro libre albedrío-. Pero, aún así, dentro de esas limitaciones de ‘no intervención’, le comunicaron a un científico el desastre que se avecinaba para Yungay, pero no fue escuchado. Incluso, pocos años antes de la catástrofe, Yungay fue sacudida por una intensa oleada OVNI, como si los extraterrestres estuviesen intentando llamar la atención” aseveró. “Al respecto, el periodista español, J.J. Benítez, publico su investigación de aquel caso con fotos exclusivas de las naves extraterrestres y que doy a conocer gracias a una amabilidad suya: ‘Un día del mes de marzo, Manuel Arranda visitó la pequeña localidad de Yungay, en las montañas de Áncash. Antes de salir de excursión pidió prestada a su amigo César Oré -vecino de la citada localidad y empleado en la oficina de Turismo- una vieja cámara Voightlander, propiedad de aquél desde hacía 40 años. Compró un rollo de película y fue su amigo Oré quien se encargó de cargar la cámara fotográfica, puesto que Arranda no entendía muy bien su funcionamiento. Y Augusto salió de Yungay, dispuesto a recorrer algunas de las impresionantes montañas de los alrededores. En el tristemente famoso Callejón de Huaylas - azotado en 1970 por el más violento terremoto de la historia del Perú- se levantan cumbres de casi 4.000 metros. Las panorámicas resultan espléndidas. En aquellas montañas, suponemos, Arranda debió ver y fotografiar los OVNIS. Y así se lo manifestó a Oré. A su regreso a Lima, y tras revelar el rollo, Arranda envió a Yungay un álbum sellado, con copias de las fotos de las cumbres y de los OVNIS. Estas últimas -como si el hecho careciera de importancia- figuraban al final del álbum que recibió Oré y que permaneció ‘olvidado’ en su casa durante dos años. Y todo habría seguido igual -o se hubiera perdido definitivamente con el terremoto-, de no ser por el investigador norteamericano J. Richard Greenwell. En 1968, y de forma ‘indirecta’, una de las copias cayó en manos del citado Richard. Y esta nueva ‘casualidad’ -¿o no lo fue?- puso en marcha la investigación y los mecanismos que permitieron dar a conocer a todo el mundo la impresionante secuencia. Greenwell cuenta que, después de ciertas indagaciones, la fotografía fue localizada en el laboratorio de revelado de Kodak Peruana, S.A. Allí, un empleado de la empresa, violando las reglas de la compañía, había conservado copias de la secuencia OVNI. Los directivos de la Kodak confiscaron las fotos del empleado antes de que Richard Greenwell pudiera localizarlo. Estos ejecutivos peruanos -cuenta el investigador norteamericano- se negaron a entregarle las copias. Pero en 1969, Greenwell pudo hacerse con ellas a través de la división de Mercados Internacionales de Eastman Kodak, en Rochester (Nueva York). La localización de un juego completo de fotografías en Yungay fue posible gracias a un oficial del Ministerio de Marina del Perú. Greenwell viajó entonces a Yungay y pudo entrevistarse con el señor Oré, quien le proporcionó las tres copias que faltaban y que habían sido retenidas en Lima por la Kodak Peruana S.A. De esta forma, Greenwell fue atando cabos, logrando las cuatro copias que, al parecer, forman la secuencia total”. Si esas fotografías son auténticas -así lo defendieron los técnicos de la APRO que comandaba Greenwell-, ¿fueron naves apunianas en Yungay, tres años antes del terremoto?” Lo cierto es que tanto en los Andes centrales del Perú como en los dominios del Huascarán existen bases de los apunianos" puntualizo. Como recordareis, Kapetanovic fue el primer “contactado” que habló públicamente de los seres de Apu: extraterrestres que eran viajeros espaciales, que perdieron su mundo de origen, y que más tarde se establecerían en bases subterráneas en la Tierra y en otros puntos del cosmos como Alfa Centauro...
martes, 20 de mayo de 2025
EXPLORANDO EL ESPACIO PROFUNDO: Hacia los confines del universo
Durante la próxima década se tienen programadas alrededor de 750 misiones para la exploración del espacio profundo. Esto marca un aumento significativo respecto a las 236 realizadas en el período anterior. Los principales impulsores son las misiones lunares y marcianas, junto con las expediciones tripuladas en órbita terrestre baja. Se estima que la inversión gubernamental mundial este año superó los 26.000 millones de dólares y se espera un aumento a casi 33.000 millones para el 2032. Estados Unidos lidera con un 65%, seguido por China (19%), la Agencia Espacial Europea (ESA, 6%), Japón (2%) y Rusia (1,5%). No cabe duda que nos encontramos al borde de una nueva era en la exploración espacial, marcada por una mezcla de colaboración y competencia. Si bien se ha renovado el interés en la exploración espacial, al mismo tiempo se ha exacerbado la rivalidad entre los países. Los proyectos más interesantes en la actualidad son el programa Artemis de Estados Unidos y la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS) de China. Todo indica que estas misiones están impulsadas por motivaciones geopolíticas. Como recordareis, a los chinos nunca se les ha permitido formar parte de la Estación Espacial Internacional (ISS) por lo cual decidió construir el suyo. Asimismo, Rusia que abandonará el próximo año la ISS – debido su antigüedad – también tendrá uno propio, como antes los tuvo, por lo que tiene gran experiencia en ese campo. De otro lado, tras una disminución en años recientes, se proyecta un nuevo ciclo de inversión en vuelos tripulados en Órbita terrestre baja. Se espera una inversión de hasta 7.000 millones de dólares en el 2030, en apoyo a los últimos años de operación y desmantelamiento de la desvencijada ISS que terminará en el fondo del océano Pacifico. En tanto, el interés en misiones marcianas experimentará un modesto crecimiento del 2% en la próxima década, superando los 2.500 millones de dólares en el 2032. Se prevé que estas inversiones se centren en misiones planificadas, como las de retorno de muestras. Además, se destinarán fondos a la exploración del espacio profundo, la astronomía, la astrofísica y la heliofísica. Los ingenieros aeroespaciales y los arquitectos espaciales están trabajando en el desarrollo de tecnologías para permitir que los humanos vivan y trabajen de manera segura y cómoda en el espacio profundo. La ISS es un ejemplo de los avances logrados en la arquitectura espacial en las últimas décadas. El siguiente paso será el desarrollo de hábitats lunares y marcianos seguros y confortables. Ya hay planes en marcha para la construcción de bases lunares permanentes por parte de varias agencias espaciales internacionales. Los primeros asentamientos humanos en la Luna serán pequeños y aislados, pero se espera que crezcan en tamaño y complejidad a medida que la exploración espacial se vuelva más común. Los arquitectos espaciales jugarán un papel crucial en el diseño de estos asentamientos para garantizar su seguridad, habitabilidad y sostenibilidad a largo plazo. Como sabéis, la historia de la exploración espacial se remonta a mediados del siglo XX, cuando Rusia y Estados Unidos iniciaron la carrera espacial. El lanzamiento del Sputnik en 1957 marcó el comienzo de una nueva era en la que la humanidad se aventuró más allá de la Tierra. Desde entonces, hemos enviado sondas y rovers a planetas distantes, explorando la superficie de Venus, Marte, Júpiter, Saturno y más allá. Pero la verdadera frontera de la exploración espacial es el espacio profundo, más allá de nuestro sistema solar. ¿Podremos algún día enviar seres humanos a otros planetas habitables? ¿Seremos capaces de viajar a estrellas distantes y tal vez incluso colonizar otros mundos? Estas son preguntas que nos desafían a seguir explorando y expandiendo nuestros límites como especie. Uno de los mayores desafíos que enfrentamos en la exploración del espacio profundo es la distancia. Las estrellas más cercanas a nosotros están a años luz de distancia, lo que hace que viajar a ellas sea una tarea monumental. A pesar de los avances en tecnología, como los motores de propulsión avanzados y la exploración de conceptos como los agujeros de gusano, aún estamos lejos de poder enviar seres humanos a otros sistemas estelares. Otro desafío importante es la duración de los viajes espaciales. Incluso si pudiéramos desarrollar la tecnología necesaria para viajar a velocidades cercanas a la luz, los viajes interestelares podrían llevar décadas o incluso siglos. Esto plantea interrogantes éticos y logísticos sobre la viabilidad de enviar colonias humanas a otros mundos, así como sobre la sostenibilidad de la vida en el espacio profundo. Actualmente, varias organizaciones, incluyendo la NASA y SpaceX, están trabajando en planes para establecer colonias en la Luna y Marte. La NASA tiene como objetivo enviar humanos a la Luna en el 2025 y establecer una presencia permanente para el 2028. Entre tanto, SpaceX planea enviar humanos a la Luna y establecer una colonia en Marte en la década del 2030. China por su parte planea adelantárseles y construir su base espacial en la Luna el 2026. Sin embargo, establecer colonias en la Luna y Marte presenta obstáculos significativos. El alto costo de estas empresas requiere grandes inversiones en infraestructura y desarrollo tecnológico. Los humanos también tendrán que adaptarse a los desafíos de la salud física y psicológica que implica vivir en entornos como la Luna y Marte. Allí, la radiación, la microgravedad y la falta de oxígeno son factores importantes, además del aislamiento y el estrés. Los beneficios potenciales de establecer colonias en la Luna y Marte son abundantes. Estas colonias podrían impulsar la exploración y el descubrimiento de la geología y atmósfera de estos cuerpos celestes. Así mismo, permitir iniciativas científicas para estudiar la gravedad, radiación y otros fenómenos difíciles de estudiar en nuestro planeta. Además, abrirían nuevas oportunidades comerciales gracias a la extracción de recursos como agua, minerales y metales. También podrían servir como posibles refugios en caso de eventos catastróficos en la Tierra. Y ello, solo será el comienzo. El espacio es infinito y conocer sus secretos nos llevará muchas vidas. Lástima que ninguno de nosotros estaremos vivos para conocerlo...
martes, 13 de mayo de 2025
EL MAL DE OJO: ¿Una maldición que se transmite a través de la mirada?
El "mal de ojo" es una creencia cultural arraigada en muchas sociedades, que atribuye a la mirada de algunas personas la capacidad de causar daño o desgracias a otras, especialmente a niños. Se cree que esta "maldición" se transmite a través de la mirada, y puede estar motivada por envidia, celos o incluso admiración. Se piensa que las mujeres embarazadas, los niños y los animales son particularmente susceptibles. Esta contraparte afectada se dice que “está ojeada”, que “le echaron mal de ojo”, o “el ojo encima”. Esta creencia es antiquísima y muy extendida. Se han hallado amuletos de protección contra el mal de ojo que datan de hace unos 5 000 años. Se sabe de su creencia en las Antiguas Grecia y Roma, en tradiciones judías, islámicas, budistas e hinduistas, así como en sociedades indígenas, agrícolas y otras, ha persistido a lo largo del mundo hasta los tiempos modernos. La creencia existe en muchas culturas de la región Mediterránea, los Balcanes, Europa Oriental, el Medio Oriente, Asia Central, Asia del Sur, África, Latinoamérica y el Caribe.En algunas de estas culturas se cree que recibir el mal de ojo traerá mala fortuna o daños, mientras que en otras se cree que es un tipo de fuerza sobrenatural que lanza o devuelve una mirada sobre quienes desean causarle daño a otros (especialmente inocentes). Antiguamente se pensaba que las brujas eran quienes lo usaban para hacer caer enfermas a sus víctimas. También se acusaba a personas con malformaciones, mujeres sin hijos o a ancianas de ser la causa. La mayoría de expertos cree que el concepto del mal de ojo surgió de la antigua Mesopotamia y se expandió a áreas circundantes. Documentos escritos y datos arqueológicos han revelado que los sumerios, considerados los primeros habitantes de la región, iniciaron, continuaron y extendieron esta creencia. Con el tiempo, la creencia fue adoptada en otras regiones y culturas, incluyendo asirios y fenicios, celtas, griegos, romanos y judíos. Textos provenientes de la antigua Ugarit, una ciudad portuaria en lo que hoy es Siria, dan fe del concepto de «mal de ojo»: la ciudad existió hasta aproximadamente el año 1180 a. C., durante el colapso de la Edad del Bronce final. En la antigüedad clásica griega, el “mal de ojo” (“mati”) es mencionado por Hesíodo, Calímaco, Platón, Diodoro Sículo, Teócrito, Plutarco, Heliodoro, Plinio el Viejo y Aulo Gelio. Peter Walcot, en su libro Envy and the greeks (1978), menciona más de cien obras de estos y otros autores que mencionan el mal de ojo. Autores griegos antiguos mencionaban con frecuencia el ὀφθαλμὸς βάσκανος (ophthalmòs báskanos; mal de ojo). Como se ha documentado ampliamente en hallazgos arqueológicos y en literatura antigua, los ilirios creían en el poder de los hechizos y del mal de ojo, en el poder mágico de amuletos protectores y beneficiosos que podían alejar el mal de ojo o las malas intenciones de enemigos. Dichos amuletos incluían objetos con forma de falos, manos, piernas y dientes de animales. Autores clásicos intentaron describir y explicar la función del mal de ojo. Plutarco, en su obra titulada Quastiones Convivales, dedica un capítulo aparte a estas creencias. En su explicación científica, afirmaba que los ojos eran la fuente principal, si no la única, de los rayos mortales que supuestamente brotaban como dardos envenenados de los rincones más recónditos de una persona que poseía el mal de ojo. Plutarco trataba el fenómeno del mal de ojo como algo aparentemente inexplicable que es motivo de asombro y de incredulidad. Plinio el Viejo describía la capacidad de ciertos encantadores africanos de tener el “poder de fascinar con los ojos y de poder incluso matar a aquellos en los que fijaban su mirada”. La idea del mal de ojo aparece en la poesía de Virgilio en una conversación entre los pastores Menalcas y Damoetas, en la Égloga III. En el pasaje, Menalcas se lamenta de la mala salud de su ganado: “¿Qué ojo es el que ha fascinado a mis tiernos corderos?”. Los evangelios registran el hecho de que Jesús advirtió contra el mal de ojo en una lista de males (Marcos 7:22). Por su parte, los antiguos griegos y romanos creían que el mal de ojo podía afectar tanto a los humanos como a los animales, por ejemplo al ganado. En diferentes culturas, se puede luchar contra el mal de ojo con métodos diferentes. En las tradiciones orientales, como por ejemplo las presentes dentro del hinduismo, se indica que la energía proveniente de la maldición (y sus equivalentes como el mal de ojo) solo afecta al mundo material (mundo ilusorio de Maya) y no al espíritu (atman) de la persona; por lo cual el efecto de esta depende solo de la fuerza de voluntad y espíritu del individuo afectado, o de quien lo realice. De este modo está al final en manos de uno mismo el ser afectado o no por ésta. Durante la lejana época del Antiguo Egipto se utilizó como protección el “Ojo de Horus”. Se conoce como nazar (en turco: boncuğu nazar o nazarlık), al talismán más frecuente en Turquía, que se encuentra en casas y vehículos, o son usados como adornos. También entre algunos israelitas es frecuente la jamsa. En Grecia también es frecuente el nazar, también llamado ojo griego, que representa a un ojo cuyo iris es predominantemente azulceleste. Se usa desde la Antigüedad en collares o en kombolói y begleri, etc. En Italia, sobre todo en el Mezzogiorno, es frecuente el descendiente del itífalo llamado cornicello o “cornetto portafortuna”. Mientras que en España, en la región de Murcia, se usa como protección la cruz de Caravaca. Cruzando el atlántico, en las Américas, diversos paises también tienen su particular forma de enfrentarlo. En el Perú por ejemplo, la mitología andina sugiere que el mal de ojo se ocasiona debido a que un Apu, o espíritu divino de los cerros, ha mirado fijamente o tuvo contacto visual con el enfermo, que generalmente es un niño pequeño debido a su vulnerabilidad, el cual al poco tiempo desarrolla hinchazón, adormecimiento y ardor en los ojos, o fatiga y dolor de cabeza. Para contrarrestar esto, se acostumbra hacer un ritual con un cuy negro, que posterior y opcionalmente será sacrificado. Todo el procedimiento debe ser ejecutado por un chamán, o curandero andino. También se acostumbra llevar en la muñeca del niño una semilla frutal amazónica llamada Huayruro, para protegerlo de los espíritus “que ocasionan” del mal de ojo. Junto al cuy, se suelen utilizar hierbas andinas ancestrales o la hoja de coca. Asimismo, un familiar del sexo opuesto al enfermo le puede sanar el mal de ojo pasándole un huevo de gallina por el cuerpo y recitando rezos para ahuyentar a los espíritus del mal de ojo.
martes, 6 de mayo de 2025
¿UNA CIUDADELA EN MINIATURA CONSTRUIDA POR HUMANOIDES?: El secreto de Auquipampa
Ubicada en lo profundo de las montañas de Huánuco, Perú, un descubrimiento ha dejado perplejos a arqueólogos y entusiastas de lo paranormal. Se ha encontrado una antigua ciudad que parece haber sido habitada por humanoides diminutos, una revelación que desafía nuestra comprensión de la historia y la antropología ¿quién fue el responsable de construir esta misteriosa ciudadela? Y, lo que es aún más intrigante, ¿quiénes habitaron en ella? La ciudad - llamada Auquipampa - enterrada bajo tierra y vegetación durante siglos, fue hallada por un grupo de exploradores locales que seguían leyendas ancestrales sobre pequeños y enigmáticos seres que la habrían habitado. Estas historias, transmitidas de generación en generación, hablaban de una civilización de humanoides de menos de 10 centímetros de altura llamados los ‘gentiles’, que poseían una avanzada tecnología y conocimientos arcanos. Los más ancianos cuentan una historia de un lugar donde no existía el Sol, y existían seres que tenían el poder de mover grandes rocas y convertir las montañas en llanura. Estos eran conocidos como los machus (viejos) y se cree que estos vivían en armonía con los ‘gentiles’, en un estado utópico donde la solidaridad, la fraternidad, la paz y la justicia era lo más importante como sociedad. En tanto, los ‘gentiles’ eran seres pacíficos que trabajaban cultivando y creando utensilios con metales preciosos. No le prestaban atención a la riqueza que poseían, y trabajaban solo bajo la luz de la Luna, ocultándose bajo tierra al amanecer, creyendo que los rayos del Sol los quemarían, creando para ello escondites para resguardarse, saliendo solo al anochecer y fueron precisamente quienes construyeron Auquipampa. Cabe precisar que los habitantes locales no la catalogan como mitología, sino como una historia que consideran auténtica. De hecho, en la actualidad, muchos afirman haber tenido encuentros con estas enigmáticas criaturas. La ciudadela descubierta, a simple vista, parece una maqueta. Sin embargo, mientras uno se acerca, puede comprobarse que se trata de una obra antigua que transmite grandes conocimientos arquitectónicos. Tanto la estructura, como la simetría de las ventanas, los ductos de ventilación, las puertas, los techos y los pisos muestran gran precisión y dedicación. Cada “habitación” está conectada por una especie de pasillos, mostrando ángulos perfectamente elaborados. Lo que implica que, los responsables de construir esta ciudadela, lo hicieron con las intenciones de habitarla. Las ruinas están bien conservadas pero tiene proporciones inusuales. Las puertas y ventanas son extremadamente pequeñas, adecuadas solo para seres de baja estatura. Las herramientas y utensilios hallados, también de tamaño reducido, sugieren una sociedad completa adaptada a las necesidades de estos pequeños habitantes. Sin embargo, aquellos creyentes sugieren que hay algo más, y es que las puertas “dobles” que se encuentran en las pequeñas casas, podrían significar, portales dimensionales. La datación por carbono 14 sugiere que esta ciudad podría tener más de 3 mil años de antigüedad, lo que deduce que podría haber coexistido con civilizaciones precolombinas tempranas. Los habitantes de las comunidades cercanas que afirman haber visto a esos pequeños seres al caer el sol, los describen como guardianes de la naturaleza y poseedores de poderes sobrenaturales, los cuales siempre andan bien abrigados por el frío existente en la región. Pero ¿de dónde provienen estos humanoides diminutos? Nadie lo sabe. No cabe duda que el descubrimiento de Auquipampa abre un nuevo capítulo en la historia de Perú y el mundo, invitándonos a reconsiderar lo que creemos saber sobre las civilizaciones antiguas. Mientras tanto, la ciudad de los ‘gentiles’ sigue guardando sus secretos, desafiando a los investigadores a desentrañar el misterio que yace en sus pequeñas y enigmáticas piedras.
martes, 29 de abril de 2025
YAURINKHA: La gran serpiente de ojos de fuego
Según la mitología aymará, se trata una deidad que habita en el lago Titicaca, el cual actualmente está dividido entre Perú y Bolivia. Se cree que puede pertenecer a la cosmología de los Tiawanaku (Tiahuanaco), una antiquísima civilización que se extendió por los Andes desde el 600 d.C. hasta su enigmática desaparición cuatrocientos años más tarde. El Yaurinkha es una serpiente acuática gigante y monstruosa. Es de color negro y tiene una cabeza inmensa, con unos ojos muy grandes que despiden llamaradas rojas de fuego y posee fauces dilatadas. Existen dos versiones del lugar que habita la terrible criatura. Una relata que ronda en las profundidades del lago Titicaca, y es guardiana de la sagrada isla del Sol. Otras versiones cuentan que habita debajo de la Cordillera de los Andes y saca su gran cabeza del fondo de las lagunas. Algunos relatos cuentan que la vieron durmiendo en las playas de la isla del Sol. También se dice que algunas veces se comprime y empequeñece “hasta tomar la forma de una lonja”. Así, se envuelve en las pantorrillas de alguna persona y le chupa la sangre, provocándole anemia. Por otro lado también se cree que esta serpiente es la que provoca la tisis, muy común entre los nativos. Muchas criaturas mitológicas cumplen una función de ayudar a sobrellevar situaciones difíciles o incomprensibles para las comunidades, como enfermedades graves o complejas de diagnosticar en áreas rurales o alejadas. Además de su peculiar apariencia, se creía que esta serpiente acuática gigante era la responsable de causar las grandes oleadas del lago Titicaca, pero también se le atribuían los sismos. Así, cuando Yaurinkha despierta, se agita y comienza una serie de ondulaciones de terreno que desencadenan en temblores violentos en las tierras cercanas a donde habita el monstruo. Si un terreno se derrumba o sufre deslizamientos de manera constante, se cree que la criatura se ha hinchado en su interior. De esta manera, cada movimiento de expansión hace que la monstruosa serpiente cause desastres en el terreno. Es de suponer que Yaurinkha puede habitar ambos espacios a la vez, tierra y agua, lo cual se atribuye a la cualidad de enlace y trascendencia que posee la serpiente para las sociedades andinas ya que es conectora de los distintos espacios espirituales del mundo. La serpiente está directamente relacionada al mundo subterráneo o subacuático llamado «Ukupacha». Pero, también puede conectar el mundo de arriba «Alajpacha» con el mundo de los hombres «Akapacha». La serpiente posee el poder de subir desde lo profundo de la tierra o mundo de abajo, transitar el suelo, que habitamos los humanos, y llegar hasta el cielo, tomando la forma de rayo. Como sabéis, muchas culturas consideran a la serpiente una criatura sagrada. En el mundo andino está directamente relacionada con el inicio de la temporada de lluvias, el rayo y la vía láctea. Desde el periodo preincaico ha trascendido distintas culturas, de manera que aymaras y quechuas la conservan en su iconografía. Incluso suele confundírsele con el Amaru, aunque se tratan de distintas criaturas. En la arquitectura Tiawanaku, la serpiente es el cuarto animal en porcentaje de representación, luego del puma, el cóndor y los camélidos. Se puede encontrar enroscada, formando un círculo, escalonada o de forma lineal. Los soportes varían desde piedra, tejidos, vasijas e incluso piezas arquitectónicas como el sistema hídrico encontrado en las ruinas de Tihuanaku. Precisamente, un descubrimiento que llamó mucho la atención en el lugar es un geoglifo serpentiforme de 425 metros de longitud, que todavía se encuentra bajo tierra. Fue posible detectarlo, porque en el 2017 la Unesco llevó adelante un relevamiento usando un dron en el territorio donde se logró registrar muchos elementos subterráneos no excavados de la ciudad.
martes, 22 de abril de 2025
¿UN PAPA NEGRO?: La siniestra profecía de Nostradamus que resurge tras la muerte de Francisco I
El deceso este lunes del Papa hereje Francisco I a los 88 años reavivó una de las profecías más temidas de Nostradamus, el astrólogo francés del siglo XVI cuya figura vuelve a ganar protagonismo en tiempos de incertidumbre. Según sus seguidores, el próximo sucesor de Pedro será un Papa negro, y con él llegará el fin del mundo, marcado por un gran cataclismo espiritual y el Juicio Final. Esta teoría apocalíptica se enlaza además con la profecía de San Malaquías, un manuscrito atribuido a un arzobispo irlandés del siglo XII que anticipaba una lista de papas hasta la llegada de uno último, bajo cuyo mandato se produciría el derrumbe de la Iglesia tal como se la conoce. Tras el fallecimiento de Francisco I, el Vaticano activó el protocolo “Sede Vacante”. Ahora, 138 cardenales menores de 80 años se preparan para elegir al nuevo Papa en el próximo cónclave, de los cuales 33 son de origen africano. Entre los nombres que suenan con fuerza figuran dos cardenales negros: Peter Turkson, originario de Ghana, de 76 años, con una cuestionada trayectoria en temas de justicia social y medioambiente; y Robert Sarah, de Guinea, conservador y cercano al ala más tradicionalista del Vaticano, con 79 años. Ambos son figuras respetadas dentro del Colegio Cardenalicio y representan un cambio geográfico e histórico para la Iglesia, que nunca ha tenido un pontífice africano en tiempos modernos. Aunque la expresión “Papa negro” es simbólica y no necesariamente racial, muchos interpretan la posible elección de un papa de origen africano como la consumación de la profecía. Por cierto, la figura del "Papa negro" se asocia tradicionalmente al Superior General de los jesuitas, ya que los miembros de esta orden visten de negro. En este sentido, hay quienes aseguran que la profecía ya se haya cumplido, ya que Francisco I lideró la orden jesuita, vistió con una sotana negra y ha realizado condenables cambios en la Iglesia (tal como predijo Nostradamus). Por lo tanto, puede que esta teoría del "Papa negro" ya se haya cumplido con Francisco I o como muchos suponen, se refiera en realidad a su posible sucesor. Michel de Nôtre-Dame (Nostradamus) fue un médico y astrólogo francés del siglo XVI y es conocido por sus profecías recogidas en el libro homónimo, referentes a cambios políticos, económicos o catástrofes naturales. Sus predicciones, que se han ido cumpliendo desde el ascenso de Adolph Hitler, la Revolución Francesa, el asesinato de Kennedy, hasta el operativo de falsa bandera del 11S montado por la CIA, están recogidos en una colección de 942 cuartetas poéticas que se publicaron en tres partes (1555, 1557 y 1558). Todos estos textos tienen un enfoque que combina la astrología, la observación de eventos y su intuición. Precisamente, la predicción más citada de Nostradamus, aunque difusa, habla de tres etapas finales del papado: “Primero, vendrá un Papa extranjero (Benedicto XVI), luego un Papa hereje (Francisco I), y finalmente, un Papa negro. Con él, llegará el fin del mundo”. Estas frases, interpretadas libremente, se vinculan con una idea de colapso institucional, más que con un evento catastrófico literal. La teoría se complementa con el texto atribuido a San Malaquías, que describía a cada Papa con una breve frase en latín. El último de esa lista aparece como “Petrus Romanus”, el cual, según el relato, presidiría una época de grandes tribulaciones antes del Juicio Final. Otra teoría gira en torno al cuadro que hay en la Basílica de San Pablo, donde aparecen retratados varios papas, y solo queda espacio para uno más luego de Francisco I. Si se llena el último recuadro, vendrá el Apocalipsis. Los seguidores de Nostradamus y San Malaquías no ven en estos eventos una simple sucesión administrativa. Para ellos, el hecho de que el próximo Papa pudiera ser africano es más que una anécdota: es el cumplimiento de una cadena de señales divinas. Aunque la Iglesia no reconoce oficialmente estas profecías, el impacto cultural de las mismas es innegable. La figura del Papa negro simboliza, en muchos sentidos, una ruptura con el pasado. Representa la posibilidad de una Iglesia verdaderamente global, pero también - según la visión apocalíptica - el inicio de un proceso de transformación radical que podría desembocar en un juicio espiritual universal.
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