TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 28 de enero de 2020

EL CABALLO DE DALECARLIA: Un amuleto para la vitalidad, sabiduría y éxito

El caballo de Dalecarlia, o Dalahäst (en sueco), es una estatua de madera tradicional de origen nórdico, tallado a mano, que representa la figura de un imponente caballo, generalmente pintado de rojo. El arte de confeccionar el Caballo de Dalecarlia, tiene más de 400 años de antigüedad, y comenzó en la provincia de Dalecarlia (Suecia), donde (inicialmente) era considerado un juguete para los niños. Fue en las pequeñas cabañas de los bosques durante las largas noches invernales y frente a una estufa de leña que se originó el precursor del caballo Dalecarlia. Con el uso de herramientas simples, generalmente sólo un cuchillo, talladores de madera fabricaban los juguetes para sus hijos. Era natural que muchos de estos juguetes fueran caballos, porque el caballo fue muy valioso en aquellos días, un amigo fiel y trabajador que podía tirar de cargas grandes de madera de los bosques durante los meses de invierno y en verano ayudaba en las tareas del campo. El arte del tallado y pintura de los caballos pequeños rápidamente floreció en la década de 1800, cuando la crisis económica de la región, comportó una mayor producción de los pequeños caballos, y se convirtieron en un elemento importante de trueque. Así la ejecución de caballos que empezó como algo para pasar el tiempo durante los largos meses de invierno, pronto se convirtió en un negocio con el cual se hacían trueques a cambio de artículos para el hogar. Las familias rurales dependían de la producción de caballos para ayudar a mantener la economía del hogar, mientras la habilidad de la talla y pintura se fue transmitiendo de generación en generación. Tradicionalmente, el caballo de Dalecarlia era de color rojo; sin embargo, este tipo de artesanía se ha extendido por el territorio sueco, y es posible encontrar figuras en otras tonalidades, principalmente azul y gris. La diversidad de colores sirve para identificar la región donde la pieza fue tallada, aun cuando sigue conservando el nombre de Caballo de Dalecarlia. También pueden encontrarse ejemplares en vidrio, y otros materiales. Por lo general, la madera utilizada para confeccionar la figura es el pino, un árbol calificado por diferentes corrientes espirituales como símbolo de la inmortalidad, la regeneración, la constancia, y la buena suerte. La madera es tallada y pulida (a mano), posteriormente se agrega el color base y una vez seca la capa principal de pintura, se procede a decorarla al estilo kurbits (dibujos tradicionales suecos). El resultado es un caballo de madera laqueada, dotado con un colorido arnés, que recuerda los motivos florales y las plantas nativas. Con el paso de los años, la imagen se convirtió en un símbolo asociado con la vitalidad, la sabiduría, el éxito y la fidelidad, por lo que es una de las curiosidades más buscadas por los turistas en Suecia. El mejor lugar para colocar el caballo de Dalecarlia es en la sala del hogar (o la zona donde la familia se congregue la mayor parte del tiempo), y en la biblioteca o área de estudio. Si tienes una figura pequeña o mediana, puedes situarla cerca del escritorio en tu lugar de trabajo, o en el espacio donde laboras en casa, si eres un emprendedor, iniciando en el mundo de los negocios. Recordemos que para las culturas antiguas, el caballo es un símbolo de lealtad, devoción, aventura, coraje, independencia, cooperación y poder. Era uno de tótems más apreciados por los guerreros, y se le atribuía el don de la clarividencia. En el caso específico del caballo de Dalecarlia, se dice que está inspirado en Sleipnir (o Sleipner): “el mejor de los caballos”, el equino de ocho patas que acompañaba a Odín (dios supremo nórdico) en todas sus batallas. Las representaciones del caballo de Dalecarlia, pueden ser adquiridas en tiendas físicas y virtuales, especializadas en artesanía internacional o nórdica.

martes, 21 de enero de 2020

CUMBEMAYO: Mucho más que un bosque de piedras

Pocos lugares del Perú, como éste en Cajamarca, tienen la fuerza y el indecible aire de misterio que domina a Cumbemayo (ubicado a 3.500 m.s.n.m.). Se trata de un lugar donde uno deja volar su imaginación y busca formas, rastros e historias entre las inmensas rocas que dominan el paisaje. En el lugar existe un acueducto de unos 8 km de longitud, que se cree que fue levantado por una civilización anterior a los incas, llamada Caxamarca, alrededor del año 1.500 a.C. cuya función era drenar el agua de la nieve derretida de las colinas y juntar el agua de las precipitaciones conduciéndola hasta las ciudades de los valles áridos en la zona del océano Pacífico. El canal fue labrado en roca viva y recorre las praderas zigzagueando y torciendo repentinamente para controlar la velocidad del agua. En quechua, Humpi Mayo significa “canal estrecho”. Enigmáticos petroglifos decoran el canal y las cuevas. Muchos investigadores piensan que esta construcción pudo haber tenido una función ceremonial o religiosa, como existen otros en el Perú. Sin embargo, este inmenso bosque de piedras guarda un oscuro secreto acerca de su origen. Cuenta la historia que hace miles de años vivían en la zona una comunidad de gentiles, que se hacían llamar los Cumbes, quienes según afirmaban, nacieron cuando las luces de los relámpagos eran tan intensos y deslumbrantes que transformaron la tierra y el agua de la lluvia en vigorosos seres vivientes, tan fuertes como las propias rocas de las montañas y tan nobles y sabios como la luz que les vio nacer, quienes con la ayuda del Sol, construyeron en las cumbres un hermoso pueblo, donde sus animales y plantas crecían y se multiplicaban con una vitalidad incomparable, ya que el agua que caía del cielo era la mas fecunda ya que al discurrir por el suelo, llevaba la vida misma, esparciendo las semillas, que ávidamente buscaban transformarse en plantas lozanas y agradables para su consumo. El agua constituya la propia fuente de su existencia y era venerada en tal forma que nadie debía desperdiciar una gota de ella. El alegre y decidido trabajo de sus habitantes permitió la construcción de extensos canales de regadío, por donde el agua transcurría de forma pura y cristalina. Los canales corrían a lo largo de campos y caminos, llevando generosamente la vida a todos los rincones de la Tierra. Grandes templos y enormes palacios abrieron luego sus puertas para que los hombres pudieran beber ese líquido sagrado y vital. Era un pueblo inmensamente feliz, a manera de un mirador desde el cual podía observarse el distante azul de mar y el inmenso verdor de la selva. Pero un día llegaron unos hombres extraños y desconocidos, ansiosos de acumular para si la abundante riqueza que hasta ese entonces era patrimonio de todos, obligando a trabajar para ellos a hombres, mujeres y niños, saqueando sus palacios y desperdiciando el agua de los manantiales ya que no los veneraban, exigiendo en cambio que adorasen a un nuevo Dios. Eran sacerdotes y se comportaron de la peor manera. Cansado el Sol del poco cariño y el mal uso que se le daba al agua, así como del trato que daban a los nativos, sin aguantar más su ira, los convirtió en enormes y retorcidas columnas de piedra conocidas hoy con el nombre de ‘Frailones de Cumbemayo’, para que pasasen la eternidad pensando en el mal que habían causado. Quien visita el lugar no puede sino asombrarse de lo que ve.

martes, 14 de enero de 2020

ALMAS EN PENA: Los fantasmas de los muertos

Ante todo, debemos comenzar por entender por qué existen los fantasmas. De acuerdo con los múltiples testimonios recogidos, todo parece indicar que la mayoría de estos espíritus en pena que no logran despegarse de este mundo fueron personas que sufrieron muertes violentas. Algunas murieron trágicamente antes de completar el término de vida que venían a cumplir en este mundo, como las que murieron asesinadas o se suicidaron, por ejemplo. Y hay otras que no se resignan a tener que abandonar una casa o unas personas a las que estaban muy amarradas en vida, ya bien fuera por amor u odio, o por obsesión y compulsión. Existen casos en que no se han dado cuenta de que han muerto, mientras hay otras situaciones en que no se resignan a estar muertos. En cualquier caso, las evidencias que surgen continuamente de esta clase de actividad fantasmal apuntan al papel decisivo que han jugado las emociones humanas en estas personas ya descarnadas: el amor, el odio, los remordimientos de conciencia, el sentido de culpa o la sed de venganza. Los fantasmas nos visitan y permanecen entre nosotros por distintos motivos. Están los seres queridos que se nos presentan al pie de la cama para despedirse cuando están en el proceso de morir o al poco tiempo después; están los que aparecen cuando se realiza una remodelación en la casa; los hay que aparecen cuando la casa cambia de dueños; cuando aumenta el calor húmedo; cuando se producen tormentas eléctricas; coincidiendo con un aniversario que fue importante para ellos en vida; en los lugares donde hay una fuente de agua, ya que en la antigüedad los pueblos se fundaban cerca de los surtidores de agua (ríos, lagos, arroyos). Por ejemplo, se ha documentado la presencia sistemática de fantasmas que llevan siglos vagando por castillos en Europa y fortificaciones en toda América. Los fantasmas o aparecidos actúan en ciclos. Van de menor actividad a mayor. El ritmo de actividad va disminuyendo hasta que desaparece por un tiempo, para luego volver a iniciar el ciclo de apariciones. La palabra en inglés “haunting” que describe esta actividad en particular puede resultar más familiar para muchos lectores. A estos espíritus que vagan les gusta instalarse en un solo recinto y entre estos eligen el sitio donde se sienten atados por lazos emocionales fuertes. También pueden elegir a una persona en particular de la casa o el recinto como su foco de atención. En muchos casos, los fantasmas se van materializando gradualmente. Esto significa que pueden comenzar por aparecer como una fina nube de gas que se va haciendo más densa, más espesa. Algunas de estas nubes de energía pueden llegar a lucir como cualquier persona viva aunque la persona sólo pueda apreciar una parte de la figura. Hay otros que ni se les ve. Los fantasmas no poseen luz propia. Siempre necesitarán de una fuente de luz para reflejarse, por eso sus lugares favoritos suelen ser los pasillos, las escaleras y otras zonas de mucho tráfico en una casa. Hay fantasmas burlones que gastan bromas a los residentes; no tienen que ser necesariamente bromas pesadas porque los hay risueños y hasta tímidos. También hay fantasmas tranquilos, que son los que muchas veces sorprenden a las personas vivas que los ven inesperadamente. Hay que tener en cuenta que esos espíritus se han quedado en la edad que tenían al morir. Podemos tropezarnos con fantasmas de todas las edades, así como con los fantasmas de animales, también, pero no hay que confiarse de ellos ni por un momento ya que no son de este mundo. Los mas temidos son obviamente quienes aparecen al borde de las carreteras a altas horas de la noche ya que con engaños buscan la perdición de quienes los recogen a esas horas, como pueden ser los taxistas, quienes cuentan historias de lo mas escabrosas. A tener cuidado si te encuentras con alguno de esos condenados.

martes, 7 de enero de 2020

CONTACTO EN AREQUIPA: Extraños avistamientos de OVNIS en el Sabancaya

Como sabéis, el Perú es parte del denominado “Cinturón de Fuego del Pacífico”, una de las zonas de convergencia y subducción de placas tectónicas, más importantes del mundo, con una intensa actividad sísmica y volcánica. Por ello, no es de extrañar que este albergue 8 volcanes activos y 6 potencialmente activos, los cuales brindan ciertas particularidades que los diferencian de otros volcanes. Uno de ellos es el Sabancaya – de 5057msnm. - que se ubica en Arequipa, al sur del Perú. Forma parte de un complejo volcánico que incluye otros dos volcanes: el Ampato y el Hualca Hualca. El nombre Sabancaya significa "lengua de fuego" en quechua. Este macizo viene siendo monitoreado actualmente las 24 horas del día por el Observatorio vulcanológico del INGEMMET (OVI) y Observatorio Vulcanológico del Sur (OVS) del Instituto Geofísico del Perú (IGP). Sabancaya ha sido un volcán muy activo en los tiempos históricos y varios relatos atestiguan su actividad eruptiva así como “extrañas luces que parecieran haber salido de su interior” en los años 1460, 1752 y 1784 d. C. Por ejemplo, en la obra de Ventura Travada y Córdoba, titulada "El suelo de Arequipa convertido en cielo", quien fuera cura de las comarcas de Salamanca (valle del río Maran) y Pocsi en Arequipa, se relata lo siguiente a raíz de uno de sus viajes en 1750 por la zona del Ampato-Sabancaya: "..allá el volcán esta perennemente ardiendo de día y de noche dejando ver curiosos fenómenos que son obra del Diablo y que no hay noticia de haber hecho estrago alguno el tiempo de la cristiandad aunque tampoco le faltan señas de haber erupcionado sus crudezas en inmemorables tiempos..." Existen otros relatos históricos del año de 1784, un 11 de julio, durante el periodo de actividad sísmica posterior al gran terremoto del 13 de mayo de ese año y que destruyó la ciudad de Arequipa, se menciona que en el área de Ampato-Sabancaya, el volcán no solo humea y bosteza fuego, sino que también “expulsa luces brillantes en todas direcciones, que increíblemente no tardan en regresar al interior del volcán” por lo que se presume que sean de origen desconocido (¿alienigena?) Luego de más de 200 años de inactividad, las primeras señales de reactivación ocurrieron en 1981, siendo advertidos por los habitantes de Cajamarcana-Huacachiguero situado al pie del volcán, quienes observaron salir del cráter unos objetos al parecer “metálicos” ya que brillaban con la luz del Sol, que se perdieron en el cielo. En 1986 los satélites detectaron un aumento en la emisión térmica en julio de ese año y la intensa actividad se reanudó en diciembre con una intensa actividad fumarólica en el cráter del volcán. Las fumarolas se elevaron entre 500 y 1000 metros de altitud con respecto a la cumbre del volcán, haciéndose visible a varias decenas de kilómetros a la redonda, lo que suscito la inquietud de los pobladores de Chivay, Cabana Conde, Huanca, Lluta, entre otros. Esta actividad disminuyo progresivamente en los primeros meses de 1987, pero volvió con fuerza en agosto de ese año. Las fumarolas eran cada vez más abundantes, con intervalos de 20 a 30 segundos y a veces de 1 minuto, mientras los colores variaban del blanco al gris claro y amarillento. Desde la década de los 90 hasta el día de hoy la actividad del volcán ha ido en constante aumento, llegando a matar al ganado en varias ocasiones, obligando a la evacuación de los poblados circundantes. Lo que mas ha llamado la atención es que esos gases venenosos al parecer no afectan a aquellos seres que habitan en su interior, ya que aparte de sus naves saliendo y entrando del cráter humeante - como puede verse en la imagen que ilustra nuestra nota - también se han detectado humanoides que visten trajes ceñidos al cuerpo de color gris, en sus alrededores, quienes al ser descubiertos, huyen velozmente desapareciendo en las entrañas del volcán. No es el único lugar donde ocurren estos avistamientos, ya que también han sido vistos en otros volcanes como el Ubinas (en Moquegua) e incluso en el Misti, que custodia Arequipa, lo que ha llevado a los teóricos de los antiguos astronautas a preguntarse ¿Qué extraña relación existe entre los extraterrestres y las erupciones volcánicas? Hay quienes aseguran que la presencia de OVNIS en este tipo de situaciones tiene que ver con que “ellos siempre quieren estar al tanto de lo que está pasando. Cuando ocurren tsunamis, terremotos o erupciones volcánicas n el mundo aparecen las naves alienígenas y hemos visto como se fotografían o se graban” recuerdan. “Es sabido que en todas las catástrofes alrededor del mundo es un fenómeno bastante común los avistamientos. Ellos lo hacen para monitorear si van a haber daños ya que ellos están preocupados de lo que puede pasarnos” afirman estos expertos ¿Que secretos se ocultan en el interior de los volcanes? ¿Existirán bases extraterrestres o son la puerta de entrada al centro de la Tierra? Por lo visto, aun hay mucho que investigar.