TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 26 de noviembre de 2019

INSÓLITO HALLAZGO: Nuevas líneas descubiertas en Nazca ¿incluyen a un humanoide extraterrestre?

Como sabéis, uno de los grandes misterios sin resolver es el origen de las llamadas Líneas de Nazca, situadas a 400 km al sur de la capital peruana, Lima. Se cree que los diseños fueron creados hechos por personas de la civilización Nazca que habitaron el lugar entre el 200 a.C. y 500 a.C. Los geoglifos de origen precolombino comprenden 800 líneas rectas gigantes, 300 diseños geométricos y 70 diseños de animales y plantas. Algunas de las formas son demasiado grandes y se extienden hasta 370 metros de largo. Sin embargo, son muchos los que aseguran que las líneas de Nazca fueron creadas para atraer a los extraterrestres. Según esta teoría, estos diseños se hicieron lo suficientemente grandes como para hacerlos visibles desde el espacio, para atraer la atención de los alienígenas y que visiten Perú, según infoma The Sun. Esto demostraría que los Nazca creían que existían formas de vida extraterrestre en algún lugar del Universo y crearon estos diseños para llamar la atención a seres de otros mundos. Aunque es cierto que estos diseños fueron hechos por el hombre, son únicamente visibles desde una altura considerable. Y, por si fuera poco, en el 2017 se descubrió una extraña momia de tres dedos en Nazca, que para los investigadores se trataba de un ser extraterrestre, la cual por cierto, ilustra nuestra nota. Pero ahora, un grupo de expertos japoneses ha encontrado, a través del uso de la inteligencia artificial, nuevos geoglifos del que no se tenía constancia de su existencia, incluido un humanoide de origen desconocido. En efecto, investigadores de la Universidad de Yamagata en Japón pasaron años buscando imágenes de alta resolución de las líneas tomadas desde el espacio y estudiándolas en Nazca. Esto los llevó al descubrimiento de figuras previamente desconocidas que representan una gama de criaturas vivas que incluyen pájaros, monos, peces, reptiles y humanoides como el famoso “astronauta”. El equipo de investigación japonés, dirigido por el antropólogo cultural Masato Sakai, esperaba poder descubrir más detalles de líneas apenas visibles, así como descubrir figuras nunca vistas antes. También se propusieron descubrir por qué se crearon las líneas y para que fueron utilizadas. A través de búsquedas minuciosas de imágenes en el sitio, encontraron lo que estaban buscando: más de 140 geoglifos nuevos. Los investigadores creen que la cultura Nazca hizo las líneas al quitar la capa superior del suelo negro y rocoso y revelar debajo arena de color claro. El profesor Sakai y su equipo encontraron dos tipos diferentes de geoglifos como parte de su estudio del suelo, uno mucho más antiguo que el otro. El primer tipo tiene al menos 48 metros de ancho y es posterior a la civilización Nazca, entre 100 d.C. y 300. d.C. El segundo tipo es más pequeño, data de entre 100 a.C. y 100 d.C. El equipo cree que el tipo más antiguo de geoglifos se descubrió en cuestas y caminos que sugieren que fueron diseñados como puntos de referencia para ayudar a guiar a las personas. El tipo más nuevo estaba “lleno de fragmentos de cerámica” y podría haber sido utilizado como sitios de ceremonias rituales. Algunos de los trabajos recién descubiertos tienen solo unos pocos metros de ancho, lo que hizo que descubrir las líneas débiles fuera realmente difícil. Es por este motivo que el profesor Sakai colaboró con IBM, utilizando el “Acelerador de Aprendizaje Automático Watson (Watson Machine Learning Accelerator) para examinar un gran volumen de imágenes de drones y satélites. Este sistema de inteligencia artificial descubrió un antiguo dibujo muy tenue de un ser humanoide sobre dos pies. Como el geoglifo se encontraba cerca de un camino, los investigadores creen que pudo haber sido un ‘marcador de ruta’. Los geoglifos abarcan grandes extensiones de tierra ubicadas entre las ciudades de Palpa y Nazca. Algunos de ellos representan animales, objetos o formas compactas; otros son solo líneas simplistas. A menudo, la composición de un geoglifo no puede realizarse completamente a nivel del suelo. Solo cuando uno está lo suficientemente alto en el aire pueden discernir las formas de algunos de los diseños. Por esta razón, las complejidades de los diseños no se realizaron completamente hasta que se inventaron los aviones. El equipo de investigación japonés quiere continuar trabajando para descubrir más sobre los secretos de las líneas de Nazca, incluido el trabajo con IBM para encontrar más geoglifos. Cabe destacar que los detalles de la investigación se han publicado en la página web de la Universidad de Yamagata. Como recordareis, fue en 1927 que los investigadores descubrieron por primera vez las líneas de Nazca. En 1994, recibieron el estatus de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y volvieron a llamar la atención en el 2017 por el descubrimiento de momias de tres dedos en la zona. Debido a la forma extraña de los cráneos de estas criaturas humanoides, fueron muchos los que argumentaron que los extraterrestres han visitado el lugar en el pasado guiados por las líneas de Nazca y que posteriormente fueron enterrados tras de su muerte pensando que eran criaturas celestiales del cielo. Sin embargo, los teóricos de la conspiración creen que el gobierno peruano está ocultando la verdad sobre las líneas de Nazca, por lo que instan a los investigadores a estudiar profundamente sobre estos cuerpos y dibujos extraños, ya que las estructuras anatómicas de estos misteriosos humanoides son diferentes del hombre moderno.

martes, 19 de noviembre de 2019

MENUDA INTERROGANTE: ¿Existen planetas que no orbitan alrededor de una estrella?

Sí los hay, y de hecho han inspirado historias de ciencia ficción y reciben nombres tan poéticos y sonoros como planetas errantes, nómadas, vagabundos, solitarios, huérfanos... Desde el punto de vista científico son objetos de masa planetaria que no están gravitacionalmente ligados a ninguna estrella, y que por tanto están flotando por el espacio interestelar, orbitando por su cuenta en torno al centro de la galaxia. Por eso se les llama también planetas interestelares, o en inglés free-floating planets, planetas que flotan libres. ¿Cómo han llegado estos cuerpos hasta ahí? Los llamados planetas errantes se pueden formar de dos maneras diferentes. En primer lugar, pueden ser cuerpos que se hayan formado como planetas normales, pero que luego hayan sido expulsados de sus sistemas planetarios. Cuando una estrella se forma, a su alrededor se puede crear también un disco de polvo y gas, llamado disco protoplanetario, en el que el material se va juntando en pequeños cuerpos que darán lugar a los planetas. Durante la primera fase de formación de la estrella y los planetas en ese disco hay mucho movimiento, con mucha interacción entre los cuerpos hasta que se alcanza un equilibrio y los nuevos planetas se asientan en sus órbitas definitivas. Puede ocurrir que, debido a todas esas interacciones, alguno de los planetas no quede ligado al sistema planetario sino que salga expulsado de él, y se convierta en un planeta errante. Este proceso puede tener lugar especialmente en esas primeras fases del sistema planetario, pero también durante las fases finales de la vida de la estrella central, cuando esta sale de su etapa adulta, que llamamos secuencia principal, y cambia su luminosidad o su tamaño. Estos cambios provocan que todo el sistema planetario se reordene, y en ese proceso puede haber de nuevo algún planeta expulsado. La segunda opción es que estos cuerpos errantes se formen tal como se forman las estrellas, es decir, mediante una nube de gas que se compacta. En el caso de una estrella, tiene suficiente masa como para que en su centro se alcancen temperaturas muy altas, y se disparen las reacciones nucleares. Para esto es necesario que el objeto estelar tenga al menos una masa de alrededor de 13 veces la masa de Júpiter. Si la masa es más pequeña entonces no se dan las reacciones nucleares, y tenemos un cuerpo con la masa típica de un planeta, pero que no se ha formado orbitando en torno a ninguna estrella, y no se vincula gravitatoriamente a ninguna. A este tipo de cuerpos se les llama subenanas marrones, pero coinciden en características con los planetas errantes, o vagabundos, de los que estábamos hablando. Sabemos que hay muchos de estos planetas errantes, pero es difícil saber exactamente cuántos porque son difíciles de estudiar. Como no emiten luz propia, ni están recibiendo la luz ni interaccionando con ninguna estrella cercana, no pueden observarse con telescopios convencionales. Para poder detectarlos y estudiar sus propiedades usamos las llamadas microlentes gravitacionales. Cuando un planeta errante pasa por delante de un objeto brillante, por ejemplo una estrella, que está mucho más lejos, su presencia distorsiona la luz que estamos recibiendo de esa estrella lejana. Nuestro planeta errante va a hacer de lente, debido al efecto de la interacción entre su masa y la luz de la estrella que está detrás. Si analizamos la distorsión que sufre la luz de la estrella podemos obtener información sobre la masa del cuerpo que está en medio, y de esta forma estudiar algunas de las características de ese planeta errante. Para hacer esto hay equipos de investigación que analizan millones de estrellas con la intención de encontrar unas pocas miles de ellas en las que se observan estas lentes gravitacionales y estudiar los cuerpos que las producen, que pueden ser planetas errantes. Es como encontrar una aguja en un pajar. Pero el Universo es un pajar enorme, lleno de agujas que merece la pena encontrar. Existe asimismo la posibilidad de que muchos de esos planetas terrestres o lunas de gigantes gaseosos errantes puedan albergar un océano bajo su superficie de hielo que se mantenga líquido gracias al calor interno del planeta, cuyo núcleo tardaría miles de millones de años en enfriarse, suficiente para que en algunos casos la vida evolucione, pero vaya uno a saber de que forma lo han hecho, adaptándose a esas difíciles condiciones.

martes, 12 de noviembre de 2019

EXPEDIENTES SECRETOS PERÚ: La conexión Tiahuanaco

¿Podría haber existido una relación entre los Anunnaki y los habitantes de Tiahuanaco? Como sabéis, en la historia del Perú existen extraños relatos y misteriosos restos arqueológicos, que no tienen explicación coherente si los vemos desde el punto de vista de la historia tradicional de la cultura. Quizás las líneas de Nazca sean el mejor ejemplo. Pero, existen otros casos menos conocidos y más sorprendentes, como el enigmático sitio arqueológico de Tiahuanaco. Según la historia tradicional, la cultura Tiahuanaco se desarrolló hace 1,500 años a.C., cerca de la actual ciudad de La Paz. Se expandió hasta el sur del Perú y el Norte de Chile y su apogeo tuvo lugar entre los siglos IV y X de nuestra era, extinguiéndose misteriosamente, alrededor del siglo XII. Tiahuanaco duró, desde sus albores, poco más de 2,500 años. Sin embargo, sabemos muy poco de su historia, de sus costumbres y de sus creencias religiosas. Sólo han llegado hasta nosotros algunos restos arqueológicos que nos hablan de una extraordinaria civilización con sorprendentes técnicas arquitectónicas y desarrollados conocimientos en astronomía e hidráulica. La historia tradicional no llega aún a explicar como pudieron cortarse tan perfectamente los bloques de piedra de Puma Punku (que presentan diseños geométricos nunca antes vistos en la región), no sabemos con exactitud donde estuvieron situadas las extrañas estatuas que hoy en día arqueólogos y aficionados han repartido, sin mayor criterio, por la zona. Tampoco sabemos, a ciencia cierta, la antigüedad y el significado de la llamada “Puerta del Sol” y nos seguimos preguntando cuál fue la función del enorme complejo arquitectónico de Kalasasaya. El enigma cobra mayor importancia si tenemos en cuenta que, según los historiadores, fueron los habitantes de Tiahuanaco quienes originaron la cultura Inca. La que se convertiría en el mayor imperio conocido en el hemisferio sur. Al respecto, el padre Cristóbal de Molina nos relata en su crónica:“Ellos dicen que el Creador estaba en Tia-huanacu y que allí estaba su morada principal. De ahí, los magníficos edificios, dignos de admiración, de aquel lugar” El arqueólogo Arthur Posnanky investigó Tiahuanaco por casi 30 años e hizo sorprendentes descubrimientos. En muchos bloques de piedra pulidos, encontró hileras de pequeños agujeros redondos que podrían haber servido para sujetar algo. En 1943, durante una conferencia, Posnanky presentó un bloque de piedra de Tiahuanaco con cinco clavos de oro incrustados en el mismo. Su investigación concluyó que los muros, las cornisas y los pórticos de Tiahuanaco, incluyendo la Puerta del Sol, estuvieron revestidos de oro. Estos datos son relevantes en cuanto que describen, en detalle, la fisonomía del lugar. Sin embargo, aún seguimos sin saber el objeto de su construcción y su función. Estas interrogantes encuentran respuesta en la teoría de los extraterrestres que visitaron la Tierra en el pasado. Zecharia Sitchin, el defensor de los Anunnaki, nos presenta una historia alternativa y audaz que hace encajar, sospechosamente, todas las piezas de este rompecabezas. Según sus investigaciones, la antigua Tiahuanaco habría sido erigida a semejanza de la Uruk sumeria, que tuvo muchas de sus construcciones revestidas en oro. Según Sitchin, estas dos ciudades son obra de los Anunnaki quienes habrían llegado a la Tierra, hace miles de años, en búsqueda de oro. Alrededor del 6,000 a.C., un grupo de estos extraterrestres se estableció en las orillas del lago Titicaca para explotar el oro de la región. Allí, los Anunnaki habrían desarrollado una increíble civilización basada en la extracción y el procesamiento no sólo de oro sino también de otros metales. Sitchin afirma que el ornato aurífero con el que se vistió a Tiahuanaco tenía un motivo muy simple: engalanar el lugar para la visita de Anu, el gran jefe Anunnaki que venía a inspeccionar los lugares de donde se extraía el oro necesario para salvar la atmósfera de su planeta Nibiru. Es más, Kalasasaya habría servido, entre otras cosas, de observatorio astronómico para determinar el regreso a la Tierra del líder de los Anunnaki. Sitchin especula: “Sugerimos que sólo una visita de estado de estas características podría explicar la elaborada arquitectura de Puma-Punku, sus regios muelles y su recinto chapado en oro. Eso es exactamente lo que los arqueólogos han encontrado en Puma-Punku: evidencias incontrovertibles de que no sólo se cubrió con placas de oro parte de los pórticos (como los paneles traseros de la Puerta del Sol en Tiahuanacu), sino igualmente la totalidad de las paredes, entradas y cornisas.” Si los Anunnaki estuvieron en la meseta de Tiahuanaco, deberían haber dejado alguna huella que nos permita, al menos, otorgarle el beneficio de la duda a este increíble relato. Pero la historia no termina aquí, los habitantes de Tiahuanaco volverían a tener un rol protagónico en la historia del Perú. Al cabo de unos siglos, una nueva intervención Anunnaki, puso otra vez a los Tiahuanaco en el camino del desarrollo, la prosperidad y el ….oro. Esta vez, nada menos que en tierras cuzqueñas, desde donde crearían el imperio más grande del hemisferio sur. Precisamente, el cronista Inca Garcilaso de la Vega (1539-1611 d.C.) nos cuenta la leyenda de creación del Imperio Inca. Manco Cápac y Mama Ocllo por orden de su padre el dios Sol, salieron de las entrañas del Lago Titicaca (provenientes de Tiahuanaco) para buscar una tierra propicia donde fundar un imperio. El dios Sol les dio una vara de oro y les dijo que donde esta vara se hundiera sería el lugar indicado para formar su imperio y llevar la civilización a los habitantes de esas tierras. Después de varios intentos a lo largo del camino, la vara se hundió en el cerro Huanacaure, en el Cuzco. Allí se asentó la pareja que daría origen a la civilización Inca. Algunos elementos de este relato, como la “vara de oro” que indica donde se debía fundar el imperio, han hecho que los historiadores no le otorguen mayor peso histórico al mito recogido por Garcilaso de la Vega. Sin embargo, es justamente esa “vara de oro” la que lleva a Sitchin a proponer otra de sus audaces teorías. “¿Qué forma tenía y para qué servía esta varita mágica? Analizando objetos, leyendas y representaciones pictóricas de los soberanos incas, se llegó a la conclusión de que era un hacha, un objeto llamado Yuari, que, cuando se le entregó a Manco Capac, se le dio el nombre de Tupa-Yuari, Hacha Real. Pero, ¿era un arma o una herramienta?…… Así se puso en marcha la civilización andina: dándole al hombre andino un hacha con la cual extraer el oro de los dioses”. Es decir, los Anunnaki se manifestaron de nuevo y ayudaron a sus antiguos aliados de Tiahuanaco, en la búsqueda de tierras y metales. Esta interesante aproximación de Sitchin nos abre la puerta a otra interrogante: ¿existió una relación entre los Anunnaki , que vivieron entre los sumerios, y la culturas del altiplano? Es curioso que la lengua de Tiahuanaco sea el Uro o Uru, y que la capital de los sumerios, donde se establecieron los Anunnaki, se llame Uruk. “Nuestra hipótesis de que el Anaku en el nombre del lugar proviene del término mesopotámico que identificaba al estaño como metal concedido por los Anunnaki evoca un vínculo directo entre Tiahuanacu y el lago Titicaca por un lado y el Oriente Próximo de la antigüedad por otro…la extensión de la presencia sumeria/uru en los Andes se puede percibir en otros detalles, como el hecho de que uru signifique “día” en todas las lenguas andinas, tanto en aymara como en quechua, como en Mesopotamia. Otros términos andinos, como uma/mayu, que es agua, khun, que es rojo, kap, que es mano, enu/ienu, que es ojo, makai, que es golpe, tienen un origen mesopotámico tan evidente que está claramente demostrado que las lenguas quechua y aymara de los indígenas de Perú tuvieron un origen sumerio-asirio” aseveró. La similitud entre las canoas de juncos del Lago Titicaca y las antiguas embarcaciones egipcias y sumerias seria otro indicio de la relación entre los sumerios y los habitantes del Tiahuanaco. Una teoría muy interesante que debe ser visto como alternativa a las tradicionales. En la siguiente entrega veremos cual fue la relación entre los Anunnaki y otras civilizaciones que se desarrollaron en el norte del Perú: Lambayeque, Mochica y Chimú.

martes, 5 de noviembre de 2019

CENTINELAS DE PARIAHUANCA: El secreto arqueológico de las estrellas

Situado en el Perú, es uno de los enclaves arqueológicos más desconocidos de América y a la vez de mayores dimensiones y que más misterios encierra. Pariahuanca era un centro de peregrinación construido hace 7 mil años, al cual acudían diversos pueblos precolombinos para realizar cultos, pero a su vez también constituía un sitio de observación astronómica. Por si fuera poco, el lugar es epicentro de numerosos avistamientos de OVNIS que incluso han llegado a aterrizar a escasos metros de los testigos, dejando sobre el terreno evidentes rastros de su presencia. Descubierto hace 45 años por un pastorcillo de ovejas llamado Pascual Cuba Ramos, de nueve años, quien no se imagino que se trataba de uno de los complejos arqueológicos más grandes del planeta, formado por cerca de 700 monumentos megalíticos, entre menhires, círculos de piedra y formas dolménicas. Pascual ya desde temprana edad se sentía fascinado por aquel lugar donde pastoreaba su rebaño y que era conocido desde hacía tiempo atrás con el nombre de Centinelas de Pariahuanca. Aún recordaba en sus correrías de pastor por el aislado lugar ubicado a casi cuatro mil metros de altitud, los objetos luminosos que de día y de noche llegaban al complejo, y que eran vistos también por los pocos moradores de la zona, recuerda todavía cuando tenía doce años y a plena luz del día sentado al lado de una de las altas piedras como torres, llegó un objeto de forma circular y características metálicas por su brillo, el cual se posó a unos cien metros de donde se encontraba, la visión duró apenas unos veinte segundos, cuando de pronto y a una velocidad solo comparable a la de la luz se perdió en el cielo, y así numerosas veces durante mucho tiempo. Con el paso del tiempo en el 2015 cuando tenía 53 años, vivió otra experiencia parecida, esta vez contrastada por la marca quemada sobre la hierba que dejó el objeto y que hoy en día se puede apreciar todavía. El gigantesco mapa astronómico y calendario neolítico, se encuentra en la comunidad de Pariahuanca del distrito Los Morochucos, provincia de Cangallo, departamento de Ayacucho de la nación peruana, situado entre los 3,650 y 4,000 metros de altitud extendida a unos 9 km². A 58 km de la población de Ayacucho, capital del departamento del mismo nombre. La palabra Pariahuanca, según la tradición quechua, significaría Piedras Sagradas o Altas Piedras sobre tierra roja. En el año 2000, el mismo Pascual realizo las investigaciones arqueo-astronómicas, según la experiencia adquirida en un curso a distancia que realizó con la Universidad Sergio Arboleda de Colombia. Según agrega, fue el último amerindio Yachaq - sabio de la Cosmovisión Andina - quien bautizó a los megalitos con el nombre de los Centinelas de Pariahuanca. Una visita al lugar nos muestra la plaza astronómica de Pariahuanca y sus promontorios Kullunayuq y Zapalluyuq, que alberga varios centenares de megalitos o menhires que cumplían una función ritual astronómica como observatorio solar, lunar y estrellas agrupadas en constelaciones, planetas y demás astros. Fue construida hace unos siete mil años, siendo considerada por ello como el calendario neolítico más antiguo de América, que cruza un alineamiento gigantesco de megalitos con dirección del noreste al sureste, siguiendo el recorrido que señala la Via Láctea. El sofisticado calendario cósmico cuenta con más de 600 estructuras megalíticas conformadas por uno, dos o tres menhires unidos o rodeados por enlosados de piedras que configurarían los calendarios Helio Lunares, el Reloj Solar de Piedra (Intihuatana), monolitos de culto al sol, la luna, las estrellas y monumentos conmemorativos. Según las mediciones realizadas, algunos de estos monumentos marcarían los equinoccios y solsticios en las diversas épocas del año. Que se diera a conocer al mundo fue fruto de la casualidad, ya que si bien fue un pastor de ovejas quien conocía su existencia, así como los nativos de la zona, decidieron mantenerlo en secreto y solo llego a ser conocida su existencia por el público en general cuando en una ocasión debido a su conocimiento de la zona, Pascual acompaño al ingeniero de una empresa de telecomunicaciones que quería instalar una antena de repetición en la cima de la montaña quien durante el recorrido por el lugar se sorprendió al ver unas enormes ‘columnas’ de piedras erguidas, algunas de ellas muy altas y dispersas por toda la pampa, unas solas y otras en grupos de dos y tres ‘columnas’, así como círculos de grandes piedras con un monolito erguido más alto en el centro. En recién en ese momento, cuando este enclave repleto de misterios se dio a conocer al mundo, siendo desde entonces visitada por algunos viajeros deseosos de conocerla y descifrar su significado, que aun ignoramos por completo.