TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 17 de septiembre de 2024
ALIENÍGENAS EN LAS PROFUNDIDADES: Ocultos secretos en los océanos
Hace unos años atrás, los tripulantes de un buque mercante frente a las costas del sur del Perú, observaron unas extrañas luces que se sumergían en el agua y luego volvían a salir, volando en distintas direcciones y a toda velocidad, lo que ninguna nave fabricada por los humanos puede hacer. Agregaron que el fenómeno duro alrededor de una hora. ¿Qué fue lo que vieron? En la madrugada del 25 de agosto del 2018 a la altura de Ica se vio un fenómeno singular. En efecto, un buque mercante que había salido del Callao, navegaba sin novedad, cuando de un momento a otro, frente a los ojos de los dos hombres que venían a bordo - el primer oficial y el segundo - unas luces emergieron desde el mar y volaron en diferentes direcciones en el horizonte. Tras observar al OVNI hacer esos movimientos imposibles, una vez llegados al puerto, informaron a las autoridades correspondientes, quienes sospechosamente archivaron el suceso. Pasado un año del citado avistamiento, salieron a la luz testimonios de los oficiales que lo vieron. En uno de los documentos a los que accedió este medio se expone el caso de un “avistamiento de luces en navegación”, tal como lo titularon. Allí se describe que la tripulación del buque divisó en el cielo sobre la banda babor, sin poder precisar distancia, pero a lo lejos en el horizonte, “luces que tenían la apariencia de bengalas con paracaídas”. Según los testimonios, ambos habían consultado si había algún buque en cercanías que se hallara en emergencia, pero la respuesta había sido negativa. Tampoco había aeronaves volando por la zona. “Gracias al uso de prismáticos, desde el control observaron luces en forma de estrellas, que iban y venían con movimientos rectilíneos hacia arriba, hacia abajo, en forma inclinada y a la vez se entrecruzaban, aparecían y desaparecían”, describen. Asimismo pudieron ver como un objeto similar salía de las profundidades del mar, uniéndose al resto de luces. El capitán del barco, cuyo nombre es preservado en los documentos oficiales, fue requerido por puente de mando y reportó “luces de colores saliendo del mar”. No es la primera vez que suceden estos hechos tanto en el Perú como en el resto del mundo, ya que fueron apreciados en distintas circunstancias, siempre entrando y saliendo de mar, como si tuvieran bases submarinas en el fondo de los océanos. No es de extrañar que en los últimos años, avistamientos de este tipo propiciaran un cambio de denominación. Así, la conocida terminología de objetos voladores no identificados (OVNI) se reemplazó por el acrónimo UAP “unidentified anomalous phenomenon” (fenómeno anómalo no identificado). Dentro de esa categoría, también tienen lugar los objetos que, como aquel reportado en agosto de 2019, se pueden sumergir en el mar y luego volar por los aires. El audio de la tripulación durante esa madrugada da cuenta de lo que vieron los testigos: “Ahora aparecen otra vez en el cielo, hacen un trayecto de no sé cuántas millas, desaparecen y luego vuelven a aparecer en el horizonte, eran 8 luces brillantes. Ahora se ven solamente tres, a veces dos que van y vienen, en el mismo trayecto. Ahora parecen una estrella”, notificó el primer oficial a bordo del buque. Los escépticos sugieren que fuera algún cometa o de que se tratara de chatarra espacial. Pero ninguna de esas hipótesis explica el movimiento de aquel objeto que, según dicen todos los testigos, era capaz de adentrarse en el agua y de volar en distintas direcciones. “Yo fui testigo y sé muy bien lo que vi. Me la paso en el mar más de 320 días por año y sé que no era nada de lo que dicen”, dijo uno de los testigos que vio con sus propios ojos el evento. “Es algo maravilloso ver un espectáculo así. Yo no creo que sean meteoritos ni chatarra espacial. Tenía trayectoria y volaba a 90 grados. Nosotros hemos visto cosas, pero nunca vimos un evento tan claro como esa noche. Fue muy nítido. No sabría precisar el tiempo que transcurrió. Quizás fueron cinco minutos, pero a nosotros nos pareció media hora o una hora”, comentó. Ante este tipo de relatos, la primera reacción obvia es el escepticismo, buscarle una explicación racional. Por eso, en general, los pilotos de avión o los capitanes de barco prefieren callar sus experiencias “paranormales” y evitar que los tilden de “locos”. Al día siguiente del suceso, los dos oficiales a bordo del buque fueron llamados a declarar. En las testimoniales, que se difundieron recién ahora, tanto las identidades de ellos como de quien los interrogó fueron preservadas. Todos los nombres figuran tachados.“ ¿Distancia estimada desde el buque al lugar de las luces?” preguntó el interrogador. “No lo puedo precisar, pero las mismas presentaban características similares a las de una bengala y su comportamiento o movimiento era igual al de fuegos artificiales” respondió uno de los tripulantes. “¿Cuáles eran las condiciones climáticas en el mar al momento del avistamiento?” les repregunto. “Eran buenas” contestaron. “¿Durante cuánto tiempo se observaron las luces?” insistió. “Durante 30 minutos, pero no eran constantes, sino que aparecían y desaparecían en intervalos de cinco minutos aproximadamente” fue la respuesta. “¿Qué características presentaban y en qué sentido se movían?” añadió. “Eran de color naranja y salían desde la superficie hacia el cielo y como que se iban apagando. Luego eran blancas y se movían en distintas direcciones zigzagueantes”. Los relatos coinciden en su esencia. Solo hay unas pequeñas diferencias entre los testimonios: algunos dicen que el evento duró 30 minutos, otros que lo vieron durante una hora e incluso dos. Los dos tripulantes respondieron que no llegaron a tomar imágenes ni videos del evento. Aseguraron que no había aeronaves ni buques en los alrededores, que las luces se mantenían a la misma distancia sobre el horizonte y uno de ellos aclaró que volaban, a ojos del observador, unos 40 grados hacia arriba. Uno de los testigos, que prefiere que no se difunda su nombre y apellido, alude en forma simpática al fenómeno. “Nuestros amigos de las estrellas”, dice en referencia a que es más usual de lo que uno cree percibir sucesos extraños en la inmensidad del océano. Pero este caso, asegura, fue distinto. ”Las luces salían del agua, recorrían largas distancias y volvían al centro de nuestra visión. Se movían para todos lados: para arriba, para abajo, para los costados, a una velocidad inimaginable, muy rápido. Se metían y salían del agua. Estamos acostumbrados a ver aviones, satélites, pero nunca vimos algo que se moviera así”. Las luces, considera, “no se veían amenazantes”. Al principio le resultaba extraño, lo desconcertaba cómo se movían en el cielo de un lado a otro sin razón aparente, pero insiste: “Esto era distinto. Se metían y salían del agua a una velocidad increíble”. Han pasado algunos años del hecho, y fuera del interrogatorio todo quedo allí. ¿Qué eran esas luces? Seguramente nunca lo sepamos.