TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 18 de septiembre de 2018

TERROR HECHO EN EL PERÚ: Jarjacha, el demonio del incesto

Se trata de una película realizada en el 2002, dirigida por Melitón Eusebio y que inauguro el cine de horror andino. Basada en una de las leyendas mas populares en el Perú, fue filmada en Ayacucho y cuenta la historia de tres estudiantes de antropología que van a un poblado a investigar las condiciones de pobreza en que viven sus habitantes. Allí suceden cosas extrañas, se oyen horribles gruñidos por la noche y aparecen cadáveres... todo parece ser obra de Jarjacha, un demonio que aparece cuando la gente peca de incesto. Se dice que aquellas personas que hayan caído en el, serán condenados con la ira de Dios a convertirse dolorosamente por el resto de sus vidas, en una horripilante y demoniaca criatura conocida como el Jarjacha, quien vaga en la oscuridad de los campos en busca de víctimas para comerles el cerebro, ya que allí es donde reside el alma que podría salvar la suya, o salvarlo de su muerte, a manos de los pobladores. Se dice que este perverso ser, tiene una apariencia de mitad llama y alpaca, con dos o hasta tres cabezas. Se dice que incluso podría ser mitad hombre y mitad llama. Este horripilante monstruo, aterraba a los pobladores de la sierra con un grito tenebroso en forma de “Jar jar jar”, que es de ahí de donde proviene el nombre. Si uno se encuentra caminando de noche por algún paraje de la serranía peruana y oye el grito, acompañado de los aullidos de los perros, el mejor correr, ya que es probable que un Jarjacha este cerca. Y si para su mala suerte, aun así uno se encuentra con el, deben tener mucho cuidado ya que puede hipnotizar a sus víctimas con solo verlos fijamente a los ojos. Luego de ello, procede a asesinarlas a escupitajos. Se dice que alejarlo no es difícil, ya que simplemente se debe decir en voz alta toca clase de insultos para intimidar a la demoníaca criatura. También se puede llevar un espejo, ya que el monstruo no soporta la vergüenza de verse a sí mismo tras ser un pecador incestuoso. Además, se puede convocar incluso a un grupo de personas preparadas con cuerdas hechas específicamente de lana de llama, crucifijos y cualquier arma de metal que pueda dañarlo. Se dice que los picos y las hachas son los más efectivos. Pese al miedo que generalmente se le tiene, algunos creen que atrapar a un Jarjacha, sería beneficioso. Según la leyenda, este ser solo se transformaría de noche y regresaría a ser humano a la mañana del día siguiente, sin recordar absolutamente nada de la noche anterior. Es por eso que algunos creen que pueden capturarlos para así pedir una fuerte suma de dinero y no hacer público el secreto sobre quien o quienes de todos los ciudadanos ha mantenido relaciones sexuales con un miembro de su familia. Lo que más sorprende, no es lo extravagante que pueda sonar la leyenda, sino que existe una gran cantidad de pobladores de la sierra que aseguran haber visto a la diabólica criatura. Es por ello que el mito del Jarjacha es uno de los más conocidos en la zona. El Jarjacha, no es una copia barata de otras leyendas. Por el contrario, entraría en la misma categoría que los vampiros y los hombres lobo. El mito se originó en las épocas coloniales. En aquel entonces, se sancionaban a aquellos curas que mantenían algún tipo de romance con las muchachas del pueblo. Poco a poco, la narración se extendió entre los fieles, sancionando así las relaciones sexuales entre padres e hijos, hermanos y hermanas, y toda clase de parentesco alguno, algo que era muy común en sociedades aisladas como algunas poblaciones de la sierra. La leyenda es motivo de estudio, ensayos sociológicos e incluso producciones para la pantalla grande, como el que tratamos en esta oportunidad.