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martes, 24 de junio de 2025

QOYLLUR RITI: Sincretismo y devoción en los Andes

Cada año la festividad del Señor de Qoyllur Riti, que se celebra al pie del nevado Colque Punko, en la provincia de Ocongate, en el Cuzco, a 4,800 metros sobre el nivel del mar, la cual congrega a miles de personas, entre devotos y turistas. Cabe precisar que la ancestral festividad del Señor de Qoyllur Riti es una muestra del sincretismo de la religiosidad andina y cristiana que da como fruto esta enigmática manifestación de la fe al Cristo de la roca. Hasta el nevado Colque Punko convergen las distintas etnias de las provincias cusqueñas más remotas. La modernidad se manifiesta en que sus protagonistas son campesinos que trabajan temporalmente en Cusco o Lima y vuelven para la celebración. Resaltan las comparsas de Qhapaq Qolla, Huayllaschas, K’achampa, Chunchacas, Wayri Chunchus, Qhapaq Negros, Contradanza, Mestiza y Pasña Qoyacha, entre otros. Un momento trascendental de esta celebración es cuando los Ukukus o Pablitos eligos, personajes antropomorfos, ascienden a las cumbres del Colque Punko y protagonizan un ancestral ritual de agradecimiento, para la cual trasladan una gran cruz de madera y encienden gigantescos cirios. Como prueba de fe, entierran las manos en la nieve por unos minutos. Declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2011, la festividad del Señor de Qoyllur Riti conserva el espíritu de las fiestas prehispánicas, donde el hombre andino celebra a la naturaleza y por ello es una de las manifestaciones culturales más impresionantes. Participar de esta fiesta implica un verdadero reto. Se enfrenta a bajas temperaturas, que desciende a menos de cero grados centígrados, por lo que requiere estar aclimatado. La festividad es organizada por la Hermandad del Señor de Qoyllur Riti, que también se encarga de mantener el orden durante la celebración. Su origen se remonta al año 1780, cuando un niño llamado Manuel se manifestó al joven pastor quechua Mariano Mayta en las faldas del nevado Colquepunco. Ambos entablaron una profunda amistad, y gracias a la presencia de Manuel el rebaño de Mariano prosperó notablemente. Intrigado por este suceso, el padre de Mariano envió a su hijo a Cusco para adquirir ropa nueva para Manuel. Sin embargo, al no encontrar telas similares a las que vestía su amigo, que eran exclusivas del obispo, se desató una investigación eclesiástica. Al intentar capturar a Manuel, este se transformó en una imagen de Cristo crucificado sobre una roca, y Mariano, impactado, falleció en el lugar. Desde entonces, la piedra con la imagen sagrada se convirtió en un sitio de peregrinación, dando origen al culto del Señor de Qoyllur Rit’i, que en quechua significa «Señor de la Estrella de Nieve». La festividad se celebra anualmente entre los meses de mayo y junio, coincidiendo con la solemnidad del Corpus Christi. Específicamente, la peregrinación comienza cincuenta y ocho días luego del Domingo de Pascua de Resurrección, congregando a miles de fieles que emprenden el camino hacia el santuario del Señor de Qoyllur Rit’i. La peregrinación al santuario del Señor de Qoyllur Rit’i es una experiencia espiritual única. Los devotos recorren aproximadamente 8 kilómetros desde la comunidad de Mahuayani hasta el santuario de Sinakara, ubicado a más de 4,700 metros sobre el nivel del mar, enfrentando bajas temperaturas y terrenos escarpados. Este acto de fe no solo representa una conexión profunda con lo divino, sino también una reafirmación de la identidad cultural andina demostrando su devoción y compromiso espiritual. El recorrido inicia en Mahuayani, desde donde los peregrinos ascienden por un camino que atraviesa paisajes de impresionante belleza natural, incluyendo montañas, nevadas, ríos y valles de aproximadamente ocho kilómetros hasta el santuario de Sinakara. A lo largo del trayecto, se encuentran catorce cruces que los peregrinos respetuosamente reverencian. La ruta está marcada por la presencia de danzantes y músicos que acompañan a los peregrinos creando una atmósfera de celebración y recogimiento espiritual. El santuario en sí cuenta con un templo que ha sido remodelado, albergando la roca sagrada con la imagen del Cristo crucificado. Esta festividad es un claro ejemplo de sincretismo religioso, donde se fusionan elementos del catolicismo con prácticas y creencias andinas prehispánicas. Para los devotos, el Señor de Qoyllur Rit’i es un símbolo de esperanza, protección y prosperidad. La peregrinación representa un acto de sacrificio y devoción, mediante el cual se busca agradecer, pedir bendiciones y mantener una conexión viva con los ancestros y la naturaleza. Además, la celebración coincide con la aparición de la constelación de las Pléyades, conocida en quechua como Qullqa. Los preparativos empiezan el Día de la Ascensión (A 40 días de la conmemoración de la resurrección de Cristo) con la procesión del Señor de Qoyllur Riti desde su capilla en el centro poblado de Mawallani, ubicado en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, hasta su santuario en el nevado de Sinakara, a 4,800 metros sobre el nivel del mar. El primer miércoles luego de Pentecostés, una segunda procesión lleva una estatua de Nuestra Señora de Fátima desde el santuario de Sinakara hasta una gruta cuesta arriba. Estas delegaciones incluyen un gran elenco de danzantes y músicos llamados Qhapaq Qolla, Huayllaschas, K’achampa, Chunchacas, Wayri Chunchus, Qhapaq Negros, Contradanza, Mestiza y Pasña Qoyacha, entre otros, que danzan acompañadas de cantos en quechua y español que conmueven a los peregrinos. La mayoría de los peregrinos llegan el llamado “domingo de Trinidad”, que es cuando la eucaristía sale en procesión por el santuario. Al día siguiente, el Señor de Qoyllur Riti es llevado en procesión a la gruta de la virgen y traído de vuelta. En la noche de este segundo día los elencos de danzantes bailan por turnos en el santuario. Al amanecer del tercer día, ukukus agrupados por "naciones", procedentes principalmente de Paucartambo y Quispicanchis, escalan los glaciares del monte Colquepunku para recoger cruces puestas en la cima, y también traen consigo bloques de hielo que la creencia popular les atribuye propiedades medicinales. Sin embargo, esta costumbre ya no se practica desde hace unos años debido al deshielo que sufren los glaciares. Cabe precisar que el 10 de agosto del 2004 esta festividad y el santuario del Qoyllur Riti fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura. Posteriormente, el 27 de noviembre de 2011, la Unesco inscribió a la peregrinación al santuario del Señor de Qoyllur Riti como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.