TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 26 de enero de 2021
PARIACACA: El dios vengador
Las grandes civilizaciones que han existido en el mundo, desde los orígenes del hombre, han sustentado sus culturas, sus creencias, sus ritos con base en diversos mitos que fundamentan y refuerzan la grandeza cultural en la cual se han mantenido y aún se mantienen a través de los siglos. Los mitos constituyen por ese motivo en recursos inagotables para comprender esas culturas. En ellos se ocultan indicios, informaciones que cada quien va interpretando como mejor le parece. Cabe destacar que en todas las civilizaciones prehispánicas al carecer de escritura, el mito ha sido un medio a través del cual se ha logrado transmitir y perpetuar mucho de la cultura, sobre todo en lo que se refiere a las creencias religiosas, los modos de vida, los sistemas de gobierno que se iban imponiendo sucesivamente cada vez que una cultura aplicaba su supremacía sobre las demás. Los mitos están fijados generalmente en la representación del poder político y de la religión, dado que estas dos instituciones estaban íntimamente relacionadas entre sí. En el caso que nos toca analizar, su centro de acción se encuentra en el Perú. Al respecto, existen diversos mitos que han representado el génesis de las civilizaciones como el caso del Imperio Inca, de los cuales el de Manco Capac y Mama Occllo, así como el de los hermanos Ayar son los mas conocidos, ya que describen el surgimiento de dicha civilización. A estos dos grandes mitos podemos agregar el de Pariacaca, que era el dios de las lluvias y del agua. Dado que los Incas dependían en gran medida de factores naturales para su subsistencia, su alimentación se basaba principalmente en la agricultura. Como era obvio, Pariacaca se convirtió en uno de los dioses más importantes dentro del panteón de esta cultura. Según se cuenta, este nació del huevo de un halcón y luego se transformó en Colash. Una vez, mientras se encontraba en el mundo de los dioses, descubrió a un hombre que estaba llorando a la orilla del mar. Al ver esto, bajó desde lo alto y se acercó al hombre para preguntarle qué le pasaba. Este le respondió que él y su gente habían sido amenazados por Huallallo, el dios del fuego, quien había jurado que los quemaría a todos y a sus tierras sino le hacían sacrificios humanos, ya que estaba cansado de que le ofrendaran perros. Conmovido por la historia, Pariacaca se enfrentó a Huallallo. Tras una gran batalla, Pariacaca se levantó como el vencedor luego de que lograra apagar las bolas de fuego de su oponente lanzándoles lluvias torrenciales. Derrotado, Huallallo fue desterrado y se le condenó a comer perros por el resto de la eternidad. Debido a esta gran victoria, Pariacaca se convirtió en una de los principales dioses de la región. En la actualidad, hay un nevado que lleva el nombre de Pariacaca, ubicado en la Cordillera de los Andes, entre los departamentos de Junín y Lima. Al pie de este, se encuentra un templo dedicado al dios de la lluvia y para la celebración asisten todos los habitantes de los valles llevándoles ofrendas hasta el día de hoy. Y es que, según cuenta otra versión del mito, Pariacaca luchó contra Huallallo, quien tenía la forma de una montaña coronada por nieve. Con la fuerza de sus lluvias, Pariacaca logró quitarle la nieve, formándose la laguna de Mullucocha, lo que significó que había ganado la batalla. Algunos autores han visto en ambos mitos, un relato que habla acerca de cómo la erupción de un volcán (Huallallo) en tiempos pretéritos, fue calmado gracias a la acción de la lluvia (Pariacaca) salvando de esta forma la vida de los pobladores de la zona, de los cuales en agradecimiento recibió su completa veneración.