TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 18 de febrero de 2025

EL NIÑO ENCANTADO DE LACSHACOSAH: Secretos bajo las aguas

En Cajatambo, una provincia ubicada en la sierra del departamento de Lima, existe esta antigua leyenda en torno a la laguna de Lacshacosah. La historia dota de encanto y misterio a este lugar a través de esta leyenda sobre un niño encantado y de una laguna conectada a una cueva. Dice la narración que, un joven pastor de 12 años andaba con su rebaño en las proximidades de la laguna, como lo hacía diariamente, mientras sus padres de encargaban de labrar las tierras. El niño paso el día cuidando sus animales de los pumas y los zorros, cuando, a la hora de la comida, vio que no tenía su ración de maíz y carne, ya que alguien al parecer se la había quitado o quizás lo perdió en el camino por lo que no se dio cuenta cuando se le cayó, El muchacho lloraba desconsolado porque tenía mucha hambre cuando, de repente, emergió una misteriosa joven desde las profundidades del agua. La muchacha lo invitó a acompañarla prometiéndole alimento. El niño accedió y los dos se adentraron al agua. Pasaron los días y, al ver que el joven no volvía, sus angustiados padres iniciaron su búsqueda. En la laguna solo vieron su rebaño, pero no había rastro del muchacho. Pasó el tiempo y los desesperados padres no perdieron la esperanza de encontrar a su hijo con vida así que buscaron en otras zonas cercanas que el niño solía frecuentar, pasaron así tres días de intensa búsqueda y de repente vieron a su hijo salir de las aguas de la laguna con la mirada perdida. El padre vio que el niño estaba hechizado. Luego de secarlo y para romper el encanto, coloco una bufanda de lana de vicuña en su cuello. Una vez, desencantado, el joven les contó a sus padres que llegó a la cueva a través de las profundidades del lago mientras buscaba alimento al encontrarse con una joven quien prometió ayudarle. Sus padres no le creyeron y reprendieron duramente por irse con extraños y a latigazos regresaron a casa. El niño lloro toda la noche más que por el dolor de los azotes, sino porque creían que mentía y se había metido a la laguna a jugar olvidándose de cuidar el rebaño. A la mañana siguiente y luego que sus padres le advirtieron que no se repita la escena, el niño se fue a pastar el ganado y cuando ya se alejaba, le gritaron que no se acerque a la laguna. Al caer la noche y ver que no regresaba, el padre furioso fue en su búsqueda y tal como lo esperaba, diviso al niño en la orilla de la laguna mirando fijamente el horizonte. Por más que llamo a su hijo, este no le hacía caso, por lo que el padre decidió ir en su busca y cuando iba a ponerle las manos encima para arrastrarlo fuera de las aguas, el niño se volteó y lo miro fijamente, lo que lleno de horror a su padre, porque vio que tenía un aspecto cadavérico, como el de un condenado al que le robaron el alma, quien inmediatamente se arrojó a las aguas, desapareciendo en el acto. Desde entonces nunca más se supo de él, aunque quienes pasan por la zona cuentan que es habitual al atardecer ver la silueta de un niño en las aguas pero cuando lo llaman, este se sumerge en la laguna, por lo que consideran que está encantada y nadie se atreve a seguirlo, por lo que desconocen si en realidad en el fondo de ella existe o no una cueva y que clase de criaturas la habitan.