TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 23 de abril de 2024

EL DISCO COLGANTE MOCHICA: ¿Una representación de la galaxia de hace 2.000 años?

Este artefacto ha sido denominado “Disco Colgante” y fue elaborado por antiguos orfebres del reino Mochica hace 2.000 años en el actual territorio del norte de Perú. También se le conoce como “Disco Galáctico” por su impresionante parecido a la galaxia Vía Láctea. Al verlo, uno se pregunta: ¿Tuvieron los Mochica conocimientos astronómicos tan avanzados como lo que sugiere el Disco? El profundo conocimiento astronómico de los antiguos continúa asombrando a los científicos modernos. Algunas de las pinturas rupestres más antiguas del mundo revelan que tenían conocimientos avanzados de astronomía. Muchas de esas civilizaciones estudiaron los cielos e hicieron calendarios solares y lunares notablemente precisos, y el arte rupestre que se encuentra en toda Europa no son simplemente representaciones de animales salvajes como se pensaba anteriormente, los símbolos de animales representaban constelaciones de estrellas y se usaban para registrar fechas y eventos como el paso de cometas. El Disco Colgante es uno de esos objetos que forman parte de una vasta lista de artefactos antiguos de los que la humanidad aún no ha descubierto su origen y propósito. El artefacto forma parte de la colección del Museo Rafael Larco Herrera en Lima, y en realidad es un disco con una especie de “agujero negro” en su centro y su fecha de creación se estima en al menos 2.000 años. Se cree que el disco fue creado por los Mochica, una civilización anterior a los Incas que gobernó la costa norte de Perú entre los siglos I y VIII, y eran conocidos por sus complejos sistemas de riego en el desierto y construcciones de pirámides de adobe y, como muchas culturas antiguas usaba la religión para unificar la sociedad. Los arqueólogos han desenterrado muchos artefactos fascinantes pertenecientes a dicha cultura, pero ninguno de ellos se parece a este peculiar disco, lo que lleva a la creencia de que este extraño objeto, que nunca ha sido fechado por radiocarbono, puede ser mucho más antiguo de lo que se pensaba o, como sugieren los teóricos de los antiguos astronautas, el Disco Colgante puede que ni siquiera sea un objeto terrestre. Es tan misterioso que ni siquiera los astrónomos han podido verificar si realmente hay una galaxia representada en el objeto. Sin embargo, teniendo en cuenta que existen registros de estudios avanzados de astronomía en la antigüedad, el disco debió tener una función importante para los estudiosos de su época. A pesar de las similitudes, el modelo conocido de la Vía Láctea tiene dos brazos espirales principales, Perseo y Scutum-Centaurus, y dos más pequeños, Sagitario y Orión, que es donde nos ubicamos, pero el número de brazos del Disco Colgante no se corresponde con los brazos de nuestra galaxia, lo que sugiere que si el antiguo disco peruano es de hecho una representación de una galaxia espiral, entonces no es la Vía Láctea. Pero, coincidencia o no, un pequeño punto resaltado, cerca del borde del artefacto, se refiere a la ubicación de nuestro Sistema Solar en la Vía Láctea. Algunas teorías sugieren que el modelo actual de nuestra galaxia podría estar equivocado, o al menos incompleto, mientras que otras teorías sugieren que el Disco Colgante podría ser un mapa estelar que representa la galaxia de origen de una civilización extraterrestre que habría visitado nuestro planeta hace muchos milenios. Hasta la fecha, el origen y el propósito del Disco Colgante siguen siendo desconocidos, pero este no es ni el primero ni el último de los intrigantes artefactos de un pasado distante que se remontan a niveles avanzados de conocimiento o dispositivos de alta tecnología mucho más allá de su tiempo.

martes, 16 de abril de 2024

¿CUALES SON LOS LÍMITES DEL UNIVERSO?: Lugares que nunca podremos alcanzar

Durante la década de 1920 existía un acalorado debate entre los astrónomos acerca del tamaño del universo y de la naturaleza de las llamadas nebulosas, objetos difusos de los que existían varios miles catalogados. Algunos científicos defendían que eran objetos gaseosos situados dentro de nuestra galaxia y que esta era todo el universo, mientras que otros defendían que eran sistemas estelares similares a la Vía Láctea, “universos islas”, que se veían difusos por su lejanía. El debate se zanjó gracias a Edwin Hubble que, usando la relación obtenida por Henrietta Swan Leavitt, midió la distancia a la nebulosa de Andrómeda, la única visible a simple vista desde el hemisferio norte. El valor obtenido por Hubble era mucho mayor que el tamaño de la Vía Láctea, lo que demostraba la existencia de otras galaxias y aumentaba, de manera dramática, el tamaño del universo. Como sabéis, es común referirse a distancias astronómicas en años luz. Un año luz es la distancia que la luz recorre en un año, aproximadamente 9.000.000 millones de kilómetros. El diámetro de la Vía Láctea es de 900.000 billones de kilómetros y la distancia a Andrómeda de 22.500.000 billones de kilómetros. Estas distancias son enormes, a pesar de que Andrómeda es parte del grupo de galaxias que llamamos el grupo local, es decir, nuestro vecindario. Lo cierto es que el universo es tan grande que no podemos verlo en su totalidad, porque en sus 13.800 millones de años de vida, hay regiones cuya luz no ha tenido tiempo de llegar hasta nosotros. El universo que sí podemos ver, el universo conocido, es una esfera cuyo radio marca la distancia entre las regiones que emitieron la radiación que hoy observamos como radiación de fondo cósmico de microondas y Durante la década de 1920 existía un acalorado debate entre los astrónomos acerca del tamaño del universo y de la naturaleza de las llamadas nebulosas, objetos difusos de los que existían varios miles catalogados. Algunos científicos defendían que eran objetos gaseosos situados dentro de nuestra galaxia y que esta era todo el universo, mientras que otros defendían que eran sistemas estelares similares a la Vía Láctea, “universos islas”, que se veían difusos por su lejanía. El debate se zanjó gracias a Edwin Hubble que, usando la relación obtenida por Henrietta Swan Leavitt, midió la distancia a la nebulosa de Andrómeda, la única visible a simple vista desde el hemisferio norte. El valor obtenido por Hubble era mucho mayor que el tamaño de la Vía Láctea, lo que demostraba la existencia de otras galaxias y aumentaba, de manera dramática, el tamaño del universo. Como sabéis, es común referirse a distancias astronómicas en años luz. Un año luz es la distancia que la luz recorre en un año, aproximadamente 9.000.000 millones de kilómetros. El diámetro de la Vía Láctea es de 900.000 billones de kilómetros y la distancia a Andrómeda de 22.500.000 billones de kilómetros. Estas distancias son enormes, a pesar de que Andrómeda es parte del grupo de galaxias que llamamos el grupo local, es decir, nuestro vecindario. Lo cierto es que el universo es tan grande que no podemos verlo en su totalidad, porque en sus 13.800 millones de años de vida, hay regiones cuya luz no ha tenido tiempo de llegar hasta nosotros. El universo que sí podemos ver, el universo conocido, es una esfera cuyo radio marca la distancia entre las regiones que emitieron la radiación que hoy observamos como radiación de fondo cósmico de microondas y nuestro planeta. Si el universo fuera estático, esta frontera, lo que llamamos horizonte de partículas, estaría a 13.800 millones de años luz. Sin embargo, se encuentra a una distancia mucho mayor, 46.000 millones de años luz. La razón es que el universo se está expandiendo, algo que también nos mostró Hubble en el artículo Relación entre distancia y velocidad radial en las nebulosas extragalácticas, publicado en 1929. El título, desde luego, no es nada sugerente para las implicaciones cosmológicas del resultado, pero sí es informativo. Hubble había medido cuidadosamente las velocidades y distancias de una muestra de galaxias, mostrando que estas se alejan de nosotros en todas las direcciones y que lo hacen más rápido cuanto más lejos están. Hubble fue muy cauto en sus conclusiones, pero las implicaciones eran claras. Hacía tan solo cinco años que el trabajo de este científico había expandido de manera dramática el tamaño del universo y ahora expandía el universo en sí. Para ilustrar como el resultado implica un universo en expansión, se suele usar el ejemplo de un bizcocho con nueces. Cuando lo metemos en el horno y empieza a crecer, todas las nueces ven al resto alejarse. Cuando el bizcocho dobla su tamaño, dos nueces separadas inicialmente un centímetro estarán a dos de distancia, mientras que las que estaban separadas tres, estarán separadas seis. Es decir, durante el mismo tiempo, la distancia entre las nueces más lejanas habrá aumentado tres veces más que la distancia entre las más cercanas, es decir, se habrán alejado tres veces más rápido. La radiación de fondo fue emitida en las primeras etapas del universo, pero su luz ha estado viajando por un universo en expansión unos 13.800 años hasta poder, finalmente, alcanzarnos. Sin embargo, esas regiones han seguido alejándose durante todo este tiempo y las manchas que vemos en la radiación de fondo han evolucionado para convertirse en galaxias y grupos de galaxias similares a las que nos rodean. Si pudiéramos detener la expansión del universo en este instante, necesitaríamos 46.000 millones de años más para que la luz de estas galaxias pudiera alcanzarnos. Sin embargo, no podemos detener la expansión del universo, y nunca podremos ver las galaxias en las que se han convertido estas manchas que vemos en la radiación de fondo, no importa cuánto tiempo esperemos. Esto es debido a que estas regiones se alejan de nosotros a velocidades mayores que las de la luz, por lo que la luz, por mucho que se esfuerce, nunca podrá cubrir la distancia que las separa de nosotros. En este sentido, el horizonte de partículas, el universo conocido, marca el límite visible del pasado del universo, pero no el universo con el que podemos interaccionar. Hace unos meses atrás veíamos, en imágenes obtenidas con el James Webb Space Telescope, galaxias cuya luz pudo haber sido emitida hace 13.500 millones de años. Galaxias recién formadas, habitando un universo bebé de apenas 300.000 años de edad. Estas imágenes son, de alguna manera, imágenes de galaxias fantasmas, que ahora mismo están en una región del universo con la que nunca podremos interactuar, ¿podemos decir entonces que forman parte de nuestro universo? Definamos entonces el límite del universo con el que podemos interaccionar. Dentro de este límite, y siempre que dispongamos de tiempo suficiente, todavía podemos recibir la luz que las galaxias emiten ahora. Esta es la región del universo cuya velocidad de expansión está por debajo de la velocidad de la luz y su frontera se encuentra a 16.000 millones de años luz. Esta frontera se denomina horizonte de sucesos, por analogía con el horizonte de eventos de un agujero negro y marca el límite del universo con el cual podemos intercambiar información. La triste noticia es que si los modelos más aceptados del universo son correctos, el número de galaxias que podremos ver en el futuro se irá reduciendo, hasta que llegue un momento en el que todo desaparezca de nuestra vista. Bueno, quizá no todo, porque no todas las regiones del universo se están expandiendo. Al igual que las nueces de nuestro bizcocho, las galaxias no se expanden, ni la tierra, ni los árboles, ni nosotros. El grupo local en el que nos encontramos no se está expandiendo y, de hecho, la galaxia de Andrómeda se está acercando a nosotros atraída por la gravedad. Sin embargo, esta gravedad hará que todas las galaxias que no se alejan, se acaban acercando más y más, hasta fusionarse en una sola, que será la única que podrán observar los astrónomos que la habiten. Ellos no podrán medir las velocidades o las distancias de otras galaxias para saber que el universo se expande y, lo más probable es que vuelvan a pensar, como los astrónomos del siglo XIX, que el universo consiste en una única galaxia, la suya.nuestro planeta. Si el universo fuera estático, esta frontera, lo que llamamos horizonte de partículas, estaría a 13.800 millones de años luz. Sin embargo, se encuentra a una distancia mucho mayor, 46.000 millones de años luz. La razón es que el universo se está expandiendo, algo que también nos mostró Hubble en el artículo Relación entre distancia y velocidad radial en las nebulosas extragalácticas, publicado en 1929. El título, desde luego, no es nada sugerente para las implicaciones cosmológicas del resultado, pero sí es informativo. Hubble había medido cuidadosamente las velocidades y distancias de una muestra de galaxias, mostrando que estas se alejan de nosotros en todas las direcciones y que lo hacen más rápido cuanto más lejos están. Hubble fue muy cauto en sus conclusiones, pero las implicaciones eran claras. Hacía tan solo cinco años que el trabajo de este científico había expandido de manera dramática el tamaño del universo y ahora expandía el universo en sí. Para ilustrar como el resultado implica un universo en expansión, se suele usar el ejemplo de un bizcocho con nueces. Cuando lo metemos en el horno y empieza a crecer, todas las nueces ven al resto alejarse. Cuando el bizcocho dobla su tamaño, dos nueces separadas inicialmente un centímetro estarán a dos de distancia, mientras que las que estaban separadas tres, estarán separadas seis. Es decir, durante el mismo tiempo, la distancia entre las nueces más lejanas habrá aumentado tres veces más que la distancia entre las más cercanas, es decir, se habrán alejado tres veces más rápido. La radiación de fondo fue emitida en las primeras etapas del universo, pero su luz ha estado viajando por un universo en expansión unos 13.800 años hasta poder, finalmente, alcanzarnos. Sin embargo, esas regiones han seguido alejándose durante todo este tiempo y las manchas que vemos en la radiación de fondo han evolucionado para convertirse en galaxias y grupos de galaxias similares a las que nos rodean. Si pudiéramos detener la expansión del universo en este instante, necesitaríamos 46.000 millones de años más para que la luz de estas galaxias pudiera alcanzarnos. Sin embargo, no podemos detener la expansión del universo, y nunca podremos ver las galaxias en las que se han convertido estas manchas que vemos en la radiación de fondo, no importa cuánto tiempo esperemos. Esto es debido a que estas regiones se alejan de nosotros a velocidades mayores que las de la luz, por lo que la luz, por mucho que se esfuerce, nunca podrá cubrir la distancia que las separa de nosotros. En este sentido, el horizonte de partículas, el universo conocido, marca el límite visible del pasado del universo, pero no el universo con el que podemos interaccionar. Hace unos meses atrás veíamos, en imágenes obtenidas con el James Webb Space Telescope, galaxias cuya luz pudo haber sido emitida hace 13.500 millones de años. Galaxias recién formadas, habitando un universo bebé de apenas 300.000 años de edad. Estas imágenes son, de alguna manera, imágenes de galaxias fantasmas, que ahora mismo están en una región del universo con la que nunca podremos interactuar, ¿podemos decir entonces que forman parte de nuestro universo? Definamos entonces el límite del universo con el que podemos interaccionar. Dentro de este límite, y siempre que dispongamos de tiempo suficiente, todavía podemos recibir la luz que las galaxias emiten ahora. Esta es la región del universo cuya velocidad de expansión está por debajo de la velocidad de la luz y su frontera se encuentra a 16.000 millones de años luz. Esta frontera se denomina horizonte de sucesos, por analogía con el horizonte de eventos de un agujero negro y marca el límite del universo con el cual podemos intercambiar información. La triste noticia es que si los modelos más aceptados del universo son correctos, el número de galaxias que podremos ver en el futuro se irá reduciendo, hasta que llegue un momento en el que todo desaparezca de nuestra vista. Bueno, quizá no todo, porque no todas las regiones del universo se están expandiendo. Al igual que las nueces de nuestro bizcocho, las galaxias no se expanden, ni la tierra, ni los árboles, ni nosotros. El grupo local en el que nos encontramos no se está expandiendo y, de hecho, la galaxia de Andrómeda se está acercando a nosotros atraída por la gravedad. Sin embargo, esta gravedad hará que todas las galaxias que no se alejan, se acaban acercando más y más, hasta fusionarse en una sola, que será la única que podrán observar los astrónomos que la habiten. Ellos no podrán medir las velocidades o las distancias de otras galaxias para saber que el universo se expande y, lo más probable es que vuelvan a pensar, como los astrónomos del siglo XIX, que el universo consiste en una única galaxia, la suya.

martes, 9 de abril de 2024

EL REINO PERDIDO DEL PAITITI: Una búsqueda infructuosa a través de la historia

Para los escépticos, el reino perdido del Paititi no es más que una fantasía, un refugio psicológico de los antiguos cusqueños para depositar la frustración de su derrota. Sin embargo hay otros que no descartan la posibilidad de su existencia real, aportando evidencia tras largos viajes de exploración. El reino del Paititi habría sido un conjunto de ciudades conectadas a la red de túneles andinos, que habrían servido como último refugio a los supervivientes del imperio incaico, cuyo origen se remontaría a la noche de los tiempos. En el Paititi, según el relato de los ancianos de los Andes, vive el Inca Rey soberano Intipchurrin (hijo del Sol) quien hasta hoy reina en silencio, preparándose para restaurar el interrumpido orden del universo. Aquel lugar era la última avanzada que alcanzaron cien años antes de la llegada europea, los ejércitos imperiales del inca Túpac Yupanqui. La difícil geografía y la resistencia de las tribus del lugar llevaron al inca a un tratado con el gran padre (Yaya) señor del Paititi. En memoria de tal acuerdo se erigió una ciudad en la meseta del Pantiacolla, conectada con Paucartambo por siete depósitos de aprovisionamiento (tambos). Al pie de la ciudad se habría construido una laguna negra y cuadrada de la que partía un camino de lajas que la conectaba con ella. La ciudad se encontraba en la naciente de un río que caía hacia un abismo, dando lugar a una exótica cascada. La montaña estaba atravesada de un lado a otro por profundas cavernas con múltiples ramificaciones. Este laberinto formaba parte de lo que los lugareños reconocían como un santuario, por cuanto se veía salir del interior de las grutas a unos hombres muy altos vestidos con túnicas blancas, los primeros guardianes llamados Paco-Pacuris, supervivientes de una civilización altamente desarrollada que se habría extendido en el pasado por toda la región amazónica desde la vertiente de la cordillera oriental hasta la confluencia de los ríos Madre de Dios y Beni en Bolivia, y que habría sido arrasada por una inundación provocada por las ultimas deglaciaciones. La ciudad construida se llamó Paiquinquin Qosqo, que significa la ciudad gemela al Cuzco, y se encontraba al final de un cañón recóndito, en un valle en forma de cono volcánico y con un microclima propio. Según el misionero Francisco de Cale (1686), al Paititi se llega tras 5 días de marcha desde el Cuzco. La gran serpiente Amarumayo, antiguo nombre del río Madre de Dios, se interna en una región temida por los quechuas. Este ofidio imaginario de proporciones descomunales era un dios, cuyo cauce se alimenta de una decena de ríos. Apucantiti es la última gran montaña desde la cual se divisa todo. Aquí empieza el legendario valle prohibido de la luna azul, refugio de los Amaru u hombres serpiente, que emigraron hace más de 500 años, al derrumbarse el imperio del sol. Culturalmente esta región es uno de los países fabulosos de América que incitaron la codicia de los conquistadores. Es así que en su búsqueda salió del Cuzco a mediados del s. XVI la primera expedición española, jefaturada por Francisco de Aquino terminando con muy malos resultados. En 1588 hay otro intento a cargo del hispano Juan Álvarez de Maldonado teniendo un triste final. Al poco tiempo se descubre en la selva cuzqueña, parte de la ciudad incaica de Vilcabamba “La Grande” o la “Gran Vilcabamba”, incendiada y abandonada. Es interesante comprobar el título de “Gran” que se le da a este espacio geográfico, cabiendo la posibilidad que ello responda a una influencia posterior y masónica del s. XVIII. Recordemos que en esta ciudad de piedra se ubicaron doscientos años antes los últimos cuatro Incas, y que la historia los califica como los Incas de Vilcabamba, “rebeldes” ante su decidida actitud contra la invasión española. Ella duro un periodo de casi 70 años, comenzando por Manco Inca quien ataco y resistió durante cuarenta años, continuando su hijo Sayri Túpac quien firmó un tratado de paz en 1561. Esto quedo desconocido a su muerte por su sucesor Titu Cusi Yupanqui, siguiendo la lucha Túpac Amaru I hasta que fuera capturado y decapitado en el Cuzco en 1572. De estos momentos es el reconocido cronista Juan de Betanzos, designado parlamentario por los capitanes españoles antes los Incas de Vilcabamba. Este, según Raúl Porras Barrenechea traslado casi literalmente los cantares épicos del Tahuwantisuyo en su texto Suma y Narración de los Incas (Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial). Al respecto, en 1987 la perseverante historiadora española Maria del Carmen Martín Rubio, en unos muy antiguos archivos de la isla de Mallorca encontró un manuscrito de Betanzos del año 1572, en que precisamente describió la Vílcabamba que conoció. Conviene anotar que en Mallorca hay una vieja provincia y villa llamada “Inca”. Sobre el particular recientemente el arqueólogo peruano Mario Polia con más de treinta años estudiando las civilizaciones pre-hispánicas del Perú, halló en el Vaticano antiguos documentos de sacerdotes misioneros jesuitas que aseguraban haberse relacionado en el s. XVI con gente aborigen de la región del Paititi. Durante el s. XVII el Gran Paititi pasara desapercibido. A mediados de los años 1700 resurgirán nuevamente comentarios de su existencia, sobre todo en el Cuzco. Así cuando la rebelión del mes de mayo del año 1742, en la ceja de selva central y que lidera Juan Santos Atahualpa (de quien se cree tuvo influencia masónica), se sabía “que un primo hermano suyo estaba reinando en el Gran Paitití”, conforme lo trascribe el Dr. Franklin Pease García Irígoyen en su excelente trabajo Antecedentes Mesiánicos al Alzamiento de Túpac Amaru II. En los tiempos siguientes, sobre todo en el s. XIX el Gran Paititi es relacionado con “El Dorado” bajo la visión de encontrar tesoros, lo que atrajo nuevas expediciones. Así, el norteamericano Hiran Bingham por encargo de la National Geographic Society, encontró Machu Picchu cuando estaba buscando el Paititi. En esa misma dirección en 1921, el sacerdote Vicente Cenita Goya, en la selva de Pusharo-Cuzco y en zona “machiguenga” descubrió petroglifos inscritos sobre una inmensa roca de 11 metros de largo y por dos de ancho, sustentando ser “vestigios de una civilización de la que no se tenía noticia”. Fue en esta zona y al año siguiente donde el coronel inglés Percy Fawcett y su hijo Jack, fueron asesinados por los selváticos al pretender ingresar a ella. Cabe precisar que detrás del Santuario Mayor del gran templo inca del Coricancha (templo del Sol), existe una entrada llamada de la gran Chingana, que es un túnel que comunica el santuario con la fortaleza de Sacsayhuamán, situada en las alturas del Cuzco y construida con piedras de varias toneladas. Este túnel fue usado en el siglo XVI, durante la invasión española - que se sumó a la guerra fratricida el Inca Huáscar y el bastardo Atahualpa por el imperio incaico - cuando el príncipe Inca Choque Auqui (Príncipe Dorado) abandono en medio de aquella crisis, el palacio de Amarucancha llevándose la momia de su padre Huayna Capac y una estatua del mismo en oro, que envolvía su corazón momificado, llamado Wauke. El príncipe huyo en compañía de sus maestros (Amautas), archiveros (Quipucamayocs), sacerdotes (Willajs), vírgenes del sol (Acllas), nobles (Orejones) y algunos guerreros, escapando de la inminente invasión de los hombres de Atahualpa. Así, vista en peligro su ciudad, la élite social e intelectual cusqueña habría fundado “otro Cuzco” siguiendo el camino de los antiguos, hacia un oasis de paz para salvaguardar los tesoros de su imperio. Se mantendrían allí, aislados hasta que el orden cósmico fuese restituido, y tanto la sabiduría como el conocimiento transmitido por los dioses volvieran a imponerse. El tesoro guardado en aquella región apartada no estaba formado solo por joyas u oro. Paititi guardaría una estirpe de hijos de dioses, de sacerdotes así como el conocimiento secreto del culto solar. Se oculta allí la historia secular de un pueblo que unió la tierra con el cielo, sintetizando todo el saber de las culturas que lo precedieron. Las crónicas españolas relatan que Paititi fue construido y habitado luego de la caída del Imperio Incaico. El cronista Martin de Maúrtua (Crónica, 1677) relata que una vez dominado el Cuzco, uno de sus habitantes fue interrogado: ¿Dónde está el Inca? -le habría preguntado un español -. El Inca, la corona y muchas otras cosas más -habría contestado- están en la unión del río Paititi y el río Pamara (desaparecidos en el tiempo) a tres días del río Manu. Al respecto, existe un viejo mapa realizado en el siglo XVII en el museo eclesiástico del Cuzco, que fue traducido del quechua por unos misioneros jesuitas. Sobre el fondo del mapa están dibujados ríos y montañas. Alrededor del mapa se lee: “Corazón del corazón, tierra india del Paititi, a cuyas gentes se llama indios: todos los reinos limitan con él, pero él no limita con ninguno”. En el centro y arriba: “Estos son los reinos del Paititi, donde se tiene el poder de hacer y desear, donde el burgués solo encontrara comida y el poeta tal vez pueda abrir la puerta cerrada desde antiguo, del mas purísimo amor”. En la parte inferior derecha: “Aquí puede verse el color del canto de los pájaros invisibles”. Estas frases crípticas forman parte de la leyenda. Hasta la fecha, más de diez expediciones han fracasado en su intento de alcanzar este mítico reino. Aviones y helicópteros que se acercan a la zona sufren con extrañas averías o repentinos cambios de tiempo. Las fotografías satelitales encuentran el lugar con espesas nubes. La zona posee una especial anomalía. Muchas expediciones han recorrido diferentes caminos para intentar llegar al mítico reino. Uno de ellos es el que saliendo del Cuzco, por una carretera se llega a Oropesa luego de pasar por San Jerónimo, más adelante y hacia la izquierda se toma un desvió de carretera afirmada de tierra y piedra que suben en zig zag empinadas cuestas, para luego de muchas horas de viaje llegar a Paucartambo, de allí se desciende desde la localidad de tres cruces por el valle de Cosñipata hasta Pilcopata donde se encuentra parte del camino inca y finalmente a Shintuya, ultimo centro civilizado, en Madre de Dios, formado por una pequeña misión de padres domínicos a orillas del río Madre de Dios. Desde Shintuya se continúa en barcas a motor, y al cabo de cinco horas, se llega a la desembocadura del río Palotoa. A 15 km. de la desembocadura del Palotoa el trayecto a pie empieza. En algún recodo del rió, se llega a una aldea Machiguenga. Es recomendable establecer un campamento en la orilla opuesta a la aldea principal. Para llegar a ella se debe recorrer cerca de dos días. Una vez en ella se debe esperar una autorización para cruzar el rió Siskibenia y llegar a la piedra de Pusharo. Por cierto, Pusharo, es un lugar sagrado donde se encuentra una gigantesca pared rocosa llena de extraños e indescifrables petroglifos que para algunos representa un mapa de la ruta al Paititi. Esta gran pared lítica - que se encuentra en la margen derecha del río Palotoa afluente del río alto Madre de Dios - contiene grabados diversos signos y figuras totalmente desconocidas. Estos petroglifos fueron avizorados inicialmente en 1921, por el domínico Vicente de Cenitagoya; los visito posteriormente el médico y explorador peruano Carlos Neuenschwander Landa, quien cree haber identificado entre esos enigmáticos ideogramas un mándala, quizá de origen sánscrito, el cual se encuentra encerrada en un círculo; el padre Torrealba (1970); y el arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig (1980) entre otros. Desde el punto de vista arqueológico, no hay al presente explicación satisfactoria acerca de los diseños de Pantiacolla, ni correlaciones con otras culturas, se ignora así mismo la edad de estos petroglifos. Sin embargo algunos investigadores creen que representa un medio para llegar al mítico reino de Paititi. En dirección a las nacientes del río Siskibenia, se abre un cañón (Maisnique), que es considerada zona prohibida, ya que en ella viven “los hombres vestidos de blanco”. El cañón tiene una longitud de cuatro kilómetros, de allí hasta la meseta de Panticolla hay casi 45 km. de selva virgen. A los tres días se llega al pie de la meseta de Panticolla, pudiendo observarse la entrada de la caverna en forma de corazón hasta el interior de la montaña. De allí en adelante es tierra prohibida. Según las leyendas, más allá debe hallarse él mítico cerro en forma de puño con cinco puntas, delante otro cerro más, luego las caídas de agua, más allá la laguna rectangular, y muy cerca la ciudad de Pantiacolla centro neurálgico del mítico reino del Paititi. Si bien hace algunos años - de lo que dimos cuenta en su momento - fueron localizados desde el aire lo que parece ser una serie de estructuras piramidales cubiertas por la selva, llegar a ellas por tierra es prácticamente imposible, por lo que el misterio continúa. ¿Serán descubiertas alguna vez?

martes, 2 de abril de 2024

HISTORIAS DE MIEDO: Las cabezas voladoras

Se trata de historias reales contadas por sus protagonistas y que han ocurrido - y aun suceden - a lo largo del Perú, quienes han sido testigos de esta clase de fenómenos de los cuales han formado parte sin proponérselo. Relatados a su manera y que presentamos entrecomillados para todos ustedes. La primera entrega de esta serie, trata sobre las cabezas voladoras, un mito muy conocido en el sur del país andino - especialmente en Tacna, Moquegua, Cuzco y Puno - de los cuales se dice que tienen la capacidad de flotar por los aires, dando sustos con su terrible aspecto, llorando y gimiendo en las noches, anunciando desgracias a quien las ve. Se afirma que estas cabezas provienen de las brujas, quienes tienen la habilidad de separarlos de su cuerpo. Pero mientras dura el hechizo, el cuerpo espera inerte a que la cabeza voladora regrese, luego de haber conseguido sus macabros fines. También llamadas Ayapumas, Uma Tacta o Uma-waqya - cabeza de muerto en lengua indígena - un nombre que varía según la zona donde aparecen, se tratan al parecer de almas en pena, sumamente agresivas y violentas que pagan sus culpas vagando por los caminos solitarios, siempre al acecho a sus víctimas, preferentemente hombres, buscando pasar entre sus piernas para que se enfermen y mueran al día siguiente, pero de no lograrlo, puede matarlos golpeándolos fuertemente en el pecho y beber su sangre. Una de esas criaturas puede ser identificada fácilmente si se advierte que en el pueblo existe una mujer vieja de cabellos largos que no sale de su hogar ciertos días de la semana. Según la tradición, esto debido a que en esas fechas la cabeza del espectro ronda los valles y caminos cercanos al pueblo en búsqueda de algún incauto. Sin embargo, la Ayapuma no es invencible. El orificio en el cuello que deja atrás cuando sale a cazar puede ser untado de sal o cenizas para impedir que ambas partes vuelvan a unirse. Esto provoca que la bruja continúe errante en búsqueda de un nuevo dueño, situación que pone en vilo a los viajeros que recorren los caminos de noche, ya que pueden apoderarse del cuello de su víctima originando así un cuerpo bicéfalo. Sus únicos temores, son las altas plantaciones de los campos, ya que debido a su vuelo bajo pueden quedar atoradas en la vegetación, quedando indefensa ante la luz del sol, que generalmente termina matándolas. Quien tuvo un encuentro con ese ser demoniaco fue un campesino cuzqueño llamado Nemesio Poma, natural de Espinar, quien nos da su versión al respecto: “Tras un día de trabajo en el pueblo, regresaba a mi casa chacchando (masticando coca, agrego yo), con mi botella de aguardiente en la mano y mi lampa al hombro. Iba pensando en mis cosas, pero al darme cuenta que estaba oscureciendo, tuve que apurar el paso y tome un atajo por la quebrada, pero al cruzarlo, escuche unos ruidos entre los arbustos, así que me acerque pensando que era una vizcacha (especie de roedor similar al conejo, pero con cola, anoto) que había quedado atrapada y pensé capturarla. Pero grande fue mi sorpresa cuando descubrí que se trataba de una Ayapuma, cuyos cabellos habían quedado enredados entre las ramas y no pude contener la risa escupiendo la bola de coca de la boca al ver el parecido que tenía con mi suegra ‘¿Así que eres bruja? Con lo mala y fea ya me parecía’, le dije, mientras tomaba mi aguardiente de la botella. La Ayapuma solo me miraba con odio, castañeado los dientes - ‘tac-tac-tac’ - por lo que le escupí lo que estaba tomando diciéndole ‘¿no puedes salir? Muérete vieja, ya que dicen que si antes del amanecer no regresas al cuerpo de donde te desprendiste, pereces’. Me aleje de allí riendo, no sin antes tirarle la botella vacía que le cayó en toda la cara. Iba por el camino cuando al poco tiempo escuche unos gritos que decían ‘tac-tac-tac’ cerca de mí, y al darme la vuelta vi que era la cabeza de la bruja que me perseguía. Seguro pudo soltarse por el botellazo que le di. Presa de la ira le dije ‘¿porque me persigues caraj…?’ ‘¿Hasta cuándo me vas a hacer la vida imposible?’ En ese momento, se me acerco y quiso pasar entre mis piernas, ya que de esa manera moriría sin remedio y se apoderaría de mi alma. ‘Fuera mierd…’ le grite y con la lampa le di un tremendo golpe que cayó en una hondonada terminando enredada entre unas plantas espinosas. Para asegurarme que no escapara esta vez, baje hasta donde se encontraba y le prendí fuego, ardiendo hasta quedar ennegrecida e inmóvil. Escape como pude de allí y nunca más la volví a ver. Al día siguiente mi mujer me despertó entre alaridos afirmando que habían encontrado muerta a su madre y no tenía cabeza. ‘Y a mí que me importa, déjame dormir’, le grite y sonriendo seguí descansando. Lo que le paso a esa vieja bien merecido lo tuvo, pensé” termina el relato. No sé si a ustedes, pero a mí me ha gustado la historia. Lamentablemente, como esa criatura demoniaca existen muchas más en los Andes.

martes, 26 de marzo de 2024

EL TRIUNFO SOBRE LA MUERTE: El rito de la resurrección no es exclusivo del cristianismo

El misterio de la resurrección de Cristo es celebrado por el cristianismo hace más de dos mil años, pero el origen de la creencia en una vida más allá de la muerte se pierde en la noche de los tiempos. En efecto, teólogos y científicos están de acuerdo en que hace aproximadamente 80.000 años, el homo sapiens tomó conciencia de que iba morir. Eso lo diferenció del resto de animales, y lo llevó a preguntarse si había una existencia posterior a esta vida. Así nacieron los ritos funerarios y los entierros. Y con el correr del tiempo - en sociedades agrícolas antiguas -, los ciclos vinculados con la siembra, el florecimiento y la cosecha no solo estaban asociados con los solsticios y equinoccios, sino también con diversas creencias. Se dice que un dios fenicio como Melkart, venerado dos mil años antes de Cristo, moría cada verano con el fin de las cosechas y resucitaba en la primavera con el florecimiento de las plantas. Por eso, esta deidad era considerada como símbolo de fertilidad y vida. Las mismas características eran otorgadas a Osiris, quien para los egipcios antiguos fue el creador de la agricultura y la religión. Según el relato mítico del filósofo griego Plutarco (siglo I), Osiris fue engendrado por Rea (Nut), la diosa del cielo, y por Cronos (Geb), el dios de la tierra. Casado con su hermana Isis, trajo la civilización a Egipto. Les enseñó a los seres humanos a labrar los campos, a pescar y a construir templos, pero pronto fue víctima de la envidia de su hermano Tifón (Seth). Durante un banquete, este le tendió una trampa y lo encerró en un cofre que arrojó al río Nilo. El cuerpo inerte de Osiris fue rescatado y escondido por Isis, pero pronto Tifón lo descubrió y enfurecido lo cortó en 14 pedazos que diseminó por todo Egipto. Conmovida, la viuda se dedicó a reunir los fragmentos y con la ayuda de su hermana gemela Neftis, devolvió a Osiris a la vida. A partir de entonces, el dios reinó sobre los muertos. “Todos estos relatos son ciclos que tienen que ver con la agricultura, algo que nosotros, aquí en el mundo andino, también conocemos. Uno siembra, la planta madura y luego desaparece para volver a regresar. La idea de resurrección tiene su origen en el antiguo Egipto y luego pasa al cristianismo. Es el reino de las sombras, como en el mito de Isis y Osiris, porque simple y llanamente uno regresa a sus antepasados. En el hinduismo y en el budismo en cambio, se habla de la reencarnación, y significa que uno tiene que volver a nacer. En occidente se cómo algo atractivo, pero en la tradición hindú se trata más bien de una condena. La idea del hindú y del budista es deshacerse de todo lo que nos ata a este mundo, por eso uno debe salir de ese círculo de la reencarnación, y prepararse para el mundo metafísico que es el mundo de Brahma, donde ya no hay nada concreto y uno tiene que diluirse en el cosmos. Esa es la idea de la salvación en el hinduismo y en el budismo. Cabe precisar que el término resurrección es una palabra particular en el cristianismo y, en todo caso, esta es la primera religión que asume doctrinalmente la resurrección como un elemento fundamental de la fe. El descubrimiento del deseo de trascendencia en el homo sapiens fue fundamental para su evolución. Cuando el sapiens en lugar de dejar a sus muertos a la intemperie para que se pudrieran, los entierra, ahí se genera un gran cambio. Ahí va surgiendo la creencia de una vida más allá de la muerte. Si todavía la religión tiene algo que decir es sobre esa condición metafísica del ser humano que busca ir más allá de sí mismo y aspirar a algo más. Pero la pregunta de la resurrección cristiana nos trae al tema de la Semana Santa, cuando el sábado por la noche y la madrugada del domingo se produce ese evento que se recuerda cada año y es la culminación de todo un proceso que Jesús asume voluntariamente. El evangelista Juan destaca que, en el diálogo con sus discípulos, Jesús dice: ‘a mí nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente’. Él muere como consecuencia de su modo de vida, una vida entregada a su padre para cumplir con la misión que había recibido: comunicar el mensaje de salvación, que es un mensaje de justicia, de igualdad, de una vida de confianza en Dios. Luego, la teología dice que Jesús muere para salvar a los seres humanos de sus pecados y restituirles el paraíso perdido, como era en el principio. ¿Cómo entender en términos actuales la idea de la resurrección? Es pensar que el yo va a mantener su identidad como persona, más no se debe creer que uno regresará con su cuerpo físico. No es fácil entenderla en el contexto occidental posmoderno porque en la sociedad secularizada la vida es lo que es. La trascendencia no es un tema en la sociedad secular. Tal vez una manera de enfocar la resurrección hoy sea estos intentos de recurrir a las biotecnologias para superar la enfermedad. Autores como Yuval Noah Harari, en su libro Homo Deus, dicen que ese es uno de los temas centrales del futuro de la humanidad, el vencer a la muerte. Es decir traer la vida eterna al presente. Mientras proyectos científicos como Gilgamesh, inspirados en el héroe que buscó infructuosamente vencer a la muerte, apuntan en esa dirección marcada por Harari, el relato bíblico nos dice que al amanecer de un domingo unas mujeres llegaron al sepulcro de Jesús con especias aromáticas y lo encontraron vacío. Entonces, solo escucharon una voz resplandeciente que les dijo: “¿Por qué buscan entre los muertos al que esta vivo?”... Ahí empezó el cristianismo.

martes, 19 de marzo de 2024

INCREÍBLE HALLAZGO: Criaturas aladas parecidas a extraterrestres caminaron por la Tierra hace 1.000 años

Una noticia dada a conocer por The Daily Mirror, da cuenta sobre un sorprendente descubrimiento hecho en el Perú por un par de documentalistas británicos, quienes afirman haber hallado una nueva especie de antiguas criaturas extraterrestres con "alas o aletas" que caminaron alrededor de la Tierra hace más de 1.000 años, lo cual decidieron presentarlo en una conferencia de prensa en los EE.UU. En efecto, el pasado 12 de marzo en el Hotel Mondrian de Hollywood, Los Ángeles, los cineastas cazadores de extraterrestres Serena DC y Michael Mazzola mostraron una serie de imágenes nunca antes vistas de las criaturas descubiertas en una remota mina peruana. Si bien algunos escépticos han calificado de "falso" el descubrimiento al notar un sospechoso parecido de la criatura con el de ‘las momias alienígenas de Nazca’, tanto Serena y Michael afirmaron que las fotos prueban que descubrieron una nueva forma de vida. El dúo nominado al Emmy recalco haber realizado un descubrimiento importante para la humanidad, que debe ser exhaustivamente investigado por los especialistas. A ellos se unieron científicos, expertos forenses y abogados que dieron interpretaciones en vivo de las misteriosas criaturas frente a una gran audiencia. Este evento se produjo a los pocos días de que los realizadores del documental afirmaran haber descubierto en el país andino unas momias alienígenas pertenecientes al año 1000 d.C. agregando que los resultados de los rayos X indican que provienen de otro lugar de la galaxia. Añadieron que las criaturas aladas fueron descubiertas en la cueva de una montaña, poseen tres dedos y miden cuatro pies de altura. Al respecto, un análisis de ADN de las criaturas indicó que “el 30 por ciento del material genético no está identificado”. "Mi conclusión inicial al observar a estos seres es que estos cuerpos son una nueva especie anteriormente desconocida por la humanidad " indico Michael. “Es completamente surrealista y humillante enfrentar un misterio tan sorprendente y sentirse mal equipado para resolver el enigma ahora mismo. Es por ello que hacemos un llamado a los científicos de todo el mundo para que participen en estos estudios y nos ayuden a desentrañar el misterio de estos seres" puntualizó.

martes, 12 de marzo de 2024

¿VISITANTES DE OTROS MUNDOS?: Encuentros cercanos con un OVNI en Matucana

Una noticia dada a conocer por un diario local en 1973 y que pude rescatarlo del olvido, da cuenta del avistamiento de un OVNI (que por aquella época aun denominaban ‘platillo volador’) en la Carretera Central a la altura de Matucana, y que conecta Lima con el centro del país, que corre paralelo al rio Rímac en medio de la Cordillera de los Andes, que por algún motivo especial que desconocemos, es habitualmente un lugar donde se dan este tipo de encuentros con naves alienígenas, que a lo mejor - pienso - pueden tener sus bases en el interior de las montañas o de alguna de sus lagunas. Mejor vayamos con la historia tal como apareció impresa: “Descender de su auto para comer unas mandarinas, le proporcionó a un taxista una de las aventuras más extraordinarias de su vida. Debido a ello no solo pido observar a un platillo volador a una distancia muy cercana, sino también intento fotografiarlo. En efecto, para Hugo Luyo Vega, el viernes 19 de este mes será un día que difícilmente podrá olvidar. Era alrededor de las tres de la tarde y volvía a Lima con un cliente desde la localidad de Matucana, cuando de pronto este le pidió hacer un alto para saborear unas mandarinas que había comprado por el camino. ‘Fue en realidad la parada de la suerte’ refirió Luyo Vega a este diario, porque allí sucedió algo que jamás pensó: ‘A unos pocos metros divisamos el platillo volador. Las piernas me temblaban, la respiración fue más rápida. Ninguno de los dos dijo palabra alguna. Por mi mente corrieron una serie de ideas, pero pude calmar mi nerviosismo y corrí a sacar mi cámara fotográfica. Y disparé como pude’ afirmo. Luyo Vega uso para la foto una Polaroid y solo pudo disparar una vez. ‘El platillo volador se movía al comienzo muy lentamente, pero en un momento se elevó rápidamente para perderse en el infinito, por lo que solo pude tomarle una foto’ explicó Luyo Vega a nuestros cronistas. ‘Lamentablemente su figura salió algo borrosa. Sin embargo, esto fue suficiente para demostrar que se trataba de un verdadero platillo volador. No una cosa inventada ni mucho menos’ añadió, al mismo tiempo que nos enseñaba la fotografía, en la cual solo se apreciaba una mancha oscura indeterminada. ‘Cuando vimos el objeto, se encontraba a la altura de nuestros ojos’ agrego, intentando ser convincente en su declaración. La zona donde ocurrió el encuentro, queda aproximadamente a la altura del kilómetro 54 de la Carretera Central. ‘Por una inmensa quebrada sobre el rio Rímac, apareció el platillo volador moviéndose muy lentamente sin hacer ruido alguno. Mi cliente y yo quedamos muy estáticos’ prosiguió. Y seguidamente lo describe de la siguiente manera: ‘Su color era oscuro. De la parte inferior se desprendía una luz fija de color blanco y tenía unas pequeñas ventanas rojas a su alrededor que se veían perfectamente. Terminaba el plato en una plataforma grande de unos 10 metros de diámetro que no dejaba de girar sin hacer ruido alguno’. Continua con su relato: ‘Recién a los 20 minutos de ocurrido el hecho, los dos salimos de nuestro asombro. Todavía no reanude la marcha del vehículo en vista de que seguíamos haciendo comentarios de lo observado’. Finalmente, cuando le preguntamos por el nombre del cliente para que nos cuente su experiencia, Luyo Vega guardo reserva. “Es una persona adinerada que prefiere pasar desapercibida’ fueron sus palabras finales” puntualiza la nota. En realidad no sé si creerle o no. En todo caso, ahí tienen su historia ¿Vale?

martes, 5 de marzo de 2024

ENIGMA DE LAS PROFUNDIDADES: La cadena de oro de Huáscar

Cuentan los cronistas españoles que el Inca Huayna Cápac, en el apogeo de su gobierno, mandó fabricar en uno de los más grandes talleres de orfebrería, una "waskja" (cadena), de donde deriva el nombre de Huáscar, de oro puro, “de unos 200 metros de largo y el grosor del antebrazo”, que en la fiesta de bautizo en la que debía tomar nombre el primogénito, abarcó todo el contorno de la Plaza Mayor del Cuzco suspendida de las manos de los nobles (Cabe precisar que por aquella época, la plaza era más grande de la que hoy se conoce actualmente, ya que también abarcaba las actuales plazas del Regocijo y San Francisco, siendo reducida en su tamaño por los españoles que levantaron edificaciones para dividirla). Así, en medio de cánticos e himnos al Sol, fue paseado el futuro heredero del trono, quien fuera coronado posteriormente como soberano a la muerte de Huayna Cápac. Se afirma que Huáscar decidió que la cadena se conservase en el Palacio del Amarucancha - donde hoy se levanta el Templo de la Compañía de Jesús - en una sala sagrada: la de los Amarus o serpientes. Pero tras iniciarse la guerra fratricida entre Huáscar y el bastardo Atahualpa, que finalizó con la derrota del primero, y luego de una carnicería espantosa de la familia y partidarios del vencido, las huestes del usurpador profanaron la ciudad sagrada, los templos y demás edificios; hallando la cadena, que pretendieron ofrecérselo a Atahualpa una vez que este llegase a la capital imperial desde Quito para coronarse en el Templo del Coricancha. En esos menesteres se hallaban cuando se produjo la captura de bastardo en Cajamarca, gracias a una hábil estrategia de los audaces expedicionarios españoles liderados por Francisco Pizarro. El usurpador ofreció a sus captores una gran cantidad de oro a cambio de su libertad y al ser aceptado si ofrecimiento, ordeno traer a Cajamarca desde todos los rincones del Imperio las riquezas prometidas, Así sucedió, pero la extremada lentitud de la llegada de los tesoros exasperó a Pizarro - quien al enterarse además que desde su prisión Atahualpa había ordenado la muerte de Huáscar, a quien su gente tenía cautivo - lo acuso de regicida y traidor, por lo que decreto su muerte, siendo estrangulado inmediatamente. Al enterarse en el Cusco de la ignominiosa muerte del bastardo usurpador, decidieron esconder todas las riquezas que se acumulaban en templos y palacios para ponerlos a salvo de la codicia europea. La rapidez con que lo hicieron determinó que en varias ocasiones, rebaños enteros de llamas que llevaban el preciado cargamento fueron arrojados a las lagunas que existen a lo largo de la Cordillera de los Andes, entre ellos la pesada cadena de oro, que terminó en el fondo de la laguna de Urcos, ubicado junto a la villa del mismo nombre, a unos 49 km del Cuzco, en la provincia de Quispicanchis. De 400 metros de largo y aguas color azul verdoso, además de albergar variedad de peces y aves marinas, también encierra entre sus aguas, historia y tradición. No es de extrañar que desde entonces, principalmente durante los felices tiempos del Virreynato y entrado el siglo XIX, se han contado por decenas las empresas particulares que han tratado de desaguar la laguna, sin éxito, buscando la mítica cadena; Incluso algunos arqueólogos lo han intentado hace unos años, aunque su localización ha sido infructuosa debido especialmente a que es muy profundo y es peligroso llegar hasta el fondo ¿Sera finalmente encontrada la cadena? Vaya uno a saber.

martes, 27 de febrero de 2024

WAWI WAWI: El llanto inconsolable de los niños dioses

Ubicado en el valle del Mantaro (en el centro del Perú) se encuentra el enigmático complejo de Wawi Wawi, con torreones simulan viejos castillos, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos y del cual circulan numerosas leyendas acerca de la maldición de los ‘dioses’ que dieron origen al lugar. Al respecto, un nativo de la zona, contó una historia que a su vez le relataron sus padres, y a ellos sus abuelos. Dice más o menos así: “En tiempos antiguos, los dioses solían frecuentar la zona y en una ocasión encontraron a una doncella muy bella, nacida en un ayllu en el valle del Mantaro. Su perfección era tal que los dioses se pelearon por conquistarla. Un día, en medio de la pugna, Pachacámac la embarazó. Enfurecidos, los otros dioses les lanzaron una maldición: los hijos que nacieran de este encuentro serían convertidos en arcilla. De esta manera, las criaturas recién nacidas adoptaban las formaciones cónicas de arcilla que podemos ver, mientras Pachacámac con todo su poder no podía deshacer la maldición porque los otros dioses eran tan poderosos como él. Así, cuando la doncella murió de pena al ver de esa manera a sus hijos, el dios partió en busca de venganza y nunca más se le volvió a ver. Desde entonces, cada vez que el viento sopla con fuerza, recorre apresurado los túneles formados por las lluvias y el tiempo en el interior de los gigantescos montes de arcilla, se oye una especie de lamento en su interior. Es el llanto de los niños dioses” aseveró. Precisamente su nombre - Wawi Wawi - significa ‘bebe bebe’ en su quechua, para realzar su origen. Estas extrañas formaciones tienen entre 10 y 40 metros de alto y prácticamente son de arcilla blanca y un conjunto de piedras moldeadas por el sol, el viento y las lluvias. Estas llevan miles de años y hasta ahora no se han visto afectadas por la mano de quienes viven en sus alrededores, en la comunidad de San Juan de Mata Ulo, en el distrito de Mito (Concepción, Junín). Lo interesante de este complejo es que no solo son los torreones, sino todo un bosque, cercano al concepto que se tiene de un gran cañón; Pero para apreciar esta maravilla geológica, lo más recomendable es llegar a la cima, pero es muy peligroso, por lo que un mal paso puede ser perjudicial para el intrépido que intente hacerlo desprevenido. Esta hazaña de alcanzar la cima no es nada fácil. Para recorrer parte de este bosque geológico de 6 hectáreas se necesitan al menos dos horas, un buen físico y mucha osadía. Luego de llegar con el corazón acelerado, el aullido del viento frío relaja los sentidos. Por cierto, Wawi Wawi ya era venerado por los primeros pobladores, prueba de ello es que se encontró herramientas de caza de la época neolítica, piezas que se están perdiendo porque en los alrededores los pobladores usan el terreno como sembrío, extraviándose de esta manera pedazos de su historia. Estos enormes torreones de 40 metros pueden ser vistos en toda su extensión desde un drone, que nos muestra su grandiosidad. No cabe duda que Wawi Wawi es una fuente de historia viva para los estudiosos de la geología y de la historia. La misma que se está perdiendo por la agricultura de la zona. Solo les quedaría a las nuevas autoridades revalorizar está casi desconocida joya de la naturaleza.

martes, 20 de febrero de 2024

NUESTRO DESTINO ES INEVITABLE: ¿Cómo será el último día sobre la Tierra?

De vez en cuando llaman a la puerta de casa los miembros de alguna secta milenarista atemorizándonos con la inminente llegada del fin del mundo. Siempre nos informan que sólo los justos y los buenos se salvarán y, curiosamente, los únicos hombres buenos son, con toda justicia, ellos. Pero podemos dormir tranquilos. No hay ningún motivo para presuponer que esos terribles cataclismos cósmicos con los que nos pretenden asustar vayan a suceder en un futuro cercano, ya que antes podría ocurrir incluso un Apocalipsis nuclear como consecuencia de lo que está sucediendo en Ucrania. Sin embargo, sí es cierto que el fin del mundo llegará ineludiblemente sobre nosotros. Claro está, no se trata de algo inminente, sino de una hecatombe que tendrá lugar dentro de 7.000 millones de años, día arriba, día abajo. El culpable de todo será, ironías de la vida, quien hoy nos da la vida. El destino del Sol se conoce con bastante exactitud. Al igual que a los coches se les acaba el combustible, por lo que llegará el día en que se le terminará el hidrógeno en su centro, la zona del reactor de fusión. ¿Qué ocurrirá luego? El núcleo se contraerá y la envoltura se expandirá lentamente. Y de esa forma engullirá y volatilizará inicialmente tanto a Mercurio como a Venus. El calor liberado modificará totalmente el aspecto del sistema solar. No sólo vaporizará los planetas interiores, sino que llevará la primavera al cinturón de Kuiper, un almacén de cometas, asteroides y planetoides en la órbita de Neptuno y al que pertenece Plutón. Durante la expansión, la superficie solar se irá haciendo cada vez más fría e irá adquiriendo una tonalidad rojiza. Lo que no se sabe es si alcanzará la órbita de la Tierra antes de detener su expansión, aunque diversos estudios creen que si. Para cualquier astrónomo extraterrestre, dentro de 7.000 millones de años, el Sol no será una pequeña estrella amarilla sino una gigante roja, una estrella que habrá entrado en los últimos millones de años de su vida. En efecto, nuestro Sol será un anciano. Si la Tierra logra sobrevivir a la expansión, nos encontraremos ante un infierno sin vida, brillando con un color rojo pálido. Una Tierra que siempre mostrará una de sus caras al Sol debido a un peculiar efecto gravitatorio a largo plazo llamado acoplamiento de marea, de maneras que se sincronizan el periodo de rotación con el de traslación. En la parte del mundo iluminado por un Sol que cubre amenazante el cielo - ya que será 250 veces más grande de lo que es hoy - la superficie estará a más de 2000º C, con un océano de magma y rocas vaporizadas en un aire inflamado por el calor. Mientras, en la otra mitad de medianoche eterna las temperaturas son más difíciles de predecir: todo depende de si el planeta posee una atmósfera perceptible. En ese caso, los débiles vientos transportarían el calor del hemisferio diurno convirtiendo el lado oscuro en algo parecido a un tostador. Pero si por algún motivo no quedara una brizna de aire, el frío sería helador. El lugar más parecido es Mercurio, que con una débil atmósfera las temperaturas a mediodía alcanzan los 350º C –se funde el plomo- y por la noche se desploman a -170º C. Las predicciones para la Tierra determinan que la zona oscura será aún más fría, alrededor de -240º C. En un ambiente tan fantástico aparecen comportamientos climáticos exóticos. En el lado cálido, metales como el silicio, magnesio y hierro, junto con sus correspondientes óxidos, se evaporarán del océano de magma y pasarán a la atmósfera. Pero en la insólita zona crepuscular, o terminador, que separa el día de la noche perpetuas, estos vapores condensarán: lloverá hierro y quizá nieve monóxido de silicio. Ya en el lado oscuro la nieve será de potasio y sodio. El frío allí será suficiente para congelar el dióxido de carbono, el dióxido de azufre y el argón formando una inmensa capa bajo la cual podrá encontrarse hielo en estado puro, si es que todavía no se ha perdido toda el agua del planeta. Con suerte, en la zona crepuscular también podrá hallarse algo de agua líquida, triste recuerdo de quien en su día fue conocido como el planeta azul, y que termino convirtiéndose hace mucho en una roca muerta. Entretanto, mirando al cielo desde los océanos de magma, se observará un proceso extraordinario: las capas más externas de la estrella se irán perdiendo lentamente en el espacio en un proceso que durará varios millones de años para acabar formando una nebulosa planetaria. Los brillantes gases pasarán por nuestro planeta en un increíble espectáculo que durará millones de años creando una envoltura alrededor del Sistema Solar que acabará disipándose como un anillo de humo. Mientras, el núcleo del Sol se encogerá hasta convertirse en una enana blanca, donde la materia se encuentra tan comprimida que una sola cucharadita de enana blanca pesa más de una tonelada. Por desgracia, es muy posible que nuestro planeta no pueda asistir a semejante espectáculo. Según los cálculos de los astrónomos Klaus-Peter Schröder y Robert Connon Smith el Sol perderá la tercera parte de su masa en su evolución a gigante roja. En definitiva, cuando el Sol alcance la fase de gigante roja será 256 veces más grande y 2.730 veces más luminoso que hoy. La calcinada Tierra de seguir existiendo, prácticamente inmersa en la cromosfera solar, producirá en ella algo parecido a un chichón de gas que seguirá a nuestro planeta en su órbita. El rozamiento resultante lo frenará y finalmente caerá hacia la estrella. Fin del viaje. Mientras, el inmutable Sol seguirá su camino hacia su muerte como enana negra.

martes, 13 de febrero de 2024

LOS “EXTRATERRESTRES” GIGANTES DE YANYARINA: Atemorizantes criaturas salidas del mar

Algunos de los casos más extraños recopilados sobre los OVNIS han tenido como escenario las zonas costeras de nuestro planeta. Y es que las playas siempre han sido un lugar propicio para el encuentro con lo desconocido. Una de las más singulares experiencias de este tipo sucedió en la década de los setenta en el Perú. Al respecto, el periodista y ufólogo Rafael Mercado fue el encargado, tras más de 4 décadas de silencio, de rescatar este incidente del olvido. Tras muchas dificultades, Mercado consiguió entrevistar a los 2 únicos testigos que siguen con vida. El suceso, tal y como lo dio a conocer el diario Última Hora, ocurrió la madrugada del sábado 18 de noviembre de 1977 cuando 4 amigos acudieron a pescar, como tenían costumbre de hacer, a la solitaria playa de Yanyarina (Arequipa). El grupo lo formaban 4 compañeros mineros Francisco Rodríguez, Ricardo Palomino, Benjamín Mardini, Mario Cueto y su hijo. Sobre la 1:30 horas, al poco de estar en la zona, divisaron tres “platos” metálicos en el cielo con luces en su periferia de varios colores, que giraban sin parar. Destacaban sobre todo las luces amarillas y rojas. Los objetos estaban muy juntos. En ese momento, Mario les hizo señales luminosas con una linterna, y los objetos se detuvieron, aunque las luces de alrededor seguían girando. A continuación, los 3 “platos” descendieron lentamente hasta que se introdujeron en el océano. El cielo estaba completamente despejado y pudieron observar a la perfección toda la escena. Lo curioso es que Francisco llevaba siempre consigo una cámara fotográfica pero aquella noche no la había cogido. Ricardo dijo que se preguntaron ¿qué podría ser aquello? y Mario sin titubear respondió que eran “platillos volantes”. Aunque extrañados, continuaron pescando con total normalidad. Sobre las 5:00 horas, se desplazaron hacia otra parte de la playa para ver si había más pesca. Al poco tiempo, cansados, se quedaron dormidos. En un momento dado, Benjamín se despertó y observó un extraño objeto en la orilla. Ricardo recordaba ese momento ante el micrófono de Rafael Mercado, cuando Benjamín dijo de repente despertando a todo el grupo: “¿Qué es eso Mario? ¿Ha venido el ejército?”. Ante el asombro de los pescadores, a unos 50 o 70 metros de distancia aproximadamente, junto a la orilla había aparecido un artefacto plateado parecido a una “tanqueta” militar, sin duda proveniente de una de esas naves que se introdujeron en el océano. Con el reflejo de las olas del mar el objeto brillaba en la oscuridad de la noche. Movido por la curiosidad Mario decidió investigar, pese a que su compañero Francisco le dijo que: “Es peligroso, puede ser de otro planeta”. Entonces, cuando Mario decidió aproximarse al misterioso “vehículo”, los pescadores comprobaron que, dentro del mar, a no mucha distancia, había tres humanoides de gran estatura. Ricardo Palomino que en la actualidad tiene 75 años, dijo que eran: “hombres gigantes”. Los visitantes parecían completamente humanos, aunque su altura era considerable. Vestían unos monos plateados brillantes que les cubría todo el cuerpo. Llevaban botas y guantes. Eran delgados. Ricardo decía que: “No les pudimos ver el rostro, todo era plateado (…) caminaban como robots”. Lo más curioso, es que, por sus gestos, con los brazos en alto, parecían estar pescando en la zona, aunque no llevaban nada en las manos. Los testigos aseguran que incluso se escuchaba un sonido (silbido) parecido al que se realiza cuando se lanza el anzuelo al mar con una caña, aunque todos coincidían en que no tenían ningún utensilio de pesca entre las manos. Solo gesticulaban. Ricardo dice que, en ocasiones, las olas les golpeaban con violencia en el pecho, pero los humanoides parecían no inmutarse. Ni siquiera se movían. Cuando alguno de estos seres caminó fuera del agua, sobre la arena mojada, Ricardo comentó que parecía que desprendían humo por los pies y el hijo de Cueto afirmó que la arena “hervía” como en “pequeñas erupciones”. Pese a la sorpresa generalizada del resto del grupo de pescadores, Mario Cueto continuó con su idea de acercarse a la “tanqueta” para verla mejor. Y es que, según Ricardo, su amigo no sé amedrentaba con facilidad. Por el camino, uno de los humanoides se giró hacia el valeroso minero y con la cabeza gesticulaba de lado a lado (negando), como indicándole que no se acercara al artefacto. Sin embargo, Mario prosiguió su marcha hacia la “tanqueta” sin temor alguno. Cuando se hallaba a pocos metros comprobó que, en su interior, había un cuarto humanoide sentado comiendo una especie de “tortillas” de color melón. La comida estaba sobre una especie de “mesa”. La escena fue contemplada a través de una de las ventanillas del objeto. El tripulante de la “tanqueta” colocaba algunos restos de las “tortillas” junto a la ventanilla, por lo que Mario se acercó, cogió un trozo y lo ingirió. En ese momento sintió unas fuertes nauseas que le hizo vomitar sobre la arena. Regresó entre dolores junto a sus compañeros, y entonces ocurrió algo sorprendente. Todo el grupo se quedó dormido de repente. Y aunque no saben explicar cómo ocurrió, Ricardo relató que de pronto se sintieron cansados y se quedaron profundamente dormidos. Cuando se despertaron, tanto la “tanqueta” como los humanoides habían desaparecido. Entonces todos se acercaron a la orilla, ya que la marea estaba muy baja, para comprobar si había huellas en la zona. Pero inexplicablemente no encontraron ningún rastro, ni de las pisadas de los gigantes, ni del misterioso vehículo. Nada. Tal y como confesó Ricardo a Mercado aquel artefacto era una especie de “tanqueta” plateada, muy similar a la que utilizan los militares, hermética, con ventanillas, aparentemente sin ruedas, y podría medir unos 2 metros de altura por 3 o 4 metros de largo. Se da la circunstancia que Mario Cueto sufría frecuentes dolores por una ulcera de estómago, pero a los 5 o 6 meses del encuentro, tras comer aquella misteriosa “tortilla” dejó de tener dolencias. Su médico no se explicaba esta repentina curación. Según Ricardo, Última Hora también publicó en aquellas fechas una breve noticia sobre otros pescadores de Huacho que también tuvieron un encuentro similar con “gigantes plateados”. Pese a esto, los protagonistas de esta singular historia siempre permanecieron en silencio por temor al ridículo. Quienes eran estos seres, y de donde provenían los OSNIS - como hoy podría catalogarse a sus naves - que los trajeron, quedaron en el más profundo misterio.

martes, 6 de febrero de 2024

2024: ¡A que es el Año del Dragón!

Según la cosmología china, cada año está regido por un animal del zodíaco, y el Año del Dragón es uno de los más reverenciados y auspiciosos dentro de este ciclo de doce años. De esta manera, el Dragón, considerado un símbolo de poder, prosperidad y buena fortuna, se prepara para presidir este año a partir del próximo 10 de febrero, trayendo consigo una energía especial y significativa para millones de personas en todo el mundo. Generoso y lleno de vitalidad, para el Dragón la vida es constante movimiento. Egoísta, excéntrico y muy exigente consigo mismo, sin embargo, no le falta nunca su legión de admiradores que también disfrutan de sus múltiples virtudes. Un Dragón simboliza el poder y la riqueza; es encantador y brillante, despide vitalidad, fuerza y atrae por su magnetismo y extravagancia. Las personas nacidas bajo la influencia del Dragón cautivan por su carisma personal y están acompañadas de buena suerte. Se sienten atraídos por las cosas nuevas y extrañas, especialmente en el campo de la ciencia y la tecnología. Se muestran activos e interesados por el mundo que les rodea; les encanta participar en causas de gran envergadura. El Dragón puede alcanzar grandes sueños si logra dominar su imaginación y canalizar su enorme energía para encausar algunos de los tantos proyectos que se le ocurren y convierte en realidad. Si su energía, inteligencia y talento encuentran la vía adecuada pueden obtener grandes resultados. Sin embargo, su mayor debilidad es su egocentrismo, superficialidad y su necesidad de ser el centro de atención. Se pone bravo cuando se tropieza con alguien que no cae rendido a sus encantos y un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. La fortuna del Dragón se manifiesta en su increíble descaro para mantenerse indiferente frente a los acontecimientos y seguir firme en sus objetivos para encontrar el éxito. Destaca por su creatividad, originalidad e independencia; su mejor ámbito es la motivación del trabajo y prestarse a la competencia para imponer su opinión; que siempre será contraria a la de los demás. Su franqueza y sinceridad acompañadas de un gran idealismo hacen de él un Dragón utópico y soñador. Los Dragones pueden caer bien y se les ama con locura o caer mal y se les detesta con recelo; no hay términos medios; quien desee compartir la vida con uno de ellos debe pensar en proporcionar emociones explosivas y hacerle sentir único. Si hay que admirar, se enamorara, pero cuando se acabe el cariño también se acabara la relación. Y es que un Dragón puede ser ambicioso, carismático, noble, magnánimo y poderoso; pero con sus enemigos es despiadado, arrogante, despótico e intolerante. Venga, parece que me están describiendo punto por punto. ¿Qué se podía esperar?... Si soy un Dragón.

martes, 30 de enero de 2024

ÑO CARNAVALON: El demonio anda suelto

Durante el mes de febrero, un ser infernal “se apodera” de las fiestas de carnavales que se realizan en todo el Perú. Es el Ño Carnavalon, personaje central de la celebración. Así, desde Cajamarca hasta Puno - pasando por Ayacucho y Cuzco - este singular personaje representado bien como un demonio de enormes cuernos o por un grotesco muñeco de gran tamaño y una cabeza de enormes proporciones - ello varía de acuerdo a la región donde se celebra - regresa a la vida tras ser desenterrado, y recorre las calles de la ciudad anunciando el inicio de las fiestas, por lo que a su paso la población se llena de algarabía y lo acompaña con serpentinas, cantos, bailes y mucho talco que se aplica principalmente en el rostro y cabello. Pero como nada es eterno y las celebraciones llegan a su fin, se procede con el ‘entierro’ del personaje, acompañado de cervezas, membrillos, challas, serpentinas, todo lo necesario para desenterrarlo al año siguiente, e iniciar el próximo carnaval. Enterrar al Ño Carnavalón representa sepultar con el todo el pasado, mientras que el uso de colores vivos indica un nuevo nacimiento, una nueva vida. Sin embargo, en el Carnaval de Cajamarca, a diferencia del resto de celebraciones, este es quemado al concluir la semana principal. Según los aymaras, se dice que cuarenta días antes de Semana Santa hay que dar la bienvenida al Supay (el demonio, como se refieren al Ño Carnavalón) quien ‘duerme’ desde hace un año en el cerro protector, o Malku, de cada pueblo andino. Se le debe mantener a buen recaudo y hacerle un agradecimiento, porque es el alma de la fiesta, la alegría, la fertilidad, el espíritu de los cultivos y el padre protector, de quienes están esperando su llegada cada año. Pero Ño Carnavalón, no resucita por nada; su vuelta a la vida da inicio al Carnaval, la festividad estrella de las comunidades andinas, que marca el paso de una temporada a otra. Una semana para celebrar la fertilidad, abundancia, y agradecer a la Pachamama, al hogar y a los Malku o cerros sagrados, espíritus tutelares de cada pueblo indígena. Son días de música, juegos, danzas y alegría, donde a simple vista quien mejor lo pasa es el Ño Carnavalón, siempre cargado por algún hombre o por un burro, adornado con serpentinas, frutas, choclos, patatas y harina, recibiendo de los presentes alcohol y cigarros, como digno rey de una fiesta. Mucho se ha dicho de este demonio, del cual se afirma que intenta imitar a Jesús y por ello va encima de un burro, aunque también se ha creído que es un duende o que es un dios de la alegría, pero lo que nadie negaría es que vive en él - agregan - la sabiduría de sus ancestros. Tras finalizar la celebración, Ño Carnavalón debe volver al cerro a ‘dormir’, donde es depositado en una cueva con mucho cuidado, con abundante alcohol, challas y serpentinas en su entorno, para que en el ciclo que viene haya abundancia y en el siguiente carnaval la misma alegría. Y de esta manera, la escena se repite cada año. Si bien es cierto que la presencia del diablo en esas tierras es anterior a la llegada de los españoles en el siglo XVI, la diferencia con sus “congéneres” importados por el cristianismo, es que son ‘bienhechores’ por lo cual eran reverenciados con gran estima por los nativos. Fue durante la extirpación de idolatrías cuando los sacerdotes los calificaron de ‘maléficos’ y destruyeron sus centros de adoración, prohibiendo a los indios a seguir adorándolos. Pero tal como sucedió con sus otras deidades ancestrales, que fueron metamorfoseados en santos y vírgenes, estos pudieron seguir siendo reverenciados bajo un manto ‘cristiano’. En cuanto al demonio que presidia originalmente las fiestas, fue reemplazado en la mayor parte de regiones del Perú - aunque no en Puno - por un grotesco muñeco, que en suma realiza la misma labor que el Supay. En cuanto al origen del carnaval, que hoy es una de las celebraciones lúdicas más populares del mundo, está diversificado en el tiempo y en el espacio. No obstante todas las versiones que datan su origen coinciden en que se trataba de una fiesta pagana de la antigua Mesopotamia, celebrada en época de invierno, relacionada con la cosecha y en la que estaba permitido llevar a cabo toda clase de excesos; Más adelante, los griegos continuaron con esta costumbre, en este caso, venerando a Dioniso; y los romanos hicieron lo propio con el dios Baco (el dios del vino), que dieron origen a las famosas bacanales, conocidas por la tendencia a la embriaguez y los excesos gastronómicos y sexuales. Con la propagación de la religión cristiana, y la cristianización progresiva de los pueblos europeos, esta religión se dedicó a evangelizar las festividades paganas. Una de ellas fue la festividad del carnaval: de la palabra latina carne-levare (algo así como abandonar la carne, o quitar la carne). Su significado puede aludir al concepto de terminar o finalizar estos excesos gastronómicos justo antes de iniciar la Cuaresma, que precede al domingo de resurrección. Y esto nos lleva al siguiente punto: su fecha de celebración. El cristianismo adaptó esta antigua festividad pagana de disfrute y excesos a su propio calendario, y la convirtió en la celebración que se llevaba a cabo los 3 días previos a la cuaresma, un periodo de penitencia y ayuno cristiano. Es decir, 40 días antes del domingo de Ramos (fin de la cuaresma) y 40 días y una semana antes del domingo de Resurrección. A día de hoy, la concepción de carnaval que sobrevive es el resultado de milenios de evolución de una antigua tradición humana, y cuya fecha, como hemos visto, depende de la festividad cristiana. Llevada la fiesta al Nuevo Mundo por los españoles en el siglo XVI, rápidamente se adaptó a las celebraciones indígenas. No obstante, suele ser considerada una fiesta laica, concebida como una actividad recreativa y, en muchos países está totalmente institucionalizada como uno de sus atractivos turísticos principales, sin imaginar que a quien esta realmente dedicada la celebración, es al diablo.

martes, 23 de enero de 2024

MOMIAS ALIENIGENAS DE NAZCA: El misterio de su origen se acrecienta

Una noticia dada a conocer por The Daily Star indico que un funcionario mejicano afirmó que los cadáveres “no humanos” exhibidos en el Congreso de su país el año pasado contienen "tres huevos de reproducción" que no forman parte de la cadena evolutiva de la Tierra. Como recordareis, los cuerpos provenientes del Perú fueron presentados en la Cámara de Diputados mejicana el pasado mes de septiembre y, según un análisis de ADN, el 30% no pertenece “a ninguna especie conocida". En efecto, bajo el nombre de J Alberto, publicó en X (exTwitter) lo siguiente: “Miles de estadounidenses vinieron a la CDMX a apreciar esta evidencia biológica, con base en 13 testimonios científicos ante el Congreso de Méjico, que indicaron que no pertenecen a la cadena evolutiva de la Tierra” escribió. Asimismo, el tuit incluye links hacia el archivo audiovisual de la audiencia pública en el Congreso mejicano y a un documento titulado “Momia es la palabra: una mirada genómica a las momias peruanas”, en el que se destaca que, entre los estudios realizados a los cuerpos, se halló evidencia de su origen extraterrestre y de que las momias no son humanas (o de cualquier otra especie específica), mientras que a vez descartan que las muestras hayan sido falsificadas. Ante un comentario en el que se pregunta a J Alberto para que permitan que “un equipo internacional de científicos reconocidos realicen pruebas pertinentes a las momias”, el funcionario mejicano respondió en la misma red social: “Muchos de los que han estado al pendiente del caso merecen mayor información. Desafortunadamente, al entrar a las grandes ligas en este tema, no es tan sencillo inyectarla en red; pero te puedo comentar que hay un par de laboratorios de alta clase mundial que te solventarán pronto tu petición”. Al respecto, el especialista en OVNIS y periodista Jaime Maussan, que participó en el evento realizado en el Congreso mejicano para mostrar los restos, dio a conocer sus conclusiones tras los resultados preliminares de las pruebas de ADN. Maussan introdujo un equipo de investigadores que realizó un análisis de ADN en las figuras, cuyo resultado arrojó que el 30% "no pertenece a ninguna especie conocida". A la vez, remarcó que las figuras eran "auténticas". "Esta es la primera vez que se presenta vida extraterrestre de esta manera", dijo Maussan al Congreso, según declaraciones reproducidas en The Daily Star. "Tenemos un claro ejemplo de especímenes no humanos sin relación con ninguna especie conocida de nuestro planeta", conjeturó el investigador y añadió: “No estamos solos en este vasto universo. Deberíamos abrazar esta verdad”. Maussan detalló que los dos cadáveres tienen más de 3.000 años, tres dedos, huesos resistentes, carecen de dientes y presentan implantes hechos de cadmio y de osmio. "Se encontraron en minas de diatomeas y luego se fosilizaron", puntualizó y propuso: "Si son extraterrestres o no, no lo sabemos, pero eran inteligentes y vivían con nosotros". Otros especialistas que examinaron los resultados convalidaron algunos de los planteos del conocido investigador. Sin embargo, desde el Perú, algunos pseudoexpertos pretendieron desmentir la autenticidad de las figuras. Pero no lo lograron, ya que en primer lugar nunca pudieron tenerlos en sus manos, por lo que todos sus sesgados argumentos se basan en simples conjeturas sin valor alguno. Es más, uno de ellos se aventuró en afirmar que “son muñecos ensamblados con huesos de animales de este planeta, con pegamentos sintéticos modernos, por lo tanto, no fueron ensamblados durante la época prehispánica. No son extraterrestres; no son alienígenas” expreso, aunque no dice como pudo llegar a esa disparatada conclusión si nunca ha podido examinarlos. Como podéis notar, el enigma de estas momias alienígenas seguirá vivo así no les guste a quienes perdieron su oportunidad de darlos a conocer al mundo. Este en realidad es el fondo del asunto ¿no os parece?