TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 30 de septiembre de 2025

YOSHIN: El terrorífico duplicador de cuerpos

En la mitología Shipibo-Konibo, los yoshin son espíritus elementales o divinidades menores que custodian la selva y mantienen el equilibrio cósmico. Se trata de una fuerza vital que representa a cada cosa existente y que tiene la capacidad de influir en los asuntos humanos, ya sea por mandato de un brujo o por iniciativa propia. Los yoshin son espíritus que protegen la naturaleza y el entorno, manteniendo el orden cósmico y la armonía en la selva. Pero no solo están asociados con la naturaleza, sino que también intervienen en la vida diaria de las personas. Pueden actuar por orden de un brujo o por voluntad propia si alguien les cae mal, demostrando una capacidad de acción autónoma. Existe una multitud de yoshin anónimos y difíciles de identificar, pero algunos son más conocidos y específicos, participando en la fundación del orden social y cósmico. El término yoshin es propio de la cultura shipibo-Konibo y está intrínsecamente ligado a sus creencias y cosmovisión. Los yoshin se mencionan junto a otras entidades como los "ibo" y los "Maestros" (espíritus o genios) como aquellos seres que fueron fundamentales en el establecimiento del orden cósmico y social en la narrativa mitológica del pueblo Shipibo-Konibo. Los primeros registros escritos sobre estas entidades datan del siglo XX, siendo catalogados por los misioneros cristianos como “diablos” o “demonios”. Estas entidades no tienen forma definida, pero pueden adoptar la apariencia que les apetezca para cumplir con su función. Su naturaleza es compleja, ya que pueden mostrarse benévolos como malignos según las circunstancias. Según la tradición oral los Yoshin enseñaron a los hombres el arte del Kene. Los Meraya (gran sacerdote) podían interactuar y comunicarse con estas entidades a través de los Ikaros (cantico sagrado). Cabe precisar que un duplicador de cuerpos no solo es un concepto propio de los Shipibo-Konibo, sino que se ha convertido en una idea popularizada en la ciencia ficción, como en la película "La invasión de los ladrones de cuerpos" (basada en el libro de Jack Finney de 1954, titulada The Body Snatchers) donde unas vainas alienígenas crean copias idénticas, pero sin emociones de los humanos. En esta película, los extraterrestres aparecen como criaturas gelatinosas que abandonan su planeta devastado en algún lugar del espacio profundo. Luego de aterrizar en la Tierra, asimilan hojas y se convierten en flores rosas; los extraterrestres finalmente desarrollan las vainas más grandes de 6 pies de largo (1,8 m). Esta vez, los subvertidos pueden gritar con una inquietante voz alienígena aguda, que aparentemente se usa para alertar a otras personas de las vainas de los humanos entre ellos. También parecen exhibir una especie de percepción extrasensorial . Cuando un personaje apuñala a su reemplazo de vaina casi formado, una réplica emite inmediatamente el grito alienígena. Esta versión no termina con la misma esperanza que la novela, sino con la gente de las cápsulas dominando a casi todos en la Tierra. La película muestra varias naves con cápsulas que serán enviadas a otras partes del planeta. En la escena final, el personaje de Veronica Cartwright se alegra de ver al héroe, interpretado por Donald Sutherland , solo para oírlo emitir el grito alienígena. Se observa una diferencia en las cápsulas entre la novela y la versión cinematográfica. En el primero, las cápsulas explotan para duplicar a Miles y sus amigos mientras están despiertos. En la película, las cápsulas y las flores permanecen inactivas hasta que los humanos duermen. Las réplicas son menos emocionales que en el libro, hasta el punto de que, salvo las réplicas "líder" como el Dr. Kibner, no parecen ser capaces de fingir estados y reacciones emocionales. Se insinúa su origen extraterrestre (sugerido mediante una panorámica de la galaxia durante los créditos iniciales y una declaración del general réplica indicando que viajaron "años luz"). Los cuerpos de estos seres de las cápsulas también se marchitan y desintegran tras su muerte, de forma similar a los originales. Al igual que en el remake de 1978, esta tercera versión parece descartar cualquier conclusión esperanzadora por el ambiguo final en el que los dos protagonistas aterrizan tras aparentemente destruir a los seres de las cápsulas, solo para descubrir que el piloto es aparentemente uno de los extraterrestres, lo que recuerda la inquietante advertencia: "No queda nadie como tú". Por cierto ¿existe alguna relación entre las criaturas de los Shipibo- Konibo y los de la película? Ninguna a primera vista, pero no se debe descartar el origen alienígena de los primeros. Y es que el Amazonas guarda secretos desde tiempos inmemoriales que aun desconocemos.

martes, 23 de septiembre de 2025

EL SIGNIFICADO DE REGALAR FLORES AMARILLAS: El origen de una tradición

El acto de regalar flores amarillas ha adquirido un significado particular en Perú, sobre todo por estos días, cuando la costumbre se convierte en tendencia y despierta preguntas sobre su origen y simbolismo. El obsequio de flores amarillas está vinculado al inicio de la primavera en países sudamericanos. Este color, asociado al sol y a la vitalidad, refleja el renacer de la naturaleza tras el invierno. Desde un enfoque emocional, se considera que el amarillo transmite alegría, optimismo y buenas energías, características que encajan con el espíritu primaveral. En un plano más social, se entiende como un símbolo de éxito, prosperidad y renovación, ideas que acompañan a este cambio de ciclo natural. De esta manera, regalar flores amarillas se convirtió en una forma de expresar esperanza y afecto en una fecha que marca un nuevo comienzo. Pero el auge de esta tradición no puede explicarse sin recordar la serie argentina “Floricienta”, emitida en el 2004. En su trama, la protagonista soñaba con recibir una flor amarilla de su gran amor, y esa imagen marcó a toda una generación de adolescentes. En la novela, la protagonista Flor, interpretada por Florencia Bertotti, soñaba con recibir flores amarillas de su gran amor, otorgándoles un significado especial como símbolo de amor verdadero y felicidad. Uno de los momentos más recordados de la historia ocurre cuando Federico Fritzenwalden (Juan Gil Navarro) cumple ese deseo. La escena conmovió a los seguidores, quienes la convirtieron en un referente de romanticismo y, con el tiempo, en la inspiración de una tradición que trascendió la pantalla. Con el tiempo, la costumbre trascendió la pantalla y se popularizó en redes sociales, donde se consolidó la idea de regalar flores amarillas el 21 de marzo, coincidiendo con el inicio de la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur. Este contexto reforzó el mensaje de renovación y amor duradero, extendiéndose a otras fechas relevantes, como el 21 de septiembre, día en que Perú celebra el inicio de la primavera. En la narrativa de Floricienta, las flores amarillas poseen un valor simbólico profundo. Representan esperanza, alegría y luz para los personajes, en especial para Florencia “Flor” Fazzarino, una joven huérfana que trabaja como sirvienta en la mansión de los Fritzenwalden. Con el paso del tiempo, esa referencia salió de la pantalla y se volvió costumbre en la vida real. Las redes sociales han sido clave para mantener vivo el recuerdo, ya que cada año miles de usuarios recrean escenas o muestran sus ramos, ya sea por nostalgia o por moda. Curiosamente, incluso quienes nunca vieron la novela participan hoy de la tendencia, motivados por lo que ven en plataformas digitales. Más allá de la estación, esta práctica adquirió un peso emocional en la vida de las personas. Para muchos, entregar un ramo amarillo es sinónimo de cariño sincero, compromiso y buenos deseos. regalar flores amarillas se ha convertido en una forma simbólica de expresar amor, felicidad y buenos deseos, no solo entre parejas, sino también entre amigos y familiares. Esta tradición permite transmitir emociones diversas dependiendo del tipo de flor elegido, aportando matices específicos a cada gesto. Entre las opciones más populares destacan las siguientes flores: Girasoles: simbolizan vitalidad y energía, ideales para alegrar el día de alguien; Rosas amarillas: representan amistad y alegría, perfectas para mostrar gratitud o celebrar vínculos afectivos; Lirios amarillos: se asocian con la renovación y la esperanza; Caléndulas: evocan prosperidad y entusiasmo con su color brillante; Margaritas amarillas: transmiten inocencia y pureza, apropiadas para expresar amistad y felicidad. En el Perú, esta costumbre se observa especialmente el 21 de marzo y el 21 de septiembre, fechas que coinciden con los cambios de estación y refuerzan su simbolismo de renovación y optimismo. En estas celebraciones, los girasoles se han posicionado como una de las opciones preferidas gracias a su tamaño y su color vibrante, convirtiéndose en emblema de la tradición. Con la llegada de la primavera, regalar flores amarillas se ha convertido en una costumbre que cada año gana más fuerza en el Perú. La tendencia, impulsada en gran parte por las redes sociales como TikTok, se asocia a gestos de afecto y renovación. Este el 2025, la primavera se inició oficialmente ayer a la 1:19 p.m., según el Senamhi, pero en los días previos ya se ha registrado un incremento significativo en la compra de arreglos florales de este color. En mercados populosos de la capital, los precios varían según el tipo de flor y la presentación. Los girasoles son de los más demandados, con precios que rondan los S/ 15 por unidad, mientras que ramos más elaborados que combinan margaritas, girasoles y envoltorios especiales pueden llegar hasta los S/ 45. Los tulipanes, considerados exclusivos por sus cuidados en temporada de transición climática, alcanzan un valor de S/ 30 por unidad. De esta manera, el color amarillo, cargado de simbolismo en torno a la felicidad y la esperanza, se ha convertido en el eje de esta tradición que no solo mueve emociones, sino también dinamiza el comercio local en estas fechas.

martes, 16 de septiembre de 2025

EL ÚLTIMO VUELO: La extraña desaparición del Boeing 727 de Faucett

El 11 de septiembre de 1990, un avión de pasajeros Boeing 727 de Faucett , registrado OB-1303, desapareció en un área del Océano Atlántico aproximadamente a 180 millas (160 millas náuticas; 290 km) al sureste de Cape Race , Terranova , Canadá. La aeronave estaba siendo transportada de regreso de Malta al Perú luego de haber sido arrendada a Air Malta - por lo cual tenía esos colores al momento de su desaparición - y llevaba seis miembros de tripulación a bordo, así como diez pasajeros que consistían en empleados de la aerolínea y sus familias. El último contacto con la tripulación fue un mensaje de socorro que indicaba que la aeronave se había quedado sin combustible y que se preparaban para amartizar . La aeronave estaba cientos de millas fuera de curso en ese momento. No se supo nada más del vuelo, y desde entonces no se ha encontrado rastro de la aeronave ni de ninguno de los ocupantes. El avión involucrado era un Boeing 727-247 de 21 años de antigüedad, registrado OB-1303, que voló por primera vez en 1969. El avión había sido arrendado a la aerolínea europea Air Malta para la temporada de verano de 1990 por su propietario Faucett Perú , y el día de la desaparición estaba siendo transportado de regreso desde Malta a Perú al final de su arrendamiento. A bordo se encontraban seis tripulantes y diez pasajeros, entre ellos empleados de la aerolínea y sus familias. Entre los empleados se encontraban mecánicos y demás personal de tierra que había estado trabajando en Malta. Se cree que a bordo había un bebé y hasta cuatro mujeres. Todos los pasajeros eran de nacionalidad peruana. El avión tenía previsto realizar paradas de reabastecimiento de combustible durante su viaje en Londres , Reino Unido; el aeropuerto de Milán Malpensa, en Italia; el Aeropuerto Internacional de Keflavík , en Islandia; el Aeropuerto Internacional de Gander, en Terranova , Canadá; y finalmente el Aeropuerto Internacional de Miami, en los Estados Unidos, antes de llegar al Aeropuerto Internacional de Lima, en Perú. El avión realizó sus dos primeras paradas sin incidentes, siendo el incidente el que ocurrió en el tramo Keflavík-Gander. Alrededor del mediodía, de camino desde Malta, el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Keflavík para repostar. Recibió información meteorológica y cargó unas 20 toneladas (44.000 lb) de combustible. Tras repostar en Keflavík, el avión despegó de Islandia a las 13:16 hora local sin incidentes. Se estimó que el vuelo a Gander duraría unas 3 horas y 38 minutos. El vuelo había solicitado permiso para ascender a 8500 m (28 000 pies), ascendiendo primero a 7300 m (24 000 pies) y 8200 m (27 000 pies). A las 14:50, el avión abandonó el control de tráfico aéreo islandés. Sin embargo, el avión no llegó a Gander a la hora prevista. A treinta minutos de su hora prevista de llegada a Gander, a las 15:20, dos vuelos cercanos, el vuelo 851 de TWA y el vuelo 35 de American Airlines , captaron una transmisión del avión declarando una emergencia por bajo nivel de combustible . Los pilotos habían declarado que estaban a 10.000 pies (3.000 m) y se preparaban para aterrizar el avión en el océano Atlántico . El mensaje fue retransmitido por los dos aviones estadounidenses al control de tráfico aéreo . Este fue el último mensaje recibido del avión. La última ubicación conocida de la aeronave fue a unas 250 millas (220 millas náuticas; 400 km) al sureste de la ciudad de St. John's, Terranova , y a 180 millas (160 millas náuticas; 290 km) al sureste de Terranova en su punto más cercano. Esto sugirió que la aeronave se había desviado de su curso sin saberlo, ya que estaba lejos de la ruta planificada a Gander. Se presume que nadie sobrevivió al amerizaje. Tras horas sin tener noticias del vuelo, las Fuerzas Armadas Canadienses lanzaron un intento de rescate , enviando tres aviones CP-140 Aurora y tres helicópteros CH-113 Labrador al área donde se supo del avión por última vez. También se enviaron al área de búsqueda dos buques de la Guardia Costera Canadiense , dos buques de patrulla pesquera y dos destructores navales. Se informó que un satélite detectó una señal débil del transmisor de emergencia del avión después de que se perdiera el contacto por radio con el avión, aunque no se pudo identificar la ubicación exacta de la fuente de la señal. Las autoridades también declararon que los satélites habían captado "señales inusuales" y desconocían si estas señales inexplicables provenían de un avión o de una balsa salvavidas . En enero de 1991, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte informó que la aeronave no estaba equipada con un transmisor de localización de emergencia (ELT) que se habría activado en caso de impacto. Se asumió que la aeronave había amerizado en el mar y podría encontrarse flotando en el agua. El clima en el momento de la desaparición se describió como bueno y el mar estaba en calma, y se pensó que el avión podría soportar un aterrizaje en el mar y flotar durante varias horas. También se encontró buena visibilidad en el presunto lugar del accidente. Se informó que el avión estaba equipado con botes salvavidas de emergencia , chalecos salvavidas y otros dispositivos de seguridad para ser utilizados en caso de amerizaje. A pesar de los esfuerzos de búsqueda, la aeronave de búsqueda informó no haber encontrado rastro alguno del avión desaparecido, y nunca se encontró nada del vuelo. Los funcionarios declararon que la búsqueda se vio obstaculizada por el color blanco del avión, lo que dificultaba su localización desde el aire. Originalmente, se informó que un total de 18 personas estaban a bordo del avión en el momento de su desaparición; Sin embargo, los funcionarios de Faucett luego cambiaron el número a 15 porque se creía que tres personas habían abandonado el avión cuando repostó en Islandia. Los registros actuales muestran que había un total de dieciséis personas a bordo de la aeronave cuando desapareció. La portavoz de Transporte Canadá, Lily Abbass, declaró posteriormente que el avión se había desviado de su ruta al momento del último contacto, y las autoridades especularon que la aeronave se había "perdido" durante el trayecto. El avión se había desviado cientos de millas de su ruta prevista a Gander, sin que se pudiera determinar el motivo. A pesar de que los pilotos informaron que no tenían suficiente combustible, las autoridades de Keflavík insistieron en que no hubo ningún problema durante la escala. Funcionarios de la Junta de Seguridad del Transporte de Canadá (TSB) declararon que creían que el avión efectivamente había amerizado en el mar. En enero de 1991 el gobierno peruano estaba llevando a cabo una investigación sobre la desaparición, pero se desconocen sus resultados. Según The Globe and Mail, el accidente se atribuyó a una mala planificación del piloto. La historia de la desaparición del avión resurgió brevemente luego de la muy publicitada desaparición de otro avión de pasajeros en el 2014, el vuelo 370 de Malaysia Airlines , que desapareció con 239 pasajeros a bordo y probablemente se estrelló en el Océano Índico . Por cierto, Faucett Perú cesó sus operaciones en 1997 luego de varios años de dificultades financieras. Y en cuanto a la aeronave, la tripulación y los pasajeros - a pesar del tiempo transcurrido del hecho - continúan desaparecidos.

martes, 9 de septiembre de 2025

SOQ’A MACHULA: Un engendro de extrema maldad

Dentro de la mitología quechua, se puede distinguir tres eras mitológicas: La era de los espíritus, aquella en la que existían en primer lugar Wiracocha (el Creador de todas las cosas), los espíritus de las montañas (Apus) y la tierra (Pachamama); luego, la era de los ñawpaq que fueron creados por el propio Wiracocha en una forma por lo demás atemorizante, y que con el nombre de Soq’a, denomino a toda una gama de espíritus malignos que pueblan la tierra y por extensión a todo lo dañino. Dentro de estos demonios se hallan comprendidos los ñawpaq, que a su vez se subdividen en machula, paya y pujyu. el origen de estos tres géneros proviene de gigantes que poblaron la tierra antes de la creación del hombre. se rebelaron contra Wiracocha y murieron a consecuencia de una lluvia de fuego enviados contra ellos. Antiguos relatos afirman que los Soqa’s se refugiaron en el interior de las montañas o bajo las aguas para protegerse del castigo que azotaban a su raza. Si se refugió en el fondo de un manantial, se transformó en un Soq’a Puquio, provocando enfermedades a los hombres que tropiezan y caen cerca de él o a las mujeres y niños que osan aproximarse a las aguas, son víctimas de males estomacales o broco-pulmonares. Aquellos Soq’as que moran entre las ruinas y antiguos cementerios de los gentiles, ubicados en la cima de los cerros, pueden transformarse en un anciano o incluso aparecerse como la pareja de alguien. La persona que entra en contacto con ellos adquiere una extraña enfermedad donde su cuerpo se va tornando amarillo y se va secando de a pocos, hasta que muere. Pero estos engendros del demonio no son los únicos de su especie. 1- Soq’a Machula: Es el ñawpaq del sexo masculino y su actividad puede ser estimulada principalmente por dos causas: una, debida a la prolongada ausencia del marido de una mujer casada y otra, por infidelidad. en primer caso, se presenta a la mujer en sueños y tomando la apariencia de su marido la posee, a cuya consecuencia queda embarazada por el machula, y de resultas de ello, nacen criaturas deformes o mutiladas; 2- Soq’a Wayra: Se produce por el contacto del viento con los seres nefastos que pueblan la tierra o simplemente con las emanaciones provenientes de aquellos. se los identifica a veces con los remolinos de viento y con los vientos fríos intempestivos. Mishkin también hace la referencia a los soq’a wayra como vientos malignos. A pesar de siglos de cristianización al que fueron sometidos, este demonio en muy temido y respetado por los nativos quienes crearon una danza en su honor denominada Soq’a Machu Chullpa, el cual se celebra el mes de junio, que se inicia con el ingreso del machu (momia), por parte de los pobladores ante el respeto y veneración de la población, siendo colocado en el medio de la plaza o escenario de la comunidad, para luego desarrollar la danza alrededor de él. Luego el layqa o brujo andino realiza conjuros y solicita el despertar del soq’a machula para hacer maleficios o daño, y para ello invoca tal espíritu malo sacrificando a una joven mediante brebajes mortíferos, ante lo cual el sacerdote andino, trata de contrarrestar con pagos y tinkas a los Apus de la región y al propio soq’a machula para que no enferme con el mal aire a los hombres. Posteriormente el soq’a machula cobra vida despertando y haciendo daño a los hombres con el soq’a wayra, quienes caen enfermos ya que el mal aire los agarra. Entonces las mujeres con la muña y el arrayán que llevan en la mano y el brebaje preparado por el paqo intentan calmar este mal, porque los varones comienzan a sentir los efectos nocivos de esta enfermedad antiquísima. Al finalizar el soqa machu chullpa, los varones se reincorporan y bailan alegres, ante la ausencia de la enfermedad, y trasladan al machu a su morada o huaca con muestras de pena y tristeza por parte de las mujeres de la comunidad. Ante todo, cabe precisar que los incas veneraban a sus ancestros. Un aspecto de la religión incaica muy importante era precisamente la adoración de los muertos. Los incas no creían que una persona muere en la misma manera como pensamos en hoy día. Ellos creían que la muerte no era el término de la existencia de una persona en este mundo, al contrario, ellos creían que la persona muerta sólo había entrado a una forma de existencia diferente. Por cierto, el cuidado propio por los ancestros de los incas no era barato, ya que las momias tenían que ser vestidas de una manera apropiada de su estado, manteniendo su poder sobre la tierra y otras posesiones que estimaba en vida. También, los incas sentían que necesario consultarlas para decisiones importantes como los matrimonios. Para ello un sacerdote interpretaba los pedidos de las momias y porque tenía un papel importante. Cabe recordar que la tradición, la arqueología y los primeros documentos escritos del siglo XVI, y el propio testimonio etnográfico actual, revelan que el indio peruano, tanto de la costa como de la sierra, y, particularmente, el súbdito de los incas, tuvo como característica esencial, un instinto tradicional, un sentimiento de adhesión a las formas adquiridas, un horror a la mutación y al cambio, un afán de perennidad y de perpetuación del pasado, que se manifiesta en sus costumbres. En cuanto a la danza que se hace en su honor, se baila en la comunidad de Huasapampa, distrito de Pitumarca, provincia de Canchis, en el Cuzco. Durante la época incaica se realizaban cultos a los apus o dioses tutelares, como al el Ausangate, que era es el principal dios tutelar de la región. Este nevado, además, alberga en sus faldas al “señor de las nieves” o “señor de Q’oylloriti”. Los habitantes de las comunidades de Pitumarca, fieles y celosos guardianes de las costumbres incas, cada primero de agosto, estando en luna llena, suben a las chullpas (lugares donde se encuentran los mallkis o momias), las cuales se encuentran dentro del área geográfica de las ruinas de Machupitumarca. Las chullpas son llevadas en procesión a la comunidad en un ambiente ceremonial de culto y reverencia con cánticos y danzas. toda la comunidad participa de la ceremonia, varones y mujeres, grandes y chicos bailan alrededor del mallki. En la época incaica, en el mes de noviembre, los mallkis (momias de los gobernantes) eran preparados y adornados para la gran fiesta que se realizaba en el Cuzco. se les paseaba en procesión alrededor de la plaza principal. Desde la perspectiva de la cosmovisión andina, de esta manera se establece la comunicación entre el uku-pacha (mundo de abajo) y nuestro mundo o kay-pacha. Los bailarines llevan en las manos el arrayán y la muña, hierbas aromáticas que eran empleados por sus antepasados para dar olor y conservar a las momias para su momificación, para que se conserven durante siglos. Hoy, los machus que aún se conservan - y que de alguna manera pudieron escapar de la extirpación de idolatrías en el siglo XVI - son sacados de sus cuevas para presidir la danza en honor al Soq’a Machula y luego de ello volver a su lugar de descanso eterno hasta el año siguiente.

martes, 2 de septiembre de 2025

ECOS DE LA OSCURIDAD: Los túneles subterráneos del Coricancha

A veces, en arqueología los hallazgos más fascinantes son los más inesperados. Lo sabemos porque, por ejemplo, los incas no necesitaron la escritura para forjar un imperio, tenían los kipus. También porque a pesar de que Machu Picchu tiene 600 años y era el gran tesoro de Perú, hace muy poco se descubrió un templo 3.500 años más antiguo. Entre lo fascinante y sorprendente se encuentra también el último descubrimiento, el cual un jesuita español había dado la pista muchos siglos atrás. En efecto, un equipo de arqueólogos en Perú ha confirmado la existencia de lo que se creía una antigua leyenda: un extenso sistema de túneles laberínticos subterráneos, conocido como Chinkana, bajo la ciudad de Cuzco. El hallazgo, basado en pistas que se habían dejado en varias crónicas un jesuita del siglo XVI que hablaba de túneles y pasadizos que se extendían desde el Lago Titicaca hasta la antigua capital de los Incas, revela una red de pasadizos que se extiende, de momento, por 1.750 metros, conectando sitios emblemáticos como el mismo Templo del Sol (Coricancha) y la fortaleza de Sacsayhuamán, además de otros puntos clave de la ciudad. Un tesoro alucinante. Al respecto, una crónica jesuita anónima de 1594, describía una entrada a la red de túneles en Sacsayhuamán. Otras fuentes, como los escritos del cronista Anello de Oliva, mencionaban la existencia de múltiples pasadizos subterráneos que recorrían la ciudad y pasaban por lugares como la Catedral de Cuzco y las casas del arzobispo. Dicho esto, para validar tales afirmaciones los investigadores consultaron a expertos como Manuel Chávez Ballón, considerado el padre de la arqueología en Cuzco, quien sugirió inspeccionar áreas bajo las aceras de la ciudad en busca de pistas. La exploración de la Chinkana se llevó a cabo en varias fases utilizando tecnología avanzada. En una primera etapa, los arqueólogos emplearon pruebas acústicas, un método donde se golpean placas metálicas contra el suelo cada 50 centímetros para detectar cavidades subterráneas a través de la resonancia sonora. Posteriormente, se implementaron métodos más sofisticados, como el radar de penetración terrestre (GPR) y la prospección acústica, técnicas ambas que permitieron mapear con precisión la estructura de los túneles al generar imágenes detalladas del subsuelo. Al parecer, la red de túneles está compuesta por trincheras de gran tamaño, a su vez revestidas con muros de piedra, techos tallados y vigas esculpidas. Según el arqueólogo Jorge Calero Flores, los pasajes tienen un ancho de entre uno y 2.60 metros, con una altura de 1.60 metros, lo que sugiere que pudieron haber sido utilizados por la nobleza inca para desplazarse en literas. La Chinkana se divide en tres ramales principales que conducen a Callispuquio, el sector Muyucmarca en Sacsayhuamán, y la iglesia de San Cristóbal, lo que parece indicar una planificación estratégica avanzada por parte de los incas. Los arqueólogos planean iniciar excavaciones en puntos estratégicos de la red en los próximos meses, para acceder físicamente a los túneles. De hecho, la solicitud de autorización ya ha sido enviada al Ministerio de Cultura de Perú para proceder con perforaciones controladas en la zona de Sacsayhuamán, lo que permitirá verificar la extensión y estado de conservación de los pasajes subterráneos. Sin lugar a dudas, el hallazgo es de gran impacto. Cuzco, que en su apogeo fue la capital administrativa y política del Imperio Inca en el siglo XV antes de la conquista española, es un centro arqueológico de gran relevancia, esto añade aún más “historia”. Por cierto, el descubrimiento de la Chinkana ofrece nuevas perspectivas sobre la ingeniería y planificación urbana de los incas, quienes habrían diseñado este sistema como una representación subterránea de la ciudad en la superficie. A este respecto, crónicas como los Comentarios Reales de los Incas de Garcilaso de la Vega mencionaban la existencia de calles subterráneas que conectaban Sacsayhuamán con Coricancha, lo que ahora adquiere una base tangible con las recientes investigaciones. Por último, pero no menos importante, el hallazgo representa la confirmación de ese antiguo mito que se había escuchado a través de los jesuitas, junto a la oportunidad de redescubrir aspectos poco conocidos de la civilización inca. Lo próximo: la exploración futura de estos túneles, una “entrada” al pasado que podría arrojar información invaluable sobre la vida y el legado de la histórica civilización, y hasta dónde llegaron con esos pasadizos subterráneos, además, claro está, si oculta tesoros de las palacios y templos que fueron colocados allí por los incas para evitar que cayeran en manos de los españoles, porque si bien fue cuantioso lo que cayó en sus manos - no solo como producto del ‘rescate’ ofrecido por Atahualpa, sino con el saqueo de la ciudad cuando posteriormente ocuparon el Cuzco - se sabe que ante la inminente llegada de los españoles, gran parte de sus tesoros fueron colocados bajo buen recaudo, ya sea en el interior de las montañas o el fondo de los lagos, y que a pesar intensas búsquedas y expediciones que se dieron para localizarlos, nunca se dio con ellas. Quién sabe si la conocida leyenda de la mazorca de oro (del cual nos ocupamos hace varios años atrás) no sea solo eso, un mito.

martes, 26 de agosto de 2025

TUNCHE: El alma errante del bosque

Se trata de una de las leyendas amazónicas más conocidas junto con el Chullachaqui y el Ayaymama. Según cuentan los lugareños, el tunche es el espíritu de un hombre atormentado y que ahora, vaga totalmente endemoniado entre lo profundo del Amazonas, acercándose lentamente a sus víctimas sin emitir sonido alguno y, cuando ya está cerca de aquellos que se atreven a andar solos por el bosque, silba, anunciando la muerte del que lo escucha. Cuenta la leyenda que su alma endemoniada, que se hace presente a través del sonido en forma de un silbido de ave, vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena. Algunos dicen que podría tratarse de una simple ave, otros se van más por lo espiritual y dicen que es un espíritu del mal “diablo” que goza aterrorizando a la gente. Aun así, nadie lo ha visto, y todos lo reconocen con temor cuando en plena oscuridad se empiece a escuchar el silbido penetrante “fin…fin…fin…” que por instantes se pierde en lo profundo del monte a lo lejos, pero vuelve a silbar ya en el techo de una casa o a la orilla de un rio. Los nativos que conocen la historia dicen que si oyes el silbido del Tunche, debes de tener mucho cuidado. Nunca debes decir que no oyes nada. Si lo hace, su desgarrador silbido solo se hará más fuerte sintiendo como su presencia se te acercará cada vez más. Eso sí, jamás se te ocurra responder su silbido. Si lo haces, el tunche vendrá por ti a matarte de la forma más horrible imaginable. Burlarse de este ente demoniaco o insultarlo, puede costarle caro al desafortunado bromista, ya que lo hará enfurecer y entonces atacara con mayor insistencia, silbando… silbando… lo perseguirá tanto que hasta el más valiente terminara entrando en pánico, y podrá llevarlo hasta la locura o hasta la misma muerte. Quienes fueron los pocos afortunados de salvarse de morir llevados por el Tunche, han perdido la razón; de repente por la aparición o al endemoniado silbido de su presencia. Sobre que les pasa a aquellos quienes no lo lograron, es incierto, no se sabe si los abandona a su muerte o mueren de hambre o devorados por algún otro animal, o sean devorados por el mismo Tunche. En Iquitos, por ejemplo, es común escuchar historias sobre personas que han sido víctimas de esa criatura. Estas historias suelen ser contadas por los lugareños para asustar a los niños y mantenerlos alejados de la selva por la noche. Al respecto, en el 2014, el Dominical, un programa de Panamericana TV, llegó a la selva para conocer más sobre este extraño ser, reuniendo testimonios de trabajadores que navegan de día y noche, y quienes han escuchado su silbido. Miguel Arévalo, un motorista que trabaja en el sector turismo, expresó frente a cámaras que vivió en carne propia un acercamiento cuando estaba viajando junto a un grupo de turistas. Un compañero avisó que este personaje estaba merodeando la zona, teniendo como referencia un sonido desagradable que emergía desde lo profundo del bosque. Asegura que logró escucharlo, pero para no transmitir el miedo a sus tripulantes, decidió callar y seguir con el trayecto, asegurándose de que no los esté siguiendo. Por cierto, si escuchas el silbido del tunche, hay algunas cosas que puedes hacer para evitar ser su víctima: No te asustes. El tunche se alimenta del miedo de sus víctimas. Si te mantienes calmado, tendrás más posibilidades de sobrevivir; No te pares a escuchar. Si te detienes a escuchar el silbido del tunche, estarás atrayendo su atención; Camina rápido hacia la luz. El tunche no puede soportar la luz. Si caminas hacia la luz, lo estarás espantando; Repite el nombre de Dios. Se dice que el tunche no puede acercarse a las personas que repiten el nombre del Creador. No cabe duda que el mal puede tener diferentes formas en las que se presenta.