TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 23 de diciembre de 2025
EL NIÑO MANUELITO: Navidad en el corazón de los Andes
Producto de la nutrida imaginería religiosa que se gestó a partir de la difusión del cristianismo en América, el Niño Manuelito es como se conoce a Jesús en el Cuzco, ubicada en el sur del Perú. Según se dice, su nombre deriva de una interpretación de la profecía atribuida al profeta Isaías "de que Dios vendrá como un niño al que se llamará Emmanuel, cuyo nombre en hebreo significa 'Dios con nosotros', aunque el mismo texto dice que su nombre original será Jesús". A pesar de que su origen puede rastrearse hasta los tiempos felices del Virreynato, otras versiones sitúan la historia contemporánea de Manuelito en la década de los 70 del pasado siglo - en todo caso la revivió aunque por otras razones - cuando la dictadura velasquista en su ridículo afán de erradicar los símbolos de la Navidad por considerarlos “alienantes e incompatibles con la Revolución” desterró de las fiestas a Santa Claus, el Árbol de Navidad, el Pavo de la Cena navideña, la Chocolatada de Nochebuena y hasta los Belenes, reemplazándolos por elementos “típicamente peruanos” (?) como el Taita Noel, el Molle, el Cuy (Conejillo de Indias), el Mate de Coca y el Niño Manuelito, respectivamente. En referencia a este último - el único que sobrevivió en 1975 a la caída de régimen - se dice que representantes de la comunidad de Vilcabamba llegaron hasta el taller de Antonio Olave, uno de los artesanos más conocidos del Cuzco en el siglo XX y le pidieron restaurar una imagen de madera del niño Jesús "que había sido rescatada de las profundidades de un abismo". Olave escuchó la historia de un pastorcito que se clavó una espina en un pie para consolar a un amigo que pasaba por el mismo percance, y quedó tan impresionado con el cuento que se convirtió en su inspiración para recrear al Niño Manuelito de la época española, aunque en esta ocasión se caracterizaba porque la imagen del niño Jesús vestido con trajes típicos. Rápidamente, esta imagen pasó a formar parte de la cultura del Cuzco y hoy adorna la gran mayoría de ‘nacimientos’ en el Perú - como allí denominan a los Belenes - tanto en las iglesias como en las casas. Esa leyenda explica por qué Manuelito es también conocido como el "Niño de la espina" y se le representa con una de estas esquirlas clavada en un pie. Sin embargo, existe una diversidad de representaciones iconográficas de Manuelito en diferentes localidades del Cuzco. Estas pueden ser: sentado en un trono, echado, dormido en el pesebre, llorando con una espina en el pie ("niño de la Espina"), envuelto en pañales (Waitasqacha), como niño pastor, o el niño Varayoq (con la vara de autoridad comunal), como las versiones más conocidas. Desde la antigua capital del Imperio de los Incas, esta iconografía fue distribuida a una amplia región de los Andes e incluso pueden encontrarse vínculos con el niño Chaperito de Canta, en Lima, o el niño Lachocc de la región sur andina de Huancavelica. Otro dato notable es que en algunas localidades se cree que el niño Manuelito no es otra versión del niño Jesús, sino un personaje distinto de éste. Al niño Manuelito se le atribuye un carácter travieso propio de su edad y se cree que su imagen, entendida no como una representación sino como la dimensión corpórea del personaje real, puede salir a jugar y a recorrer los pueblos, por lo que estas imágenes deberán ser guardadas en urnas o cajas de cristal, o incluso estar encadenadas, para evitar que escapen. Como podéis imaginar, en el Cuzco Manuelito es además la figura principal del Santurantikuy, feria de imaginería artesanal en que se arman escenificaciones de la Natividad a modo de ‘nacimientos’ y que se realiza en la Plaza Mayor de la ciudad. En esta feria se venden los adornos en plata y los vestidos que se colocarán cada año a la imagen del niño que, según se supone, va creciendo y, por tanto, las prendas del año anterior "ya le han de quedar chicas". La gran valoración que tiene la imaginería tradicional cuzqueña ha hecho que especialistas en arte tradicional de diversos países adquieran Manuelitos, algunos de ellos vestidos con trajes de plata. No cabe duda que esta costumbre pervive especialmente en el interior del país debido a la profunda religiosidad que profesan, donde la fe se mezcla con la memoria de quienes nunca olvidan sus raíces.
martes, 16 de diciembre de 2025
VULCANO: El planeta que nunca existió
Desde el siglo XVII, se especulaba con la existencia de un planeta situado entre Mercurio y el Sol, el noveno del sistema solar. La razón era que varios astrónomos –Christoph Scheiner, Capel Lofft y Franz von Gruithuisen entre ellos– observaron, en distintos momentos, cuerpos opacos pasando por delante del astro rey. Hoy sabemos que, la mayoría de las veces, lo que estaban viendo eran manchas solares, regiones de la superficie solar con una temperatura más baja y una intensa actividad magnética, y reconocibles a simple vista. En Europa se conoce su existencia desde los tiempos de Carlomagno (en Oriente, desde antes), y el propio Galileo Galilei (1564-1642) las había enseñado a astrónomos en Roma. Pero, por el motivo que fuera, en ese momento a nadie se le ocurrió que podía tratarse de eso. Pensaron que había un planeta escondido más allá de Mercurio, uno que habría pasado inadvertido a los antiguos. Tenía sentido, debido a que por la luz que desprende el Sol, un cuerpo tan pegado a él sería imperceptible, a no ser que pasara por delante (un eclipse). Incluso le pusieron nombre. Por su cercanía al Sol, al astrónomo británico Thomas Dick (1774-1857) se le ocurrió llamarlo Vulcano, como el dios romano del fuego. Algunos de sus colegas casi se volvieron locos buscándolo. El alemán Heinrich Schwabe, por ejemplo, estuvo oteando el cielo todos los días claros entre 1826 y 1843, sin éxito. Y, de repente, en diciembre de 1859, un tal Edmond Modeste Lescarbault (1814-1894) vio pasar un objeto que sin duda tenía que ser Vulcano, o eso creía él. Era un médico francés sin formación en astronomía, pero que desde 1853 venía observando el espacio con un telescopio refractario que se había fabricado él mismo. Lo que vio ese día de diciembre era una mancha oscura que se desplazaba muy lentamente, de una forma similar a Mercurio. Ayudado de un viejo reloj y del metrónomo con el que tomaba el pulso a sus pacientes, y observando su ubicación y dirección, calculó que había tardado una hora, 17 minutos y 9 segundos en pasar por delante del Sol. Eufórico, el médico escribió al matemático Urbain Le Verrier, el estudioso del espacio más respetado de Francia, porque pocos años antes, en 1846, había descubierto el planeta Neptuno. Aunque había otro motivo, quizá más importante, para escribirle a él y no a otro. Lo revolucionario del descubrimiento de Neptuno es que Le Verrier demostró su existencia sin necesidad de verlo. Hasta ese momento, había pasado inadvertido porque está en el extremo del sistema solar, demasiado lejos para los telescopios. Entonces, ¿cómo lo hizo? Fue gracias a las matemáticas. Todo empezó con la constatación de que la órbita de Urano no se ceñía exactamente a lo que establecía la ley de la gravitación universal de Newton; había una desviación mínima, pero consistente. Le Verrier descubrió la causa, que es que la fuerza gravitatoria de otro gran cuerpo celeste perturba su movimiento. Hizo una predicción de dónde se encontraría ese planeta lejano en un momento dado, y, en efecto, a los pocos días Neptuno fue avistado por primera vez desde un observatorio en Berlín. ¿Qué tenía que ver esto con el supuesto Vulcano? Dos cosas. La primera, que, como Neptuno, era difícil de ver –en este caso, por la cercanía al Sol–, de modo que también había que demostrar su existencia mediante las matemáticas. Y la segunda, y aún mejor, que en la órbita de Mercurio –el planeta más cercano a Vulcano– también se había observado una desviación inexplicable. Como ya había demostrado el propio Le Verrier a inicios de 1859, el perihelio de Mercurio (el punto de su órbita más cercano al Sol) se estaba desplazando gradualmente. Se trata de un fenómeno conocido, llamado precesión apsidal, y que consiste en la rotación constante de la elipsis que sigue un planeta. Si uniéramos con una línea imaginaria sus dos ápsides (el punto más cercano y el más lejano de una órbita), veríamos que esta se desplaza. En palabras más sencillas, diríamos que es como una peonza: no solo rota el planeta, sino toda la órbita. Lo que sucedía era que ese desplazamiento no coincidía con lo previsto según las leyes de Newton. Por eso, había motivos para sospechar que un cuerpo desconocido estaba modificando la ruta de Mercurio. Tras recibir la carta, Le Verrier se subió al primer tren hacia Orgères-en-Beauce, el pueblecito en el que el médico tenía su telescopio casero. Como no existía ninguna prueba directa del avistamiento (la fotografía aún estaba en sus inicios), el científico tenía que dar por buena la palabra de Lescarbault y sus cálculos rudimentarios, y lo hizo. Al cabo de unas semanas ya estaba anunciando la buena nueva en la Academia de Ciencias de Francia, Lescarbault recibía la Legión de Honor y periódicos de todo el mundo anunciaban que se había descubierto un nuevo planeta. Es más, basándose en el aparente “tránsito” observado por Lescarbault, el científico se atrevió a definir con precisión las características de Vulcano. Estaba a 21 millones de kilómetros del Sol, y su período orbital (el tiempo que tarda en dar la vuelta al Sol) era de 19 días y 17 horas. Sin embargo, pasaban los años y no sucedía como con Neptuno. Basándose en las predicciones de Le Verrier, astrónomos de todo el mundo buscaron el supuesto planeta, pero ninguno lo encontró. Y los que dijeron hacerlo, a menudo se contradecían entre ellos. Le Verrier no vivió para verlo, pero en 1915 su descubrimiento se vino abajo. Ese año, se dio a conocer su teoría de la relatividad general, que cambió para siempre el modo de comprender la fuerza de la gravedad, hasta ese momento basado en la mecánica clásica. Entre otras cosas, se demostró que las desviaciones en la órbita de Mercurio se debían en realidad a la curvatura del espacio-tiempo causada por la masa del Sol, y no a un “intruso”. De esta manera. ya no hacía falta creer en la existencia de un Vulcano que, por cierto, nadie había visto aún, para explicar este fenómeno. De hecho, esto afecta a todos los planetas del sistema solar: todos presentan diferencias en su órbita con respecto a lo establecido por Newton. Lo que sucede es que Mercurio está más cerca de la masa solar, y por tanto su desviación es más acentuada que la de los demás. En fin, que no hay planeta Vulcano, más allá del que aparece en la serie de ficción Star Trek.
martes, 9 de diciembre de 2025
LA MALDICIÓN DE MATUTE: Una vergüenza para el Perú
Como recordareis, hace unos días el Flamengo del Brasil se consagró campeón en la final de la Copa Libertadores 2025, disputada en el estadio Monumental de Lima. Además del vínculo con Perú por la sede, en redes sociales se viralizó la expresión “La Maldición de Matute” asociada al club Alianza Lima, del cual se dice que su estadio es sinónimo de mala suerte debido a los continuos fracasos de ese equipó, como se pudo ver también el último fin de semana, cuando un vez más, fue humillado en su propia casa, durante el torneo local. Cabe precisar ante todo que la expresión de la maldición resurgió por una curiosa relación con Alianza Lima y un maleficio futbolero que se mencionó en la previa del encuentro decisivo de la final de la Libertadores. Todo comenzó durante una transmisión de O’Globo TV, donde dos periodistas brasileños conversaban sobre historias y supersticiones vinculadas al fútbol sudamericano. Uno de ellos lanzó la pregunta que encendió la discusión: “¿Ya escuchaste hablar de la maldición de Matute, el estadio de Alianza Lima?” Su compañero, sorprendido, respondió que conocía otra creencia relacionada al club ‘íntimo’: la de que el equipo que enfrentaba a Alianza Lima en fase de grupos de la Libertadores no lograba coronarse campeón en esa edición del torneo. “El único que consiguió hacer la diferencia fue Cruzeiro una vez en la historia, pero en los años 2000 hacia adelante quien enfrentó a Alianza, no fue campeón de la Copa Libertadores de América”, señaló el periodista en vivo. Aquel intercambio se volvió rápidamente viral, generando miles de comentarios en Perú y Brasil. El primer periodista, además, explicó que existía otra versión más local del aparente maleficio: una broma recurrente entre hinchas de Universitario de Deportes hacia los simpatizantes de Alianza Lima, relacionada estrictamente con el estadio Alejandro Villanueva, (que lo renombraron como Yompian, donde ganan los que van) . “Es una historia bien local… una broma de los hinchas de Universitario con las personas de Alianza”, aclaró. También recordó que la primera final única de Libertadores en el 2019, disputada entre Flamengo y River Plate, alimentó estas supersticiones. En aquella ocasión, River había elegido entrenar en el estadio de Alianza Lima antes de perder el título, lo cual reforzó la narrativa entre aficionados peruanos de que dicho escenario traía “mala suerte” a quienes lo utilizaban como centro de prácticas. Tras obtener la Libertadores en Lima, Flamengo utilizó sus redes sociales para enviar un mensaje a Universitario de Deportes, club que le facilitó el Estadio Monumental para los entrenamientos previos a la final. “Gracias causitas por prestarnos la casa para el festejo otra vez”, publicó el ‘mengao’. La respuesta crema no tardó: “Siempre bienvenidos a nuestra casa, Monumental U, queridos irmaos de Flamengo”. Así, mientras Flamengo celebro un nuevo título continental, las supersticiones volvieron a ocupar un lugar protagónico en la conversación digital, alimentando el mito de la llamada “maldición de Matute” tras la caída de Palmeiras. “En Brasil hay una fuerte creencia en estas tradiciones. Flamengo no debería haber ido al estadio, salvo para el saludo con el capitán y el entrenador. No se hablaba del tema, pero era mejor no arriesgarse", afirmo al respecto Cassiano Carvalho de Agencia RTI Esporte y Radio Manchete. En tanto, Bruno Rodrigues de CNN Brasil, por su parte, señaló que no conocía del aparente maleficio de dicho recinto deportivo, no obstante, añadió que “es interesante que los hinchas conozcan ese dato. Al club que le toque entrenar en el Matute, conviene que el hincha sepa la fama del lugar y preste atención a las señales que se mencionan “expreso. Como podéis imaginar, en las redes sociales creen firmemente que la maldición existe, y es de muchos años atrás. “Alianza Lima es sinónimo de felicidad, de felicidad que da burlarse de sus fracasos” escriben en X (ex -Twitter). “Dicen que la maldición de Matute trae más mala suerte que cruzarse con un gato negro, pasar debajo de una escalera o derramar la sal. Todos saben que esa maldición es infalible de un equipo chico y descendido, salvado por la corrupta FPF de jugar en Segunda división” añade otro. En todo caso, lo que no saben muchos, es que, en los tiempos felices del Virreynato, el terreno donde hoy se levanta ese estadio, era utilizado como fosa común para arrojar los cadáveres de los esclavos negros traídos del África los cuales, a pesar de ser cristianizados a la fuerza, mantenían sus creencias ancestrales, por lo que al ser considerados herejes no merecían tener descanso eterno en tierras consagradas. Se sabe además que en ese lugar hacían ritos de magia negra y Vudú, invocando al demonio. No es de extrañar por ello que ese lugar sea maldito y ese equipo de futbol que allí tiene su estadio - por cierto, lleno de jugadores viejos y fracasados - no dejan de hacer el ridículo una y otra vez.
martes, 2 de diciembre de 2025
EL ENIGMA DE LOS SUEÑOS: ¿Por qué los olvidamos rápidamente?
Los sueños han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, actuando como ventanas a nuestro subconsciente y reflejando deseos, miedos y experiencias. Desde tiempos muy antiguos, los sueños se prestaron a ser interpretados ya que los hombres consideraban que conllevaban un mensaje benévolo u hostil, proveniente de potencias superiores, dioses y demonios. Ya en las primeras civilizaciones la humanidad ha considerado el sueño como un enigma inquietante. Lo ha transformado a la vez en soporte para una convención literaria, y en materia para una creencia supersticiosa. En todo el antiguo Oriente, como en la antigüedad grecorromana, se le ha considerado como el mensaje de un dios, quien por este medio pondría sobre aviso a los mortales sobre sus intenciones generales o acerca del destino que les reservaba. La historia bíblica nos da un ejemplo de este procedimiento en la interpretación dada por José del sueño del Faraón: las siete vacas gordas, sucedidas por otras siente vacas que devoraban a las primeras, constituye una sustitución simbólica de la predicción de siete años de hambre que habrían de consumir la abundancia que otros de prósperas cosechas produjeron en Egipto. Claro que esta interpretación simbólica es imposible en los sueños confusos desordenados, ilógicos. Desde entonces, los sueños siempre han estado envueltos en el misterio. Sin embargo, es común que, al despertar, estos relatos oníricos se desvanezcan rápidamente, dejando solo fragmentos o, en muchos casos, ningún recuerdo. La ciencia ha investigado este fenómeno, buscando entender por qué olvidamos los sueños al despertar y qué factores influyen en la capacidad de recordarlos. Durante el sueño, nuestro cerebro atraviesa diferentes fases, siendo la fase REM (Rapid Eye Movement) la más asociada con la actividad onírica. En esta etapa, la actividad cerebral es similar a la de la vigilia, lo que facilita la generación de sueños vívidos. No obstante, la consolidación de la memoria durante el sueño REM es limitada, lo que dificulta el almacenamiento de los sueños en la memoria a largo plazo. Esta característica podría explicar por qué, al despertar, los sueños se desvanecen rápidamente de nuestra conciencia. Diversos estudios, como el publicado en la revista Nature, han identificado factores que afectan la capacidad de recordar los sueños: 1-Patrones de sueño: La calidad y cantidad del sueño influyen en el recuerdo onírico. Interrupciones frecuentes o despertares durante la noche pueden aumentar la probabilidad de recordar sueños, ya que el individuo se despierta durante o inmediatamente después de un sueño. Por el contrario, un sueño profundo y continuo puede reducir esta posibilidad; 2- Edad: La capacidad de recordar sueños disminuye con la edad. Los adultos jóvenes suelen recordar más sueños que las personas mayores, posiblemente debido a cambios en la arquitectura del sueño y en las funciones cognitivas relacionadas con la memoria; 3- Rasgos de personalidad y cognitivos: Personas con una mayor propensión a la divagación mental o con una actitud positiva hacia los sueños tienden a recordarlos con más frecuencia. Estos individuos suelen tener una mayor conexión con sus procesos internos y una atención más centrada en sus experiencias subjetivas; 4- Estaciones del año: Investigaciones han sugerido que la estación del año puede influir en el recuerdo de los sueños, aunque los mecanismos detrás de este fenómeno aún no están claros. Factores como la variación en la duración del día, la exposición a la luz solar y los cambios en los patrones de sueño podrían desempeñar un papel. Los expertos señalan que para que la memoria y el aprendizaje se consoliden, el sueño es una parte fundamental. Durante el sueño profundo, especialmente en las fases no REM, el cerebro procesa y almacena información adquirida durante el día, fortaleciendo las conexiones neuronales y facilitando el aprendizaje. Sin embargo, la información generada durante los sueños, al no estar directamente relacionada con experiencias reales o aprendizajes específicos, podría no ser priorizada para su almacenamiento, lo que contribuye a su olvido. Aunque olvidar los sueños es común y generalmente no representa un problema, una capacidad alterada para recordarlos podría estar asociada con ciertas condiciones de salud mental. Por ejemplo, trastornos como la depresión o la ansiedad pueden influir en la frecuencia y naturaleza de los sueños, así como en la capacidad para recordarlos. Además, el contenido de los sueños puede reflejar el estado emocional del individuo, proporcionando información valiosa para terapeutas y profesionales de la salud mental. Para aquellos interesados en recordar sus sueños con mayor claridad, se pueden considerar las siguientes estrategias: 1-Llevar un diario de sueños: Anotar los sueños inmediatamente al despertar puede ayudar a reforzar la memoria onírica y aumentar la conciencia sobre el contenido de los sueños; 2- Establecer una rutina de sueño regular: Mantener horarios consistentes para acostarse y levantarse puede mejorar la calidad del sueño y, en consecuencia, la capacidad de recordar los sueños; 3-Practicar técnicas de relajación antes de dormir: meditar o practicar la respiración profunda puede ayudar a tener un sueño más reparador y aumentar la probabilidad de recordar lo que soñamos.
martes, 25 de noviembre de 2025
LOS DUENDES DE LA CARRETERA: Misteriosas criaturas de la noche
El Perú, un país rico en cultura y tradiciones, alberga una amplia variedad de leyendas y mitos que han perdurado a lo largo de los años. Entre estas historias, una de las más intrigantes y aterradoras son los denominados “Duendes de la Carretera” que se aparecen de improviso a quienes conducen por zonas remotas a altas horas de la noche. Se trata de criaturas míticas que, según la creencia popular, habitan en las regiones montañosas del país andino, especialmente en las carreteras aisladas y poco transitadas. A menudo asociadas con la naturaleza y los bosques, aunque también con lo paranormal, en la mitología celta, por ejemplo, se les conoce como "leprechauns", famosos por su amor por el oro y su habilidad para desaparecer rápidamente. En el Perú, habitan preferentemente en el interior de las minas y pueden ser benévolos o malévolos, dependiendo de cómo sean tratados. Estos seres suelen ser descritos como diminutos, con una apariencia humana, pero con características distintivas que varían según la región. Muchos relatos los describen como como criaturas grotescas y oscuras intenciones. Su comportamiento también varía: pueden ser juguetones y ayudar a los humanos, o traviesos y causar problemas. Se dice que estos seres diminutos y traviesos disfrutan confundiendo a los viajeros y jugando bromas pesadas. Las historias sobre los Duendes de la Carretera son variadas y a menudo inquietantes. Los viajeros afirman haber presenciado destellos de luz en medio de la oscuridad, escuchar risas misteriosas en la distancia o ver sombras fugaces cruzando la carretera. Estos encuentros pueden llevar a la confusión y el temor, ya que los duendes se esconden y se mueven rápidamente, dejando a los testigos preguntándose si lo que vieron fue real o producto de su imaginación. La pregunta que se hacen muchos es por qué los Duendes de la Carretera se centran en las carreteras. Algunos creen que estos seres prefieren los caminos solitarios para evitar a los humanos curiosos, mientras que otros sugieren que las carreteras son un lugar ideal para llevar a cabo sus bromas, ya que pueden confundir a los conductores y viajeros solitarios. Si bien no hay una receta infalible para protegerse de los Duendes de la Carretera, algunas personas han compartido consejos basados en la tradición popular. Se dice que llevar consigo una bolsa de sal, que se considera purificadora en muchas culturas, puede ayudar a mantener a raya a estos seres. Otros sugieren recitar oraciones de protección antes de emprender un viaje por carreteras aisladas. Testigos de aquellas apariciones cuentan historias impresionantes que les suceden cuando viajan en carreteras. En cierta ocasión, uno de ellos comento que cuando conduciendo a altas horas de la madrugada por la Vía de Los Libertadores, cuando al pasar cerca de un claro, iluminado a penas por la tenue luz de la luna, vio dos siluetas pequeñas que caminaban a la par de la carretera, conforme se iba acercando a las siluetas, creyó de que se trataba de niños ya que ambas no alcanzaban el metro de estatura, por lo que siguió manejando, pero al percatarse de que eran las tres de la mañana y tratarse en un lugar donde no se veían casas cercanas, pensó en detenerse y preguntar a esos “niños” si les había ocurrido algo pero al verlos a escaso metros cambio de opinión ya que tenían pinta como de demonios con los ojos rojos, orejas terminadas en punta y una macabra sonrisa en su rostro, acelero y cuando vio su espejo retrovisor, casi le da un infarto al ver a aquellos seres demoniacos en el asiento trasero de su auto, por lo que comenzó a rezar en voz alta y como pudo siguió manejando hasta que al llegar a un pueblo, cuando se dio cuenta que los dos seres habían desaparecido. Muchas personas creen que son fantasmas o demonios, que a esas horas hacen de las suyas con el fin de asustar a los incautos. Se dice que la clave para afrontar cualquier situación inesperada es mantener la calma y seguir con su viaje. Estas historias, que van desde encuentros misteriosos hasta aventuras inusuales, son parte de la experiencia de viajar por las difíciles carreteras del Perú.
martes, 18 de noviembre de 2025
LAS LUCES DE AUSANGATE: Encuentros con lo desconocido
Los Andes peruanos, con sus montañas imponentes, valles remotos y cielos despejados, han sido escenario de numerosos avistamientos de objetos voladores no identificados (OVNIS) a lo largo de la historia. Estos relatos, que oscilan entre lo increíble y lo inexplicable, han alimentado el misterio y la curiosidad de quienes buscan respuestas sobre lo desconocido. Desde campesinos quechuas hasta exploradores modernos, las historias de encuentros con fenómenos extraterrestres en esta región son tan fascinantes como inquietantes. Por cierto, los Andes peruanos ofrecen un cielo nocturno prácticamente libre de contaminación lumínica, lo que lo convierte en un lugar ideal para observar fenómenos celestiales. Sin embargo, algunas de estas observaciones trascienden lo astronómico y se adentran en lo paranormal. Los habitantes de las comunidades andinas han reportado durante siglos la presencia de luces extrañas, objetos voladores silenciosos y formas geométricas que desafían las leyes de la física. Al respecto, un estudio publicado en la revista Journal of Scientific Exploration señala que las características geográficas y atmosféricas de los Andes podrían crear condiciones únicas para fenómenos ópticos o electromagnéticos aún no completamente comprendidos. Uno de ellos ocurrió en 1986, cerca del nevado Ausangate en el Cuzco, donde decenas de pastores reportaron ver luces flotantes que parecían interactuar con las montañas. Los lugareños interpretaron este fenómeno como una señal de los apus (espíritus protectores de las montañas), mientras que otros lo atribuyeron a naves extraterrestres. «Las luces cambiaban de color y se movían como si estuvieran vivas. Algunas personas dijeron que escucharon voces, pero yo solo sentí un frío intenso», contó uno de los testigos del hecho. Cabe precisar que el Ausangate es una de las montañas sagradas más importantes para los incas y los pueblos andinos, quienes depositaban en ella una profunda confianza. Se cree que, en tiempos antiguos, el ser humano mantenía un fuerte vínculo espiritual con los Apus, que no solo protegían su entorno, sino que también otorgaban vida y sanaban dolencias que la medicina convencional no podía tratar. Los Apus no son simples montañas o valles. En la cosmovisión andina, estas entidades tienen una influencia directa sobre la vida y el destino de quienes habitan sus dominios. Ausangate, al ser uno de los Apus más poderosos, ha sido atribuido con múltiples dones como: 1- Curar. Se creía que los Apus poseían una energía especial que podía armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu. Quienes acudían a ellos con fe y respeto recibían su protección y sanación también Se creía que algunas enfermedades tenían un origen espiritual, causadas por energías negativas o desequilibrios en el ayni (principio de reciprocidad). Los Apus, como protectores, ayudaban a disipar estas fuerzas y restauraban el bienestar de la persona; 2-Control del Clima. Los Apus, como espíritus sagrados de las montañas en la cosmovisión andina, controlan el clima porque son los guardianes de los nevados y fuentes de agua, regulando las lluvias, vientos y estaciones para asegurar el equilibrio natural. Como intermediarios entre el cielo y la tierra, su influencia determina la fertilidad de los campos y la estabilidad del entorno. Se cree que su favor depende de rituales y ofrendas, ya que cuando son honrados, traen lluvias en su tiempo y protegen contra desastres naturales; pero si se les descuida, pueden enviar sequías, tormentas o heladas. Su poder no solo regula el clima, sino que mantiene la armonía entre los seres humanos y la naturaleza, garantizando la supervivencia en los Andes; 3- Hablar. En la cosmovisión andina, se creía que los Apus, podían comunicarse con los seres humanos, pero no de manera directa o audible. La conexión se establecía a través de sueños, visiones o señales naturales, como el comportamiento de los animales, el viento o el movimiento de las estrellas, que eran interpretadas como mensajes enviados por los Apus. Los chamanes o yatiris actuaban como intermediarios, guiando a la comunidad según lo que los Apus les indicaban. Además, durante los rituales de pago a la tierra o q’oa, los pueblos andinos ofrecían tributos y pedían favores a los Apus, esperando respuestas en forma de cambios en el clima o prosperidad en las cosechas, como señal de que los Apus escuchaban y respondían a sus peticiones; 4- Castigar. Los Apus podían «castigar» a las personas o comunidades que no cumplían con sus responsabilidades espirituales, principalmente si no realizaban los rituales u ofrendas adecuadas para mantener el equilibrio con la naturaleza. Este «castigo» no era punitivo en el sentido tradicional, sino una forma de restaurar el orden y la armonía. Se creía que los Apus podían enviar desastres naturales como sequías, tormentas, heladas o incluso enfermedades, como respuestas a la desarmonía entre los seres humanos y la naturaleza. La falta de respeto hacia los Apus o el incumplimiento de principios como el ayni era vista como una transgresión que perturbaba el equilibrio espiritual y físico, y su intervención buscaba corregir esa desarmonía; 5- Crear Maravillas. Los Apus, como espíritus sagrados de las montañas, eran vistos como seres divinos con el poder de crear maravillas debido a su conexión con la naturaleza y el equilibrio cósmico. Al ser guardianes de los elementos naturales como el agua, el clima y la fertilidad de la tierra, podían manifestar maravillas como paisajes impresionantes, manantiales de agua y tierras fértiles. Además, su rol esencial en el mantenimiento del equilibrio entre los mundos terrenal, espiritual e inframundo les otorgaba la capacidad de intervenir en la creación de la vida y la abundancia; 6- Proteger. Los Apus protegían todo lo que les rodeaba porque eran considerados los guardianes espirituales de las montañas y valles, y en la cosmovisión andina, las montañas no solo eran fuentes de vida y recursos, sino también centros de poder sagrado. Este vínculo de protección surgía de su rol esencial en el equilibrio entre los seres humanos, la naturaleza y el mundo espiritual. En primer lugar, los Apus eran vistos como las deidades que mantenían el orden cósmico, asegurando la prosperidad y el bienestar de las comunidades que vivían cerca de ellas. El Ausangate no solo era importante en el pasado; sigue siendo un punto de conexión entre la espiritualidad andina y la realidad cotidiana. La conexión entre los incas y los Apus era profundamente espiritual y cultural, ya que los Apus eran considerados dioses protectores, encargados de mantener el equilibrio entre el mundo físico y el espiritual. Además, lo consideraban uno de los guardianes más importantes del Imperio Inca y le rendían tributo con ofrendas y ceremonia en su honor. Pero no todos ellos tenían esa capacidad de comunicarse con los Apus, el único que podía comunicarse con ellos era el Sapa Inca (Gobernante legitimo del Imperio). La conexión entre los hombres andinos y Ausangate, una de las montañas más sagradas y veneradas de los Andes, era profundamente espiritual y simbólica. Para los pueblos andinos, especialmente para los que habitan la región de Cusco, Ausangate no solo es una montaña, sino un Apu poderoso, considerado un guardián y protector de la vida, la tierra y las personas. Hoy en día, los pueblos andinos siguen venerando a Ausangate como su protector. La relación con la montaña se mantiene viva a través de rituales, peregrinaciones y prácticas espirituales. No es de extrañar por ello que extrañas luces aparezcan en sus alrededores. Quizás sean sus mensajeros que buscan seguir manteniendo contacto con quienes en estos tiempos le rinden culto. Al respecto, un equipo liderado por el antropólogo Alan L. Kolata sugiere que estas historias de avistamientos podrían ser una fusión de creencias ancestrales y experiencias reales, reflejando cómo las comunidades interpretan fenómenos desconocidos dentro de su cosmovisión. Los encuentros con los OVNIS en los andes peruanos no solo despiertan nuestra curiosidad por lo desconocido, sino que también nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el cosmos. Estas historias desafían nuestras creencias y nos recuerdan que, incluso en una era tecnológica avanzada, todavía hay misterios que escapan a nuestra comprensión. Quizás, en algún rincón de estas montañas, se oculta una verdad que algún día revelará nuevas dimensiones de nuestro universo.
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