TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 2 de junio de 2015

#CHARLIECHARLIECHALLENGE: Una estrategia publicitaria que causó furor en la Red

Venga ya, siempre imagine que ese extraño juego era mas falso que la “inocencia” de Fujimori. Es por ese motivo que no le preste ninguna atención y el transcurrir de los días me ha dado la razón. En efecto, todo fue parte de una campaña publicitaria de la Warner Bros para su película The Gallows (La horca). Esta ouija artesanal se volvió viral la semana que pasó en las redes sociales como Twitter, pero resulta que este fenómeno no tenía nada de paranormal. Solo se trató de una estrategia que salió de la mente de los creativos de Warner Bros. Fueron ellos quienes lograron que este reto causara furor antes de comenzar con la promoción de The Gallows, que narra cómo unos estudiantes deciden recrear la tragedia que ocurrió 20 años en un teatro de Estados Unidos. Los estudiantes no la pasarán nada bien al invocar al difunto que se llama Charlie con una ouija artesanal, hecha con 2 lápices colocados sobre una hoja dividida en cuatro con dos “sí” e igual número de “no”. Para los que creen en fenómenos paranormales, el reto consiste en hacer preguntas que Charlie, un misterioso demonio, responde moviendo los lápices “¿Charlie, Charlie.. estás ahí?” es la pregunta que da pie a los terroríficos sucesos de The Gallows, que fue filmada como un falso documental al estilo de Rec y The Blair Witch Project. Los efectos del #CharlieCharlieChallenge aún se pueden ver en Twitter, donde el hashtag fue usado por millones de personas; Como sabéis, este fenómeno comenzó el pasado 24 de mayo cuando un usuario de Twitter llamado @_kluh fue el primero en utilizar la etiqueta #CharlieCharlieChallenge. La tendencia se extendió como la pólvora en parte gracias a que un buen número de estrellas de las redes sociales en Estados Unidos y artistas famosos como los integrantes de One Direction, se engancharon al juego. Desde entonces se apoderó de Internet y comenzaron a circular toda clase de historias acerca de su origen, que como sabemos ahora, de “demoníaco” no tenía nada.