TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 2 de agosto de 2016
EL OVNI DE TICLIO: Encuentros cercanos en la Cordillera de los Andes
Un extraño suceso ocurrido en el el mes de enero de 1977 en la cumbre de Ticlio - ubicado en la sierra de Lima - es considerado por muchos investigadores como un encuentro cercano del tercer tipo. En efecto, según informó en esa época el diario La Prensa, el protagonista de este singular caso fue el conductor de un camión que transportaba una pesada carga por la siempre congestionada Carretera Central, el cual había salido de Lima con dirección al centro del país y al pasar a eso de las 7 de la noche por Ticlio, ruta principal a la ciudad minera de La Oroya, tuvo una extraña experiencia de la que el mismo se sentía sorprendido, según contó al reportero que lo entrevisto en su casa, a quien aseguró que como modo de prueba de aquel inesperado encuentro, llevaba en su pecho las huellas de manos extraterrestres. El protagonista de este singular hecho cuenta que el 16 de enero de ese año, conducía como siempre su camión por la Carretera Central y nada hacia presagiar lo que le ocurriría mas adelante. En efecto, según narró en esa ocasión “era las 7 p.m. y yo continuaba mi viaje sin novedad por la subida del asiento minero de Morococha mientras veía como me adelantaban autos y ómnibuses en la ruta que cubría rumbo a mi destino. Sin embargo, cuando llegué a la cumbre de Ticlio, sentí de improviso como el camión que conducía se inclinaba hacia atrás, exactamente al lado posterior derecho. Preocupado por ello busque un sitio amplio para estacionarme a un lado de la carretera y cuadré mi camión bajando del mismo para revisar las ruedas, constatando que una de ellas estaba completamente baja por lo que tenía que cambiarla. Eran aproximadamente las 9 p.m. y en aquella cumbre hace un frío terrible ya que el cielo esta completamente despejado por lo que tenía que acelerar mi trabajo. En el transcurso de todo este tiempo habrían pasado de 10 a 12 carros, y cuando ya estaba ajustando la última tuerca, note un objeto proveniente del cielo que iluminaba la carretera con una luz más potente que cualquier otro auto. Pensé que se trataba de un helicóptero, pero me preguntaba porque no hacia ningún ruido. Volví a lo mío para terminar el trabajo, cuando de repente aparecieron 2 jóvenes por delante de aquel objeto - que se había posado en el suelo sin darme cuenta y me iluminaba con una luz intensa - quienes al llegar al lugar dónde me encontraba trabajando, me preguntaron que pasó y yo les contesté que se me bajó una rueda y con este frío que hace estoy helado. Ellos me contestaron: ¿necesitas algo? y les respondí que una soga y allí levanté la vista para dirigirles la palabra, cuando me percaté que eran dos jóvenes de tez blanca, ambos vestían con una especie de mamelucos y sin sombrero. Uno de ellos me entregó una soga fina muy diferente a las que usamos y les pregunté que dónde la habían comprado y me contestaron que en la marina. Por eso, en vez de amarrar la rueda, para no malograr la soga procedí a pasarla por el centro de ella y le alcancé la punta suplicándoles que cuando yo estuviera arriba sobre el tanque me la alcanzaran, allí es cuando la rueda se elevó casi sola colocándose en el lugar donde yo deseaba ponerla. Me quede algo asombrado pero contento pues pensé que ellos habían empujado fuerte y la casualidad hiciera que la rueda se colocara en el sitio deseado.Baje del camión agradeciéndoles la ayuda y cuando procedía a recoger mis herramientas sentí que uno de los jóvenes, pasándome las dos manos por debajo de las axilas. Me agarro el pecho y pude sentir como era alzado fácilmente, por lo reaccioné bruscamente pensando que me iban a robar, pero en ese mismo instante, el que estaba más atrás del camión, me iluminó con una luz fuerte y perdí el conocimiento. Desperté luego de una hora, sintiendo un frío intenso en el cuerpo, y me sorprendí al darme cuenta que estaba con el camión en marcha, manejando en la recta de Casapalca, mas comprendiendo mi extraña situación de cómo podría estar haciéndolo estando dormido, me asuste y paré el camión junto a otros que ya se encontraban estacionados. Es así que para calmarme, entre a un café a tomar algo caliente y luego al baño al sentir un calor en mi pecho, por lo que al levantarme la chompa encontré que tenía las huellas nítidas de dos manos recordando de inmediato lo que me había sucedido en Ticlio. Y es así como tengo estas marcas que aún son visibles, no obstante haber pasado más de un año” puntualizó. Según cuenta el reportero del citado diario, efectivamente le mostró las marcas que tenia en su pecho “huellas que sin duda son de extraterrestres”, aseveró.