TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 24 de julio de 2018

MARCAHUASI: La inexplicable selva de piedra en el Perú

Si mal no recuerdo, en el 2011 escribí una nota acerca de la presencia de extraterrestres en aquel extraño lugar, al cual por supuesto visite tal como lo prometí en dicha ocasión y si bien no encontré ningún alienígena, no dejo de llamar mi atención las imponentes moles de piedra de caprichosas formas creadas por la naturaleza que existen allí. Ubicado a 80 kilómetros de Lima, y a casi 4,000 metros de altitud, Marcahuasi es el enigma sin resolver por excelencia, y uno de los lugares de poder místico más importantes del Perú. Considerado al principio como un bosque de piedras en medio de la meseta andina, hoy es considerado como lo que realmente es: una serie de tallas y esculturas huecas en la roca natural, que al verse desde un punto de vista determinado o dirección geográfica (y en condiciones de iluminación especial), nos muestran toda una «biblioteca en piedra», creada por un pueblo desconocido, poseedores de una religión panteísta que los conecta directamente (y muy estrechamente), con todas las antiguas civilizaciones del mundo. La técnica de estos enigmáticos escultores, no se ha vuelto a repetir en ningún pueblo conocido, en ningún momento de la historia de la humanidad. Descubierta por el investigador Daniel Ruzo en 1952, el cual a partir de ese momento, pasó casi nueve años en el lugar, investigando y fotografiando las enigmáticas figuras de piedra, desarrollando a partir de sus investigaciones, la teoría de la existencia en un remoto pasado, de un pueblo avanzado y desconocido, denominado por él “Civilización Masma”. Todos sus descubrimientos, en aquella época, fueron publicados en su libro: “Marcahuasi: la historia de un fantástico descubrimiento”, editado en 1974. Si bien Ruzo trató de descifrar el significado y mensaje de estas tallas, él mismo aseguró que sólo había podido fotografiar e investigar el 10% de los monumentos de Marcahuasi. Las esculturas monolíticas de Marcahuasi se destacan por el hecho inexplicable de que, según el ángulo que se miren, la fecha del año o el tipo de iluminación, cada talla muestra más de una imagen distinta: en el denominado “Monumento a la humanidad” – que ilustra nuestra nota - se pueden apreciar hasta catorce rostros diferentes a la luz del Sol y dos sólo visibles a la luz de la Luna. Asimismo, el denominado “El Cóndor”, varía de forma cada sesenta grados; otros como “El Felino” solo pueden ser vistos en la semana del solsticio de invierno,… Pero aquí no acaban los enigmas de este rompecabezas de misterios, llamado Marcahuasi: investigadores posteriores a Ruzo detectaron también la existencia de 22 centros de energía en el complejo (conocidos como vórtices o “vortex”); dichos centros tendrían diferentes cualidades o funciones: tres ubicados en la parte más alta e inaccesible de la meseta, servirían para el uso exclusivo de individuos preparados para lidiar con potentes haces de energía. Otros siete centros de energía, solo se activan en determinadas fechas de la semana, mientras que los otros doce restantes, se activan con las fases de la Luna. Todos son considerados como poseedores de poderes curativos. Casi todos pueden ser «percibidos» por cualquier persona (creyente o no). Al parecer, los antiguos chamanes andinos de los contornos, conocían desde hace mucho tiempo, el magnetismo, el poder y las cualidades de Marcahuasi, dado que aún realizan ciertos rituales en este lugar: una de ellas se realiza cada 5 de enero, por parte del brujo de San Pedro de Casta, frente al monumento que (como no podía ser de otra forma), se llama “La Bruja”. Marcahuasi también cuenta con sus leyendas: el lugar de la meseta con las historias más interesantes es el “Infiernillo”, o el lugar infernal. Se trata de una gran grieta de roca; se dice que cualquiera que se atreva a saltar a través del Infiernillo será “tragado”, quedando atrapado dentro de la tierra,… para nunca más volver. Otro mito que rodea el Infiernillo es que si una persona entra en la grieta, encontrará en el interior de la tierra, una montaña, y saldrá en la desembocadura de un río lejano, pero la persona nunca será la misma y no pueden volver jamás a vivir en sociedad: rehuirá a los seres humanos, viviendo entre animales salvajes. Debido a eso los lugareños optan por no visitarlo. También existe la leyenda de Soxtacuri: éste era el dios vivo que se dice que gobernó desde siempre el altiplano de Marcahuasi. Cada mes de enero se reunía con todos los jefes de los valles circundantes para intercambiar ideas. Se cuenta que cada año, se ofrecía el sacrificio de una mujer, a su amado Soxtacuri. Pero que un año no lo hicieron, y lleno de ira, Soxtacuri se trasladó a Bolivia: se dice que al darles la espalda, las bendiciones también se alejaron de la meseta; en ese preciso momento, arribaron los españoles a la meseta de Marcahuasi. Por cierto, el trono de Soxtacuri talado en piedra sigue aún en la meseta. Como es obvio, Marcahuasi es también un famoso lugar de avistamientos de OVNIS. Los pobladores de San Pedro de Casta, aceptan dichos avistamientos como lo más normal del mundo. Es mas, uno de ellos cuenta de un encuentro que tuvo en agosto de 1963. “La noche era clara con una luna llena; aproximadamente a las 2:00 AM, caminaba cerca de algunas ruinas, para revisar a su ganado en la meseta. Cuenta que entonces vio un objeto, ‘como un carro de fuego’, apareciendo en el cielo frente a él, a 20 metros de distancia” escondiéndose debajo de una tumba, mientras seguía viendo el fenómeno. Lo describe como de aproximadamente de 3 metros de diámetro y con seis filas de luces. Fuera del vehículo, también pudo observar a cinco seres, de 1.20 de estatura, y que vestían de naranja y marrón, y que calzaban botas. “Los seres recorrían el terreno tocado las piedras,… como si se tratase de inspección. Luego regresaron al vehículo y partieron, volaron hacia el norte, la misma dirección de donde habían venido” aseveró. Todo el encuentro duró apenas tres minutos. Otros en San Pedro han tenido similares encuentros: se recuerda aún un avistamiento ocurrido en 1988, cuando de noche, un disco plateado, metálico, con múltiples luces de colores, surgió de Marcahuasi y atravesó el pueblo, a la vista de todos. Pero no solo los lugareños tienen el privilegio de ser testigos de tales avistamientos en la meseta: desde que Marcahuasi se ha convertido en un destino preferido por campistas, se vienen reportando constantemente, por parte de los visitantes a este remoto lugar, apariciones de luces nocturnas sobre el cielo estrellado de Marcahuasi, la meseta de los misterios.