TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 24 de septiembre de 2019

SU CRUELDAD NO CONOCE LÍMITES: El misterio de la sirena de Gocta

En el corazón del territorio de los Chachapoyas, la civilización que dominó el nordeste del Perú antes de la llegada de los Incas a esta zona, las aguas de una imponente cascada se pierden en la inmensidad de la selva. Con sus dos caídas y sus 771 metros de altura, la catarata Gocta se ha convertido en uno de los principales atractivos de la zona con mayor proyección turística del Perú. Protegida por la densa vegetación y por las supersticiones de la población local, la existencia de la catarata Gocta se había mantenido silenciada prácticamente hasta nuestros días. ¿Qué mitos y leyendas esconde esta cascada para que su existencia se haya mantenido en secreto durante tanto tiempo? Desde su infancia - nos recuerda el guía - era considerado un lugar donde no debía ir. “Nuestros padres nos advertían que una enorme serpiente frecuentaba el primer salto y que sus aguas eran peligrosas” aseveró. Pero, lo que más temían era la presencia de la sirena. Cuenta la leyenda que un hombre desapareció entre las aguas de la catarata Gocta luego de ser visto por última vez por su mujer en compañía de una sirena que custodiaba un tesoro. Para nuestra sorpresa, el guía nos explica que el desaparecido fue un vecino de Cochachimba. Un poblador con nombre y apellido, que además - asegura - resultó ser familiar suyo. Cuenta la leyenda que este solía pasear a solas por la catarata. Subía el curso del río hasta llegar al corazón de la cascada donde se le aparecía una sirena, a quien mas de una vez la visitaba, quien le recompensaba con oro y piedras preciosas, que guardaba celosamente evitando las sospechas de su mujer al volver a casa. Con el tiempo, su esposa empezó a sospechar sus tardanzas y un día encontró aquellos pequeños tesoros en los bolsillos de su pantalón a causa de un descuido. Su mujer no podía contener sus dudas y celos. Al siguiente día, el sentimiento de traición la hizo perseguir a su marido en silencio. Lo siguió por el cauce del río a una prudente distancia y al llegar a la cascada se escondió entre unas rocas. Apareció la sirena y pudo ver como se sentaban sobre unas rocas y se ponían a conversar. Los celos no pudieron contenerla por más tiempo y se dirigió hacia la pareja no sin causar un estrepitoso ruido al tropezar con las rocas. La sirena la vio y rápidamente agarró a su marido y desaparecieron juntos en las profundidades de la cascada. Nunca más se supo de el. En cuanto a la mujer, al acercarse a para ver donde habían caído, vio de repente surgir de las aguas una gran serpiente - que hace a su vez de guardaespaldas de la sirena y custodia una olla de oro que se encuentra en el fondo de las aguas – con la intención de atacar a la mujer, pero esta logró escapar con vida. Se dice desde entonces que la sirena ha vuelto a aparecer para que con engaños, se lleva a sus victimas para arrancarles el corazón, con el cual se alimenta, dejando el resto del cuerpo a la gran serpiente que custodia su tesoro. Al parecer, continua haciendo de las suyas, ya que el guía nos confeso que recientemente un primo de su mujer llegó alterado a casa asegurando haber visto en las cercanías de la catarata a “una persona con la parte de arriba con forma de mujer y la parte de abajo con forma de pez”. Pronto percibimos que para ellos, la historia de la sirena no se trata de una simple leyenda. Cabe recordar que en aquella zona de la selva amazónica moraron entre el año 1.000 y el 1.400 los Chapapoyas, un pueblo admirado por haber resistido con éxito a todos los intentos de conquista perpetrados por los Incas. Queda como vestigio de su presencia una monumental fortaleza prehispánica, Kuelap, el mayor atractivo de la región. La catarata Gocta, pese a que el mundo la conoce desde hace poco, ya cuenta con gran cantidad de turistas nacionales e internacionales, que llamados por el misterio que encierra acuden a visitarla. El acceso no es fácil, ya que para llegar a ella hay que un largo camino de tierra y piedras, lo que significa una ardua caminata de aproximadamente cinco horas. Pero vale la pena hacerlo para deleitarse de esta maravilla de la naturaleza.