Todos recuerdan a una pobre enferma mental, llamada Isabel Flores de Oliva (más conocida como Santa Rosa de Lima) quien en su insania no solo se azotaba el cuerpo hasta hacerlo sangrar, sino que afirmaba “que podía hablar con Dios y con los mosquitos”. Si no termino quemada por la Inquisición por loca es un misterio que nunca podremos averiguar, ya que por esos tiempos de fanatismo religioso, hubo casos similares donde quienes profesaban semejantes disparates, terminaban en la hoguera por brujas. Hago esta introducción porque en este país bananero llamado Perú, aun existe gente que da crédito a esta clase de mentiras creadas con el fin de desviar la atención pública de los verdaderos problemas que la aquejan. Precisamente fue durante la sangrienta dictadura fujimorista - instaurada mediante un autogolpe de Estado en 1992 - cuando se dio a conocer a través de la prensa basura toda una serie de noticias sensacionalistas, cada una más ridícula que la otra, como fueron los casos de Sarah Hellen, los Cristos pintados y las vírgenes que lloran, que recibieron un amplio apoyo mediático de aquellos medios vendidos en cuerpo y alma a la mafia asesina. Como recordareis, por aquellos aciagos años, cuando los comandos paramilitares y las denominadas “fuerzas del orden” por encargo expreso de Kenyo Fujimori, asesinaban de manera vil y despreciable a decenas de miles de peruanos, so pretexto de “luchar contra el terrorismo” y mientras el Congreso “elegido” a dedo por la dictadura preparaba una nueva Constitución a medida del sátrapa de origen japonés, en junio de 1993 una historia de terror, se siembra en los estudios de Univision en Miami y estallo en el puerto sureño de Pisco, en Perú. En el show de Cristina Saralegui, la leyenda urbana de Sarah Hellen se hace tan popular que se vuelve un problema de Estado. Es decir, una cortina de humo adecuada para un régimen asesino que abrazará los psicosociales como el mejor sedante para su estupidizado pueblo. Al pánico había que sumarle un cementerio y, por si faltaba una dosis de miedo, también aparecía el conde Drácula en la historia. Sarah Hellen, decían, regresaría luego de 80 años para su vengar su trágica muerte, donde fue acusada de bruja y amante del noble de Transilvania. Como nunca antes, el camposanto pisqueño fue visitado por tanta prensa nacional y por quienes se creyeron el cuento. Al final y como era de esperar, nada ocurrió. En la actualidad, el nicho de Sarah sirve de altar para pedir ‘milagros’ amorosos; Como si ello no fuera suficiente, de un momento a otro, comenzaron en diversos lugares a “aparecer” imágenes de Cristos pintados, que en realidad eran sombras caprichosas producto de la humedad en las paredes, y hubo quienes no tardaron en catalogarlos de “milagrosos”. Para redondear la faena, por lo grotesco, cuando en el país se presentó una epidemia de cólera contabilizándose 37.000 casos mientras la gente moría como moscas en los hospitales, Fujimori al no saber que hacer y para desviar la atención de su incapacidad para enfrentarlo, ordeno la realización de una campaña distractiva y es así como por arte de magia, la prensa basura empezó a cambiar sus portadas, presentando una noticia proveniente del Callao, la cual indicaba que en una vivienda la dueña - una ferviente devota de la virgen, que tenía tres imágenes de yeso - afirmo que una de ellas “había llorado sangre” lo cual obviamente causo gran alarma entre los crédulos devotos, quienes creyeron que ese hecho correspondía a un ‘castigo divino’ por la crisis política y económica que vivía el país. Es así como las madres llevaban a sus bebés para que “tocaran” a la virgen y kilométricas colas se formaban para llegar hasta la imagen con el fin de pedirle un “milagro”. En el colmo del ridículo, el propio genocida visito a la virgen - hay registros testimoniales y fotográficos de ello -“para pedirle por el Perú”. Pero pronto la verdad salio a la luz y se descubrió que toda esta burda historia fue ‘armada’ desde el Servicio de Inteligencia Nacional por el siniestro psiquiatra Segisfredo Luza. Allí se descubrió que la dueña del inmueble y custodia de las ‘vírgenes’ era hermana del chofer oficial del sátrapa y trabajaba en Palacio de Gobierno. Se supo además tras un análisis, que “las lágrimas de la virgen” era en realidad aseptil rojo. La patraña quedo al descubierto. En cuanto a Fujimori, mejor hubiese pedido por el mismo cuando acudió a visitarla, porque tras la caída de ese régimen criminal y su cobarde fuga del país en el año 2000 para ser finalmente capturado en el 2007, pudo ser juzgado y condenado ejemplarmente a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Pero el oprobioso final de la dictadura fujimorista no significo que dejase de utilizarse ese método, ya que durante el régimen aprista a raíz de la matanza de Bagua en el 2009 por órdenes de Alan García, se dio a conocer la “aparición” de los phistacos (que según leyendas ancestrales son seres demoníacos que extraen la grasa humana del cuerpo) para desatar el terror. En efecto, el segundo gobierno aprista no aguantaba un conflicto social más. Tenía la sangre del 'Baguazo' en las manos y cerca a final de año la revista Time publicaba la aparición de un escuadrón de la muerte en Trujillo. En la versión oficial, el entonces ministro del Interior Octavio Salazar desestimo el caso. O sea, desmintió que en el norte del país unos policías ejecutaban a delincuentes, y en cambio giro toda la atención hacia Huánuco, donde las autoridades habían encontrado “un rudimentario laboratorio de extracción de grasa humana”. El mito del 'pishtaco' o degollador se hizo realidad. Se encontraron ‘culpables’, que se declararon luego inocentes, y víctimas desaparecidas que no pudieron defenderse. Los medios de comunicación se encargaron de amplificar la farsa y de esta manera las denuncias acerca de la existencia de comandos paramilitares pasaron a segundo plano, por lo que Salazar se mantuvo en su puesto hasta el final del gobierno aprista. Juzgue, usted. Ahora Vizcarra se une a ellos y para tratar de que no se hable de su desastrosa gestión para enfrentarse al Coronavirus, hizo que desde una lejana provincia del Perú, una endemoniada niña - cuya identidad no fue revelada - entrevistada en una radio local, quien hablando “sobre lo que le dijo Dios”, advirtió a las personas que no salgan de sus casas el pasado martes 21 de abril. Y hubo quienes le creyeron. En efecto, la susodicha afirmo en aquella oportunidad: “El señor me dijo que es verdad, que él mandó un ángel. Dice que es un humo el que va a venir, entonces esa enfermedad va a agarrar a los que estén afuera de su casa ese día, y va a empezar a matar gente a quien esté afuera” señalo. Lo grotesco de todo es que esa burda “premonición” se volvió viral y salto de celular en celular para que al menos más de uno piense bien si salir o no de casa aquel “fatídico” día, y si bien hubo calles que estuvieron mayormente desiertas - tal como quiso el (des)gobierno vizcarrista para ocultar su ineptitud - hubo quienes salieron como todos los días desafiando la citada “profecía” y nada les paso. Por cierto, el mensaje es una burda copia de una de las plagas que azotaron Egipto, según la Biblia. Ni en ello fueron originales quienes crearon tal psicosocial. Venga ya ¿Por qué en el Perú son tan adictos a esta clase de noticias falsas? En casos como el actual, las intenciones políticas son claras. Vizcarra como todo dictador, necesita distraer a los peruanos para poner en práctica su aberrante agenda buscando reelegirse el 2021 a pesar de estar legalmente impedido de hacerlo. Su desesperación es tal que hará lo imposible por conseguirlo. Y es que sabe la cárcel le espera apenas deje Palacio debido a sus graves delios de corrupción en los que aparece seriamente comprometido, por lo que no nos sorprenda si en las próximas semanas aparezcan mas operativos de distracción como el citado. No os dejéis engañar.