TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 13 de abril de 2021

THEIA: Un antiguo planeta que se oculta en el interior de la Tierra

Diversas teorías han tratado a lo largo de la historia de establecer cómo se formó, hace 4.500 millones de años, la Luna que orbita alrededor de nuestro planeta Tierra, las cuales explican cómo pudo aparecer este astro en nuestro firmamento cien millones de años más tarde que el Sol. La hipótesis predominante y más apoyada por la comunidad científica es la del gran impacto gigante, que afirma que la Tierra chocó con otro planeta primitivo y la colisión produjo cantidades ingentes de calor, que crearon océanos de magma y expulsaron restos que se quedaron orbitando alrededor de la Tierra. Dicha materia flotante fue uniéndose y dio como resultado la formación de la Luna, el quinto satélite natural más grande del Sistema Solar. Tal y como ocurrió con otros planetas, la Tierra se formó a raíz de la inmensa nube de polvo y gas que quedó en órbita alrededor del sol, y que creó también diversos cuerpos que no llegaron al estado planetario completo. Entre ellos se encontraba Theia, el cuerpo del tamaño de Marte que, según esta hipótesis, colisionó con la Tierra arrojando materia de la corteza de nuestro joven planeta. Esta teoría explicaría por qué la Luna tiene una densidad menor que la Tierra. Cabe destacar que el nombre de Theia proviene de la mitología griega, ya que Theia o Tea era la titánide madre de la diosa lunar Selene. Se dice que el impacto entre Theia y la Tierra generó una energía cien millones de veces mayor que la disipada en el evento que posteriormente aniquiló a los dinosaurios, según la NASA, y que partes del protoplaneta yacen en lo profundo de la Tierra. Precisamente por ello, toma gran importancia una teoría que han presentado en un estudio miembros de un equipo científico de la Universidad de Arizona. Se sabe que desde hace mucho tiempo, los sismólogos de todo el mundo estudian varias manchas de origen desconocido que se encuentran debajo del Océano Pacífico y África Occidental, los cuales tienen unos 1.000 kilómetros de altura y están situadas sobre el núcleo terrestre. “Aquí, demostramos que el manto de Theia puede ser intrínsecamente varias veces más denso que el manto de la Tierra, lo que permite que los materiales del manto de Theia se hundan hasta el manto más bajo de la Tierra y se acumulen en pilas termoquímicas que pueden causar las LLSVP (grandes provincias de baja velocidad de corte o superplumas) observadas sísmicamente” explica en su estudio Quan Yuan, coautor del trabajo y miembro del Arizona State Collage, Este hallazgo no deja con claridad el origen de Theia, pero podría demostrar que las LLSVP representan fragmentos antiguos del protoplaneta que colisionó con la Tierra y formó finalmente la Luna. Esto, además, sucedió cuando los dos mundos se encontraban en una fase de desarrollo por lo que nuestro planeta podría seguir teniendo restos de esta colisión en su manto más profundo. Esta teoría de un Theia masivo explicaría también la enorme escala de las LLSVP, por lo que el protoplaneta se habría fusionado con el núcleo de nuestro planeta luego del momento de la colisión. A pesar de ello, la investigación sigue su curso y queda aun mucho camino por recorrer, según los investigadores, para afirmar que efectivamente restos de este enigmático protoplaneta se encuentran ocultos en el interior de la Tierra, por lo que es necesario nuevos y detallados estudios al respecto. Aun así, seria difícil confirmarlo, ya que para nosotros es imposible acceder a sus profundidades, por lo que todas las conclusiones a los que se lleguen se trataran de meras suposiciones y el misterio continuará.