TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 5 de julio de 2022

SECUESTROS EXTRATERRESTRES EN EL PERÚ: ¿Más frecuentes de los que parecen?

Al igual que ocurre en el resto del mundo, los secuestros extraterrestres - o abducciones alienígenas como también se les conoce - han ocurrido con inusitada frecuencia en el Perú, solo que en estos casos, al igual que sucede en otras latitudes, son cubiertos con un manto de silencio por sus protagonistas, ya sea por temor o vergüenza, creyendo que nadie les va a creer o inclusive ser tildarlos de locos. Este fue el caso de un policía que había sido destacado al distrito de Pampas, en la provincia de Tayacaja (Huancavelica), quien asegura que en 2006 fue abducido en el lugar por seres de otros planetas, rompiendo su silencio luego de varios años ahora que está retirado de la institución policial, según aseguro a un diario local. En efecto, el 2 de marzo de aquel año, cerca de las 21:30, el citado agente - quien pidió reserva de su nombre - realizaba su recorrido de rutina por una zona rural cercana a la población, a bordo de una camioneta, llegando a un lugar conocido como “el cruce de los muertos”. En este punto, distante a 25 kilómetros de distancia de donde se encontraba divisó entre la cordillera un extraño resplandor. Pensando que podían ser cazadores furtivos, detuvo el vehículo, tomo su casco y descendió del coche. Caminó por el lugar, pero no pudo ver ni escuchar nada, hasta que a los pocos minutos, cuando se disponía a regresar, aparecieron sobre el cielo unas extrañas luces que inmediatamente lo encandilaron y lo paralizaron. A pesar de tener 31 años, poseer un gran estado atlético y de que había participado hacía un año en un programa de capacitación para fuerzas especiales, la situación lo tomó totalmente por sorpresa. No tuvo tiempo de desenfundar su arma, ni de ninguna otra reacción. El policía estaba a un costado del cruce, enceguecido por las luces y casi estático. Solo podía mover sus manos. Un extraño cosquilleo recorría su cuerpo, luego noto que una luz blanca lo envolvía completamente, en el cual eran visibles unas oscuras siluetas que se le acercaban. Luego no recordó nada más en ese momento. Entretanto, al no reportarse a la comisaria, inmediatamente se dispone su búsqueda y se da aviso a todos los policías disponibles para que busquen al agente desaparecido. Pero luego de una incesante búsqueda, solo encontraron la camioneta abandonada con las luces encendidas y su arma de reglamento tirado a un lado, pero del agente no había rastro alguno ni huellas de violencia, ni tampoco huellas de otro vehículo. Simplemente parecía como si se lo había tragado la Tierra. Para empeorar las cosas, a las 2 de la mañana comenzó a llover torrencialmente y una fuerte tormenta azotó la zona complicando más la búsqueda. A eso de las 15:55 - luego de varias horas que no se sabía nada de él - en un punto distante a 15 kilómetros de donde había desaparecido, un campesino encontro en sus tierras a un hombre, sentado y con su rostro oculto por sus brazos. Era el policía al que tanto buscaban sus compañeros. El campesino intentó comunicarse con él, pero este no contestaba. En ningún momento emitió ninguna palabra. Como el hombre no reaccionaba, quien lo encontró fue en busca de la policía que se sabía que lo estaban buscando desde hacía horas. Cuando estos llegaron al lugar y lo reconocieron, lo levantaron y lo cargaron, solo en ese instante el policía reacciono y al ver a sus compañeros, se puso a llorar. Volviendo al campesino que lo encontró, este no observó en ningún momento huellas de calzado o de vehículo en el lugar. Fue como si al policía lo hubieran dejado ahí del cielo. Un dato curioso, recordó que la noche anterior había llovido, y mucho. Según lo declarado en el expediente policial, la lluvia recién dio tregua a las 13.30; sin embargo, el pullover de color negro, que llevaba puesto la víctima, al tocarlo estaba seco, al igual que su pantalón. Los botas si estaban mojadas, pero no como de lluvia, sino como si hubiera andando caminando entre los pastos, pero no tenía ninguna semilla pegada al pantalón, un signo de que nunca se metió al campo. Al llegar a la Sanidad de la PNP en Pampas, detectaron que tenía los pies con algún tipo de quemadura, con ampollas, y en el medio de estas, pequeños puntitos. El policía insistió en todo momento que lo llevaran a una habitación sin luz. Esa fotosensibilidad duró un tiempo. Luego vino un sumario, la investigación y finalmente la baja del servicio, siendo pasado a retiro obligatorio, porque desde el momento del incidente no pudo volver a trabajar, debido al trauma generado por la experiencia. Es obvio que la desaparición del policía en esa ocasión fue todo un misterio, todo es compatible con una abducción alienígena de las que tanto se habla. En confianza, nos conto sobre unas imágenes vagas que recordó de esa noche, que veía el campo desde arriba del cual habia sido elevado por una extraña fuerza, como que él estaba a bordo de algo y que veía como todo se iluminaba mientras iba pasando. Recuerda que cuando apoyaba los pies, sentía mucho calor. Asegura que no quiere pasar nunca más por lo mismo y que todavía hoy, a pesar de los años transcurridos, lo recuerda vivamente y ello aun le causa temor.