TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 29 de octubre de 2013

FUJIMORI: El monstruo está entre nosotros

En vísperas del Halloween es necesario referirnos en esta oportunidad a una espantosa criatura nacida en la oscuridad de la noche que desato una ola de terror entre los peruanos y cuyos abominables crímenes y latrocinios sin parangón alguno en la historia aun se recuerdan con horror. Lo terrible de todo esto, es que este despreciable engendro del demonio - a diferencia de sus otros congéneres de la misma especie, de los cuales nos hemos ocupado anteriormente - es real y cual bestia herida y acorralada desde su celda de la Diroes, aparece constantemente “pontificando” en la prensa basura liderada por El Comercio (la misma que se vendió a ese régimen asesino a cambio de millones de dólares robados del Erario Público, delitos inmortalizados en los tristemente celebres vladivídeos que los pintaron de cuerpo entero). Pero ¿cuando surgió esta pesadilla? Esta leyenda de horror infinito apareció en el Perú a mediados de la década de los ochenta del pasado siglo, cuando el país se debatía en medio de una ola de violencia, generada por las huestes asesinas de Sendero Luminoso y ante los cuales los gobiernos de turno no podían ni sabían hacerle frente. Es en ese contexto que en las elecciones de 1990 se presentó un oscuro profesor universitario (Kenyo Fujimori) quien de la mano de Alan García - su socio del delito - gano los comicios, utilizando para ello la Guerra Sucia contra su adversario de turno - Vargas Llosa - que tan pérfidos resultados le iba a resultar mas adelante. Una vez en el poder, demostrando ser un ambicioso arribista sin escrúpulos y con el pretexto de “combatir al terrorismo”, dio un autogolpe de estado en 1992, disolviendo el Congreso e instaurando una feroz dictadura, donde las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales de miles de inocentes a cargo de grupos paramilitares (como el siniestro Grupo Colina, creado por Vladimiro Montesinos) así como el saqueo generalizado de las Arcas Públicas (como el robo de cerca de diez mil millones de dólares, producto de las privatizaciones de las empresas publicas que convertidos en lingotes de oro y a través de la valija diplomática, fueron trasportados al Japón sin saber hasta el día de hoy cual fue su destino) fue moneda corriente en esos aciagos días. Para eternizarse en el Poder, este miserable no dudo en corromper conciencias comprando a los dueños de medios de comunicación y congresistas de “oposición” los cuales eran citados en la famosa salita del SIN por su “asesor” Vladimiro Montesinos, donde -sin saberlo- fueron filmados recibiendo fajos de millones de dólares, para seguir apoyando ese régimen criminal. Sin embargo, tras la difusión de uno de esos vladivídeos en septiembre del año 2000,estalló el escándalo y todo se vino abajo, por lo que el muy cobarde huyo del país, no sin antes asaltar la casa de su socio Montesinos y llevarse al Japón una gran cantidad de maletas que contenían esos vídeos para utilizarlos como arma de chantaje. El resto es historia conocida: detenido en Chile en noviembre del 2005, fue extraditado al Perú, siendo juzgado y sentenciado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. A pesar de encontrarse tras las rejas, el monstruo aun respira, envenenando el ambiente con sus sucias conspiraciones de la mano de aquella infame prensa basura que hoy como ayer, le es tan servicial. Fujimori pertenece a esa época oscura y vergonzante que no debe repetirse nunca más en el Perú.