TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 1 de octubre de 2013

LAS BRUJAS DE CACHICHE: Una leyenda que se desvanece en el tiempo

Ante todo quisiera recordaros que no se trata de las infames brujas del fujimorismo, aquellos engendros salidos del desagüe, conocidas por ser defensoras acérrimas de un despreciable genocida condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Venga ya, a que las brujas que vamos a tratar en esta oportunidad no son tan feas como esa menuda banda de impresentables arpías, monstruos de maldad que espantarían al mismísimo demonio. Como sabéis, Cachiche esta ubicado al sur de Ica y que desde tiempos inmemoriales fue sinónimo de hechicería.. Asimismo, es el único lugar en el Perú en el cuál se ha levantado un monumento en honor a dichas hechiceras. cuya estatua esta ubicada sobre el tronco de un huarango,tal como se puede apreciar al final de la nota. Debajo de la estatua de la bruja puede leerse el siguiente epitafio “a la bruja de Cachiche que siempre embrujó por su belleza” esta inscripción hecha sobre una roca a los pies del monumento, tiene hacia la derecha a un búho sinónimo de conocimiento, de sabiduría y hacia la izquierda una calavera que simboliza lo esotérico, así como la escoba que lleva la bruja en su mano izquierda.La palabra Cachiche es de origen quechua y significa ”tierra salada”. Cuenta la leyenda que los habitantes de esta tierra tenían un contacto muy profundo con lo espiritual y lo místico, debido a que la primera bruja de las que llegaron a estas tierras huyendo de Europa para no ser quemadas por la Inquisición, decidió pasar todo su poder a quienes fueran sus descendientes. Tanto así, que el simple hecho de nacer ahí te dotaba de un poder especial y en el lugar donde la bruja fue muerta creció una palmera con 7 cabezas. Las brujas de Cachiche se hicieron entonces muy conocidas y temidas por todos. Se decía que los habitantes del lugar no morían, simplemente que al llegar a su estado espiritual mas alto. “se desvanecían y se volvían parte de la arena del desierto protector de la ciudad”. Quienes residen actualmente allí afirman que aun se puede escuchar el canto de la bruja “bendiciendo sus tierras y aterrando a quienes vayan a Cachiche a dañar su territorio”, incluso algunas personas confesaron haber visto a la bruja andar y desaparecer a los pies de la palmera que a la vez fue su tumba, la de siete cabezas, que aun existe. Se trata de un lugar el cual los pobladores locales prefieren no frecuentar, sobre todo de noche y sin luna llena: se dice que los lamentos de brujas y espíritus demoníacos son claramente perceptibles, quizá lamentándose por la desaparición del bosque de huarangos que otrora existía en el lugar y del que hoy nada queda, arrasado por la codiciosa mano del hombre, que termino convirtiéndolos en leña. Apenas sobreviven algunos arbustos que ni sombra dan, así como el pueblo triste y abandonado, apenas habitado por curanderos y charlatanes que pretenden engatusar a los pocos curiosos que se atreven a ir al lugar atraídos por una leyenda que se desvanece en el tiempo.