Ubicada al norte del Perú, en la región Piura, se encuentra la provincia de Sechura, en el cual se dice que ocurren una serie de eventos inexplicables y que se han convertido en parte de sus tradiciones. Sean ciertos o no, lo curioso es que extraños fenómenos suceden continuamente sin razón aparente y nadie da una explicación convincente de lo que allí ocurre. En efecto, una de las apariciones mas conocidas es la de María Dominga, de quien se dice que suele aparecerse de improviso a quienes transitan por el lugar, en algunos casos para brindarles beneficios económicos o proponerles matrimonio; pero aseguran que quien rechaza esta última propuesta luego se lamenta de no haber accedido a sus deseos. Se dice que María Dominga era una niña que se perdió en Catacaos cuando iba a pastorear chivos, desapareciendo sin dejar rastro y nunca mas se supo de ella. Luego de un tiempo, sucesos extraños comenzaron a ocurrir en la zona de Sechura. En una oportunidad se le apareció a un anciano de 70 años a quien le propuso matrimonio, pero este la rechazó por estar casado. Según cuentan los pobladores, el anciano pudo reconocer en ella a la niña desaparecida años atrás y se asusto porque hacia ruido cuando se le acercaba, dicen que ello sucedía porque María Dominga - quien llevaba un vestido de novia - arrastraba pesadas cadenas. De acuerdo al relato, debido al rechazo de su propuesta, cayo una maldición sobre sus extensas propiedades que le proporcionaban suculentas ganancias por todo lo que producía y que estaba ubicada en el desierto de Sechura, cuando de la noche a la mañana fue arrasado sorpresivamente por las aguas del río, quedando en la indigencia mas absoluta, culpando desde entonces de sus desgracias a la misteriosa aparición. Si bien algunos pescadores de la zona creen que María Dominga les ayuda a tener una buena pesca, sin embargo hay otras personas que se toparon con ella y enloquecieron al no querer complacer sus pedidos. Otras leyendas relatan que la gente en Viernes Santo suele encontrar cosas extrañas en el Médano Blanco, una imponente duna de arena blanca (de allí su nombre) que se ubica al este de la ciudad de Sechura, y que difícilmente hallarían en otros días del año. Detallan también que a las 3:00 p.m. si uno se encuentra sobre la cima de la duna se escucha un fuerte estruendo y se debe salir rápidamente del lugar. Afirman que a esa hora se abre la tierra y se produce el encanto, que son apariciones como un pequeño pato de oro que atraen a las personas codiciosas a ir en su busca creyendo que su captura será fácil pero sin saber se internan en el desierto, para luego desaparecer o perder la noción de lo que se han hecho. Recuerdan que en la época que estaban buscando petróleo, los norteamericanos llegaron con maquinaria pesada para afirmar el lugar; sin embargo, al retomar las labores al día siguiente nuevamente encontraban la misteriosa la duna como si no se hubiera realizado trabajo alguno, por lo que luego de varios intentos, desistieron de su empeño. Finalmente, en la llamada Zona de Reventazón, antiguas leyendas refieren que los barcos encallaban sin razón aparente a pesar que la tripulación tenía un rumbo marcado. Refieren que el lugar esta encantado ya que las grandes embarcaciones eran atraídas por una especie de imán terminando por encallar en el sitio - sin explicarse el por qué de esto - por lo que se decidió prohibir el paso y desde entonces los barcos tomaron otra ruta. Son diversas las historias que algunos pobladores relatan sobre esta clase de encantos, apariciones y extraños accidentes que si bien podrían tener explicaciones más concretas, el misterio que los envuelve los convierte en parte de la historia oral de la localidad.