TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 31 de enero de 2023

ALGO ENIGMATICO CAYO DEL CIELO EN CAJAMARCA: ¿Porque el suceso fue cubierto con un manto de silencio?

Era el mes de abril de 1999, cuando vecinos de San Ignacio, en Cajamarca (ubicado en el norte del Perú), dieron aviso a la policía sobre la caída a tierra de "un extraño objeto volador acompañado por varias bolas de fuego" que se habían desplazado a gran velocidad y a baja altitud en la atmósfera. Fueron numerosos los testigos, que coincidieron en la descripción. Enseguida, hubo rumores de que se trataba de un satélite ruso que, al funcionar mal, se había estrellado. Otros dijeron que era un gran meteorito. Como es obvio algunos sostuvieron que había sido un VED (vehículo extraterrestre dirigido) que impactó por algún desperfecto. Lo real es que policía inició una búsqueda con resultados positivos: Tres cráteres de unos 10 m de diámetro y alrededor de 1,50 m de profundidad, alineados en una recta de 20 m de largo. El entonces jefe de la delegación policial, dijo que "son cráteres llamativos, no comunes" asevero. Para tal efecto, tres miembros del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) llegados desde Lima al día siguiente, trabajaron en el lugar extrayendo muestras del suelo, determinándose que no había traza alguna de radiactividad. El interés de los científicos se centró en determinar qué había debajo de los cráteres. "Verificamos que presentan la forma de orificios por impacto, sin nada en el fondo. Pero en las mediciones hechas a nivel superficial no hallamos ni radiación ni material radiactivo. Tampoco restos de la sonda, ni de un aerolito", explicó uno de ellos, lo cual aumento más el enigma; entonces, ¿qué causó tales cráteres? ¿Acaso algo que se desintegró tras el impacto? Nada conocido hasta hoy produce esto. ¿O alguien retiró, en secreto, los restos y las autoridades decidieron ocultar el hecho? De haber sido así, ¿quiénes fueron y por qué lo hicieron? Es, mas, el por entonces alcalde de San Ignacio, comunicó a la prensa “que no había motivos para inquietarse”, pero si lo había. Uno de los científicos del equipo, hizo un comentario muy revelador si se le presta la debida atención: "Por la forma que tienen los cráteres se nota que algo impactó; pero no se sabe qué. Si hay algo está muy bajo tierra, y por eso deben traer equipos más sofisticados, para hacer una investigación más profunda" Fue evidente que tales equipos especiales llegaron al lugar, y se llevaron consigo todo lo que encontraron ¿Quiénes los habían traído? ¿Lograron extraer algo de los cráteres? Nunca más se habló, públicamente, del asunto. ¿Qué pasó entonces? Según un regidor de la alcaldía de San Ignacio, gente de la NASA llegaron sorpresivamente a la zona, “los cuales se hicieron cargo de la investigación, no permitiendo que nadie ajeno a ellos acceda al lugar del accidente” asevero. Algunas indagaciones más, pero ya en Cajamarca y, más precisamente, en el aeropuerto, permitieron conocer que, a una semana de que el algo desconocido impactara en esa región, un avión de los EE.UU., que a todas luces era de carga, permaneció estacionado por un tiempo en el lugar. Y que, antes de su ´partida, se cargaron varias cajas cerradas, desconociéndose su contenido. Al respecto, varios testigos del hecho coincidieron en que "esos gringos llegaron con mucho dinero, fueron allá donde cayó esa cosa rara y alquilaron máquinas excavadoras y vehículos para investigar". No quedan dudas que una nave alienígena terminó, accidentadamente, su recorrido en el lugar. De haber sido un meteorito, su caída habría despertado escaso interés. Y nada para ocultar. Si se trató de basura espacial, tampoco es infrecuente. Entonces, ¿por qué el secreto? ¿Qué encontraron los investigadores debajo de los cráteres? ¿Qué o quién les impidió revelarlo? Cuando se fueron los estadounidenses, muchos curiosos se acercaron al lugar para tratar de adivinar que habían encontrado y llevado consigo. Todos fueron especulaciones ya que no se pusieron de acuerdo en ello. Lo cierto es que en un sector, a unos 1.000 mts. del camino, donde hay bastantes arbustos, aparecieron tres cráteres que, originalmente, habrían tenido unos 10 m de diámetro y de 1 a 2 m de profundidad. Se encontraron otros dos de más pequeños, nunca informados y, quizá hasta un sexto, de menor tamaño, tapado parcialmente. Es evidente: son resultado de “algo” que impactó descontroladamente y a gran velocidad. Es más, se pudo observar que la tierra en las paredes de los cráteres adquirió una dureza desconocida, como si fuera piedra. En toda la zona se encontró además, esparcidos, trozos de una sustancia negra que parece algún tipo de combustión. En tanto, el suelo, en los embudos de los cráteres mayores, había sido removido. Actualmente apenas son visibles esas huellas ya que fueron cubiertos por la vegetación y el clima húmedo del lugar que posibilita la formación de niebla en la zona. En cuanto al extraño objeto, lo que encontraron y se llevaron los estadounidenses, nunca lo sabremos.