TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 9 de mayo de 2023

PIRÁMIDES DE PARATOARI: Enigmáticas estructuras ocultas en el Amazonas

Civilizaciones antiguas del mundo entero tuvieron algún en común: erigir pirámides. Como si se tratara de un arquitecto extraterrestre que llevó sus conocimientos en cada rincón del planeta en el remoto pasado, estos monumentos ancestrales se encuentran en todo lado; incluso en el sitio donde menos esperaríamos: en el Amazonas. En 1976, el satélite Landsat de la NASA se encontraba orbitando la Tierra cuando captó con su cámara unos puntos misteriosos en el sureste del Perú, a 71 grados, 30 minutos de longitud oeste en la zona de Madre de Dios en pleno Amazonas. La imagen satelital, archivada con el número C-S11-32W071-03 mostro una enigmática serie de formaciones, en medio de la selva. En efecto, esta imagen del satélite dejo al descubierto unas construcciones espaciadas simétricamente y de forma uniforme, que parecían una serie de ocho o más pirámides, en al menos cuatro filas de dos. La curiosa formación pasó a conocerse como las Pirámides de Paratoari, o como los autores las llamarían posteriormente, Pirámides de Pantiacolla. Como podéis imaginar, la imagen avivo el interés de expertos, quienes trataron de desentrañar el misterio de aquellas curiosas estructuras, que a primera vista no parecen ser de origen natural. Las pirámides adquirieron gran relevancia, sobre todo porque se estima que están relacionadas con la ciudad perdida de Paititi, ubicada en algún lugar de esa área. Al respecto, el presidente del South American Explorers Club, Don Montague, escribió sobre las enigmáticas construcciones en un artículo publicado en South American Explorer Journal, donde explicó que simplemente son “formaciones geológicas”. Sin embargo, múltiples personas que observaron la imagen de satélite no quedaron convencidas con ese argumento y afirman por el contrario, que las estructuras no son una formación geológica sino que, de hecho, son construcciones artificiales, argumentando que quizá fueron construidas por una antigua civilización perdida que habitó el Amazonas y del cual no sabemos nada. Otros agregan además que solo una pequeña parte de las construcciones son visibles en la actualidad, ya que el resto se encuentra cubierto por la selva tropical circundante desde hace miles de años. A pesar de que las presuntas construcciones piramidales están ubicadas en una parte remota de la selva amazónica, se han organizado varias expediciones para explorar la zona, en busca de la metrópoli perdida de Paititi, una mítica ciudad inca que se menciona que está situada en algún lugar al este de los Andes, en el interior de las densas y remotas selvas tropicales del Amazonas. Para ello, se establecieron numerosas expediciones para rastrear la metrópoli perdida, y algunas de ellas inclusive fueron a investigar las citadas pirámides. Entre 1984-2011, varias expediciones fueron dirigidas por Gregory Deyermenjian, miembro del club de exploradores y explorador peruano. Estos incluyeron la documentación de los remanentes incas en Mameria, la exploración y documentación de los petroglifos en Pusharo, la exploración y documentación de las “pirámides” de Paratoari de Manu, y otras similares. Deyermenjian había desvelado abundante evidencia de la antigua presencia Inca en el área, incluidos petroglifos, caminos pavimentados, plataformas y plazas, pero no localizó evidencia concluyente de que las enigmáticas construcciones detectadas por el satélite Landsat de la NASA fueran construcciones hechas por el hombre. Deyermenjian argumentó que las construcciones eran formaciones naturales de arenisca conocidas como espolones de cresta truncada, que pueden tomar la figura de “pirámides naturales”. Desde aquel momento, Deyermenjian ha observado y fotografiado diversos sitios muy semejantes en el área del Río Timpía, con colosales formaciones naturales de formas intrigantes. “En 1996, aún sin helicóptero, nos instalamos nuevamente en las húmedas selvas bajas de Manu, en un área al sur de Pusharo, para alcanzar y hacer el primer examen definitivo de las Pirámides de Paratoari, ocho aparentemente espaciadas uniformemente y colinas anormalmente simétricas que habían provocado una oleada de especulaciones sobre su origen y relación con Paititi desde que fueron vistas en una fotografía satelital de la NASA veinte años antes …” Pero la gente aun estaba asombrada por las formaciones, y pensaban que eran construcciones artificiales. En el 2001, el explorador francés Thierry Jamin investigó el sitio de Pantiacolla y se menciona que investigó las “pirámides”, determinando que son formaciones naturales. En cambio, Jamin reveló la presencia de diversos artilugios incas en la misma área. En el 2011, tuvo lugar una expedición británica para investigar las pirámides de Paratoari con Kenneth Gawne, Lewis Knight, I. Gardiner y Ken Halfpenny, como parte del documental «El secreto de los incas». Mirando las cosas desde un punto de vista histórico, sabemos que la zona de Madre de Dios ha sido definida por muchos investigadores en el pasado como el lugar donde los incas se escondieron tras el avance de los conquistadores españoles hacia el Cuzco en 1533. ¿No sería lógico que los Incas crearan monumentos y estructuras en esa región? Ciertamente es posible, si se mantiene una mente abierta, entender que hay muchos secretos ocultos enterrados bajo las arenas, las selvas y los océanos de todo el mundo. Tenemos que reconocer que aún hoy, en el pleno siglo XXI, hay lugares en la Tierra aún inexploradas y el Amazonas es uno de ellos.