TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 28 de enero de 2025

MAYANTUYACU: El enigmático río hirviente del Amazonas

Entre la frondosa vegetación de la Amazonía peruana se encuentra uno de los misterios más sorprendentes de la naturaleza. Se trata del Mayantuyacu, un rio hirviente cuyas aguas sobrepasan los 90 grados centígrados. El origen incierto de su temperatura y su poder sanador hacen de este lugar un gran atractivo turístico en la región. El agua está tan caliente, que literalmente se aprecian burbujas emerger hasta la superficie, como cuando se prepara agua para té. Ésta es la razón. Los primeros registros que se tienen del Río Hirviente datan del siglo XVI, cuando los exploradores españoles llegaron a la Amazonia. Los relatos de los cronistas dan fe “de un caudal poderoso tan caliente, donde el agua literalmente estaba en punto de ebullición”. Desde entonces, este rincón del Amazonas ha permanecido prácticamente intacto. Nombrado por los nativos como Shanay Timpishka, se encuentra en el distrito de Honoria, departamento de Huánuco. ¿De dónde proviene el agua de este río hirviente? Aquí radica su gran misterio. Aunque lo normal sería que estas aguas tan calientes provengan de un volcán cercano, la realidad es que en este caso no es así. Los geológos que estudian la zona, tienen una teoría: el agua del río hirviente proviene de glaciares andinos y se adentra en zonas profundas de la tierra, donde alcanza esta temperatura. Por lo difícil que es acceder a esta región en Perú, el espacio ha sido escasamente estudiado. Se conoce muy poco sobre las formas de vida que habitan en la selva circundante. Sin embargo, la cuestión que realmente ha inquietado a los científicos es por qué está tan caliente, y cómo es que se mantiene así a lo largo del año. Como sabéis, otros ríos hirvientes en el mundo corren cerca de sistemas volcánicos. Por el calor que emite el material que corre por debajo de la superficie, naturalmente el agua se calienta hasta temperaturas atípicas. Sin embargo, el Amazonas no se caracteriza por tener volcanes. Perú tampoco: el más cercano se encuentra a unos 700 kilómetros, documenta el explorador de la National Geographic Andrés Ruzo, quien recuerda que, en su expedición al Río Hirviente, tuvo que navegar por horas antes de sentir el vapor de agua. Al alcanzar el caudal, narra sobre su experiencia, se encontró con una densa cortina de humo que ascendía desde las aguas y se entrelazaba con los árboles: “Inmediatamente saque mi termómetro, y la temperatura promedio del agua en el rio era de 86ºC… no precisamente los 100ºC del punto de ebullición pero suficientemente cerca” escribió el investigador sobre su experiencia. Pero como todos los misterios, este río hirviente también cuenta con sus propios mitos que buscan explicar su origen. Según cuentan los indios, quienes atribuyen al río numerosos poderes curativos, estas aguas la creó una enorme serpiente llamada Yacumama (madre de las aguas), un animal que se encuentra representado por una gran roca en uno de los límites del río. Con el permiso del espíritu de la serpiente, los habitantes usan el agua del Río Hirviente para hacer té y cocinar. El agua no sabe a azufre, ya que no existe ningún sistema geotérmico que caliente las aguas. Por el contrario, no sabe a nada: como agua limpia. Por ello, también la utilizan para la medicina tradicional local. Como las cascadas aledañas también están calientes, los indígenas aprovechan la fuerza del agua para asearse en baños termales. Aún a pesar de la relación ancestral que los locales guardan con este caudal, no existe una explicación todavía sobre por qué es tan caliente. Tampoco hay una relación causal entre el medioambiente y las condiciones del agua. Por ello, al Río Hirviente lo sigue envolviendo un halo de misterio. Ni siquiera la ciencia contemporánea ha logrado descifrarlo. “Es único”, concluye Ruzo. “No hay otro en el mundo que se le equipare” aseveró.