TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 11 de junio de 2024

INTRATERRESTRES: La dimensión subterránea

Son numerosas las leyendas fundacionales de diversos pueblos repartidos por todo el mundo que aluden a la existencia de extraños seres que viven en el interior de la Tierra. Aparentemente sólo se trata de relatos legendarios, pero lo cierto es que algunos científicos defendieron la existencia de un mundo intraterrestre basándose en estudios objetivos y, por otro lado, fueron varios los aventureros y expedicionarios que relataron encuentros con los habitantes de esa civilización que habitaría bajo Tierra. Como sabéis, la arriesgada y polémica teoría de la Tierra hueca contradice los resultados obtenidos mediante modernas técnicas, que permiten medir las ondas sísmicas provocadas por las capas magmáticas en continuo movimiento. A mayor profundidad que las placas continentales, se dice que existe un núcleo de hierro fundido que gira a toda velocidad, generando el campo magnético terrestre y evitando el colapso gravitatorio del planeta. Hasta aquí la teoría oficial, “irrebatible” según los geólogos ortodoxos, pero que no puede ser comprobada por lo que solo se trata de otra hipótesis más. Por el contrario, a lo largo de la historia han existido abundantes voces disonantes: estudiosos y científicos que defendían la realidad de una gigantesca oquedad en el interior de nuestro planeta. En las últimas décadas, investigaciones en torno a la Luna aportaron argumentos a los defensores de la Tierra hueca, ya que los datos obtenidos de las vibraciones que registran los sensores de los láseres instalados en nuestro satélite, sugieren que cuando un meteorito impacta contra su superficie, ésta vibra como una campana durante varios minutos. Esto no encaja con la visión de una esfera formada por capas de material volcánico enfriado y solidificado tras el paso de millones de años. Tampoco explica algunas de las anomalías magnéticas que se han descubierto en torno a nuestro solitario vecino. ¿Acaso la Luna es hueca como una pelota de ping-pong? ¿Podría ocurrir lo mismo con la Tierra? ¿Están errados los cálculos que los científicos dan por buenos para rechazar la posibilidad del mundo intraterrestre? Relatos legendarios que se pierden en la noche de los tiempos aluden a la existencia de un mundo subterráneo en las profundidades de nuestro planeta. Una de las primeras referencias la encontramos en la fabulosa epopeya de Gilgamesh - escrita hace unos 4.500 años -, concretamente en la duodécima tablilla que conforma el relato, hallada en la ciudad de Nínive, capital del imperio neo-asirio y la ciudad más grande del mundo 2.500 años atrás. Tanto en ésta como en la tablilla que relata el descenso de la diosa Ishtar al Inframundo, hacen su aparición fascinantes criaturas relacionadas con un imperio que se había desarrollado bajo la corteza terrestre. Ese mismo Inframundo se menciona en la mitología de la antigua Grecia, donde el dios Hades se muestra como señor de una tierra más allá de los límites exteriores del mar, un mundo interior repleto de cavernas, similar al Svartálfaheim de las tradiciones nórdicas y a la ciudad perdida de Shambala, según la creencia de los monjes tibetanos. En la mitología céltica es muy conocida la leyenda de Cruachan, también conocida como la de la “puerta del infierno”, un emplazamiento relacionado con extrañas criaturas que son capaces de emerger hasta la superficie de la tierra. Continuando nuestro periplo legendario, “alcanzamos” ahora un relato hindú, según el cual los ancestros de los Angamei Naga emergieron de una tierra subterránea. Del mismo modo, en Papúa Nueva Guinea nos encontramos la leyenda ancestral de los pueblos de las Islas Trobriand, cuyos primeros moradores habían salido a la superficie tras abandonar una cueva sagrada llamada Obukula, de la cual emergieron criaturas de horrible aspecto. Por su parte, los mitos germánicos apuntan a que las montañas de Eisenach y Gota son un portal a ese mundo interior, y en Rusia nos topamos con la leyenda de los samoyed, una tribu siberiana que habría entrado en contacto con una supuesta civilización que viviría en el interior de nuestro mundo. Finalizamos este extraño y “subterrenal” recorrido en el Perú. En las leyendas fundacionales de la ciudad de Cuzco, existen abundantes menciones a seres intraterrestres que habrían conseguido llegar a la superficie, relacionándose con los seres humanos. .Otra de sus ricas leyendas relata la historia del encuentro entre un sacerdote y un aborigen en la cual éste le confiesa que la cordillera de Los Andes es atravesada por un gigantesco y secreto túnel que sólo podrá ser visualizado por aquellos “iniciados”. De acuerdo con algunos investigadores ocultistas, esta historia llegó hasta oídos de la propia Helena “Madame” Blavatsky (1831-1891) fundadora de la Sociedad Teosófica, quien se acercó hasta la zona y se cuenta que obtuvo los “planos” de ese misterioso e insondable laberinto subterráneo. En resumen, historias más que similares que se repiten a lo largo de diferentes espacios geográficos y temporales. Como cualquier relato legendario, éstas también poseen un poso de verdad, aunque quizá parezca muy atrevido apuntar a la existencia de un mundo intraterrestre basándonos sólo en leyendas... O no.