TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 4 de septiembre de 2012
TIAHUANACO: ¿Una ciudad construida por gigantes provenientes del espacio exterior?
Ubicada a 20 kilómetros del extremo sur del lago Titicaca y a 3.840 metros de altitud, se alzan los vestigios megalíticos que conforman Tiahuanaco. Flanqueada por dos cadenas montañosas que alcanzan más de 4.700 y 6.000 metros, no podemos imaginar un lugar más impropio para el desarrollo de una civilización avanzada. Sin embargo, terremotos, una adversa climatología y la continua expoliación de las ruinas tanto en tiempos antiguos como en los modernos, han hecho muy difícil establecer quiénes y cuándo lo construyeron .Los bloques para su construcción tuvieron que ser transportados desde una cantera situada a una distancia de unos 40 kilómetros. Toda una hazaña teniendo en cuenta que los pobladores de la zona no disponían de bestias de carga y que la ciudad se encuentra muy por encima del límite de la zona boscosa en la que pueden encontrarse árboles. De hecho toda la zona es de difícil acceso, sin caminos que lleven a ella. Y pese a todo, la ciudad existe. Existe con sus enormes pirámides truncadas, como por ejemplo la pirámide de Akapana. Existe con su templete semi subterráneo que cuenta con un perfeccionado sistema de drenaje que aun funciona hoy en día. Y existe con sus portales construidos con grandes bloques de piedra, como por ejemplo la llamada Puerta del Sol, que fue tallado en un único bloque de piedra que quizá ronde las 10 toneladas. Además de la evidente habilidad para el manejo y tallado de la piedra mostrada por los creadores de la ciudad, o sus más que evidentes conocimientos astronómicos, lo que realmente sorprende, y mucho, el hecho de que se tratase de una civilización marinera. La ciudad cuenta con un gran puerto que probablemente daba al lago Titicaca, a pesar de que ahora diste una veintena de kilómetros. En realidad, hasta el nombre original es un misterio. Al respecto existe una anécdota acaecida en el siglo XII, que le atribuye el Inca Mayta Capac que sea conocido con ese nombre. Resulta que cuando el Emperador visitaba la ciudad - que ya para ese entonces estaba abandonada desde hace siglos - llego desde el Cuzco un Chasqui (mensajero) con importantes noticias proveniente de la Corte y al verlo todo agitado, el emperador le invito a tomar asiento en su presencia con estas palabras : “Tiay Huanaku” (en español, “Siéntate Guanaco”, un camélido que habita en los Andes y se caracteriza por su rapidez) a modo de alabanza por la prisa con que vino desde la capital del Imperio. Y es de esa forma como la ciudad es conocida desde entonces. Pero el mayor misterio de todos es datar este conjunto arqueológico. Cuando los españoles llegaron y preguntaron a los nativos por el origen de la ciudad, estos respondían que siempre estuvo en ruinas y no sabían nada. La versión Inca sin embargo, atribuía una edad de 20.000 años y que fue construida por gigantes de raza blanca y de origen desconocido - según se dice, anteriores al Gran Diluvio - en una sola noche. Estos extraños seres serian nada menos que los Annunaki los cuales se supone que fueron un grupo de extraterrestres que llegaron a la tierra hace miles de años en búsqueda de oro y que se habrían establecido en las cercanías al lago Titicaca, en donde se habría erigido una increíble civilización. Según Zecharia Sitchin, defensor de la teoría de los antiguos dioses Annunaki, el objetivo de la explotación minera en aquella región habría sido revestir los muros del templo de Kalasasaya con oro para dar una majestuosa bienvenida a Anu, gran jefe Annunaki, quien seria el que aparece tallado en la Puerta del Sol. Además Kalasasaya habría servido, entre otras cosas, de observatorio astronómico para determinar el regreso a la Tierra del líder de los Annunaki. Lo que sucedió con ellos no lo sabemos, sin embargo, llama la atención que los Incas provengan del mismo lugar. Cuenta Garcilaso en “Los Cometarios Reales” que Manco Cápac “salió de las profundidades del lago Titicaca y estableció su dominio al hundir un bastón de oro que le fuera entregado por su padre el Sol en las proximidades del Cuzco donde estableció su capital“ dando a entender que provenía del otro lado de lago donde precisamente se ubica Tiahuanaco, por lo que tienen el mismo origen. En la tradición inca siempre se habla, también, de que en torno a Tiahuanaco existió una gran cultura formada por una casta de hombres blancos que dejaron descendencia en el linaje de los incas. Uno de los cronistas de la conquista, Pedro Pizarro, comentó al respecto que “los incas se diferenciaban de los demás por ser blancos, tener cabellos rubios y hablar entre ellos un idioma extraño, ininteligible para los demás y que se perdió con la caída del Imperio” añade. De lo narrado por los cronistas de la época, se desprende que si bien a Tiahuanaco se le reconoce una gran antigüedad, tanto su origen como su desaparición ha quedado envuelta en el mayor de los misterios sin resolver hasta el día de hoy.