TIEMPOS DEL MUNDO
martes, 27 de febrero de 2024
WAWI WAWI: El llanto inconsolable de los niños dioses
Ubicado en el valle del Mantaro (en el centro del Perú) se encuentra el enigmático complejo de Wawi Wawi, con torreones simulan viejos castillos, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos y del cual circulan numerosas leyendas acerca de la maldición de los ‘dioses’ que dieron origen al lugar. Al respecto, un nativo de la zona, contó una historia que a su vez le relataron sus padres, y a ellos sus abuelos. Dice más o menos así: “En tiempos antiguos, los dioses solían frecuentar la zona y en una ocasión encontraron a una doncella muy bella, nacida en un ayllu en el valle del Mantaro. Su perfección era tal que los dioses se pelearon por conquistarla. Un día, en medio de la pugna, Pachacámac la embarazó. Enfurecidos, los otros dioses les lanzaron una maldición: los hijos que nacieran de este encuentro serían convertidos en arcilla. De esta manera, las criaturas recién nacidas adoptaban las formaciones cónicas de arcilla que podemos ver, mientras Pachacámac con todo su poder no podía deshacer la maldición porque los otros dioses eran tan poderosos como él. Así, cuando la doncella murió de pena al ver de esa manera a sus hijos, el dios partió en busca de venganza y nunca más se le volvió a ver. Desde entonces, cada vez que el viento sopla con fuerza, recorre apresurado los túneles formados por las lluvias y el tiempo en el interior de los gigantescos montes de arcilla, se oye una especie de lamento en su interior. Es el llanto de los niños dioses” aseveró. Precisamente su nombre - Wawi Wawi - significa ‘bebe bebe’ en su quechua, para realzar su origen. Estas extrañas formaciones tienen entre 10 y 40 metros de alto y prácticamente son de arcilla blanca y un conjunto de piedras moldeadas por el sol, el viento y las lluvias. Estas llevan miles de años y hasta ahora no se han visto afectadas por la mano de quienes viven en sus alrededores, en la comunidad de San Juan de Mata Ulo, en el distrito de Mito (Concepción, Junín). Lo interesante de este complejo es que no solo son los torreones, sino todo un bosque, cercano al concepto que se tiene de un gran cañón; Pero para apreciar esta maravilla geológica, lo más recomendable es llegar a la cima, pero es muy peligroso, por lo que un mal paso puede ser perjudicial para el intrépido que intente hacerlo desprevenido. Esta hazaña de alcanzar la cima no es nada fácil. Para recorrer parte de este bosque geológico de 6 hectáreas se necesitan al menos dos horas, un buen físico y mucha osadía. Luego de llegar con el corazón acelerado, el aullido del viento frío relaja los sentidos. Por cierto, Wawi Wawi ya era venerado por los primeros pobladores, prueba de ello es que se encontró herramientas de caza de la época neolítica, piezas que se están perdiendo porque en los alrededores los pobladores usan el terreno como sembrío, extraviándose de esta manera pedazos de su historia. Estos enormes torreones de 40 metros pueden ser vistos en toda su extensión desde un drone, que nos muestra su grandiosidad. No cabe duda que Wawi Wawi es una fuente de historia viva para los estudiosos de la geología y de la historia. La misma que se está perdiendo por la agricultura de la zona. Solo les quedaría a las nuevas autoridades revalorizar está casi desconocida joya de la naturaleza.
martes, 20 de febrero de 2024
NUESTRO DESTINO ES INEVITABLE: ¿Cómo será el último día sobre la Tierra?
De vez en cuando llaman a la puerta de casa los miembros de alguna secta milenarista atemorizándonos con la inminente llegada del fin del mundo. Siempre nos informan que sólo los justos y los buenos se salvarán y, curiosamente, los únicos hombres buenos son, con toda justicia, ellos. Pero podemos dormir tranquilos. No hay ningún motivo para presuponer que esos terribles cataclismos cósmicos con los que nos pretenden asustar vayan a suceder en un futuro cercano, ya que antes podría ocurrir incluso un Apocalipsis nuclear como consecuencia de lo que está sucediendo en Ucrania. Sin embargo, sí es cierto que el fin del mundo llegará ineludiblemente sobre nosotros. Claro está, no se trata de algo inminente, sino de una hecatombe que tendrá lugar dentro de 7.000 millones de años, día arriba, día abajo. El culpable de todo será, ironías de la vida, quien hoy nos da la vida. El destino del Sol se conoce con bastante exactitud. Al igual que a los coches se les acaba el combustible, por lo que llegará el día en que se le terminará el hidrógeno en su centro, la zona del reactor de fusión. ¿Qué ocurrirá luego? El núcleo se contraerá y la envoltura se expandirá lentamente. Y de esa forma engullirá y volatilizará inicialmente tanto a Mercurio como a Venus. El calor liberado modificará totalmente el aspecto del sistema solar. No sólo vaporizará los planetas interiores, sino que llevará la primavera al cinturón de Kuiper, un almacén de cometas, asteroides y planetoides en la órbita de Neptuno y al que pertenece Plutón. Durante la expansión, la superficie solar se irá haciendo cada vez más fría e irá adquiriendo una tonalidad rojiza. Lo que no se sabe es si alcanzará la órbita de la Tierra antes de detener su expansión, aunque diversos estudios creen que si. Para cualquier astrónomo extraterrestre, dentro de 7.000 millones de años, el Sol no será una pequeña estrella amarilla sino una gigante roja, una estrella que habrá entrado en los últimos millones de años de su vida. En efecto, nuestro Sol será un anciano. Si la Tierra logra sobrevivir a la expansión, nos encontraremos ante un infierno sin vida, brillando con un color rojo pálido. Una Tierra que siempre mostrará una de sus caras al Sol debido a un peculiar efecto gravitatorio a largo plazo llamado acoplamiento de marea, de maneras que se sincronizan el periodo de rotación con el de traslación. En la parte del mundo iluminado por un Sol que cubre amenazante el cielo - ya que será 250 veces más grande de lo que es hoy - la superficie estará a más de 2000º C, con un océano de magma y rocas vaporizadas en un aire inflamado por el calor. Mientras, en la otra mitad de medianoche eterna las temperaturas son más difíciles de predecir: todo depende de si el planeta posee una atmósfera perceptible. En ese caso, los débiles vientos transportarían el calor del hemisferio diurno convirtiendo el lado oscuro en algo parecido a un tostador. Pero si por algún motivo no quedara una brizna de aire, el frío sería helador. El lugar más parecido es Mercurio, que con una débil atmósfera las temperaturas a mediodía alcanzan los 350º C –se funde el plomo- y por la noche se desploman a -170º C. Las predicciones para la Tierra determinan que la zona oscura será aún más fría, alrededor de -240º C. En un ambiente tan fantástico aparecen comportamientos climáticos exóticos. En el lado cálido, metales como el silicio, magnesio y hierro, junto con sus correspondientes óxidos, se evaporarán del océano de magma y pasarán a la atmósfera. Pero en la insólita zona crepuscular, o terminador, que separa el día de la noche perpetuas, estos vapores condensarán: lloverá hierro y quizá nieve monóxido de silicio. Ya en el lado oscuro la nieve será de potasio y sodio. El frío allí será suficiente para congelar el dióxido de carbono, el dióxido de azufre y el argón formando una inmensa capa bajo la cual podrá encontrarse hielo en estado puro, si es que todavía no se ha perdido toda el agua del planeta. Con suerte, en la zona crepuscular también podrá hallarse algo de agua líquida, triste recuerdo de quien en su día fue conocido como el planeta azul, y que termino convirtiéndose hace mucho en una roca muerta. Entretanto, mirando al cielo desde los océanos de magma, se observará un proceso extraordinario: las capas más externas de la estrella se irán perdiendo lentamente en el espacio en un proceso que durará varios millones de años para acabar formando una nebulosa planetaria. Los brillantes gases pasarán por nuestro planeta en un increíble espectáculo que durará millones de años creando una envoltura alrededor del Sistema Solar que acabará disipándose como un anillo de humo. Mientras, el núcleo del Sol se encogerá hasta convertirse en una enana blanca, donde la materia se encuentra tan comprimida que una sola cucharadita de enana blanca pesa más de una tonelada. Por desgracia, es muy posible que nuestro planeta no pueda asistir a semejante espectáculo. Según los cálculos de los astrónomos Klaus-Peter Schröder y Robert Connon Smith el Sol perderá la tercera parte de su masa en su evolución a gigante roja. En definitiva, cuando el Sol alcance la fase de gigante roja será 256 veces más grande y 2.730 veces más luminoso que hoy. La calcinada Tierra de seguir existiendo, prácticamente inmersa en la cromosfera solar, producirá en ella algo parecido a un chichón de gas que seguirá a nuestro planeta en su órbita. El rozamiento resultante lo frenará y finalmente caerá hacia la estrella. Fin del viaje. Mientras, el inmutable Sol seguirá su camino hacia su muerte como enana negra.
martes, 13 de febrero de 2024
LOS “EXTRATERRESTRES” GIGANTES DE YANYARINA: Atemorizantes criaturas salidas del mar
Algunos de los casos más extraños recopilados sobre los OVNIS han tenido como escenario las zonas costeras de nuestro planeta. Y es que las playas siempre han sido un lugar propicio para el encuentro con lo desconocido. Una de las más singulares experiencias de este tipo sucedió en la década de los setenta en el Perú. Al respecto, el periodista y ufólogo Rafael Mercado fue el encargado, tras más de 4 décadas de silencio, de rescatar este incidente del olvido. Tras muchas dificultades, Mercado consiguió entrevistar a los 2 únicos testigos que siguen con vida. El suceso, tal y como lo dio a conocer el diario Última Hora, ocurrió la madrugada del sábado 18 de noviembre de 1977 cuando 4 amigos acudieron a pescar, como tenían costumbre de hacer, a la solitaria playa de Yanyarina (Arequipa). El grupo lo formaban 4 compañeros mineros Francisco Rodríguez, Ricardo Palomino, Benjamín Mardini, Mario Cueto y su hijo. Sobre la 1:30 horas, al poco de estar en la zona, divisaron tres “platos” metálicos en el cielo con luces en su periferia de varios colores, que giraban sin parar. Destacaban sobre todo las luces amarillas y rojas. Los objetos estaban muy juntos. En ese momento, Mario les hizo señales luminosas con una linterna, y los objetos se detuvieron, aunque las luces de alrededor seguían girando. A continuación, los 3 “platos” descendieron lentamente hasta que se introdujeron en el océano. El cielo estaba completamente despejado y pudieron observar a la perfección toda la escena. Lo curioso es que Francisco llevaba siempre consigo una cámara fotográfica pero aquella noche no la había cogido. Ricardo dijo que se preguntaron ¿qué podría ser aquello? y Mario sin titubear respondió que eran “platillos volantes”. Aunque extrañados, continuaron pescando con total normalidad. Sobre las 5:00 horas, se desplazaron hacia otra parte de la playa para ver si había más pesca. Al poco tiempo, cansados, se quedaron dormidos. En un momento dado, Benjamín se despertó y observó un extraño objeto en la orilla. Ricardo recordaba ese momento ante el micrófono de Rafael Mercado, cuando Benjamín dijo de repente despertando a todo el grupo: “¿Qué es eso Mario? ¿Ha venido el ejército?”. Ante el asombro de los pescadores, a unos 50 o 70 metros de distancia aproximadamente, junto a la orilla había aparecido un artefacto plateado parecido a una “tanqueta” militar, sin duda proveniente de una de esas naves que se introdujeron en el océano. Con el reflejo de las olas del mar el objeto brillaba en la oscuridad de la noche. Movido por la curiosidad Mario decidió investigar, pese a que su compañero Francisco le dijo que: “Es peligroso, puede ser de otro planeta”. Entonces, cuando Mario decidió aproximarse al misterioso “vehículo”, los pescadores comprobaron que, dentro del mar, a no mucha distancia, había tres humanoides de gran estatura. Ricardo Palomino que en la actualidad tiene 75 años, dijo que eran: “hombres gigantes”. Los visitantes parecían completamente humanos, aunque su altura era considerable. Vestían unos monos plateados brillantes que les cubría todo el cuerpo. Llevaban botas y guantes. Eran delgados. Ricardo decía que: “No les pudimos ver el rostro, todo era plateado (…) caminaban como robots”. Lo más curioso, es que, por sus gestos, con los brazos en alto, parecían estar pescando en la zona, aunque no llevaban nada en las manos. Los testigos aseguran que incluso se escuchaba un sonido (silbido) parecido al que se realiza cuando se lanza el anzuelo al mar con una caña, aunque todos coincidían en que no tenían ningún utensilio de pesca entre las manos. Solo gesticulaban. Ricardo dice que, en ocasiones, las olas les golpeaban con violencia en el pecho, pero los humanoides parecían no inmutarse. Ni siquiera se movían. Cuando alguno de estos seres caminó fuera del agua, sobre la arena mojada, Ricardo comentó que parecía que desprendían humo por los pies y el hijo de Cueto afirmó que la arena “hervía” como en “pequeñas erupciones”. Pese a la sorpresa generalizada del resto del grupo de pescadores, Mario Cueto continuó con su idea de acercarse a la “tanqueta” para verla mejor. Y es que, según Ricardo, su amigo no sé amedrentaba con facilidad. Por el camino, uno de los humanoides se giró hacia el valeroso minero y con la cabeza gesticulaba de lado a lado (negando), como indicándole que no se acercara al artefacto. Sin embargo, Mario prosiguió su marcha hacia la “tanqueta” sin temor alguno. Cuando se hallaba a pocos metros comprobó que, en su interior, había un cuarto humanoide sentado comiendo una especie de “tortillas” de color melón. La comida estaba sobre una especie de “mesa”. La escena fue contemplada a través de una de las ventanillas del objeto. El tripulante de la “tanqueta” colocaba algunos restos de las “tortillas” junto a la ventanilla, por lo que Mario se acercó, cogió un trozo y lo ingirió. En ese momento sintió unas fuertes nauseas que le hizo vomitar sobre la arena. Regresó entre dolores junto a sus compañeros, y entonces ocurrió algo sorprendente. Todo el grupo se quedó dormido de repente. Y aunque no saben explicar cómo ocurrió, Ricardo relató que de pronto se sintieron cansados y se quedaron profundamente dormidos. Cuando se despertaron, tanto la “tanqueta” como los humanoides habían desaparecido. Entonces todos se acercaron a la orilla, ya que la marea estaba muy baja, para comprobar si había huellas en la zona. Pero inexplicablemente no encontraron ningún rastro, ni de las pisadas de los gigantes, ni del misterioso vehículo. Nada. Tal y como confesó Ricardo a Mercado aquel artefacto era una especie de “tanqueta” plateada, muy similar a la que utilizan los militares, hermética, con ventanillas, aparentemente sin ruedas, y podría medir unos 2 metros de altura por 3 o 4 metros de largo. Se da la circunstancia que Mario Cueto sufría frecuentes dolores por una ulcera de estómago, pero a los 5 o 6 meses del encuentro, tras comer aquella misteriosa “tortilla” dejó de tener dolencias. Su médico no se explicaba esta repentina curación. Según Ricardo, Última Hora también publicó en aquellas fechas una breve noticia sobre otros pescadores de Huacho que también tuvieron un encuentro similar con “gigantes plateados”. Pese a esto, los protagonistas de esta singular historia siempre permanecieron en silencio por temor al ridículo. Quienes eran estos seres, y de donde provenían los OSNIS - como hoy podría catalogarse a sus naves - que los trajeron, quedaron en el más profundo misterio.
martes, 6 de febrero de 2024
2024: ¡A que es el Año del Dragón!
Según la cosmología china, cada año está regido por un animal del zodíaco, y el Año del Dragón es uno de los más reverenciados y auspiciosos dentro de este ciclo de doce años. De esta manera, el Dragón, considerado un símbolo de poder, prosperidad y buena fortuna, se prepara para presidir este año a partir del próximo 10 de febrero, trayendo consigo una energía especial y significativa para millones de personas en todo el mundo. Generoso y lleno de vitalidad, para el Dragón la vida es constante movimiento. Egoísta, excéntrico y muy exigente consigo mismo, sin embargo, no le falta nunca su legión de admiradores que también disfrutan de sus múltiples virtudes. Un Dragón simboliza el poder y la riqueza; es encantador y brillante, despide vitalidad, fuerza y atrae por su magnetismo y extravagancia. Las personas nacidas bajo la influencia del Dragón cautivan por su carisma personal y están acompañadas de buena suerte. Se sienten atraídos por las cosas nuevas y extrañas, especialmente en el campo de la ciencia y la tecnología. Se muestran activos e interesados por el mundo que les rodea; les encanta participar en causas de gran envergadura. El Dragón puede alcanzar grandes sueños si logra dominar su imaginación y canalizar su enorme energía para encausar algunos de los tantos proyectos que se le ocurren y convierte en realidad. Si su energía, inteligencia y talento encuentran la vía adecuada pueden obtener grandes resultados. Sin embargo, su mayor debilidad es su egocentrismo, superficialidad y su necesidad de ser el centro de atención. Se pone bravo cuando se tropieza con alguien que no cae rendido a sus encantos y un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. La fortuna del Dragón se manifiesta en su increíble descaro para mantenerse indiferente frente a los acontecimientos y seguir firme en sus objetivos para encontrar el éxito. Destaca por su creatividad, originalidad e independencia; su mejor ámbito es la motivación del trabajo y prestarse a la competencia para imponer su opinión; que siempre será contraria a la de los demás. Su franqueza y sinceridad acompañadas de un gran idealismo hacen de él un Dragón utópico y soñador. Los Dragones pueden caer bien y se les ama con locura o caer mal y se les detesta con recelo; no hay términos medios; quien desee compartir la vida con uno de ellos debe pensar en proporcionar emociones explosivas y hacerle sentir único. Si hay que admirar, se enamorara, pero cuando se acabe el cariño también se acabara la relación. Y es que un Dragón puede ser ambicioso, carismático, noble, magnánimo y poderoso; pero con sus enemigos es despiadado, arrogante, despótico e intolerante. Venga, parece que me están describiendo punto por punto. ¿Qué se podía esperar?... Si soy un Dragón.
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