TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 30 de julio de 2024

EL DELFÍN ROSADO: Encantadora criatura del Amazonas

En las profundidades de la selva amazónica, donde el verde follaje se extiende sin fin y los ríos serpenteantes esconden secretos en sus turbias aguas, existe una criatura mística y enigmática conocida como el Encantado. Estos seres etéreos, envueltos en mitos y leyendas, han cautivado la imaginación de innumerables tribus y narradores amazónicos durante siglos. Los orígenes del Encantado se remontan al rico tapiz del folclore amazónico. En los mitos de los pueblos indígenas, se cree que estas criaturas son delfines de río que cambian de forma y poseen la capacidad de transformarse en seres humanos irresistiblemente atractivos. En el ámbito de su hábitat acuático, a menudo se los considera guardianes y protectores de los ríos, mientras que en su forma humana, se convierten en encantadores seductores que atraen a víctimas desprevenidas a su mundo de otro mundo. La familia de estas criaturas está intrigantemente vinculada al propio río Amazonas. Según la leyenda, son descendientes del místico delfín rosado del río (Inia geoffrensis), una especie única y fascinante que se encuentra en las aguas del Amazonas. En consecuencia, esta conexión con el delfín rosado del río les otorga sus atributos y poderes místicos, creando un vínculo convincente entre el mundo natural y el reino sobrenatural. En su forma auténtica de delfín, el Encantado tiene un parecido sorprendente con el delfín rosado de río. Estas criaturas acuáticas son conocidas por su hipnotizante piel de color rosa pálido, que parece brillar bajo la superficie del agua. Sus cuerpos sinuosos se deslizan con gracia por los ríos, mientras que su naturaleza juguetona y sus ojos curiosos los convierten en una figura muy querida en el folclore amazónico. Cuando se transforman en humanos, los Encantados adquieren una apariencia cautivadora. A menudo se los describe como altos y excepcionalmente atractivos, con piel bronceada y ojos azules llamativos que parecen poseer un magnetismo sobrenatural. Usan ropa hecha de escamas de pescado iridiscentes, que recuerdan las aguas resplandecientes que habitan. Esta belleza etérea les sirve como arma poderosa en sus habilidades seductoras. Los Encantados poseen una amplia gama de habilidades sobrenaturales que los hacen venerados y temidos por quienes los conocen. Cambio de forma: Su poder más notable es la capacidad de transformarse sin problemas de un delfín a una forma humana, lo que les permite navegar con facilidad tanto en el reino acuático como en el terrestre; Música cautivadora: Los Encantados son músicos talentosos, capaces de tocar melodías encantadoras con sus flautas u otros instrumentos. En consecuencia, su música tiene el poder de cautivar y cautivar a los oyentes, atrayéndolos irresistiblemente hacia la fuente del sonido; Baile hipnótico: En su forma humana, los Encantados son conocidos por sus fascinantes movimientos de baile. Como resultado, sus movimientos elegantes e hipnóticos pueden atrapar los corazones y las mentes de quienes los observan, dejándolos hechizados; Poderes curativos: Se dice que los Encantados poseen potentes habilidades curativas. Como resultado, pueden curar enfermedades, reparar corazones rotos e incluso otorgar fertilidad a quienes buscan su ayuda. Los Encantados están profundamente entrelazados con la cultura amazónica, y su presencia a menudo está representada por varios símbolos. Motivos de delfines. Los motivos de delfines se pueden encontrar en obras de arte, cerámica y joyas indígenas, y simbolizan la profunda conexión entre el Encantado y el delfín rosado del río; Escamas de pescado. Las escamas de pescado, especialmente las que tienen tonalidades iridiscentes, se utilizan a menudo como elementos decorativos en prendas y accesorios, lo que refleja el origen acuático del Encantado; Flautas e instrumentos musicales. Los instrumentos musicales, especialmente las flautas, se utilizan como símbolos de la música encantadora del Encantado y su capacidad para cautivar a los oyentes. Innumerables mitos e historias rodean al Encantado, ofreciendo una perspectiva de su naturaleza compleja y sus interacciones con los humanos. Durante los festivales que celebran la abundante belleza del Amazonas, se dice que el Encantado emerge de las profundidades de los ríos y adopta su atractiva forma humana. Envuelto en una ropa iridiscente con escamas de pez que brilla como la superficie del agua, el Encantado se mueve con gracia y encanto, atrayendo las miradas de todos los que presencian su hipnótica presencia. Bajo la encantadora luz de la luna, el Encantado comienza a tocar melodías cautivadoras y hermosas en su flauta, cada nota tejiendo un hechizo de irresistible tentación. En consecuencia, los aldeanos, atrapados en el canto hipnótico, se sienten irresistiblemente atraídos hacia la orilla del río. A medida que se acercan, los ojos azules del Encantado se fijan en los de ellos y su danza seductora atrapa sus corazones y mentes. En ese trance, siguen a la criatura hasta el agua para nunca regresar a sus vidas anteriores. Se dice que quienes han caído bajo el hechizo del Encantado cambian para siempre y sus vidas se entrelazan con el mundo místico de los delfines de río. Algunos se convierten en guardianes de las aguas, mientras que otros se convierten en músicos y sanadores talentosos, transmitiendo sus nuevos conocimientos de generación en generación. Sin embargo, la seductora tentación del Encantado sirve como una historia de advertencia y un testimonio del poder del encantamiento que se encuentra en el corazón de la selva amazónica. En algunas historias, los Encantados son criaturas benévolas que utilizan sus poderes curativos para ayudar a los humanos en momentos de necesidad. Los chamanes y curanderos suelen invocarlos para curar enfermedades y traer buena suerte. Entre ciertas tribus amazónicas, los Encantados son considerados protectores de los ríos y de las criaturas que los habitan. Se cree que mantienen el delicado equilibrio del ecosistema, asegurando la supervivencia tanto de los humanos como de los animales.

martes, 23 de julio de 2024

ENIGMATICOS MISTERIOS DEL UNIVERSO: Los secretos del Objeto X

También conocida como la galaxia del Triángulo, la M33 es la tercera mayor galaxia del Grupo Local, luego de Andrómeda y la Vía Láctea. Sin embargo, alberga un misterioso objeto que ha intrigado a los científicos por la extraña forma en que se comporta. Basta con dirigir nuestra mirada al cielo nocturno del hemisferio norte y se podrá distinguir la distintiva constelación en forma de W de Casiopea, donde cada una de las dos 'V' que forman esta forma se ve como una flecha que apunta hacia abajo, entonces observando el de la derecha, nos guiará a una mancha difusa apenas perceptible. De trata de la galaxia de Andrómeda, uno de los objetos más lejanos de la Tierra que es visible a simple vista. Sin embargo, hay otro objeto que está aún más lejos, aunque se necesitara cielos completamente oscuros para verlo a simple vista: la M33. Sucede que cuando era estudiada por los astrónomos hace más de una década, hicieron un notable descubrimiento, algo que al principio no tenía sentido y que todavía luchan por comprender por completo. Lo llamaron Objeto X. “Ha ganado cierto nivel de notoriedad”, dijo Roberta Humphreys de la Universidad de Minnesota, quien ha trabajado para descifrar los misterios que lo rodean. Con la luz visible, los astrónomos apenas pueden distinguirlo. Quizás eso no sea sorprendente, dado que la galaxia está a unos 3 millones de años luz de la Tierra. Sin embargo, visto a través de la luz nfrarroja se constata que el Objeto X es el más brillante de toda la galaxia, eclipsando a decenas de miles de millones de estrellas. El equipo que hizo el descubrimiento, dirigido por Rubab Khan de la Universidad Estatal de Ohio, comenzó a investigar el fenómeno. Volvieron a revisar viejas placas fotográficas de M33 tomadas en luz visible tanto en 1949 como en 1991, El Objeto X no estaba allí, por lo que no fue captado por los telescopios de la época, pero que desde inicios de este siglo si es posible verlo. Nadie se explica su súbita aparición ni lo que sea en realidad, por lo que se trata de un gran misterio aun no resuelto. Cabe precisar que comparada con la Vía Láctea, la del Triángulo es una galaxia pequeña, “sólo” contiene unos 40 mil millones de estrellas -10 veces menos que la nuestra - aunque tiene una tasa de creación de nuevas estrellas mucho más alta de lo normal. Se pensaba que quien descubrió esta galaxia fue Charles Messier, pero en 1985 se redescubrió una obra de 1654 del astrónomo italiano Giovanni Battista Hodierna, en la cual describía una extraña nebulosa en la constelación del Triángulo. Como la obra es de 1654, se supone que Hodierna la observó antes de esa fecha. Un siglo más tarde, en 1754, Charles Messier la describió como una nebulosa sin estrellas y la incluyó en su catálogo con el número 33. Pero no fue hasta el siglo XIX en que Lord Rosse describió su estructura espiral. Herschel designó la mayor región H II de esta galaxia (nebulosa de emisión difusa que contiene hidrógeno ionizado) como H III.150 separándola de ella y nombrándola NGC 604. Vista desde la Tierra, NGC 604 está localizada al noreste del centro galáctico, y es una de las regiones H II más grandes conocidas, con un diámetro de 1500 años luz y un espectro similar al de M42. Aunque no puedan compararse con NGC 604, otras regiones HII de Triángulo son también tan grandes y brillantes que tienen su propio número NGC, como por ejemplo NGC 588, NGC 592, y NGC 595. La Galaxia del Triángulo - repetimos - puede observarse a ojo desnudo bajo condiciones excepcionales, y para muchas personas, es el objeto visible a simple vista más distante. Sin embargo, es muy grande y difusa y el mejor instrumento para observarla son unos binoculares, pudiendo incluso bajo condiciones muy buenas apreciar con ellos sus brazos espirales, o con un telescopio trabajando a muy bajos aumentos. Lo más importante e interesante que han destacado los expertos de M33 es que se trata de un auténtico hervidero de estrellas nacientes, en donde surgen soles a un ritmo muy superior al que nos tiene acostumbrados nuestra Vía Láctea, conteniendo además de NGC 604 algunas de las asociaciones estelares más ricas y brillantes del Grupo Local. M33 tiene un décimo de la masa de la Vía Láctea y mide 50.000 años luz de largo, aproximadamente la mitad que nuestra galaxia. Un reciente estudio llevado a cabo por el telescopio de infrarrojos Spitzer muestra que M33 es mayor de lo que puede apreciarse en el visible, llegando sus nubes de polvo más allá de lo que se observa en las fotografías. Se piensa que ello es debido a las explosiones de supernova y/o a los vientos solares de estrellas jóvenes. M33 está unida por una corriente de hidrógeno neutro y según estudios recientes también por diversas corrientes de estrellas a M31, además de tener la parte más externa de su disco de estrellas y gas distorsionadas, lo que indica un acercamiento pasado entre las dos, y su destino final puede ser ó acabar chocando y fusionándose con la segunda (algo que se desconoce cuándo ocurrirá, pero quizás antes de la colisión entre M31 y nuestra galaxia y que refuerzan investigaciones recientes, que muestran que hubo un acercamiento entre ambas galaxias hace 2500 millones de años y que se producirá otro considerablemente más violento dentro de 2000 millones de años) ó acabar participando en la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda, bien colisionando con nuestra galaxia, bien orbitando la galaxia resultante de la colisión de las dos antes de acabar fusionándose también con ésta, ó incluso siendo expulsada del Grupo Local. En cuanto al Objeto X, los astrónomos confían en que nuevos estudios trataran de desentrañar el enigma que representa. “Cuanto tiempo necesitamos para ello, la verdad, no lo sé” puntualizó Humphreys.

martes, 16 de julio de 2024

LA FUGA DE CALLIVACA: Peñas inmortales de Pachacamac

Cuentan que en tiempos muy antiguos, Cuniraya Wiracocha se presentó ante los mortales como un hombre muy pobre, y andaba paseando con su ropa hecha harapos, y sin reconocerlo algunos hombres lo trataban como un mendigo piojoso. Pero lo que no sabían en realidad es que era el Creador del universo. Con solo decirlo preparaba los campos para el cultivo y reparaba los andenes. Utilizando sus poderes, creaba acequias desde sus fuentes en las montañas para regarlas. De esta manera, humillaba a los demás dioses de la región. Pero entre esas deidades, había una mujer llamada Cavillaca, que por ser tan hermosa todos los demás dioses la pretendían. Sin embargo, ella siempre los rechazaba. Sucedió entonces que esta mujer, quien nunca se había dejado tocar por un hombre, se encontraba tejiendo debajo de un árbol de lúcumo. Cuniraya, que la observaba de lejos, pensaba en una manera astuta de acercarse a la bella Cavillaca. Entonces se convirtió en un pájaro y voló hasta la copa del lúcumo, donde encontró una fruta madura a la que introdujo su semen, luego la hizo caer del $árbol justo al costado donde Cavillaca se encontraba tejiendo. Al ver la fruta se la comió muy gustosa y de esta manera la bella diosa quedó embarazada sin haber tenido relaciones con ningún)n hombre. A los nueve meses, como era de esperar, Cavillaca dio a luz. Durante más de un año crió sola a su hijo, pero siempre se interrogaba sobre quién sería el padre. Llamó a todos los dioses a una reunión para dar respuesta a su pregunta. Cuando se enteraron todos los dioses se alegraron mucho, asistiendo ricamente vestidos y arreglados, convencidos de ser a los que la bella Cavillaca elegiría. Esta reunión tuvo lugar en un pueblo llamado Vinchicocha y al llegar se fueron sentando alrededor de ella, y Cavillaca les enseñaba a su hijo y les preguntaba si eran los padres. Pero nadie reconoció al niño. Cuniraya Wiracocha también había asistido, pero como estaba vestido como un mendigo, Cavillaca no le preguntó a él, ya que le parecía imposible que su hijo hubiese sido engendrado por aquel hombre pobre. Ante la negativa de todos los preguntados de reconocer al niño, Cavillaca ideó posar en el piso al niño, dejando que ande a gatas solo hasta donde se encuentre su padre. Así lo hizo, y el niño se dirigió muy contento donde se encontraba Cuniraya Wiracocha. Cuando su madre lo vio, muy encolerizada, gritó- “Ay de mi ¿Cómo habría podido yo dar a luz el hijo de un hombre tan miserable?”. Con estas palabras cogió a su hijo y corrió hacia el mar. Entonces Cuniraya dijo: “Ahora si me va a amar” y se vistió con un traje de oro, y la siguió, llamándola para que lo viera. Pero Cavillaca no volvió para mirarlo, siguió corriendo con la intención de arrojarse al mar por dar a luz el hijo de un hombre tan horrible y sarnoso. Como Cuniraya pensaba que Cavillaca voltearía a verlo, la seguía a distancia llamándola y gritándole continuamente. Entonces se encontró con un cóndor y le preguntó: “Hermano, ¿dónde te encontraste con esa mujer?”. “Está aquí cerca, ya casi la vas alcanzando” le respondió el cóndor. Por darle esa respuesta alentadora Cuniraya le dijo al cóndor: “Siempre vivirás alimentándote con todos los animales de la puna, y cuando mueran tu sólo te los comerás, pero si alguien te mata, el también morirá”. Entonces, Curinaya siguió su carrera en pos de Cavillaca, encontrándose con un zorrino y le pregunto: “Hermano ¿por dónde te has encontrado con esa mujer?” A lo que este le respondió: “Ya no la alcanzarás, porque está muy lejos”. Por darle esa mala noticia, Curinaya le dijo: “Por lo que me has contado, te condeno a que camines sólo de noche, odiado por los hombres y apestando horriblemente”. Continuando con su camino se encontró con un puma, quien le advirtió: “Ella todavía anda por aquí, ya te estás acercando”. Por darle tan buenas noticias Cuniraya le respondió: “Comerás las llamas del hombre, y si alguien te mata serás adorado, y todos los años se celebrara una fiesta, donde sacrificaran una llama en tu honor”. Posteriormente se se encontró con un zorro y al preguntarle por Cavillaca, le dijo que se encontraba ya muy lejos y que no la alcanzaría. Por esto le dijo al zorro: “Aunque andes a distancia, los hombres llenos de odio te verán como un animal malvado y desgraciado, por lo que cuando te maten, botaran tu cuerpo como algo sin valor”. Siguiendo su camino, se encontró con un halcón, quien le aseguró que pronto la alcanzaría. Por ello le contestó: “Tendrás mucha suerte, y cuando comas primero almorzaras picaflores. El hombre que te mate llorara tu muerte, y sacrificara una llama en tu honor, colocándote sobre su cabeza para que resplandezcas allí”. Enseguida se encontró con unos loros, quienes le dijeron que ya no la alcanzaría. Por ello Cuniraya les maldijo así: “Andaréis gritando muy fuerte, y cuando los escuchen, sabiendo que tienen la intención de destruir los cultivos, sin tardar los hombres los ahuyentaran y habrán de vivir sufriendo mucho, odiados por ellos”. De este modo, cada vez que se encontraba con alguien que le daba una buena noticia le auguraba un buen porvenir, pero si se encontraba con quien que le daba malas noticias lo maldecía. Cuando llegó hasta el mar frente al santuario de Pachacamac, vio que Cavillaca y su hija se encontraban custodiadas por una serpiente, creyendo que las iba a alcanzar, pero en un descuido de quien las custodiaba, madre e hija se lanzaron al agua, convirtiéndose ambas en piedra, creando así las islas Cavillaca. Desde entonces, Cuniraya Wiracocha anda por el mundo engañando a dioses y hombres.

martes, 9 de julio de 2024

JAPIÑUÑUS: Demonios que convivieron con los primeros humanos

Los japiñuñus o hapi ñuñus, son deidades muy antiguas, inscritas dentro la mitología preincaica. Pertenecen a la época de los machus (humanos ancestrales), quienes existieron antes que los incas. Una mala traducción de un sacerdote jesuita tergiversó la interpretación de su nombre. Aunque actualmente se les describe cómo demonios en forma de arpías con senos colgantes, tan largos como sus cabellos, habían sido inicialmente deidades que habitaron y poblaron el mundo en su génesis, gobernando a los primeros humanos. Según los relatos más antiguos, los japiñuñus eran considerados un subgrupo de wakas. Se dice que su llegada al mundo sucedió “en oscuridad, sin sol ni luna”. Los japiñuñus se manifestaron primigeniamente en las paqarinas. Allí mismo surgieron los antepasados de los primeros humanos. Las paqarinas, en términos generales, están divididas en cuatro grupos: cerros y quebradas, peñas vivas, lagunas y manantiales. Algunas interpretaciones dicen que estos sitios también son considerados wakas. Son los lugares donde la pachamama “se abre” y están asociados con la fertilidad y el contacto con el mundo de abajo. No existen muchas descripciones del aspecto original de los japiñuñus, pero las crónicas hablan de su forma de gobernar el mundo de los humanos. Hapi ñuñu, llashaq, atiq, manchachiq: “El que agarra, y chupa, el que impone carga, saquea y despoja en guerra, el que vence, el que provoca miedo”. No es de extrañar por ello que los japiñuñus estaban asociados con una “religión muy sangrienta, que exigía muchas ofrendas humanas”. Los curacas, o autoridades indígenas locales, dependían de estas deidades para continuar gobernando. En algún punto de la historia, los japiñuñus no cumplían su deber como seres tutelares y pedían demasiadas ofrendas, tomando más vidas de lo aceptable. Estos abusos no podían continuar indefinidamente y así sucedió. En efecto, el infame dominio de los japiñuñus termino con la llegada de T’unapa Wari Willka, quienes los expulsó de las montañas nevadas quitándoles el poder de exigir ofrendas y de gobernar a los hombres. Algunas narraciones dicen que, luego de su destierro, los japiñuñus convertidos en monstruos (mitad aves, mitad humanos), buscaron refugio en la selva amazónica. Una descontextualización etimológica del sacerdote Diego González Holguín en su traducción de las palabras quechua “japi ñuñu” distorsionó la comprensión de estos seres. El jesuita describió a los japiñuñus como “bestias aladas que solían aparecer con dos tetas largas que se podían asir dellas”. La mayoría de las versiones contemporáneas de los japiñuñus están basadas en esta interpretación. Según el etnohistoriador y lingüista Jan Szemiński, la traducción “agarra tetas” se correspondería con la combinación ñuñu hap’i o ñuñu hay’iq. Despojados de su poder y maldecidos, los japiñiñus desde entonces vuelan por los aires en las noches diáfanas y a horas silenciosas, cogen a la gente con sus garras muy filosas y se los llevan. Asi, toda vez que el indio siente volar en el aire a deshoras de la noche alguna ave nocturna, no cree que sea una arpía sino supone que es algún Japiñuñu, que lo está acechando para arrebatarlo y huye apresurado al interior de su casa, o se acurruca entre los árboles para que lo proteja. Si ha desaparecido un individuo en la noche, por algún motivo inexplicable, como por ejemplo un crimen o una huida intencionada, atribuyen a sus parientes cuando no han podido tener noticias de él, “que el japiñuñu se lo ha llevado". En estos tiempos se dice que aun merodean los más alejados pueblos de la Amazonia en busca de presas, especialmente niños. Y por ello siguen siendo muy temidos.

martes, 2 de julio de 2024

CERRO SECHÍN: ¿Un siniestro templo del horror?

"América - escribe Jiménez del Oso en El Imperio del Sol - está llena de lugares para el asombro o la reflexión, llenos de misterio o de belleza… Pero hoy no iremos a ninguno de ellos. Hoy visitaremos un sitio de muerte y sacrificios, un lugar donde encontrarnos con lo peor que el hombre lleva dentro…". En la provincia de Casma (Ancash), a 370 kilómetros al norte de Lima, dejando atrás la áspera ladera del desierto, encontramos los rostros esculpidos en los muros de Cerro Sechín, con su mirada acerada, y sus rasgos felinos, desdibujan una sonrisa desafiante. Tal y como los describe Jiménez del Oso: "Son una macabra galería de cuerpos seccionados, de miembros despedazados, de cabezas cortadas, como siniestro escaparate de una carnicería de carne humana, una exhibición tal de vísceras y miembros, que algún arqueólogo ha lanzado la hipótesis de que era un centro donde se enseñaba anatomía. En varias piedras aparecen cuerpos partidos por la mitad, y en algunos de ellos son claramente visibles los intestinos, representados de una forma esquemática, pero eficaz; incluso hay una en que aparece el aparato digestivo estilizado, él sólo, como un trofeo atroz…". Este singular ejército de trescientos veintiséis monolitos constituiría una única escena mural, como si de una especie de fortín se tratase, erigido hacia el 1800 a. C. Cercado por este escaparate de imágenes siniestras, hay que imaginarse un templo de barro mucho más antiguo y que hoy se desvanece derretido por el paso del tiempo y que pudo alzarse entre el 2200-2100 a. C. Fecha que podría retrasarse hasta el 3000 a. C. luego de que, a finales de 2019, la arqueóloga Mónica Suárez Ubillús, desenterrase los restos de una pirámide de adobe, con restos humanos. El monumento está construido sobre una extensión de unas cinco hectáreas. Presenta siete estructuras, seis de ellas hechas con piedra y mortero de barro y una con adobes cónicos, típicos del Período Arcaico (1600 antes de nuestra era). Dos de las estructuras ocupan la parte central, correspondiendo una de ellas al llamado "Edificio Principal" que cubre a la estructura antigua de adobes cónicos con relieves de barro. Las otras cuatro se ubican apareadas en ambos lados del edificio principal. Lo que hoy conocemos como Cerro Sechín constituiría por lo tanto la manifestación de una de las primeras culturas preincaicas. Por qué y para qué fueron esculpidas las macabras imágenes en piedra es todavía un enigma no resuelto frente al que solo puede especularse dentro de un amplio abanico de interpretaciones…Para su descubridor, el arqueólogo Julio Tello (180-1947) y el etnólogo Antonio Jiménez Borja (1908-2000) el dramatismo que estila la iconografía en piedra de Sechín estaría conmemorando una batalla crucial contra un pueblo enemigo. Podría afirmarse que dicho templo fue construido como un Monumento a la Victoria - en la cual representan guerreros y cuerpos mutilados, brazos y cabezas sangrando, cuerpos y piernas seccionados, entre otros despojos humanos de los vencidos. De los datos extraídos en yacimientos cercanos, Cerro Sechín habría rivalizado en hegemonía con una población que se asentó al otro margen del valle de Casma: Pampa de las Llamas-Moxeke. Los habitantes de Sechín debieron enfrentarse a los de Moxeke, bien para demostrar su superioridad, bien para preservar su independencia frente al expansionismo de estos últimos. Algunos arqueólogos han encontrado cierta similitud estética en la vestimenta de los sacrificados del muro de piedra de Sechín y la de los personajes que figuran en los frisos de Moxeke. En los setenta, el médico cuzqueño Víctor Paredes Ruíz formuló una audaz teoría: Cerro Sechín constituiría el primer centro de estudio anatómico del Antiguo Perú. Como en las actuales facultades de medicina donde cadáveres son diseccionados para el estudio de anatomía, en Sechín se habrían utilizado prisioneros de guerra para su vivisección. Esto explicaría que en sus piedras se hayan representado órganos internos. Diferente es la interpretación que se ofrece desde la arqueología marxista, que cuestiona el papel desempeñado por las élites gobernantes y la explotación de las clases serviles. Cerro Sechín sería escenario para una sublevación de la clase trabajadora que, en algún momento, decidió rebelarse frente a las élites. Su mural en piedra rememoraría el resultado de esa “rebelión popular” cuya insurgencia fue reprimida de manera tan sanguinaria. Para el arqueólogo e historiador Federico Kauffmann , el lienzo de Sechín escenifica los sacrificios humanos, inmolados por la élite gobernante. El sanguinario holocausto pretendía aplacar la ira del dios del Agua, cuyo azote se manifestaba a través de catástrofes climáticas como El Niño. Tras esta práctica religiosa se camuflaría una estrategia de control social: la escasez de recursos exigía disminuir el crecimiento demográfico, de ahí la necesidad de inmolar periódicamente a un número de congéneres. En cualquier caso, las rogativas con sangre no debieron ser escuchadas. Las inclementes trombas desencadenadas por El Niño, no tuvieron clemencia con los habitantes de Cerro Sechín, colapsando hacia el 1500 a. C. Fue entonces cuando sus templos fueron sepultados, tal vez intencionadamente, por aquellos hombres que habían tributado su sangre a unos dioses... que les habían abandonado.