Como sabéis, los trolls son unas monstruosas criaturas de la mitología nórdica provenientes del Inframundo que asolaban la Tierra desatando el terror. En la jerga de Internet se aplica este nombre a quienes - escudándose en la clandestinidad y el anonimato - publican mensajes provocadores e irrelevantes en las redes sociales y diarios, con la intención de molestar y provocar una respuesta emocional negativa por parte de los usuarios y lectores. En el caso del Perú, estos engendros de la mafia se encuentran muy activos defendiendo lo indefendible, quienes ante la falta de argumentos para rebatir con ideas a quienes se oponen al retorno del fujimorismo al poder, utilizan la única neurona que les queda y recurren al insulto y las amenazas utilizando un lenguaje soez y vulgar que delata su baja condición. Como sabéis, las nuevas tecnologías como las redes sociales permiten que miles de personas comenten, opinen y en muchos casos ataquen a otros usuarios que no están alineados con sus posiciones políticas, utilizando para ello cuentas falsas. Venga ya, se las dan de “valientes” tras el teclado, pero son igual de cobardes que el despreciable genocida Kenyo Fujimori, quien mediante un autogolpe de Estado instauro una sangrienta dictadura en el Perú en 1992 y que huyó vergonzosamente del país - renunciado vía fax - en el año 2000 tras el estallido de los “Vladivideos” que desnudo la podredumbre de su régimen criminal, tratando en vano de escapar de la justicia y que hoy purga una condena de 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Son los llamados fujitrolls, especialistas en atacar encarnizadamente a todos aquellos que no están de acuerdo con sus desvariadas e irracionales propuestas. Entre esa banda de indeseables, resalta el grupo conocido con el nombre de "La Resistencia" coordinado por la congresista Rosa Bartra y sacado a la luz a través de un video difundido en julio del 2019. En el se aprecia a la tiparraca esa en una reunión incitando a trabajadores parlamentarios de su bancada a atacar con rabia desbordada a través de Twitter a sus opositores. Las cuentas fueron notadas principalmente durante las elecciones del 2011 y 2016 para mostrar apoyo indiscriminado a la candidata fujimorista del partido, Keiko Fujimori y así también atacar a los opositores políticos en redes como twitter y facebook. En el caso del 2016, Fuerza Popular obtuvo la mayoría de escaños en el Congreso (que utiliza para desestabilizar al país con sus campañas difamatorias) y desde ese período se incrementaron las cuentas de fujitrolls utilizando para sus ataques los recursos del Estado y el Canal del Congreso. Su actividad se ha incrementado sustancialmente en los últimos tiempos tras la captura de Keiko Fujimori, acusada de ser la cabecilla de una organización criminal dedicada a lavar dinero del narcotráfico, por lo que el tono de sus ataques es cada vez más virulento. Su desesperación por no poder libre a la hija del genocida - quien cumple un arresto preventivo de 36 meses en el penal de Chorrillos - hace que muchos de ellos promuevan desvergonzadamente el uso de un lenguaje agresivo. No cabe duda que estos infelices son seres perturbados con personalidades escindidas que se esconden detrás de un alias para intentar ‘matar’ con la palabra, pero aparte de ello, más nada pueden hacer. Tanto Keiko como el monstruo de su padre se pudren tras las rejas y van a pasar mucho tiempo para que la situación de ambos cambie. Es de esperar que ante la inminencia de nuevas elecciones en el 2020 - sean generales o solo parlamentarias si finalmente estos son disueltos de no aprobar la reforma constitucional propuesto por el gobierno el pasado 28 de julio - los ataques de esa panda arreciarán invariablemente, pero no hay que amedrentarse ante ellos y por el contrario, combatirlos con renovadas energías con argumentos y no con insultos ante la posibilidad de un retorno al pasado, el cual no debe regresar jamás. El Perú no se lo merece.