Ubicada en la urbanización Santa Beatriz - en el centro de Lima - se encuentra una curiosa estructura de estilo medieval. Es el Castillo Rospigliosi, que fue mandado a construir en 1929 por Carlos Rospigliosi Vigil, descendiente de la familia italiana Rospigliosi, con el objetivo de brindar alojamiento en su llegada a Lima a S.M. el Rey de España Alfonso XIII, a quien Rospigliosi conoció en su primer viaje a Europa. Visto por fuera, parece sacado de algún cuento de hadas, pero en lugar de caballeros y dragones, esta ‘habitado’ por un fantasma. Se dice además que Rospigliosi, en su afán de agradar al monarca, solicito una petición de autorización a la Municipalidad Metropolitana de Lima para poder construir una fosa alrededor del castillo e instalar un puente levadizo, lo que fue rechazado. En la construcción del castillo participó activamente Rospigliosi, quien incluso importo costoso mobiliario de Europa para hacer sentir al Rey como en casa. Pero sucede que como consecuencia de los vaivenes políticos en la península, que dio como resultado la abolición de la monarquía y la instauración de la II república en 1931 (de infausta recordación para los españoles), Alfonso XIII y su familia partieron al exilio y el proyectado viaje al Perú como podéis suponer, fue cancelado. Ante esa situación, a Rospigliosi no le quedo más alternativa que convertir al castillo en su hogar, y lo fue hasta que su hijo Carlos Augusto Rospigliosi-Vigil, perdió el castillo porque fue expropiado por el Estado por negociaciones de su tío el médico Augusto Pérez Araníbar. Desde 1949 fue otorgado a la Fuerza Aérea del Perú, como sede inicial de la Academia de Guerra Aérea, luego de la Escuela Superior de Guerra Aérea y actualmente es sede del Museo Aeronáutico del Perú desde el 23 de mayo de 2014, donde actualmente se recopila, exhibe, preserva, y centraliza las reliquias, réplicas, fotografías, documentos y materiales que fomenten la Historia Aeronáutica Nacional y Mundial para conservar el Patrimonio Histórico, las Tradiciones y la Cultura de la Aeronáutica del Perú. Ahora bien, se dice que en su interior suceden extraños sucesos paranormales, los cuales no tienen explicación alguna. Así como en Europa (especialmente en el Reino Unido) es fama que los castillos posean sus “propios” fantasmas que son las almas condenadas de sus antiguos propietarios que no encuentran la paz eterna, en el Perú no podían ser menos y castillos, así como antiguas casonas también tienen sus espectros que aterrorizan a los seres vivos. Específicamente, en el caso del castillo Rospigliosi, se dice que esta habitado por un fantasma perteneciente a quien en vida fue su constructor - de quien se contaba historias escabrosas que no vale la pena detallar aquí - quien deambula en su interior a altas horas de la madrugada, castigado precisamente por sus acciones. Existen testimonios de varios vigilantes quienes haber visto “algo parecido a una sombra que atraviesa las paredes” así como escuchado gritos y lamentos de quien consideran maldito. Lamentablemente hay muchos que no aceptan estas historias, convencidos que se trata de una superstición y lo desmerecen diciendo que quienes dan a conocer esa clase de encuentros, solo lo hacen con afán de figuración. Como sabéis, un alma en pena es una figura recurrente en numerosas mitologías, que se caracteriza por ser un espíritu o fantasma del alma condenada de una persona, que luego de morir vaga sin descanso (por ejemplo por haberse suicidado); ya que no pueden encontrar el camino al más allá. Su alma atormentada continúa deambulando en el mundo de los vivos sin tener plena conciencia de su muerte. Una entidad desencarnada que se tortura y fustiga cruelmente con asuntos no resueltos en su vida anterior. Puede que, por ejemplo, no acepte su propia muerte y que no quiera reconocer que ha desencarnado. También puede que se sienta culpable por no haber concluido correctamente algún asunto durante su vida humana. Puede que se sienta atado afectivamente a alguna persona o lugar cuando estaba con vida. Puede que sienta odio o rencor consigo mismo o con alguien de su entorno como humano. Puede que sienta que no merece estar en ninguna parte y que ya no le queda esperanza. No cabe duda que los alucinantes misterios que guardan las murallas de este castillo quedaran sin descifrar por mucho tiempo.