TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 22 de abril de 2025

¿UN PAPA NEGRO?: La siniestra profecía de Nostradamus que resurge tras la muerte de Francisco I

El deceso este lunes del Papa hereje Francisco I a los 88 años reavivó una de las profecías más temidas de Nostradamus, el astrólogo francés del siglo XVI cuya figura vuelve a ganar protagonismo en tiempos de incertidumbre. Según sus seguidores, el próximo sucesor de Pedro será un Papa negro, y con él llegará el fin del mundo, marcado por un gran cataclismo espiritual y el Juicio Final. Esta teoría apocalíptica se enlaza además con la profecía de San Malaquías, un manuscrito atribuido a un arzobispo irlandés del siglo XII que anticipaba una lista de papas hasta la llegada de uno último, bajo cuyo mandato se produciría el derrumbe de la Iglesia tal como se la conoce. Tras el fallecimiento de Francisco I, el Vaticano activó el protocolo “Sede Vacante”. Ahora, 138 cardenales menores de 80 años se preparan para elegir al nuevo Papa en el próximo cónclave, de los cuales 33 son de origen africano. Entre los nombres que suenan con fuerza figuran dos cardenales negros: Peter Turkson, originario de Ghana, de 76 años, con una cuestionada trayectoria en temas de justicia social y medioambiente; y Robert Sarah, de Guinea, conservador y cercano al ala más tradicionalista del Vaticano, con 79 años. Ambos son figuras respetadas dentro del Colegio Cardenalicio y representan un cambio geográfico e histórico para la Iglesia, que nunca ha tenido un pontífice africano en tiempos modernos. Aunque la expresión “Papa negro” es simbólica y no necesariamente racial, muchos interpretan la posible elección de un papa de origen africano como la consumación de la profecía. Por cierto, la figura del "Papa negro" se asocia tradicionalmente al Superior General de los jesuitas, ya que los miembros de esta orden visten de negro. En este sentido, hay quienes aseguran que la profecía ya se haya cumplido, ya que Francisco I lideró la orden jesuita, vistió con una sotana negra y ha realizado condenables cambios en la Iglesia (tal como predijo Nostradamus). Por lo tanto, puede que esta teoría del "Papa negro" ya se haya cumplido con Francisco I o como muchos suponen, se refiera en realidad a su posible sucesor. Michel de Nôtre-Dame (Nostradamus) fue un médico y astrólogo francés del siglo XVI y es conocido por sus profecías recogidas en el libro homónimo, referentes a cambios políticos, económicos o catástrofes naturales. Sus predicciones, que se han ido cumpliendo desde el ascenso de Adolph Hitler, la Revolución Francesa, el asesinato de Kennedy, hasta el operativo de falsa bandera del 11S montado por la CIA, están recogidos en una colección de 942 cuartetas poéticas que se publicaron en tres partes (1555, 1557 y 1558). Todos estos textos tienen un enfoque que combina la astrología, la observación de eventos y su intuición. Precisamente, la predicción más citada de Nostradamus, aunque difusa, habla de tres etapas finales del papado: “Primero, vendrá un Papa extranjero (Benedicto XVI), luego un Papa hereje (Francisco I), y finalmente, un Papa negro. Con él, llegará el fin del mundo”. Estas frases, interpretadas libremente, se vinculan con una idea de colapso institucional, más que con un evento catastrófico literal. La teoría se complementa con el texto atribuido a San Malaquías, que describía a cada Papa con una breve frase en latín. El último de esa lista aparece como “Petrus Romanus”, el cual, según el relato, presidiría una época de grandes tribulaciones antes del Juicio Final. Otra teoría gira en torno al cuadro que hay en la Basílica de San Pablo, donde aparecen retratados varios papas, y solo queda espacio para uno más luego de Francisco I. Si se llena el último recuadro, vendrá el Apocalipsis. Los seguidores de Nostradamus y San Malaquías no ven en estos eventos una simple sucesión administrativa. Para ellos, el hecho de que el próximo Papa pudiera ser africano es más que una anécdota: es el cumplimiento de una cadena de señales divinas. Aunque la Iglesia no reconoce oficialmente estas profecías, el impacto cultural de las mismas es innegable. La figura del Papa negro simboliza, en muchos sentidos, una ruptura con el pasado. Representa la posibilidad de una Iglesia verdaderamente global, pero también - según la visión apocalíptica - el inicio de un proceso de transformación radical que podría desembocar en un juicio espiritual universal.