Cuenta la leyenda que en el famoso túnel de la playa La Herradura, en Chorrillos - ubicada en Lima - existe un fantasma, el cual se dice que acecha a los conductores y pasajeros que tienen que pasar por allí. Lo curioso, es que se le describe de dos formas. Una de las descripciones es la de un anciano cojo, quien vivía cerca al túnel, el cual fue atropellado por un vehículo, accidente que no sólo le quitó una pierna, sino la vida. La segunda descripción es la de un manco. Según cuentan quienes dicen haber tenido un encuentro con dicho ser espectral, este fantasma suele aparecer dentro del túnel y mover el vehículo de quienes osen detenerse a convocarlo. Sea cual fuere su apariencia, lo cierto es que se cuentan muchas historias acerca de el y de los ‘encuentros’ que habría tenido con sus víctimas. Ante todo, es bueno dar a conocer el origen - para quienes no lo conozcan - del tenebroso túnel. Allá por 1910, un grupo de capitalistas un tanto visionarios, formo una Compañía que tendió una línea de tranvías entre Lima y Chorrillos, era la Compañía Nacional de Tranvía Eléctrico (CNET) conocido como "La Nacional". Los tranvías partían de la antigua calle de Carrera, hoy Jr. Lampa, frente al local del Banco de Crédito del Perú. Los referidos tranvías eran elegantisimos, con cortinajes y asientos de terciopelo rojo tirado a fresa y con espejos. Había uno, reservado especialmente para el elemento oficial y, principalmente destinado para que viaje el Presidente de la República cuando veraneaba en Chorrillos. Se le conocía como el "tranvía Presidencial". Los directores de "La Nacional" pronto comprendieron la importancia que alcanzarla la Herradura y contrataron los servicios de un ingeniero para que estudiase la factibilidad y ejecución de un túnel, ya que la vía por el lado del mar, era muy costosa y un tanto peligrosa. Así, con este túnel se permitiría el paso de sus tranvías hasta la playa misma. Efectivamente, las obras se llevaron a cabo con todo éxito. Se abrió un túnel de 208 metros de largo. Se tendieron las líneas y los tranvías, al poco tiempo principiaron a correr sobre ellas, teniendo por terminal la naciente playa de La Herradura. Su estación quedaba ubicada en un terraplén construido exprofesamente en el lugar donde posteriormente funcionó un puesto de la Guardia Civil. Los tranvías dejaban allí a su pasajeros. Luego el motorista descendía y ejecutaba el cambio de llaves para que el vehículo iniciase el viaje de retorno después de voltear los espaldares de los asientos, permitiendo así que el tranvía convirtiese su parte delantera en posterior y viceversa. La facilidad que brindaba el tranvía eléctrico prontamente trajo como consecuencia lógica el progreso de La Herradura. Ya familias enteras se trasladaba los domingos y feriados a esa playa única que, estando relativamente cercana al centro de Lima céntrica, era de arena y no de piedras o cantos rodados como las de Miraflores, Barranco o La Punta. Sin embargo, dado su alto costo de mantenimiento "La Nacional" tuvo que declararse en quiebra. Ello ocurrió cuando ya se iniciaba la época del automóvil y este nuevo elemento vehicular, obligo a que se estableciese el camino costanero al borde del Morro Solar, pero, dada su estrechez, en un solo sentido, es decir: hacia La Herradura, mientras que el retorno se iniciaba en la propia playa pasando -como hasta hora- por el túnel, de cuyo piso hubo que levantarse los antiguos rieles del tranvía. Como podéis imaginar, transitar por el túnel se convirtió en un gran peligro debido a la velocidad de los coches al pasar por el lugar, lo que origino una serie de accidentes que costo la vida a varias personas, por lo que fue considerado un ‘túnel maldito’.y se considero clausurarlo, pero al ser la única vía de salida de las playas, se ha seguido utilizando hasta el día de hoy. Su fama - por así decirlo - como lugar de apariciones del fantasma, proviene precisamente de uno de aquellos accidentes ocurridos allí, cuando un anciano que vivía en las proximidades, no midiendo el peligro de cruzar el oscuro túnel para llegar a la playa, fue embestido brutalmente por no de esos coches que iban a toda velocidad, arrastrando su cuerpo varios metros en el interior de aquel lugar perdiendo la vida instantáneamente. Nadie sabía su nombre ya que vivía solo y fue enterrado como NN. Sin embargo, todo no quedo allí, ya que a partir de ese trágico accidente, al parecer su alma no encontró el descanso eterno y desde entonces ronda el lugar como si estuviera buscando a su asesino. Quienes se animan a circular a altas horas de la noche por el lugar afirman haber visto una extraña figura al interior del túnel, pero al detenerse para ver de quien se trataba no encontraban a nadie, pero sentían una corriente de aire frío que les helaba los huesos. En otras ocasiones, suele aparecerse a los curiosos que se atreven a ingresar al túnel para ‘invocar’ su presencia, quienes huyen al verlo debido a la mirada maligna que - dicen - tiene el citado fantasma. Si bien los escépticos afirman que no hay nada de ello y que las corrientes de aire que se sienten en su interior provienen del viento que cruza el túnel, lo cierto es que su fama perdura. Recuerdo que una vez atravesé con mi coche el lugar, pero no sentí nada ‘sobrenatural’ pero eso si, es muy oscuro, por lo que con una adecuada iluminación instalada a lo largo del túnel, se acabaría la leyenda ¿no lo creen ustedes?