Como sabéis, el año pasado un grupo de arqueólogos descubrió un grupo de momias de peculiares características en las líneas de Nazca (Perú). De todas ellas, les llamó sobremanera la atención una que tenía forma humana, pero cuyas proporciones eran muy distintas a las demás. Databa del siglo V, mil años antes del descubrimiento de América. La llamaron ‘María’. Ahora, varios genetistas rusos se han lanzado a investigar aquel hallazgo y han determinado que la extraña criatura de cabeza alargada y tres dedos en manos y pies es humanoide y tenía 23 cromosomas. Los expertos siguen examinando las muestras extraídas de la momia en Rusia para intentar descifrar su genoma. Según un análisis preliminar, la momia, data en efecto, del siglo V. El análisis también encontró que ‘María’ es un ser humanoide, lo que significa que también tiene 23 pares de cromosomas como el actual ser humano. “En este momento estamos haciendo un análisis detallado para ver si la forma de la posición de todos los cromosomas, de todos los aminoácidos, coincide con la nuestra”, dijo Konstantin Korotkov, profesor de la Universidad Nacional de Investigación de Rusia. La estructura de las costillas de la momia es muy diferente a la de un ser humano. Con forma de quilla en su parte superior, la caja torácica consiste en un puñado de costillas semicirculares. Su forma inusual ha ayudado a los científicos a estudiar cuidadosamente los órganos internos de la momia. “Vemos claramente los contornos de la tráquea y los bronquios, del corazón y sus cámaras, incluso podemos ver la forma de las válvulas. También podemos ver con bastante claridad los contornos del diafragma, También podemos ver con bastante claridad los contornos del diafragma, el hígado y el bazo”, dijo la radiólogo Natalia Zaloznaya. Los científicos incluso han logrado descubrir que el polvo blanco usado para momificarla es el cloruro de cadmio, un químico cuyo efecto antibacteriano ha mantenido a María preservada. Además de ‘María’, los científicos de San Petersburgo también han estado analizando el genoma de otra momia encontrada en Perú. Mientras ‘María’ era una mujer adulta, la otra tenía nueve meses cuando murió. Los investigadores piensan que ambas pudieron haber sido madre e hija. Konstantin Korotkov dijo que sus colegas peruanos le habían mostrado cuatro momias más, de 70 centímetros cada una, a las que llamaron «Verdants». Por alguna extraña razón, un análisis de datación de carbono realizado en Estados Unidos determinó que tenían 6.500 años, mientras que otro dijo que murió hace unos 4.000 años. “Cada una de las pequeñas momias tiene dos brazos, dos piernas, una cabeza, un par de ojos y una boca. Las exploraciones tomográficas revelan sus esqueletos. El tejido tiene una naturaleza biológica y su composición química indica que son humanos. Su ADN presenta 23 pares de cromosomas, al igual que nosotros. Los cuatro son hombres, cada uno con un cromosoma Parecen humanos, pero no lo son. Su estructura anatómica es diferente”, explicó Korotkov. Agregó que los machos de 70cm tienen tres dedos y sus cráneos son alargados en la parte posterior de la cabeza. Falta la cavidad nasal y los arcos superciliares no son pronunciados. Lo más sorprendente es que las cavidades de la boca están allí, pero las mandíbulas inferiores no son flexibles y presentan un solo conjunto con el resto del cráneo. Cuando se les preguntó quiénes eran realmente estos “hombres pequeños”, Korotkov dijo que era difícil de decir. “Podrían ser extraterrestres o bio robots”, agregó. “En cuanto a las criaturas de 70 cm, no estoy seguro, pero ‘María’ y la que podría ser su hija, podrían haber sido representantes de una raza determinada que posiblemente haya alcanzado una etapa avanzada mucho antes que nosotros tal vez miles de años antes”. Agregó que todos estos miembros de esa raza avanzada probablemente habían perecido como resultado de una gran inundación o de un impacto de un cometa. “Un puñado de aquellos que sobrevivieron conocieron tribus salvajes de hombres prehistóricos y les enseñaron artesanías y agricultura. Se aparearon con mujeres locales. Tenían tres dedos y esta característica genética podría hacerse evidente en las generaciones futuras”, continuó Korotkov. No descartó que pudieran haber vivido separados del resto y reproducirse unos con otros lo que resulta en una degeneración genética, como los tres dedos anormalmente largos. “Por cierto, se pueden ver criaturas de tres dedos en los dibujos petroglíficos encontrados en Perú”, señaló Korotkov. No cabe duda que las investigaciones deben continuar para tratar de descubrir su origen.