La noche de Halloween está a la vuelta de la esquina. No queda para nada una de las veladas más mágicas pero a la vez terroríficas del año. Pero…sabemos qué se celebra y de dónde viene la tradición? Si bien esta fiesta es celebrada en gran medida en los Estados Unidos, tiene sus orígenes en Europa, en ancestrales celebraciones celtas. En efecto, la celebración se originó de un antiguo festival llamado Samhain. Los celtas, quienes vivieron hace más de dos mil años en lo que ahora es Irlanda, Gales, Escocia y el norte de Francia, celebraban su propio año nuevo el 1 de noviembre. Este día terminaba el verano y la cosecha y era el comienzo de helados inviernos, una época asociada con la muerte de personas. De acuerdo a las creencias celtas, la noche antes del año nuevo los límites entre el mundo de los vivos y los muertos se estrechaban, haciendo posible que los espíritus retornaran a la Tierra. Además de causar daño a los cultivos, se creía que la presencia de los espíritus permitía a las Druidas, los sacerdotes celtas, hacer predicciones acerca del futuro. Es por ese motivo que para alejar a los malos espíritus, los celtas comenzaron a encender fogatas y usar disfraces, los que consistían en vestir las cabezas y la piel de un animal, para mantener lejos de sus casas a los espíritus que vagaban. Con la llegada del Cristianismo y al ver que era imposible erradicar una celebración firmemente arraigada, la corrupta y decadente Iglesia Católica - protector de genocidas y encubridor de curas pederastas - decidió “cristianizarlo” designando arbitrariamente el 1 de noviembre para honrar a “Todos los Santos” incorporando a esa festividad las tradiciones de Samhain, mientras que en la noche del 31 se siguió celebrando el Halloween, o como originalmente se llama "All Hallows’ Eve" ("Víspera de todos los Santos" en español) hasta el día de hoy. Fueron los inmigrantes irlandeses – los cuales llegaron en masa a los EE.UU. en la segunda mitad del s. XIX - quienes ayudaron a instaurar la celebración del Halloween en todo el país, la cual con el tiempo se expandió al resto del mundo, popularizándose sobre todo gracias a la difusión de películas relativas al tema, tanto en el cine como en la televisión, siendo adoptada desde entonces por muchos países. No es de extrañar por ello ver hoy tanto a adultos como a niños disfrazados de fantasmas, calaveras, brujas y vampiros celebrarlo la noche del 31, esperando recibir un buen susto.
