TIEMPOS DEL MUNDO

martes, 12 de julio de 2022

EL SAPO DE PIEDRA: La venganza del condenado

Cuenta la leyenda que hace muchos años una anciana vestida de negro vivía sola cerca de Cerro de Pasco, ubicada en la región central de los Andes peruanos. Sucede que durante cada cosecha, la anciana obtenía - vaya uno a saber cómo - las patatas más grandes de la región, lo que como era obvio, despertaba la envidia y la curiosidad de los vecinos, mas aun porque a pesar de su avanzada edad tenia las fuerzas suficientes como para sembrar y cosechar ella misma, no permitiendo que nadie le ayudara en esa dura labor, a lo cual debemos agregar que por su irascible carácter muchos la temían y hasta la tildaban de loca, ya que por las noches, se le veía pasear por sus tierras “conversando” con las plantas y si había luna llena les “cantaba”, por lo que todos suponían que estaba mal de la cabeza. Nadie sabía además desde cuando vivía en ese apartado lugar, porque al llegar sus abuelos en tiempos ancestrales posicionándose de los territorios colindantes, la anciana ya residía allí, acompañada de un perro negro de gran tamaño, cuya raza desconocían y que él solo verlo causaba pavor, hasta que un dia, desapareció y nunca más se supo del animal. Una noche, en medio de una tormenta acompañada de torrenciales lluvias, mientras la anciana dormía, un enorme sapo entro subrepticiamente a su casa, y tras ingresar a su despensa, devoro todo lo que pudo encontrar, incluido la abundante cosecha de patatas, escogiendo primero las más grandes y jugosas Sin embargo, en su prisa por comerlas, rompió algunas ollas de barro, originando un gran escándalo que despertó a la anciana, quien al ver lo que el sapo había hecho, enfurecida lanzó un hechizo tan fuerte que hizo volar techos y raíces de árboles. El pobre animal voló por los aires a una gran distancia como si fuera una endeble hoja hasta quedar prendido de una roca gigantesca, en donde permanece hasta el día de hoy convertido en piedra, como castigo a su latrocinio. Pero además de terminar con la vida del sapo, los vecinos - que también acudieron en buen número al lugar a pesar de la tormenta, al escuchar los gritos y maldiciones lanzados por la vieja - comprobaron la sospecha que tenían de ella de que en realidad era una bruja, y que vivía oculta en el lugar tras haber sido perseguida desde hace siglos por los extirpadores de idolatrías para ser quemada por hechicera. Imagínense la edad que tendría, por lo que sus vecinos, presos de la ira y envalentonase, se armaron de hachas y garrotes para ir a por la vieja, quien se refugió en su casa, pero al darse la vuelta en la entrada para estirar un brazo y maldecir a sus atacantes, fue alcanzada por una piedra de gran tamaño que la derribo al suelo. Allí sus vecinos le dieron de alma dejándola al parecer muerta y bañada en sangre, por lo que antes de irse, prendieron fuego al lugar, escapando presurosos de allí. De lejos pudieron ver la casa envuelta en llamas que ni la lluvia que caía pudo apagar, oyendo a su vez un terrible alarido proveniente de su interior. Era la bruja, quien volvía al infierno convertida en cenizas. Cuando retornaron al lugar a la mañana siguiente, la tormenta ya había pasado y encontraron entre las ruinas humeantes algunos huesos ennegrecidos que suponían que era de la vieja, pero nada más. Como único recuerdo de esa ocasión, quedo cerca del lugar el sapo convertido en piedra, quien sin proponérselo y a modo de venganza, hizo que la bruja fuera al fin castigada, luego de siglos de impunidad.