SETI, una organización privada que busca vida extraterrestre, anunció este lunes que tras captar suficientes fondos gracias a donaciones anónimas reanudará su tarea en busca de señales de radio en el espacio originadas por una raza alienígena, una tarea que inició hace décadas. Como sabéis, los investigadores del SETI creen firmemente en la existencia de vida extraterrestre. Ellos están convencidos que el proceso desarrollado en la Tierra tiene que haberse repetido en otros lugares similares, de los que debe haber muchos en el universo. Nuestra estrella - el Sol - es un astro común y corriente y como el, existen cientos de millones de estrellas en toda la galaxia, que en su gran mayoría poseen exoplanetas orbitando alrededor de ellas - muchas similares a la Tierra en su composición - de los cuales cientos han sido descubiertas últimamente por los telescopios espaciales, demostrando que el caso del Sol no es único. Es por ello que no hay motivo alguno para dudar que procesos semejantes existan en otros lugares del universo donde perfectamente se haya podido desarrollar la vida, al menos tal como la conocemos. A pesar de que esta es la opinión mayoritaria entre los científicos, existe una corriente adversa, los cuales “coincidentemente” trabajan para la NASA y que tienen el encargo de falsear la información tratando de ocultar lo evidente, es decir la existencia de vida alienígena y aducen falazmente “que estamos solos en el universo”, para lo cual crearon la absurda “Teoría de la Tierra Rara” según la cual “la vida en nuestro planeta es fruto de un extraordinario cúmulo de casualidades irrepetible en el universo”. Sin embargo, los expertos han desbaratado esta tesis porque no tiene en cuenta un gran número de hechos científicos. Por ejemplo, el universo es infinito y apenas sabemos nada de ella. Para darnos una idea de su tamaño colosal, solo nuestra galaxia contiene entre 200 y 400 mil millones de estrellas y cada vez encontramos exoplanetas con condiciones para alojar desconocidas formas de vida, por lo que es más débil el argumento de los escépticos, que afirman su inexistencia “porque no la hemos detectado todavía”, pero ello se debe a que nuestra primitiva tecnología no lo permite. “Si están en lo cierto -argumentan ellos- ¿porque entonces hasta ahora no nos han visitado?” preguntan. La respuesta es muy simple: existen múltiples evidencias de que ya lo han hecho silenciosamente, desde hace cientos de años. Otra cosa es que haya quienes no quieran reconocerlo. Además, debido a nuestro actual estado de salvajismo - resolviendo nuestras diferencias con guerras de exterminio y violencia indiscriminada – nos consideran una especie inferior pero peligrosa que no merece la pena contactar, y prefieren seguir visitándonos subrepticiamente, tomándonos como objetos de estudio, sin tener comunicación con los humanos. Sin embargo, llegara el momento en que finalmente nos encontremos con ellos o, como algunos temen, que una civilización superior en plan de conquista nos encuentre a nosotros, dispuestos a exterminarnos para que no sigamos siendo un peligro en el universo.
