Un estudio realizado por la Universidad de Chicago y la Universidad Estatal de Pennsylvania (EE.UU.) sugiere que la vida extraterrestre puede evolucionar en un mundo oceánico. Este descubrimiento pone en duda la conocida teoría de que solo un planeta rocoso parecido a la Tierra es lo suficientemente estable para albergar vida. Esta conclusión se basa en que la evolución de la vida requiere de mucho tiempo, así que es necesario que un planeta tenga condiciones estables en el tiempo para el desarrollo gradual de organismos complejos. Así, los astrónomos creían que solo los planetas capaces de mantener un clima estable a largo plazo son capaces de albergar vida. El principal ejemplo de esta capacidad es la Tierra, que se autorregula enfriándose al absorber los gases de efecto invernadero en los minerales y calentándose mediante la actividad volcánica, explica la nota publicada en la página web de la Universidad de Chicago. Pero este modelo no funciona para los planetas cubiertos de océanos, ya que el suelo está bajo agua y la presión acuática impide la actividad volcánica. Pero ¿y si existiera una forma de mantener un clima estable en estas condiciones? Los científicos crearon un modelo de miles de mundos oceánicos con características aleatorias y simularon la evolución de su clima durante millones de años. La primera revelación fue que ya en esta simulación aproximada, un 10% de los planetas lograron mantenerse estables durante más de 1.000 millones de años. Los planetas con posibilidades de albergar vida tenían en común su ubicación: estaban a una distancia oportuna de sus estrellas, además tenían una presencia de carbono balanceada en su atmósfera y evitaban que muchos minerales se quedaran disueltos en el océano (para no sacar el carbono de la atmósfera). Al tener una suficiente cantidad de agua, el ciclo climático se realiza exclusivamente entre el océano y la atmósfera. Este intercambio permite lograr una estabilidad duradera. Cuánto tiempo se mantiene estable el clima de un planeta acuático depende de la repartición del dióxido de carbono entre el océano, la atmósfera y los minerales en la etapa inicial de su formación, detalla el artículo.”Parece que, de hecho, hay otras opciones para mantener un planeta habitable a largo plazo sin que se forme el ciclo geoquímico que tenemos aquí en la Tierra”, comentó Edwin Kite, profesor adjunto de la Universidad de Chicago. Las simulaciones partieron de las estrellas parecidas al Sol, pero sus conclusiones funcionarían también para los sistemas con enanas rojas, ya son considerados unos de los mejores candidatos para buscar planetas potencialmente habitables. La posibilidad de vida extraterrestre subacuática hace tiempo que intrigaba a los astrónomos. En el sistema solar, el satélite jupiteriano Europa y la luna saturniana Encélado, en teoría, tienen los requisitos para albergar formas de vida primitivas, aunque sus climas se rigen por la actividad volcánica y fuerzas de marea y no con la circulación de carbono entre el océano y la atmósfera.